miércoles, 31 de julio de 2013

EL JOVEN EN BÚSQUEDA DE LO INFINITO, por Guisella Azcona

EL JOVEN EN BÚSQUEDA DE LO INFINITO

 

El hombre, desde joven, es criado y educado para sobrevivir en este mundo. Despertar, comer, estudiar, trabajar y seguir trabajando, son los verbos que el hombre conoce y realiza a medida que va madurando, convirtiendo su vida en algo mecánico: vive por cumplir, enfrascándose en la pura sobrevivencia, convirtiendo su vida en un caminar sin sentido. Sin embargo, el hombre es consciente de algo que lo inquieta día a día en su corazón aunque lo quiera ignorar: ¿Quién soy…, y por qué existo?

 

1.      ¿Qué soy?, una pregunta fundamental que exige ser respondida

 

Monseñor Luigi Giussani, a través de su obra El sentido religioso, demuestra que todo ello apunta hacia una respuesta universal: El Misterio. Este Misterio, por ser perfecto, nuestra imperfección no llega a entenderlo, pero la Fe hace que creamos en Él ciegamente, por sobre todas las cosas.

 

 

Sólo la hipótesis de Dios, sólo la afirmación del misterio como realidad que existe más allá de nuestra capacidad de reconocimiento, corresponde a la estructura original del hombre (Giussani 2005:86).

 

 

Pero el joven ¿Realmente está interesado en involucrarse con Dios? Al parecer, sí – su interior abunda en preguntas sobre si mismo y sobre su realidad - ya que el joven busca, a través de una respuesta total a su pregunta fundamental, a aquel "Ser" que lo pueda amar de verdad. El hecho de que realmente importe este suceso en el joven es visualizado en las experiencias que viven día a día y su toma de decisiones. Si no hallan, al menos, un pequeño sendero hacia su búsqueda de la Verdad, ellos, prácticamente, se dejan atrapar por las drogas, el sexo, la delincuencia, etc., porque en su vida no hay nada importante más que el hecho de sobrevivir y no entender el por qué uno vive en este mundo.

 

Esto es peligroso. ¿Dónde está la respuesta a 'Todo' esto que no entiendo? expresa el joven mientras mira como su madre, de cáncer terminal, muere en sus brazos en medio de los pasillos de un hospital. ¿Por qué existe el dolor y la muerte? exclama una muchacha que acaba de perder sus piernas y que su hermano menor ha fallecido y todo en un accidente de bus. ¿Realmente vale la pena que yo exista? se interroga el alumno en plena clase de matemáticas mientras recuerda que la noche anterior, al escuchar a sus padres discutir, se entera que ellos estuvieron a punto de abortarlo.[1] Y las preguntas aumentan a medida que el joven afronta diversas experiencias. ¿Por qué la vida? ¿Por qué la muerte? ¿Por qué el dolor? ¿Por qué amar? ¿Por qué hacer el bien? ¿Acaso hay un 'hacer lo correcto' que compatibilice con la realidad que vivo?

 

Y las preguntas no terminan. A medida que pasa el tiempo, las preguntas se acumulan y no hay respuesta, no hay dirección, no hay referencias, no hay guía, no hay nada. Lo peor del asunto es que su rebeldía no le permite ver más allá del asunto, se bloquea e, incluso, insiste que nada ni a nadie le interesa y eso, desde dentro de su ser, lo mortifica. El joven llega a este punto en que no hay 'Nada' que le reconforte, o, al menos, eso es lo él que cree.

 

2.      El impacto llamado 'Belleza'

 

En medio de esta búsqueda desesperada – porque, para un joven que se encuentra en ese trayecto entre la niñez y la adultez, todo lo que sucede en 'su mundo' es trágico – una experiencia, un hecho, un movimiento, un 'algo' lo impacta y la búsqueda empieza. Esta búsqueda de la Verdad Última llamada Misterio se vuelve vital para el joven gracias al impacto que es provocado a través del acontecimiento de su vida. A este impacto el Beato Juan Pablo II lo llama "Belleza".

 

 

La belleza es la clave del misterio y llamada a lo trascendente. Es una invitación a gustar la vida y a soñar el futuro. Por eso la belleza de las cosas creadas no puede saciar del todo y suscitar esa arcana nostalgia de Dios que un enamorado de la belleza como San Agustín ha sabido interpretar de manera inigualable: ¡Tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé! (Juan Pablo II 1999)

 

 

Y es que Agustín de Hipona, así como muchos jóvenes en la actualidad, experimentó en su juventud el mundo materialista y mundano que, a su parecer, le convenía y sentir placer y satisfacción individualista, sin pensar en las consecuencia ni en el mal que provocaba a los demás. Tuvo que llegar el momento en que se diera cuenta de lo que estaba pasando y preguntarse ¿Quién soy? ¿Por qué existo?

 

Newman, en  La Fe y la Razón: Sermones Universitarios expresa cómo el hombre es consciente de ese 'Algo' exterior, ese 'Aquello' superior que puede darle sentido a su existencia (Newman 1993:72). Esta pregunta última se vuelve el comienzo de la travesía hacia el encuentro con este misterio que se vuelve necesario encontrar y, si es posible, entender. El joven, así como Agustín de Hipona, recurrirá, en medio de su desesperación y sin orientación alguna, a sectas, templos heréticos y hasta se familiarizará con la superstición. Busca respuestas, busca a la Perfección que dio vida al universo y a su existencia.

 

 

El hombre reconoce que existe Otro anterior a él, que es irreductible a la suma de todos los hombres, de tal modo que alcanza la experiencia de llegar a ser él mismo. (Prades 2002:273)

 

 

Pero, en medio de una sociedad consumista e individualista, en medio de diversas manifestaciones religiosas, políticas y filosóficas, el joven se pregunta: ¿Cómo encontrar el camino correcto que se dirija hacia esta Perfección? No se puede negar que el hombre, a través del tiempo, ha demostrado esta necesidad de encontrar el camino correcto para encaminarse hacia la búsqueda del Misterio, aquello que lo impactó como el primer amor juvenil. El producto de la manifestación humana sobre estos cuestionamientos últimos es la diversidad religiosa. El judaísmo, el budismo y el hinduismo son algunas de las manifestaciones religiosas del hombre, es el 'Camino' que sigue para encontrarse con la respuesta última, convertida ya en divinidad o divinidades con nombres provenientes de sus lenguas nativas y sus mitos. Pero el hombre ya es consciente que toda pregunta existencial tiene una respuesta que, si bien no se comprenda totalmente, es ya un indicio, no solo de respuesta, sino también de encuentro.

 

 

La referencia a la verdad es estructural a la verdadera pregunta religiosa, y toda filosofía verdadera se plantea los interrogantes últimos, que podemos llamar religiosos (…) la religión no existe en abstracto, sino que se da siempre históricamente en la forma concreta de las diferentes religiones y, por tanto, no se puede eludir la pregunta de la relación entre religión, religiones y verdad (Prades 2002:269).

 

 

Pero, para el joven, todo ello le produce confusión y no puede caer en ello si desea avanzar hacia la búsqueda de la Verdad; sus sentimientos y sus dudas no lo dejan avanzar, piensa que hay que dejarse llevar por esta diversa ideas y expresiones intelectuales porque ¿realmente hay una continuación después de quedarse en este punto donde el sentimiento puede jugarle una mala pasada?

 

3.       Caminando juntos por el sendero hacia el Bello Infinito

 

Ahora el joven se encuentra en el punto crucial del asunto. Es consciente de la superioridad del Misterio y de que ello es la respuesta total e indiscutible a las preguntas últimas del hombre. Hasta este punto también llegó el joven Agustín cuando dio apertura a las Santas Escrituras (San Agustín 2005:237) en medio de su búsqueda de la Verdad. Él ya había tenido contacto con la Biblia después de leer a Cicerón (San Agustín 2005:136), pero le pareció insignificante en argumentación que decidió dejarlo de lado (San Agustín 2005:138). Entonces, si ya lo había tenido en brazos antes de relacionarse con el maniqueísmo ¿Por qué volvió a leerlo?, pues, así como un niño necesita ser llevado de la mano por alguien que conoce el camino de la vida terrenal, así también San Agustín, en medio del camino hacia la búsqueda de la Verdad, necesita ser llevado por alguien, por un guía, un maestro: y así Agustín caminó sus primeros pasos junto a San Ambrosio por el sendero hacia el infinito (San Agustín 2005:216).

 

Una muestra de ello es la peregrinación que hacen los pobladores chinchanos hacia el templo de la Virgen de Topara en la sierra de Chincha cada 30 de diciembre. En medio del polvo, los campos de cultivo, las vacas y los carneros, la gente hace su caminata de un día hacia el encuentro de la "mamacha" que dio a luz al Hijo de Dios, y es que, no cabe duda que el mejor ejemplo de imitación de este arquetipo para los cristianos es María – la preservada del pecado – como "la criatura más bella de la creación" o "la obra maestra del Creador". Para estos pobladores, el impacto que provocó María en ellos es la belleza que Hans Urs Von Balthasar expresa en su libro Gloria, como la «aureola de resplandor imborrable que rodea a la estrella de la verdad y del bien y su indisoluble unión» (Von Balthasar 1985:22).

 

A través de esta caminata con diferentes generaciones juntas, un abuelo expresaba a su nieta de 6 años que la cosa más bella que vería estaba al final de este camino, entonces la niña empieza a correr y gritar: la quiero ver, la quiero ver; mientras el abuelo gritaba: no corras, necesitas de mí para llegar. La niña mostraba en su rostro algo impactante: estaba decidida a continuar el camino, así tenga que caerse, cruzar el río y los campos, subir los cerros; ella sabía que al final del camino se encontrará con lo más bello del mundo. Ratzinger, en su discurso La belleza es bondad, no solo explica que la belleza es el enaltecimiento triunfal del Misterio, sino que a través de su pasión y su sacrificio también ha mostrado belleza (Ratzinger 2002). El amor puro envuelto en sacrificio es la máxima expresión de la belleza pura y, por tanto, describe que este Misterio, Dios, en realidad es Amor. Para la niña era importante encontrarse con esta belleza dicha por su abuelo, le era necesaria porque, gracias a su inocencia, la belleza lo relaciona con lo bueno y todo lo bueno está lleno de amor y si todo esto es cierto, es necesario gritarlo para que todos lo sepan.

 

 

Ante la majestuosidad del amor absoluto – que en la revelación se encuentra con el hombre, lo hace suyo, lo invita y lo eleva hasta una incomprensible intimidad – el espíritu infinito posee por primera vez el presentimiento de lo que significa efectivamente el que Dios sea la alteridad absoluta.[2]

 

 

Este es un ejemplo del largo camino que el joven debe seguir para encontrar lo que busca. Se inicia la búsqueda hacia el encuentro con el Misterio y para seguir adelante el hombre debe ser consciente que no será fácil. Deberá luchar contra todo para continuar por el camino correcto para seguir adelante y encontrar la Verdad, el Misterio. Ante este desafío, el joven, envuelto en este embriagado amor puro, utilizará su fortaleza, su rebeldía y su adrenalina para escalar hacia Él, y hará lo posible para que otros como él también lo hagan.

 

 

La Verdad no coincide con el resultado de la decisión del hombre – no es el hombre quien produce la Verdad -; no obstante, la Verdad (…) exige el acto de esa decisión para manifestarse (Prades 2002:273).

 

 

En la actualidad, es difícil para el joven llegar a este punto. Los referentes religiosos, sociales y filosóficos provocan al joven confusión y optan por lo fácil (de acuerdo al ámbito social y político que vive) que termina siendo perjudicial para él, ya que lo confunde más - y volvemos al ejemplo de Agustín de Hipona (San Agustín 2005:235) - por ende, es un reto para los educadores religiosos (sacerdotes, religiosas, catequistas, docentes, etc.) encaminar al joven para que encuentre el verdadero significado de su existencia. Como dice en el título de una de las obras de Luigi Giussani: "Educar es un riesgo".

 

El objetivo de la educación es formar un hombre nuevo; por eso, los factores activos de la educación deben tender a hacer que el educando actué cada vez más por sí mismo, y que afronte cada vez más el ambiente por sí solo.[…] El método educativo de guiar al adolescente a encontrarse de manera personal y cada vez más autónoma con la realidad que le circunda debe aplicarse más a medida que el muchacho se hace más adulto.[…] En efecto, el desarrollo de la autonomía del muchacho representa para la inteligencia y el corazón – y también el amor propio – del educador un riesgo. Por otra parte, justamente corriendo el riesgo de confrontarse es como se genera en el joven una personalidad con su propio modo de relacionarse con todas las cosas, es decir, es así como su libertad se hace (Giussani 2006:94).

 

En medio de un mundo que no se presta mucho para educar al joven hacia su formación humana – hacerlo más humano – se vuelve,  para el educador, todo un reto y todo un riesgo, pero es justamente el escenario del mundo que toma el joven para verlo, analizarlo, reflexionar y tomar decisiones para seguir encaminándose hacia el encuentro con el Misterio. El guía poco a poco lo deja para que el joven siga su camino con todos los riesgos advertidos; su papel de educador es tener las herramientas necesarias para poder mostrarle la belleza del Amor que nos atrae hacia el Bien y que nos lleva hacia en encuentro con la Verdad. Es por eso que el guía debe prepararse porque será la pieza clave, la herramienta necesaria que Dios necesita para que el joven se acerque hacia Él, hacia el Amor, por que el hombre necesita Amor.

 

De modo hermoso y contundente lo expresaron los padres del Concilio Vaticano II hace 50 años:

 

 

En  este mundo que vivimos se tiene necesidad de la belleza para no caer en la desesperanza. La belleza, como la verdad, pone alegría en el corazón de los hombres; es el fruto precioso que resiste a la usura del tiempo, que une a las generaciones y las hace comunicarse en la admiración. Y todo ello está en sus manos (Santa Sede 2008:551).

 

 

Por ende, los educadores somos los más cercanos en guiarlos hacia la Verdad a través del impacto de la Belleza que provoca un asombro y, por consiguiente, a decidir encaminarse hacia el encuentro con esta Verdad: el Misterio. Mostremos esto a los jóvenes de hoy, para que no se desmoronen en la desesperanza y el desamor. Es todo un reto para un mundo tan individualista como el nuestro, pero, así como la niña y su abuelo, el joven necesitará de un guía para encontrar un sentido a la travesía que dará y encaminarse hacia el encuentro con lo más bello: Dios, que es Amor.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

 

GIUSSANI, Luigi.

2005                El sentido religioso. Lima. Ed. Encuentro – Fondo Ed. UCSS.

2006                Educar es un riesgo. Lima. Ed. Encuentro – Fondo Ed. UCSS.

 

JUAN PABLO II, Beato.

1999                Carta a los artistas. <http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/letters/documents/hf_jp-ii_let_23041999_artists_sp.html> Consulta hecha el 5/10/2012.

 

NEWMAN, John Henry.

1993                La Fe y la Razón: Sermones Universitarios. Madrid. Ed. Encuentro.

 

PRADES, Javier.

2002                Los retos del multiculturalismo. Madrid. Ed. Encuentro.

 

SAN AGUSTÍN.

2005                Confesiones. Madrid. Ed. BAC.

 

VON BALTHASAR, Hans Urs.

1985                Gloria, una estética teológica, La percepción de la forma. Vol. 1. Madrid. Ed. Encuentro.

 

RATZINGER, Joseph.

2002                "La belleza es Bondad". En Mensaje para el Meeting de Rímini. <http://bilboquet.es/fin/docsfin/LA%20BELLEZA%20ES%20BONDAD.pdf> Consulta hecha el 26 /10/2012.

 

SANTA SEDE.

2008                Concilio Vaticano II. Mensaje del concilio a toda la humanidad. Lima. Ed. Paulinas.

 



[1] Testimonios de jóvenes que recibieron catequesis en la Parroquia San Pedro de Carabayllo entre los años 2008 y 2009.

[2]La experiencia estética y la creación artística. UCSS. Apuntes del 30/07/2008 de la clase de metafísica a cargo del Dr. Andrés Aziani

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CON ANDRÉS AZIANI, HIJO AMADO DE DON GIUSSANI, ALOS CINCO AÑOS DE SU PARTIDA

CON ANDRÉS AZIANI, HIJO AMADO DE DON GIUSSANI, ALOS CINCO AÑOS DE SU PARTIDA

Ayer, 30 de agosto del 2013, en el entrañable santuario de Nazarenas, tuve la gracia de participar en la celebración de la Misa por el 5º aniversario de la partida para el Cielo de nuestro querido amigo Andrés, colega, maestro, hermano. Recibí el emocionado testimonio del P. Paolo Bargiglia quien lo conoció de muchacho en Italia y se sintió cautivado por su energía juvenil, su pasión por Cristo, y que al venir gozoso a la misión de Perú para –en primer lugar- abrazar al amigo Andrés lo acababan de enterrar un día antes. Su misión, desde entonces, cobraba un nuevo sentido. Y ayer conocí a una adolescente, Astrid, ahijada de Andrés, quien quedó fascinado por "la mejor persona del mundo", y por Sebastiana, en la UCSS, a quien ayudó, y por Guisella, y por Luis,…y todo un rosario de personas que desgranaban su testimonio agradecido por haber gozado de su amistad, en unas clases, en unas vacaciones, en una canción, en un intercambio de material didáctico –como era mi caso- , en una mirada sonriente, alentadora que parecía proclamarte: ¡Dios te ama, ama tú también!  Como leía anoche al final de la misa cuando regresaba en el micro en un libro sobre Juan XXIII: "La bondad es como el sol, y como el pan, y como el agua, que hartan el la y llena de consuelo…Cuando pasa un hombre bueno los vecinos siente un latigazo de vigor, los egoístas alargan los brazos, los niños cantan, una ola de simpatía rebasa el corazón. Cuando pasa un hombre bueno nos sentimos solidarios y un poco orgulloso, pensando que, a fin de cuentas, hasta Dios estará contento y que no todo lo hemos aún manchado". Así sentí siempre a Andrés. Bastaba verlo en la Universidad, correteando, risueño, para sentir esas ganas de vivir, esa caricia del sol espiritual, ese gozo pleno de estar en tu segundo hogar.

La misa fue presidida por Monseñor Adriano Pacífico Tomasi, ya que por un imponderable no puedo estar Monseñor Lino Panniza, quien tanto aprecia a Andrés. Le acompañaban el P. Ernesto Rojas y el P. Giovanni Paccosi, responsable de Comunión y Liberación en el Perú. El santuario, a pesar del frío y de la hora, estaba abarrotado . El coro nos ayudó a vivir a fondo la liturgia con canciones queridas para Andrés: Éste es el día del Señor, Noi non sappiamo chi era, Egli e il tuo Bon Jesú, Tú reinarás. En la homilía el P. Giovanni comparó nuestros encuentros con Andrés como los encuentros de los israelitas con Moisés transfigurado por su contacto con Yavé. Destacó la grandeza de corazón de Andrés, el hacerse  transparencia de Cristo para cada uno, ese Cristo que recibió en el bautismo, en la parroquia, en el Movimiento. Nos compartió la relación de hijo con Don Giussani y cómo mirarle a él fuese seguirle hasta el fondo, hasta Cristo mismo. El encuentro con Andrés era un índice, un test para mirar a Cristo, especialmente en su gesto de misericordia que sentíamos como caricia de Dios.  El P. Paccosi insistió que no es sólo un recuerdo sino una petición al Señor para que Andrés viva en la plenitud de Vida, en la eternidad, y que su misma pasión por el hombre siempre necesitado de Cristo sea la nuestra. Y ser como él: libres, disponibles para que Cristo sea conocido por todos. Como Don Giussani, como Andrés, si abrimos las puertas del corazón seremos instrumentos en las manos del Señor. Que la gracia de  haberle conocido sea el resorte que nos empuje a ser sencillos, generosos. Que el Señor le conceda la Felicidad eterna y que El señor nos conceda el decir sí.

Al concluir todos nos sentimos contentos de estar nuevamente en familia, junto al amigo, que como Alberto Hurtado nos decía con su vida "contento, Señor, contento" y nos costaba separarnos porque percibíamos que Andrés estaba allí y nos animaba otra vez a ser libres, responsables, comprometidos, alegres. Gracias, Andrés, tú has recibido la posta de nuestros santos peruanos, y nos la pasas con gozo para vivirla en el Perú nuestro de cada día. Amén
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lunes, 29 de julio de 2013

COSTA RICA. La Iglesia en América Latina por José Antonio Varela, XV

La Iglesia en América Latina: COSTA RICA
Una mirada al continente del papa Francisco (XV)

Por José Antonio Varela Vidal

LIMA, 29 de julio de 2013 (Zenit.org) - Ofrecemos a nuestros lectores un nuevo artículo de la serie sobre la Iglesia en América Latina, que ha recibido en estos días al papa Francisco con una amplia acogida.

Conscientes del interés que viene suscitando el subcontinente del papa Francisco, ZENIT viene difundiendo el valioso estudio del Observatorio Pastoral del Celam (OPC), que nos acerca a la realidad pastoral, social y devocional de los pueblos latinoamericanos.

En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de Costa Rica, un país ubicado en la franja centro del continente americano, con una extensión de 51.100 km2, que acoge a cerca de 4.509.290 habitantes, de los cuales el 75% serían católicos.

Orígenes del cristianismo

En 1513 se funda la catedral de Santa María de Darién, en la región de Veragua, y en 1521 es erigida la Diócesis de Darién con jurisdicción sobre León (Nicaragua) y Castilla de Oro (Costa Rica). En 1560 llega el padre franciscano Juan Estrada Rávago, evangelizador de Costa Rica.

En 1565 se encarga al obispo de Nicaragua, Don Luis de Fuentes, ser obispo de Costa Rica, con pertenencia a la Arquidiócesis de Guatemala, hasta 1743. Después, en 1773 formó parte de la arquidiócesis de Guatemala.

El 28 de febrero de 1850, Pío IX erige la Diócesis de San José de Costa Rica y nombra a monseñor Anselmo Llorente y Lafuente como primer obispo. El 16 de febrero de 1921 es elevada a arquidiócesis con jurisdicción sobre Alajuela y Limón.

Relación Iglesia-Estado

En el OPC se lee que el artículo 75 de la Constitución Política vigente establece que: "La Religión Católica, Apostólica, Romana, es la del Estado, el cual contribuye a su mantenimiento, sin impedir el libre ejercicio en la República de otros cultos que no se opongan a la moral universal ni a las buenas costumbres". La referencia constitucional de ésta disposición, expone la evolución constitucional de las relaciones entre el Estado y la Iglesia Católica, en un marco de libertad religiosa, lo que es fundamental en un Estado democrático.

Recientemente, el artículo 75 constitucional interpretado a la luz de la jurisprudencia de la Sala Constitucional define un Estado Democrático de Libertad Religiosa, por cuanto, a pesar de indicar que la Religión Católica es la del Estado, a la que contribuye a su mantenimiento, es lo cierto también que no solo garantiza la libertad religiosa sino que, por igual, debe cooperar y estimular otras confesiones distintas a la católica.

Según el OPC, "este hecho supone la posibilidad, jurídicamente garantizada, de acomodar el sujeto, su conducta religiosa y su forma de vida a lo que prescriba su propia convicción, sin ser obligado a hacer cosa contraria a ella. En segundo lugar, se refiere al plano social, la libertad de culto, que se traduce en el derecho a practicar externamente la creencia hecha propia".

Comunidad de servicio

La Iglesia católica está organizada en una arquidiócesis, San José, y siete diócesis: Limón, Alajuela, Cartago, Puntarenas, Tilarán, San Isidro de El General y Ciudad Quesada.

Un arzobispo, siete obispos y cuatro obispos eméritos conforman el episcopado costarricense. Les acompañan en su servicio eclesial, 554 presbíteros diocesanos y 205 religiosos; 99 religiosos y 825 religiosas, según datos de 2005.

La Conferencia Episcopal de Costa Rica cuenta con siete comisiones nacionales: Pastoral Profética, Pastoral Litúrgica, Pastoral Social – Caritas, Familia y Comunidad, Vocaciones y Ministerios Ordenados, Cultura y Educación y Comunicación Social. Al frente de cada una de ellas se encuentra uno de los obispos que conforman la Conferencia.

Funcionan varias emisoras católicas de radio, tanto en la capital como en las diferentes diócesis; un canal de televisión, Telefides, que funciona las 24 horas del día y está incluido en la ofertas de los sistemas de cable. Funciona además un periódico que se llama Eco Católico.

Presencia en la sociedad

En el análisis que hace el OPC, se explica que la sociedad costarricense experimenta un "ya muy avanzado proceso sociocultural profundamente marcado no solo por la globalización, sino, también, por el impacto de un modelo económico 'mercadocéntrico'". Se refiere también que este modelo "se contrapuso a otro de fuerte inspiración social y solidaria, de raíces tanto socialcristianas como socialdemócratas, entre cuyos promotores figuraron ilustres difusores de la doctrina social de la Iglesia".

En una atenta lectura del documento del Celam, se lee que "el impacto se notó en el empeño por debilitar al Estado como ente regulador de la economía, provisor de servicios fundamentales (salud, educación, agua, electricidad...), actor exclusivo en sectores económicos que se habían concebido fuera de la lógica del libre mercado (banca, seguros, telecomunicaciones...), así como en un desinterés porque el aparato estatal fuera garante de la equidad, la justicia, la justa distribución de los bienes".

"No ha sido fácil para la Iglesia costarricense insertarse en esta dinámica sociocultural", destaca el OPC, pues por una parte, "entre los medios de comunicación social principales es dominante la tendencia a considerar que la única materia importante sobre la que se debe decir algo respecto de la Iglesia es la de la sexualidad, en relación con la que siempre se le presenta como portadora de una visión anacrónica, oscurantista y pesimista".

Acciones pastorales

El OPC explica que la base de la Iglesia está compuesta cada vez más por laicos y laicas que convencidos de su fe y de su pertenencia a la Iglesia, y menos "fieles por obligación". Valoran que "la perseverancia de estos fieles, pese a las fuertes campañas impulsadas por algunos medios de comunicación masiva para deteriorar y hasta destruir la Iglesia, demuestran su madurez".

Sin embargo, continúa el análisis, "el servicio de la caridad con poblaciones que reflejan el rostro sufriente de Cristo es un rasgo de nuestra Iglesia no debidamente visibilizado: privados de libertad, adictos a drogas, personas en situación de calle, inmigrantes, niños y niñas en situación de vulnerabilidad. Tenemos el reto de divulgar más su existencia, tanto para fines de mejorar la recaudación de fondos para su sostenibilidad, como para rendir cuentas de nuestros trabajos".

El Informe deja en evidencia que "diversas organizaciones sociales del mundo laboral, agrícola y de economía solidaria tiene esta expectativa en relación con nuestro rol en la dinámica social costarricense".

Santuarios marianos

El más concurrido santuario al que acuden los costarricenses es la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles en Cartago, donde veneran una imagen tallada en piedra del lugar, muy pequeña, que mide aproximadamente sólo siete centímetros de longitud.

Según se lee en la web oficial, Nuestra Señora de los Angeles lleva cargado a Jesús en el brazo izquierdo, en el que graciosamente recoge los pliegues del manto que la cubre desde la cabeza. Su rostro es redondeado y dulce, sus ojos son rasgados, como achinados, y su boca es delicada. Su color es plomizo con algunos destellos dorados como diminutas estrellas repartidas por toda la escultura.

La "Negrita" como la llama el cariño de los costarricenses, fue coronada solemnemente el 25 de abril de 1926. Nueve años más tarde, el papa Pío XI elevó el santuario de la Reina de los Ángeles a la dignidad de Basílica menor. La Virgen de los Ángeles fue declarada patrona de Costa Rica y protectora de las Américas por el papa Juan Pablo II.

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viernes, 26 de julio de 2013

Del 192º Aniversario de la Independencia del Perú: MENSAJE DEL PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL PERUANA CON MOTIVO DE LAS FIESTAS PATRIAS

Del 192º Aniversario de la Independencia del Perú

MENSAJE DEL PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL PERUANA CON MOTIVO DE LAS FIESTAS PATRIAS

 

Al celebrar este 28 de julio el 192ª Aniversario de la Independencia del Perú, se despierta nuestro sentimiento de peruanidad como un compromiso ineludible en la construcción de un país justo, inclusivo, solidario y creyente que honra su historia, sus tradiciones, sus instituciones, y sus símbolos.

Como peruanos asumimos la riqueza de la fe, la cultura y los valores cristianos, que nos legaron las generaciones que nos precedieron, para construir desde allí una Patria grande y soberana. El desafío que nos depara la historia actual, nos exige el fiel cumplimiento de las leyes legítimas, especialmente aquellas que son necesarias para el crecimiento y el desarrollo; nos exige el desempeño leal y honesto de todas las personas que cumplen un cargo en las instancias que conformar el Estado y la sociedad peruana; nos exige gestos concretos de solidaridad con los más débiles de nuestra sociedad.

El Perú, tierra bendecida por Dios con diversas fuentes de vida y riqueza natural, trabaja para compartir las bonanzas del desarrollo, que logra con esfuerzo e inversión, con todos aquellos que han nacido en este suelo: ya sea en los valles que reviven nuestras costas, en las desafiantes montañas de los andes o en la enigmática selva de nuestra Amazonia. Con su geografía inigualable y con el calor humano de su gente, nuestra Patria afianza su crecimiento en la grandeza de cada uno de los peruanos y peruanas que con amor y lealtad levantan un nuevo Perú. 

Ciertamente, no podemos ser ajenos a las dificultades que vive nuestro país, como es el aumento de la inseguridad ciudadana, de la violencia y de la delincuencia. El debilitamiento político de algunas importantes instituciones de nuestra Patria que no solo afectan a quienes las integran sino que repercuten en todos los niveles de la sociedad suscitando desconfianza en ellas y en los valores morales que representan. Superar estas dificultades es una exigencia común en la que deben empeñarse el Estado, los medios de comunicación y toda la sociedad, hasta alcanzar el camino de la paz y el desarrollo basado en la justicia, la verdad, la honestidad y la solidaridad. 

Convocados por el Papa Francisco a construir una sociedad donde se derrame la fragancia de la fraternidad, levantamos la mirada a Rosa de Lima, a Martin de Porres y otros santos peruanos que haciendo eco de la radicalidad cristiana que pide Nuestro Señor Jesucristo, marcaron el corazón de las generaciones de peruanos con un llamado a la honestidad de vida, a la sencillez, a la cercanía del pobre, a la defensa de la vida, a la renuncia de las ventajas personales y a la plena confianza en Dios.

Que Dios, el Señor de la historia, por la oración maternal de la Virgen María, derrame sus abundantes gracias y bendiciones sobre nuestro Perú, para que pueda alcanzar el desarrollo con equidad, el progreso económico con justicia social y la formación del nuevo peruano en la solidez de los valores que anuncia el Evangelio de la Verdad y de la Vida. 

¡Felices Fiestas Patrias! ¡Viva el Perú!

Lima, 26 de julio de 2013

+ Mons. Salvador Piñeiro García Calderón
Arzobispo de Ayacucho
Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana

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Raimondi, el sabio que tanto amó al Perú

Raimondi, el sabio que tanto amó al Perú
Por: Wilfredo Pérez Ruiz (*)
El naturalista, geógrafo, escritor y botánico Antonio Raimondi (Milán, 1824 – San Pedro de Lloc, 1890) -una celebridad fascinada en averiguar, recorrer y difundir nuestro bagaje natural- se enamoró de esta tierra milenaria caracterizada por sus contrates, analogías, ancestros, abundancias, inspiraciones y, además, poseedora de un futuro promisor.
Durante los siglos XVIII y XIX expertos de variadas disciplinas nos visitaron atraídos por la amplitud de posibilidades para la investigación brindadas por nuestra nación. Acogemos, que duda cabe, una inmensurable 'cantera' de recursos naturales y un imponente patrimonio histórico que ha despertado el asombro de prominentes sabios involucrados en el estudio de la peruanidad. Seguidamente solo tres ejemplos: El profesor y botánico alemán Augusto Weberbauerel, el escritor y geógrafo inglés Clements Markham, el médico y antropólogo alemán Ernst W. Middendorf.
Raimondi arribó al puerto de El Callao el 28 de julio de 1850, huyendo de los horrores de la guerra por la independencia y la unidad de Italia, para comprometerse en una misión que se impuso: escrutar y transitar por el territorio hasta los últimos instantes de su vida. Corresponde divulgar su singular empeño a las nuevas generaciones de compatriotas, desconocedoras de nuestra historia, con la finalidad de gestar un sentimiento de pertenencia e identidad.
Según precisa Teresa María Llona, en su interesante libro "Raimondi y Llona",  motivó su llegada al Perú ver en el invernadero de Milán la mutilación de un "Cactus peruvianus" que amenazaba romper la estrechez de la techumbre y de sus paredes transparentes. Influyó en su decisión imaginar que nuestra república ofrecía amplias perspectivas por abarcar, su extensa geografía y proverbial opulencia, todos los climas y haber sido poco examinado.
Fue acogido por el médico Cayetano Heredia quien le encomendó la codificación de las colecciones de geología y mineralogía del Gabinete de Química e Historia Natural del Colegio de la Independencia -posteriormente convertido en la Escuela de Medicina del Perú- y lo nombró titular de la cátedra de Historia Natural de ese centro educativo. También, fundó la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1856). Sin intimar bien con la metrópoli, gustaba incursionar por sus alrededores en busca de plantas desconocidas para clasificar.
Por aquellos años, realizó una eficaz labor en la Gran Exposición Mundial de París. Preparó –sin interés económico alguno- una exitosa muestra de los minerales del Perú. Esta exhibición suscitó el asombro de las naciones europeas. Tiempo después confeccionó una nueva presentación mineralógica bastante amplia que acompañó con un volumen analítico y descriptivo que reflejaba una parte de su impresionante tarea cumplida en la recolección e indagación de las más heterogéneas riquezas minerales.
Inició sus primeras andanzas contando sólo con su propio peculio. Recién en 1858 recibió una asignación de 2,000 pesos anuales por iniciativa del Congreso de la República. Esta suma se elevó –dos años más tarde- a 3,000 pesos por considerarse necesario ayudarlo en sus gastos. De esta manera, emprendió un viaje de extenso periplo que comprendió millares de kilómetros -avanzando por regiones inhóspitas-debiendo bordear abismos y cruzar ríos tormentosos sin contar con los puentes más primitivos para hacerlo. Dos años y medio duró ese peregrinaje inverosímil y apenas reposó en Lima seis meses antes de emprender otro hacia la parte central del territorio.
Llegó por primera vez a la cordillera de los Andes, ingresando hasta Vitoc y Chanchamayo, para retornar por la misma ruta un año después; internándose hasta Tingo María, dejando atrás la costa y la sierra. Documentó los yacimientos de carbón mineral del literal piurano, analizó el guano de las islas Chincha, verificó las reservas salitreras de Tarapacá, recorrió las remotas provincias auríferas de Carabaya y Sandia, navegó el Marañón, Ucayali y Amazonas, entre los ríos orientales más representativos.
La autora de "Raimondi y Llona" precisa: "Fue ese amor al Perú el que lo obligó siempre a partir de nuevo, sin descansar en Lima sino períodos breves entre uno y otro viaje, no obstante gustarle la vida limeña y tener aquí amigos entrañables, italianos unos como ese Arrigoni que llegara con él al Callao un 28 de julio de 1850 y que estaba destinado a cerrarle los ojos, muchos años más tarde en el sencillo pueblo norteño de San Pedro de Lloc, así como muchos otros amigos peruanos que lo apreciaban de corazón y reconociendo los altos quilates de su valía, lo rodeaban siempre. Amaba asimismo la labor docente, técnica y de investigación que desarrollaba en la capital, pero como la aguda imantada se vuelve siempre hacia el norte, él se volvió siempre hacia los horizontes de ese Perú desconocido que parecía atraerlo con el ímpetu de una primera pasión juvenil".
Marchó hacia su fin orientado por el anhelo de mostrar la conclusión del esfuerzo de su existencia. Luego de superar incontables adversidades apareció el primer tomo de su obra "El Perú" (1874) -dedicada a la juventud- en donde escribió: "…Confiado en mi entusiasmo he emprendió un arduo trabajo superior a mis fuerzas. Pido pues vuestro concurso. Ayudadme, dad tregua a la política y consagraos a hacer conocer vuestro país y los inmensos recursos que tiene".
Este monumental texto incluye descubrimientos, asientos mineros, haciendas de la costa y sierra, fundación de pueblos y ciudades, entre otras nutridas revelaciones. Es un versado recuento de nuestro admirable -y por aquel entonces poco conocido- acervo ambiental, cultural y social. Se trata de una publicación, elaborada con rigor científico, de obligada consulta a fin de apreciar un pormenorizado inventario de nuestra naturaleza, entre otros temas.
Logró avanzar en la edición de sus trabajos; sin embargo, quedó sin redactar ni editar bajo su dirección muchos de ellos. Dejó numerosos libretas (algunas desaparecieron) con la recopilación de sus anotaciones sobre el paisaje visto a su paso. Plantas, animales, insectos y minerales fueron colectadas; mientras medidas barométricas, observaciones meteorológicas, planos y croquis precisos complementaban la información de las distintas regiones por las que anduvo.
Existe un episodio poco percibido de Raimondi durante la ocupación chilena de Lima, luego de la guerra con Chile: El gesto enaltecedor de salvaguardar en su casa las invalorables colecciones cedidas por él al estado peruano con el propósito de protegerlas de los saqueos perpetrados por el ejército invasor, amparándolas en la bandera italiana. No obstante, los chilenos le ofrecieron comprarlas a un alto precio. Al hacerlo demostraron desconocer la nobleza de este científico, quien tampoco accedió visitar el país del sur en óptimas condiciones para cumplir trabajos de exploración técnica. Este acto de fidelidad nos recuerda la grandeza del honor, la dignidad y la lealtad en estos tiempos de valores quebrantados en los que, con especial énfasis, es conveniente hacer memoria de los principios que distinguen a los hombres de bien.
Aceptó el sacrificio de permanecer en nuestra nación a pesar de la muy difícil situación económica que afectó el financiamiento de sus descubrimientos, lo que hizo peligrar la culminación de sus memorias. La etapa de la post guerra fue dura, azarosa y triste para él. Así dejó constancia: "Me encuentro continuamente atormentado por la desconsoladora idea de haber empleado inútilmente 19 años de mi vida en viajes penosos por todo el territorio de la república, sin ver el fruto de tantas privaciones sufridas".
De actitud serena y poco apego a la ostentación pública. Fue el principal referente científico serio e indiscutible en nuestro país durante la segunda mitad de siglo XIX. Su entrega representa uno de los capítulos más hermosos en la historia universal de las ciencias naturales y que, por cierto, debiéramos procurar recoger e imitar. La divulgación de su hazaña se renueva entre quienes encuentran inspiración para conocer, comprender y fortalecer su filiación con el Perú.
Me interesé por Antonio Raimondi influenciado por mi recordado amigo Augusto Dammert León, quien me prestó –hace casi 25 años- un ejemplar de la colección "El Perú". Su lectura me facilitó ampliar mi juvenil e imprecisa visión de una patria que amerita tantos asombros y revelaciones. Con viva emoción dediqué mi primer libro "Conservación de la naturaleza ética e intereses" (1990) a este excepcional personaje a lo largo de cuya existencia exhibió impecables credenciales éticas que debe retomar una sociedad lesionada por la miseria moral. Tengamos como aliciente y estímulo su profético mensaje: "En el libro del destino del Perú, está escrito un porvenir grandioso".
(*) Docente, conservacionista, consultor en temas ambientales, miembro del Instituto Vida y ex presidente del Patronato del Parque de Las Leyendas – Felipe Benavides Barreda. http://wperezruiz.blogspot.com/








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jueves, 25 de julio de 2013

TEXTO Y VIDEO: Discurso del Papa Francisco en fiesta de bienvenida JMJ Río 2013

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¡JÓVENES, MÉTANSE EN LÍOS! acaba de decir el Papa a los jóvenes

El papa a los jóvenes argentinos: ¡quiero lío en las diócesis!
Más de 30.000 compatriotas esperaban al papa en la Catedral de Río

Por Redacción

RíO DE JANEIRO, 25 de julio de 2013 (Zenit.org) - El santo padre esta mañana se ha reunido en la Catedral de Río de Janeiro con jóvenes argentinos, en un encuentro que él mismo pidió y que no estaba en el programa oficial.

Publicamos a continuación las palabras del papa de una transcripción del discurso improvisado, facilitado por Radio Vaticana.

Gracias, gracias por estar hoy aquí, por haber venido. Gracias a los que están adentro, y muchas gracias a los que están afuera, a los treinta mil, me dicen que hay afuera, desde acá los saludos! Están bajo la lluvia. Gracias por el gesto de acercarse, gracias por haber venido a la Jornada de la Juventud.

Yo le sugerí al doctor Gasbarri que es el que maneja, que organiza el viaje, si hubiera un lugarcito para encontrarme con ustedes, y al medio día tenía arreglado todo. Así es que también le quiero agradecer públicamente al Doctor Gasbarri, esto que ha logrado hoy.

Quisiera decir una cosa. ¿Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? ¡Espero lío! ¿Que acá dentro va a haber lío? ¡Va a haber! ¿Que acá en Río va a haber lío? ¡Va a haber! ¡Pero quiero lío en las diócesis! ¡Quiero que se salga afuera! ¡Quiero que la Iglesia salga a la calle! ¡Quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos. Las parroquias, los colegios, las instituciones, ¡son para salir! Si no salen, se convierten en una ONG, y la Iglesia no puede ser una ONG.

Que me perdonen los obispos y los curas, si alguno después les arma lío a ustedes, pero es el consejo… gracias por lo que puedan hacer. Miren, yo pienso que en este momento, esta civilización mundial se pasó de rosca, ¡se pasó de rosca! Porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero, que estamos presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la vida que son las promesas de los pueblos. Y por supuesto, porque uno podría pensar, que podría haber una especie de eutanasia escondida. Es decir, no se cuida a los ancianos, pero también está esta eutanasia cultural: ¡no se los deja hablar, no se los deja actuar! Y la exclusión de los jóvenes: El porcentaje que hay de jóvenes sin trabajo, sin empleo, ¡es muy alto! Y es una generación que no tiene la experiencia de la dignidad ganada por el trabajo. O sea, ¡Esta civilización nos ha llevado a excluir las dos puntas que son el futuro nuestro!

Entonces, los jóvenes tienen que salir, tienen que hacerse valer. Los jóvenes tienen que salir a luchar por los valores, ¡A luchar por los valores! ¡Y los viejos abran la boca, los ancianos abran la boca y enséñennos, transmítannos la sabiduría de los pueblos! En el Pueblo Argentino, yo se los pido de corazón a los ancianos, no claudiquen de ser la reserva cultural de nuestro pueblo que transmite la justicia, que transmite la historia, que transmite los valores, que transmite la memoria de Pueblo. Y ustedes, por favor, ¡no se metan contra los viejos! ¡Déjenlos hablar, escúchenlos, y lléven adelante! Pero sepan, sepan que en este momento, ustedes, los jóvenes y los ancianos, están condenados al mismo destino: exclusión! ¡No se dejen excluir! ¿Está claro? Por eso creo que tienen que trabajar.

Y la fe en Jesucristo no es broma, es algo muy serio, es un escándalo. Que Dios haya venido a hacerse uno de nosotros, ¡es un escándalo! Y que haya muerto en la cruz, es un escándalo, el escándalo de la Cruz. La Cruz sigue siendo escándalo, pero ¡es el único camino seguro, el de la Cruz, el de Jesús, la encarnación de Jesús!

Por favor, ¡no licuen la fe en Jesucristo! Hay licuado de naranja, licuado de manzana, licuado de banana, pero por favor, ¡no tomen licuado de fe! ¡La fe es entera, no se licua! Es la fe en Jesús. Es la fe en el Hijo de Dios hecho hombre, que me amó y murió por mí.

Entonces, ¡Hágan lío! ¡Cuiden los extremos del pueblo que son los ancianos y los jóvenes! No se dejen excluir, y que no excluyan a los ancianos, segundo, y no licuen la fe en Jesucristo.

¡Las Bienaventuranzas! ¿Qué tenemos que hacer, padre? Mirá, leé las Bienaventuranzas que te van a venir bien, y si querés saber qué cosa práctica tenés que hacer, leé Mateo 25, que es el protocolo con el cual nos va juzgar, con esas dos cosas tienen el programa de acción: Las Bienaventuranzas y Mateo 25, no necesitan leer otra cosa. ¡Se los pido de corazón!

Bueno, les agradezco ya esta cercanía, me da pena que estén enjaulados, pero les digo una cosa. Yo por momentos siento, ¡qué feo estar enjaulado! ¡Se los confieso de corazón! Pero bueno… los comprendo! …Me hubiera gustado estar más cerca de ustedes, pero comprendo que por razón de orden, no se puede.

¡Gracias por acercarse, gracias por rezar por mí, se los pido de corazón, lo necesito! ¡Necesito de la oración de ustedes, necesito mucho! ¡Gracias por eso!

Y bueno, les voy a dar la bendición y después vamos a bendecir la imagen de la Virgen que va a recorrer toda la República y la Cruz de San Francisco, que van a recorrer misionariamente.

Pero no se olviden, ¡Hágan lío! ¡Cuiden los dos extremos de la vida, los dos extremos de la historia de los pueblos, que son los ancianos y los jóvenes! ¡Y no licuen la fe!

Y ahora vamos a rezar para bendecir la Imagen de la Virgen y darles después la bendición a ustedes.

Nos ponemos de pie para la bendición, pero antes le quiero agradecer lo que dijo Monseñor Arancedo, que de puro mal educado no se lo agradecí, así es que gracias por tus palabras…

En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. 
Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. 
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, 
ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

Señor tu dejaste en medio de nosotros a tu Madre para que nos acompañara. 
Que ella nos cuide, nos proteja en nuestro camino, en nuestro corazón, en nuestra fe. 
Que ella nos haga discípulos, como lo fue ella, y misioneros, como también lo fue ella. 
Que nos enseñe a salir a la calle, que nos enseñe a salir de nosotros mismos. 
Bendecimos esta Imagen Señor, que va a recorrer el País. 
Que ella, con su mansedumbre, con su paz, nos indique el camino.

Señor, vos sos un escándalo, el escándalo de la Cruz, 
una Cruz que es humildad, mansedumbre, una Cruz que nos habla de la cercanía de Dios. 
Bendecimos también esta Imagen de la Cruz que recorrerá el País.

¡Muchas gracias y nos vemos en estos días!
¡Que Dios los bendiga y recen por mí, no se olviden!

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Manuel de los Reyes La Casa Social Católica de Valladolid (1881-1946). Renovación social y presencia cristiana Ed. Encuentro, Madrid, 2013

http://www.youtube.com/watch?v=zDnnrCSLVfI

Manuel de los Reyes
La Casa Social Católica de Valladolid (1881-1946).
Renovación social y presencia cristiana
Ed. Encuentro, Madrid, 2013
pp. 692 – 30,00 €

El último cuarto del siglo XIX y el principio del siglo XX están marcados por una serie de cambios sociales, políticos y culturales que deberán ser asumidos con prudencia. El tránsito de la vida rural a la urbana, de una sociedad aristocrática a una sociedad cada vez más democrática, el modernismo, las relaciones entre la Iglesia y el Estado, junto al auge de los socialismos, el anarcosindicalismo, las guerras, y los problemas particulares de España, como la precaria situación del campo y de los obreros, la crisis social y política o el 98, harán que las formas de presencia de los cristianos en el mundo deban proponerse con originalidad.
El libro que acaba de publicarse bajo el título de La Casa Social Católica de Valladolid (1881-1946) es ejemplo de esa iniciativa y relata un capítulo de nuestra historia social y religiosa que ilustra de modo preciso y moderado uno de los casos en que una obra fue expresión de la fe de un pueblo. Centrada principalmente en Valladolid y con el protagonismo de los PP. jesuitas Francisco de Sales Colina, Marcelino de la Paz y Sisinio Nevares, también es un fragmento de la historia de la Compañía de Jesús y de España.
La "cuestión social" es el eje de las obras católicas de la época, que recibió el espaldarazo definitivo con la Rerum Novarum (1891) de León XIII, y se preocupó, en España, por la desatención de los trabajadores del campo, de los obreros en las ciudades, por el altísimo nivel de analfabetismo, el crecimiento acelerado de respuestas secularizadas como el socialismo o el liberalismo, el empuje creciente del sindicalismo de clase o la amenaza revolucionaria. La reacción católica ante un problema grave de la gente sencilla agravado por las tentativas violentas o injustas de encontrar una solución fue la de llevar la fe y la vida cristiana a todos los rincones de la sociedad. El modo concreto retratado en este libro ilustra cómo se entendió la subsidiariedad según la Doctrina Social de la Iglesia en aquel momento. A partir de la Asociación Católica de Escuelas se promovieron multitud de obras como la Federación de Sindicatos agrícolas católicos, los Sindicatos Obreros, la Caja Popular de Ahorros y Préstamos, mutualidades benéficas y religiosas, etc., cuyo núcleo era la Casa Social Católica de Valladolid.
La Segunda República, la Guerra Civil y los primeros años de la dictadura acabaron por agotar una forma histórica de presencia cristiana que había ofrecido un legado precioso para Valladolid y para España. La historia relatada acaba en 1946, fecha del fallecimiento del P. Sisinio Nevares, dejando paso a una nueva época en la que los cristianos empiezan a valorar otros modos de presencia. En palabras de Ratzinger, en el contexto contemporáneo «la fe en la organización cede a una invitación a la responsabilidad de la persona». Pero efectivamente esta es la historia de la segunda mitad del siglo XX y de lo que llevamos del siglo XXI.
Manuel de los Reyes retrata con gran precisión y buen oficio una compleja historia local, religiosa y social muy bien documentada que, claro está, tuvo sus luces y sus sombras, pero que sin duda fue una respuesta adecuada a un momento concreto. Es una invitación a que hoy nos preguntemos de nuevo cómo responder a los problemas graves de nuestro tiempo desde una correcta interpretación del principio de la subsidiariedad.
(Armando Zerolo)
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Máster de Historia de la Iglesia en América


Amigos:


Les comparto  trípticos de promoción del máster de Historia de la Iglesia en América del Pontificio Comité de Ciencias Históricas y que he recibido por ser miembro del Consejo Científico


Cordiales saludos,


José Antonio Benito

                       

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martes, 23 de julio de 2013

LOS DESAFÍOS DE LA FAMILIA HOY, por Humberto Zárate

Les rescato este artículo que mi gran amigo Dr.Humberto Zárate Jurado me preparó para una sesión con los voluntarios. Muchas gracias  https://www.facebook.com/humberto.zaratejurado


FAMILIA HOY

 

La problemática actual sobre la familia, hoy, en un mundo globalizado que configura nuevas realidades retando a la pareja humana en cuanto a su identidad, que se manifiesta en una crisis de valores en la sociedad y donde se hace necesario revisar una serie de conceptos respecto a la pareja humana conformada por el varón y la mujer, de su misión en la vida y de su plena realización como institución fundamental de dicha sociedad.

 

La Educación sexuada, hoy, en cuanto a sus roles como varón y mujer, va cambiando conforme va cambiando la realidad, desde que nace el ser humano esta educación ha sido así en principio, sólo que ahora la liberalización de la pareja en relación a la unión matrimonial establecida por el desarrollo del varón y de la mujer como tales, exige una respuesta a la pregunta: ¿Qué perfiles son ideales hoy en día para educar integralmente a la pareja en sus verdaderos roles en la sociedad?

 

La familia, hoy, centrada en el desarrollo personal como seres humanos de sus integrantes, exige una propia evolución ascendente de su personalidad, para alcanzar la realización plena de su existencia, sin embargo tiene que enfrentar en estos tiempos modernos a las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la cultura, viviendo una familias fieles a los valores que constituyen el fundamento de la institución familiar, otras inseguras y desanimadas de cara a su cometido y en estado de duda o desconocimiento de la verdad de la vida conyugal.

 

La Situación de la familia en el mundo de hoy presenta aspectos positivos y aspectos negativos. Existe una conciencia más viva de la libertad personal y una mayor atención a la calidad de las relaciones interpersonales en el matrimonio, a la promoción de la dignidad de la mujer, a la procreación responsable, a la educación de los hijos; se tiene además conciencia de la necesidad de desarrollar relaciones entre las familias, en orden a una ayuda recíproca espiritual y material, al conocimiento de la misión propia de la familia, a su responsabilidad en la construcción de una sociedad más justa.

Sin embargo, existe también la degradación de los valores fundamentales que derivan en una equivocada concepción teórica y práctica de la independencia de los cónyuges entre sí; las graves ambigüedades acerca de la relación de autoridad entre padres e hijos; las dificultades concretas que con frecuencia experimenta la familia en la transmisión de los valores; el número cada vez mayor de divorcios, la plaga del aborto, el recurso cada vez más frecuente a la esterilización, la instauración de una verdadera y propia mentalidad anticoncepcional.

En este llamado Tercer Mundo, donde ubican a nuestro país, a las familias les faltan los medios fundamentales para la supervivencia como son el alimento, el trabajo, la vivienda, las medicinas, bien sea las libertades más elementales. En cambio, en los países más ricos, el excesivo bienestar y la mentalidad "consumística", paradójicamente unida a una cierta angustia e incertidumbre ante el futuro, limitan a los esposos en la decisión de suscitar nuevas vidas humanas conceptuando a la vida como un peligro del que hay que cuidarse.

El estilo de vida que se edifica sobre una gran verdad que plasma al hombre como imagen de Dios y al que ha creado a su semejanza, dice la doctrina haberlo llamado a la existencia por amor y al mismo tiempo al amor, por cuanto este AMOR es la vocación fundamental e innata de todo ser humano.

"Dios es amor" (I Jn 4,8) y vive en sí mismo un misterio de comunión personal de amor. Creándola a su imagen y conservándola continuamente en el ser, Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación y consiguientemente la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión.(Gaudium et spes, 12) El amor es por tanto la vocación fundamental e innata de todo ser humano.

La sexualidad, mediante la cual el hombre y la mujer se dan uno a otro con los actos propios y exclusivos de los esposos, no es algo puramente biológico, sino que afecta al núcleo íntimo de la persona humana en cuanto tal. Ella se realiza de modo verdaderamente humano, solamente cuando es parte integral del amor con el que el hombre y la mujer se comprometen totalmente entre sí hasta la muerte.

La donación física total sería un engaño si no fuese signo y fruto de una donación en la que está presente toda la persona. Esta totalidad, exigida por el amor conyugal, se corresponde también con las exigencias de una fecundidad responsable, la cual, orientada a engendrar una persona humana, supera por su naturaleza el orden puramente biológico y toca una serie de valores personales, para cuyo crecimiento armonioso es necesaria la contribución perdurable y concordada de los padres.

El único «lugar» que hace posible esta donación total es el matrimonio, es decir, el pacto de amor conyugal o elección consciente y libre, con la que el hombre y la mujer aceptan la comunidad íntima de vida y amor, querida por Dios mismo,(Gaudium et spes,48) que sólo bajo esta luz manifiesta su verdadero significado. La institución matrimonial es una exigencia interior del pacto de amor conyugal que se confirma públicamente como único y exclusivo, para que sea vivida así la plena fidelidad.

El matrimonio es el fundamento de la comunidad más amplia de la familia (Gaudium et spes, 50), ya que la institución misma del matrimonio y el amor conyugal están ordenados a la procreación y educación de la prole, en la que encuentran su coronación; el amor es esencialmente don y el amor conyugal, a la vez conduce a los esposos al recíproco «conocimiento» que les hace «una sola carne»,(Gen. 2, 24)) no se agota dentro de la pareja, ya que los hace capaces de la máxima donación posible, por la cual se convierten en cooperadores de Dios en el don de la vida a una nueva persona humana. Los cónyuges, a la vez que se dan entre sí, dan más allá de sí mismos la realidad del hijo, don preciosísimo del matrimonio, reflejo viviente de su amor, signo permanente de la unidad conyugal y síntesis viva e inseparable del padre y de la madre.

Al hacerse padres, los esposos reciben el don de una nueva responsabilidad. Su amor paterno está llamado a ser para los hijos el signo visible del mismo amor de Dios, «del que proviene toda paternidad en el cielo y en la tierra».(Ef. 3, 15).Sin embargo, no se debe olvidar que incluso cuando la procreación no es posible, no por esto pierde su valor la vida conyugal. La esterilidad física, en efecto, puede dar ocasión a los esposos para otros servicios importantes a la vida de la persona humana, como por ejemplo la adopción, la diversas formas de obras educativas, la ayuda a otras familias, a los niños pobres o minusválidos.

En el matrimonio y en la familia se constituye un conjunto de relaciones interpersonales —relación conyugal, paternidad-maternidad, filiación, fraternidad— mediante las cuales toda persona humana queda introducida en la «familia humana». El matrimonio y la familia edifican la sociedad; en efecto, dentro de la familia la persona humana es introducida, mediante la educación, en la comunidad humana. 

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lunes, 22 de julio de 2013

EL PADRE RAMÓN ALONSO RIVAS, CSM, (1920-2013) EN LA PATRIA ETERNA




EL PADRE RAMÓN ALONSO (1920-2013) EN LA PATRIA ETERNA
Me acaban de comunicar por e-mail "el fallecimiento del P. Ramón en la madrugada de hoy –lunes 22 de julio-. Todo indica que ha sido de forma repentina, sin señales de desenlace angustioso". Con 92 años bien intensos. Como recogiese la Revista Estar (Febrero 1973, p. 7) relatando la crónica de su ordenación sacerdotal el 7 de octubre de 1972, el incombustible P. Ramón "ha sido hasta ahora colegial, congregante mariano, estudiante de Comercio, obrero de la construcción, soldado de la quinta del "chupete", oficinista, empleado y luego director de Banco, soldado otra vez en África, comprometido sentimentalmente con la mujer que él creía llegaría a ser su esposa ( luego religiosa concepcionista), administrador del sanatorio Guadarrama, licenciado en ICADE, misionero seglar en América, promotor y gerente de una cooperativa de crédito en el Perú, Administrador de la Universidad del Pacífico en Lima, sacerdote".

Conviene recordar en este momento de gracia, un detalle trascendental en la expansión apostólica del Movimiento de la Milicia de Santa María: la primera expansión misionera no fue en Madrid o en España, sino hacia América. Antes de salir de Madrid, en 1964, en pleno Concilio Vaticano II, un 21 de junio, y en el mismo avión en el que viajaba procedente de Roma-vía Madrid-Lima- el Cardenal Arzobispo de Lima (S.E. Juan Landázuri RickettsOFM acude Ramón Alonso como primer cruzado a Perú. El prefecto apostólico de la Misión de San Javier del Marañón, Mons. Antonio María de Hornedo, en el nororiente peruano, le solicitó al Padre Morales a través del Director Abelardo de Armas el envío de cuatro miembros para colaborar con unas obras recientemente iniciadas que necesitaban personas con ciertos conocimientos profesionales. Lo narró el mismo propio Padre Morales: "Cálculos humanos no comprendían ni la decisión que tomó la Cruzada de responder al llamamiento que la Iglesia le había hecho por labios de aquel Prelado, ni la generosidad de aquellos dos primeros cruzados misioneros. Pero las matemáticas divinas van por otros caminos. Así, la primera expansión de la Cruzada fuera de Madrid, fue, antes que a otro punto de España, que parecía lo obvio, a esas tierras hispánicas más allá del Océano[1]
Su destino era San Ignacio, un pueblo que por aquel tiempo pertenecía a la provincia de Jaén, en el departamento de Cajamarca. Fue al año siguiente, en 1965, cuando se creó la provincia jesuítica de San Ignacio. La zona es «ceja de selva». Eclesiásticamente, San Ignacio pertenecía a la prefectura apostólica de San Javier del Marañón, encomendada a los
En 1967 acudieron otros dos cruzados  para bajar finalmente los cuatro a Lima en 1968, a la Universidad del Pacífico, donde permanecieron hasta 1970. Cuenta el P. Raimundo VILLAGRASA, S.J.: "El diez de enero (de 1966), el P. Marina comenzó sus funciones como Secretario General interino. Vimos que, no sólo en su caso sino en el de los futuros secretarios generales, era necesario descargar de las funciones del Secretario General las de supervisión del apoyo administrativo. Para ello empezamos a barajar  posibilidades que nos permitieran encontrar a una persona que, a la vez que buen profesional, nos diera las garantías de máxima confianza. Esto nos puso en contacto con los Cruzados de Santa María, un instituto religioso seglar con sede en Madrid. Las negociaciones fueron exitosas (el superior de ellos era un antiguo amigo a quien traté antes de que yo ingresara a la Compañía de Jesús en 1951) y vinieron al Perú cuatro cruzados. Los alojamos en uno de los departamentos de Sánchez Cerro que había quedado desocupado y formaron una pequeña comunidad. De ellos, dos se incorporaron a la universidad. Uno de ellos, fue nombrado Administrador y tenía a su cargo todo el apoyo administrativo y la tesorería y, el otro,  se reveló como excelente profesor de contabilidad (tenía el título de Profesor Mercantil a equivalente a nuestro Contador Público) y fue después secretario de Servicios Académicos"[2].
En Lima no pierden el tiempo. Aunque todos se dedican al apostolado, uno de ellos, lo hace a tiempo completo y los otros tres lo comparten con el quehacer profesional en la Universidad del Pacífico. Además, uno de los pioneros, P. Ramón Alonso Rivas, cursa estudios de Teología en la Facultad de Lima, durante los años 1969 y 1970. Se conserva en el Archivo de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima, la solicitud a SE Juan Cardenal Landázuri, de que "le conceda autorización para efectuar los estudios eclesiásticos y acortar los estudios previos en razón de su edad., se le reduce el currículo de filosofía a un año, debiendo estar bajo el cuidado del P. Enrique López Dóriga"[3]. De este modo cursa el primer y segundo año de teología en Lima y luego los continúa aquí en Madrid. Tuvo como compañero a Salvador Piñeiro, hoy arzobispo de Ayacucho, con quien mantuvo siempre una entrañable amistad.

En 1970, a raíz de la Operación "Instituto" por diversos centros estatales de secundaria y la expansión misionera por distintas provincias de la Península en España, todos los cruzados regresan a España, para regresar nuevamente al Perú-Tacna-  en 1986. Eso, es otra historia.
Hoy sólo quiero constatar la inmensa gratitud a nuestro querido e inolvidable P. Ramón Alonso, que a pesar de sus 92 años, nunca perdió la esperanza de volver al Perú, nación que llevó siempre en su corazón y por la que oró permanentemente. Siempre que iba a España conversaba largos ratos con él y sentía la misión del Perú como algo muy suyo. Yo le pido, ahorita que está –como a él le gustaba decir ante su hermana muerte- en la PATRIA, con Jesús y nuestra Madre, que nos ayude a ser santos y que nos envíe vocaciones peruanas santas.
Muy querido Padre Ramón, gracias, muchas gracias, descanse en paz.
José Antonio Benito


P.D. 1. Foto en compañía de Iván Landa. 2. Juan Luis. P. Ramón. Iván. 3. Juan Luis. P. Ramón. Ángel. Jesús Amado



[1]P. Tomás Morales Génesis y desenvolvimiento de un gran ideal a.c. (1977) 4-5
[2] RecuerdosUn testimonio personal sobre la Universidad del Pacífico. Universidad del Pacífico, Lima, 1997. Pp.32-33
[3] Archivo Histórico de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima. Expediente personal de Ramón Alonso Rivas.


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