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sábado, 10 de agosto de 2024

BASIDA, UNA FAMILIA QUE APUESTA POR AMAR A FONDO PERDIDO

BASIDA, UNA FAMILIA QUE APUESTA POR AMAR A FONDO PERDIDO

BASIDA, Asociación de carácter benéfico y asistencial, sin ánimo de lucro y Declarada de Utilidad Pública, que nació en 1989, fundamentalmente, para intentar dar respuesta al grave problema del SIDA, surgido hacia el 1980. En 1990, BASIDA pone en funcionamiento en Aranjuez la mayor Casa de Acogida para enfermos de SIDA de España, con una capacidad de 35 plazas, con el objetivo de ofrecer una atención multidisciplinar, personalizada, digna e integral a estas personas. Más adelante, en 1995, la Asociación puso en marcha una nueva Casa de Acogida en Manzanares (Ciudad Real) con 18 plazas y en 1996 la Residencia Hospitalaria para enfermos terminales en Navahondilla (Ávila) con 28 plazas y desde el inicio de la actividad el número de personas atendidas ha ascendido a unas 300 personas; aquí me encuentro desde primeros de junio y seguiré largos periodos de este primer año de aterrizaje tras los 30 años en el Perú.

El ambiente es paradisíaco, tipo Santiago de Aravalle, bello, puro, silencioso. Los miembros de la Comunidad son ejemplares por su vida de oración, entrega, desde su espiritualidad a lo Teresa de Calcuta, Carlos de Foucauld. Comenzó todo desde una opción radical de un grupo de amigos de renovación carismática en una parroquia de Aranjuez y son ya de 30 años de vivir juntos, poniendo todo en común, oración como eje del día, servicio a los más desheredados, Jesús referencia y modelo de vida). Aunque al comienzo fue el SIDA, desde hace varios años, el perfil de las personas atendidas se ha diversificado y en la actualidad, atienden a enfermos crónicos, personas con problemas de adicción - principalmente a alcohol, cocaína y cánnabis- personas mayores con demencias y enfermedades crónicas que requieren unos cuidados especializados y continuados que sus familias no les pueden prestar, ex reclusos en situación de Libertad Condicional por enfermedad grave e incurable y familias en situación de vulnerabilidad o exclusión social.

A todos ellos se les ofrece un tratamiento integral, personalizado e interdisciplinar con el que dar una respuesta adecuada a las múltiples y diversas problemáticas y necesidades que presentan. Aunque las historias de cada persona –lo que voy conociendo- son muy dramáticas, varios de ellos han estado a punto de morir, han sido abandonados,…destaco el verlas contentas por saberse miembros de una gran familia en la que son acogidas y queridas. Da gusto ver cómo celebran sus cumpleaños y aniversarios; con sus ahorros siempre regalan algo como sorpresa –helado, tarta…- Me conmueve cómo cada cual aporta con lo mejor de sí. Uno no sabe si llorar o reír cuando los ves desplazarse –en procesión-. Se da el caso de A en silla de ruedas es llevada por B (que apenas ve y camina con dificultad, pero que puede llevarla porque tiene fuerza en las manos y se fía de los ojos de A); lo mismo sucede con C (de más de 80 años, con muleta) que puede llevar a D (en silla de ruedas)… Por supuesto, que, como podéis imaginar, uno se encuentra con misiones un poco ingratas como cambiar los pañales a algún anciano que puede llegar a ensuciarte como me ha ocurrido en diversos momentos, pero ¡qué papás no han vivido y viven aventuras tan emocionantes a diario! El rato de "terapia" es otro momento emocionante, hay que cantar, dar palmas, rezar, ayudar a hacer la "o" con un canuto, acompañar al baño a uno de ellos, contestar ciento y una vez el día en que vive porque se le olvida, recordar a E que es abuela y tiene dos nietos guapísimos porque te lo pregunta en el momento más "trascendental" del dictado… Poco a poco me voy haciendo amigo de algunos de los residentes como F, antiguo legionario, quien fue recogido de la calle por sobredosis, y a quien estoy ayudando a escribir sus memorias, G, pintor extraordinario, que diseña carteles, elabora murales y siempre está disponible…H, antiguo jardinero, autodidacta, que sabe de todo y me tiene al corriente de cuanto sucede en el exterior..

De vez en cuando, nos sorprende la visita de voluntarios que vienen con las mayores ganas de aprender y de darse. Lo primero campea por varios anuncios "la medida del amor es amar sin medida", lo segundo comienza desde el primer saludo, el primer encuentro, al sonrisa acogedora de esta familia siempre abierta para dar y recibir. 

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CAMPAMENTO SANTA MARÍA, AULA MAGNA DE FORMACIÓN DE LÍDERES JÓVENES. GREDOS 2024.

CAMPAMENTO SANTA MARÍA, AULA MAGNA DE FORMACIÓN DE LÍDERES JÓVENES. GREDOS 2024.

Comenzó el Campamento –en la segunda quincena de julio del 2024- con la atractiva presentación de diapositivas de una fascinante aventura para forjar los nuevos jóvenes que el cambiante mundo necesita. Me siento identificado al cien por cien con la propuesta y considero una gracia inmerecida el participar como educador a pesar de que hacía más de 30 años sin hacerlo.

En un ambiente natural lleno de verdor y pureza, con fuentes, picachos, horizontes abiertos, gorjeos de pájaros, vientos, calores, la Sierra de Gredos se convierte en aula magna de formación de líderes juveniles.

Frente a tantas voces que se lamentan por la falta de valores en los jóvenes actuales, mi primera conclusión es afirmar mi fe en los jóvenes españoles como he podido vivir de primera mano con el medio centenar de ellos, provenientes de diversas provincias de España.

Pondero la excelente sinodalidad vivida desde el máximo responsable –jefe de campamento- y los asesores, educadores, jefes de escuadra, acampados, responsables de cocina y otros ayudantes; cada uno en su puesto, sin desplazar ni ausentarse.

Celebro la brillante iniciativa de unir España con Perú a través de los 3 entrañables audios desde el Perú en el Fuego de Campamento, así como la proyección misionera en el Circo con el testimonio de dos nuevos envíos, junto a varias menciones de Misión Perú.

Ha habido tiempo para marchas, reuniones, oraciones, deporte, celebraciones, festivales, cursillos, fuegos de campamento- Divididos en pequeños grupos –escuadra, familias de 5 ó 6- aprenden a convivir, vivir para los demás, dando lo mejor de sí.

Me he encontrado muy a gusto en el "engranaje" del Campamento, como "asesor" de "escuadra" Lo importante es cumplir cada uno con su misión, los mayores, los menores, los medianos; los jefes y los acampados; todos a una como una gran familia en la que se vive la sencillez de Nazaret y la generosidad y alegría de la Visitación porque es CAMPAMENTO (esfuerzo, lucha, superación) de SANTA MARÍA (ternura, humildad, misericordia).

 Dios quiera que lo aprendido en este cursillo intensivo pueda aplicarse de modo permanente y gozoso a lo largo del año.

Les comparto la foto con miembros de México, Ecuador y Perú, junto al responsable del mismo, SGH, doctor del Instituto Pasteur de París.

Ojalá sean muchos los jóvenes que puedan participar el próximo año. 

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PALANCAS, Mari Carmen. La mano de Fausto. Un hombre ante la enfermedad y la muerte. 2004

PALANCAS, Mari Carmen

La mano de Fausto. Un hombre ante la enfermedad y la muerte

Edición VOSA. Colección Autores implicados. Madrid 2004, 205 pp

He tenido el gusto de convivir con la autora en el voluntariado de BASIDA en Nava hondilla (Ávila) donde recibí de su mano la preciada obra. Me gusta leer de modo particular cuando conozco la persona que da vida al relato. Y debo comenzar por agradecer su regalo y su valentía por afrontar ten desafiante relato.

Marica Carmen –su autora- nace en Villarta de san Juan (Ciudad Real). A los 12 años se instala en Vallecas. A los 23 se casó con Fausto Perelló, con quien formó una linda familia, bendecida por dos hijos Ana y Eduardo y que se dedicó profesionalmente a la frutería en Canillejas, lugar donde lograron prosperar en el rubro gracias a su don de gentes y su espíritu emprendedor.

Como se ve en la portada de la obra, a partir de un tumor canceroso en la mano derecha, la vida les dará una vuelta total. Para remediar ese monstruo acudió a todos los medios naturales y sobrenaturales, naturistas y científicos, a su alcance, luchando titánicamente por la vida, siempre ayudado por su familia, pero que siempre se le escapaba de las manos.

El sentido de la vida –buscado y al que se quiere responder- es luchar por conseguir su salud, el bien, pero siempre de la mano de su esposa –la autora del libro- sus amigos, especialmente Manolo, y sus dos hijos.

La obra culmina con la frustración de la muerte, a pesar de los pesares. El libro servirá a la autora de recuerdo, terapia y esperanza. Vale la pena luchar, tiene sentido buscar una y otra vez, a través de los mil y un argumentos y con todos los medios, por lograr el mayor bien –la curación física y moral- del ser querido. Si la medida del amor es amar sin medida, la autora comparte todos los intentos como medio del gran amor por su marido. Queda por contar- y le animo en un próximo libro- cómo ha logrado la paz y la felicidad en medio de tantas dificultades y sorteando tantos obstáculos.

Desde ya mi felicitación 
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Requetés (De las trincheras al olvido) de Pablo Larraz y Víctor Sierra, La esfera de los libros, Madrid, 2011, 955 pp

Requetés (De las trincheras al olvido) de Pablo Larraz y Víctor Sierra, La esfera de los libros, Madrid, 2011, 955 pp

Nunca terminaremos de conocer y desentrañar las acciones y las motivaciones de nuestros antepasados en esta locura de odios y también de ideales contrapuestas en que se mató para que no se matase en esta guerra fratricida en que se inmoló un millón de españoles y extranjeros.

El inmortal cuadro de Goya de la riña a garrotazos, no nos puede llevar, sin embargo, a concluir de modo relativista y superficial, que todos robaron, todos mataron… Primero hay que conocer los hechos, los protagonistas y luego saquemos lecciones. La historiografía de la guerra del 36 ha obviado grupos como los requetés (también las "margaritas", especie de sección femenina) a pesar de contar con unos 60.000 voluntarios y representar un grupo de élite por su juventud y su altura de miras. Unos en vanguardia, otros en retaguardia, y no sólo en Navarra, sino en toda España, salieron en defensa de la patria, del rey y de la religión, sobre todo de ésta, dejando como fruto heroísmo y ganas de reconciliación y de paz.

Sabemos lo difícil que resulta indagar en las heridas del pasado. Parecía que en España, tras la transición, se había llegado ya al punto muerto en que olvidada la guerra se forjaba una España de paz y democracia. Sin embargo, vivimos tiempos en algún sentido al preludio de la guerra, por los enfrentamientos políticos y sociales. Dios quiera que llegue la sensatez y logremos entendernos.

¿Qué nos pasa? Como decía Ortega y Gasset "que no sabemos lo que nos pasa". Para ayudarnos en esta necesaria introspección, saludamos y felicitamos a los autores de la presente obra. En verdad, ingente, de casi mil páginas.

 Se recogen 65 testimonios de 205 participantes en la guerra. Articulados en 15 apartados, de acuerdo a su temática, (los resucitados, cautivos, evadidos, atrapados, niños, Artajona, vocación, columnas y partidas, mujeres de vanguardias, en el frente, retaguardia en pie de guerra, paz en la guerra, ametrallados, cartas, de la victoria al desengaño). Son entrevistas orales, cartas, recuerdos, fotos procedentes de toda España que tienen que ver con las filas carlistas o requetés. Voluntarios de primera línea , enfermeras en hospitales de guerras, presos, evadidos, heridos, mujeres de la retaguardia, capellanes…recuerda n con frescura y autenticidad la tragedia colectiva vivida del 36 al 39. Sin comentar lo sucedido, el esfuerzo de los autores es facilitar los testimonios sin tomar partido.

Comparto entre los valiosísimos testimonios, dos de ellos, vinculados con la acción de los capellanes y la motivación de los protagonistas.

Jesús Torrens Zabalza, 63—74. Navarro, voluntario del Tercio del Rey. Herido en Sigüenza, prisionero y dado por muerto durante varios meses. "Creo que van a perder la guerra –le dijo al jefe de la prisión en Valencia- porque con tanto desorden y poca disciplina entre los combatientes es imposible ganar: cuando los suyos toman un pueblo, lo primero que hacen es dedicarse a robar…nosotros salimos voluntarios y en nuestro ejército hay autoridad, disciplina y moral. Los requetés llevamos un cura en cada compañía y tenemos misa siempre que se puede. En cambio ustedes, para mantener a los milicianos contentos, les mandan putas al frente. ¿Cree usted que un tío va a jugarse la vida sabiendo que después de la batalla va a tener una puta esperándolo?... [La culpa la tienen] sobre todo los dirigentes. Además, tantas atrocidades con la Iglesia lo que han conseguido es que la sociedad española reaccione; y, además, están mal vistas en el extranjero". Él se calló y no volvió a preguntar…Se quedó serio y triste y me despidió cortésmente" p. 72

P. Andrés Algarra Sagüés, nacido en Cáseda, Navarra, 1903, capellán de requetés: "Pensé qué debía hacer, y el 24 de julio me inscribí como capellán de requetés, no porque yo fuera carlista –para mí el sacerdocio estaba por delante de todo-, sino porque me parecían los que habían salido con un espíritu más claro de defensa de la religión y esos muchachos merecían atención espiritual allí donde marcharan. Se pensaba que en quince días se habría entrado en Madrid y ya estaría todo acabado p.446

Los solteros se adelantaban para que los casados no corrieran peligro. Aquella voluntad y generosidad me impresionaba, y viendo esos casos uno se convencía de que con gente así no se podía perder la guerra  p.449

Los capellanes íbamos, lógicamente, sin armas, sólo con el crucifijo que llevaba en el bolsillo de la camisa, que todavía conservo, y el Santo Óleo en una cartuchera. Cuando podía celebraba la misa, confesaba y por las tardes marchaba hasta las avanzadillas para charlar un rato con los voluntarios y rezar el rosario con ellos. Esto último lo agradecían muchísimo, porque para llegar allí te jugabas el tipo y, estando en primera línea, la nostalgia de casa se lleva mejor compartida p.454

El episodio de toda la guerra que recuerdo con más amargura fue cuando me ordenaron confesar a tres prisioneros que iban a fusilar acusados de espionaje…Hablé al capitán para convencerle de que no los fusilaran. Acabó enfadándose por mi insistencia y me dijo muy serio: Padre Algara, cumpla usted con su deber de sacerdote, pero yo tengo que cumplir mi deber como militar. Al final los fusilaron. Aquello me afectó mucho y durante varios días no pude quitármelo de la cabeza. Afortunadamente, no se volvió a repetir

…He evitado siempre cualquier polémica, pero tengo que decir que, como sacerdote, desde el día del Alzamiento prediqué sobre el perdón cristiano y en contra de la venganza…Estoy seguro de que la mayoría de los sacerdotes actuamos en este mismo sentido, y por eso me duele cuando ahora se critica tan fuerte a la Iglesia en aquellos años sin saber y sacando sólo lo negativo. Parece que nadie habla de los pueblos de Navarra y hubo muchos en que gracias al cura no hubo fusilamientos o de todos los religiosos que murieron por causa de la fe perdonando a sus verdugos. Ellos son el mejor ejemplo y testimonio que ha dejado nuestra maldita guerra ". 456

Javier Lorente Esparza, Olite, Navarra, 1915, seminarista, voluntario del Tercio de San Miguel

"Salimos a la guerra con espíritu de fe, de cruzada, para salvar a España del comunismo, y todos éramos una misma voluntad y una misma reacción. Nos queríamos como hermanos y nos jugábamos la vida unos por otros. Aquello fue único, una gesta, aunque las nuevas generaciones no lo entiendan ni les importe" p. 472

La he leído de un tirón y la verdad que da gusto conocer tantas personas en tantos acontecimientos de la vida cotidiana de primera mano. La esmerada edición acompañada de numerosas fotos y mapas ayudan para que el relato no pierda nada de su fuerza. 

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GIL IMIRIZALDU, Plácido María Un adolescente en la retaguardia. Memorias de la Guerra Civil (1936-1939) (Encuentro, Madrid, 2006, 213 pp)

GIL IMIRIZALDU, Plácido María Un adolescente en la retaguardia. Memorias de la Guerra Civil (1936-1939) (Encuentro, Madrid, 2006, 213 pp)

¡Cuánto ayuda la historia en migajas o desde un ángulo particular! Es la oportunidad de bucear en el corazón de los acontecimientos, en el auténtico por qué, evitando generalidades, como nos brinda el presente libro, que cuenta ya con . Auténtica confesión de un adolescente -15 años-, en la actualidad anciano venerable, benedictino en Leyre.

 A los 15 años, Miguel Gil se prepara para ingresar en la Orden Benedictina en el monasterio de El Pueyo (Barbastro, Huesca). El 23 de julio de 1936, un piquete de milicianos asaltó el convento y arrestó a todos los miembros de la Comunidad, incluidos los jóvenes aspirantes.

 Miguel Gil comparte la prisión con el resto de los monjes y es testigo de su martirio, que ellos aceptan heroicamente, mientras perdonan a los asesinos. El niño escapa de la muerte por su corta edad y, tras superar grandes riesgos, logra reencontrarse con sus padres tras el final de la guerra civil.

El propio Miguel Gil, hoy monje en la abadía benedictina de Leire (Navarra), describe con precisión los detalles de la aventura que vivió, desde el ataque a El Pueyo hasta el feliz encuentro con su familia, que ya le daba por muerto, en 1939.

La crónica, escrita en primera persona, a modo de diario, recoge las impresiones de cada momento, con datos y referencias a fechas y descripciones de los lugares visitados. Tras atravesar tierras de Aragón, se refugia en Caspe y de allí se dirige a Lérida, hasta que encuentra cobijo en una familia campesina que lo adopta como hijo. Fueron los únicos días felices de su larga peregrinación, de la que conserva de él los mejores recuerdos, especialmente cuando se refiere a la madre de la familia o se encuentra con algún joven que tiene sus mismos ideales religiosos.

 Aunque el autor no ha cuidado el estilo literario, la obra muestra una conmovedora sencillez, que refleja la bondad del personaje y la nobleza de sentimientos inspirados en los preceptos del Evangelio. Le duele en el alma la guerra fratricida, compartiéndonos un relato hondo y sincero de lo que vive y percibe de los demás.

Plácido Miguel Gil Imirizaldu nació en Lumbier (Navarra) el 10 de junio de 1921. Ingresa de niño como estudiante en el Monasterio Benedictino de El Pueyo. Con 15 años le toca vivir en 1936 uno de los episodios más trágicos del inicio de la Guerra Civil española con el martirio de toda la comunidad monástica convirtiéndole en testigo privilegiado de una de las paginas más bellas del reciente martirologio cristiano. Tras tres años en la retaguardia ingresaría como monje en Monasterio Benedictino de Valvanera (La Rioja). Tras cursar estudios en Montserrat y Roma fue ordenado sacerdote en 1946 y enviado al monasterio de El Paular (Madrid). Posteriormente desarrolló una apreciada labor pastoral en la diócesis de Málaga. Finalmente se incorporó al Monasterio Benedictino de Leyre (Navarra) donde contribuyó eficazmente a la promoción de la Causa de los Mártires de El Pueyo. Falleció en 2009. Ediciones Encuentro ha publicado dos obras suyas: Un adolescente en la retaguardia(2006) y Iban a la muerte como a una fiesta (2012).

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lunes, 29 de julio de 2024

Fallece Teófanes Egido, historiador salmantino, carmelita

Gran maestro universitario, fervoroso carmelita, erudito cronista de Valladolid, director del Centro Internacional de Estudios Josefinos, generoso miembro del tribunal de mi tesina de licenciatura en historia de América...

Fallece Teófanes Egido, historiador salmantino

Ha fallecido este miércoles en Valladolid a los 88 años de edad, en la ciudad de la que fue el primer cronista oficial de la democracia

Fallece Teófanes Egido, historiador salmantino
Tamara Navarro
Tamara Navarro
Miércoles, 17 Julio 2024, 10:29
Lectura estimada: 3 min.
Última actualización: Miércoles, 17 Julio 2024, 11:07

El historiador y fraile carmelita Téofanes Egido, especializado en el siglo XVI del que fue un gran conocedor y que documentó el linaje judeoconverso de Santa Teresa, ha fallecido este miércoles en Valladolid a los 88 años de edad, en la ciudad de la que fue el primer cronista oficial de la democracia.

Catedrático emérito de la Universidad de Valladolid, Egido (Gajates, Salamanca, 1936), rastreó en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid un pleito de hidalguía del que a mediados del siglo XX se hizo eco el escritor y académico Narciso Alonso-Cortés, hasta demostrar la ascendencia judía de la monja reformadora.

 

Egido y Lutero

Además de la reformadora de la orden carmelita que profesó Teófanes Egido, también dedicó a Martín Lutero buena parte de sus investigaciones, tradujo sus obras al español y junto al estudio de figuras claves del XVI como Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Carlos V y Felipe II, labró nuevas perspectivas de interpretación.

Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Valladolid, donde se licenció en 1965 y leyó su tesis doctoral, en 1970, sobre la relación entre la opinión pública y el poder durante el siglo XVIII, antes de ser profesor adjunto, titular y desde 1989 catedrático de Historia Moderna, Contemporánea y de América.

 

Historia de las mentalidades

Desde su cátedra se erigió en España como uno de los referentes de la historia de la mentalidades, otra forma de analizar la historia o corriente historiográfica para explicar el pasado desde ángulos diferentes como la filosofía, el derecho, economía o sociología, que en su caso aplicó a estudios sobre la Inquisición, el protestantismo y la piedad popular.

Pero también se detuvo en el erasmismo español, la influencia de las tesis luteranas en la España imperial y teocentrista de Carlos V y Felipe II, con un profundo conocimiento del que se sirvió el escritor Miguel Delibes para fundamentar su novela "El hereje" (1998).

Una de sus últimas obras fue 'Sobre Teresa de Jesús', un relato de José Jiménez Lozano y un ensayo de Teófanes Egido, juntos en un mismo libro que editó la Junta de Castilla y León en 2015 con motivo del quinto centenario del nacimiento de la monja andariega.

 

Una monja discutidora

Una vez más, constante en su obra, contribuyó a enfocar la imagen de Santa Teresa, distorsionada de forma intencionada durante la España de la Contrarreforma, secuestrada en cierto modo por los espirituales del XIX y XX, e incluso utilizada por sectores sociales, religiosos y políticos hasta hace menos de un siglo.

No entendía Egido esta desfiguración que duró siglos en un personaje, como fue Santa Teresa, que "no hace más que hablar, hablaba hasta en sus silencios", dijo entonces durante la presentación del libro que escribió junto a Jiménez Lozano y que ideó el también historiador Agustín García Simón.

En 2001, después de su jubilación y tras ser nombrado catedrático emérito de la Universidad de Valladolid, el Ayuntamiento le nombró cronista oficial de la ciudad, el primero de la última etapa democrática iniciada en 1975.

Su empeño como docente, investigador e historiador adornaron el palmarés del Premio Castilla y León de Ciencias Sociales 2020, que le acreditó públicamente, una vez más, como maestro de historiadores.

Obras suyas son, entre otras, 'El linaje judeoconverso de Santa Teresa. Pleito de hidalguía de los Cepeda', 'Las claves de la Reforma y Contrarreforma' (1517-1648) y 'Los jesuitas en España y el mundo hispánico'. EFE


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