jueves, 9 de octubre de 2008

LA BIBLIA EN EL PERÚ

¿Cómo se difundió la Biblia en el Perú a través de la historia?

 

El alimento divino que es la Biblia se ha presentado en Perú de muchas y variadas formas. Fray Juan de Zumárraga advierte en su Doctrina cristiana (1546) que “el primer paso para ser cristiano es conocer la Sagrada Escritura”.. Conversando con el Dr. José Antonio del Busto sobre el asunto de si se leía la Biblia en el tiempo del virreinato me decía “aunque tuviesen la biblia, no había costumbre de leerla”, pues se leía poco. Sin embargo, el contenido bíblico llegaba a los fieles de múltiples maneras:

1.      El arte. Muchos de los retablos, altares, portadas, cuadros, esculturas son representaciones bíblicas.

2.      El teatro, especialmente relativo a la vida de Cristo (Navidad, Semana Santa) o personajes célebres como Moisés, Abraham, Jonás, San Pablo, San Pedro...Juan de Espinosa Medrano de los Monteros, El Lunarejo, compuso la obra El hijo pródigo en 1643, cuando tan sólo tenía 16 años[1]

3.      La Misa. En su primera parte, Liturgia de la Palabra, siempre se ofrecen tres lecturas: la primera del Antiguo o cartas de San Pablo, el Salmo y el Evangelio. Fray Juan de Zumárraga advierte en su Doctrina cristiana (1546) que “Lo que yo hago es llevar bien leído el Evangelio y la Epístola de aquel día; y aun si hallo algunos de mis compañeros u otros que me quieran oír, se lo leo en un libro que tengo de los Evangelios en romance, que lo suelo leer a la gente de casa la noche antes o aquella misma mañana, y ruégoles que lo escuchen y lo encomienden a la memoria, y que miren cuanto nos va en ello”.[2] Un curioso tratado del franciscano P. Antonio de Solís Tesoro de la Iglesia Católica. El intento principal para que los ministros y acólitos sepan ayudar la Misa rezada y solemne y los demás fieles oír con la mística exposición de las ceremonias de la Misa (Lima, Imprenta Jorge López de Herrera, 1650, Archivo Los Descalzos, B-60 B):

La Epístola se ha de oír con mucha atención-devoción y deseo grande de aprovecharnos de la sagrada doctrina y saludables documentos que hay en ella. Que en las epístolas se contiene la doctrina de los santos Profetas y Apóstoles que es disposición para recibir la de Cristo Señor Nuestro que se nos cuenta en el Evangelio y así se ha de pedir al Señor su luz y gracia para creerla y obrarla (p.75)..Al Evangelio se levantan todos (como está mandado por decreto del Concilio Niseno y de presente por el Misa) en señal de estar muy aparejados para creer y obedecer a la doctrina del Santo Evangelio y defender la verdad que en él se contiene, dando la vida si fuere necesario (p.77) Cuando el sacerdote besa el Misa acabado el Evangelio sepan los oyentes que en esta reverencia que se hace al Misa, se hace al mismo Cristo que lo representa y antiguamente se daba a todos y cada uno respondía: Laus tibi Christi (p.78).

 

4.      Explicación de la Biblia y predicación de la Palabra de Dios los domingos y festivos. Los concilios y sínodos americanos mandan que todos los domingos y fiestas de guardar, especialmente en tiempos de Adviento y Cuaresma, se lea, se predique, se explique o comente el Evangelio del día o lo hagan declarar a otra persona idónea (Sínodo de Huamanga 1629, 13, Lib. I, tít. I, cap. III). El Sínodo de Lima de 1613 extiende tal explicación del Evangelio del día a “los días de Cuaresma, más acomodados” (c.IV), y el de Guamanga “y en el tiempo de Cuarsma y Adviento con más frecuencia” (Const.3ª). Esta predicación se escribirá en forma de sermones de acuerdo a un listado anual que se encomendada a los canónigos o religiosos de las diferentes órdenes religiosas. Para Lima, en 1613, se incluían unos 68 días[3] .

 

5.      Cátedras de Sagrada Escritura. En la Universidad de San Marcos, la Facultad de Teología contaba con cuatro cátedras: Prima, Sagrada Escritura, Santo Tomás, Vísperas. El Virrey Toledo firma una Real Cédula, Los Reyes, 20 de junio de 1580, por la que indica que  la “cátedra y lectura de Sagrada Escritura sin la cual no se puede saber ni entender la teología y letras divinas ni conseguirse el efecto de la enseñanza y predicación evangélica que han de hacer los estudiantes que la profesasen para españoles e indios. Uno de los catedráticos fue el P. José de Acosta, quien publica en 1590 De vera Scripturas interpretandi ratione y quien salpica todas sus obras  de textos bíblicos. Así, en De procuranda indorum salute:

 

“La situación de los indios me parece muy semejante a la historia antigua de los samaritanos que leemos en el libro cuarto de los Reyes: heridos los colonos por el terror y el miedo de los leones que hacían estragos entre ellos, pidieron un sacerdote de Dios que les enseñase la ley divina” (XIV)...”si leemos con atención la Sagrada Escritura, se verá que acaso no sin gran razón y cierto misterio divino es llamada a la gracia del Evangelio, incluso con predilección, la raza más alejada e inculta de hombres. Etiopía –dice- extenderá sus manos a Dios” (I, 2)

 

6.       A título de ejemplo vemos unos apuntes del mercedario P. José Ventura Rivera el 1 de junio de 1885 (Archivo de la Merced, Arequipa. Sermones 1816-1897). El esquema del curso es el siguiente: De la Escritura Sagrada y la tradición, el canon de los sagrados libros publicado por el Concilio de Trento tiene un sólido fundamento en la igleisa primitiva y debe tenerse completamente íntegro. Inspiración divina de los libros. De la interpretación dogmática de las Sagradass Letras. De las versiones de la Escritura Sagrada. Trento-Vulgata. Desaprobación de las Sociedades bíblicas. La lectura de la Escritura Sagrada no es necesaria para la salvación a todos los fieles indistintamente

 

7.      En tratados como la “Doctrina” de Fray Juan de Zumárraga (Proemio al Suplemento, México 1546), dirá que para vivir rectamente, “después de la Palabra de Dios que se predica, no se tiene comúnmente otro ejercicio por tan provechoso, como es la lección de las Santas Escrituras”. De hecho, el prelado mexicano en su “Regla” inserta copiosos textos bíblicos en castellano. En el Sermonario del Tercer Concilio Limense, los padres conciliares amonestarán que “con los indios...lo que mas le persuade son...ejemplos también de cosas que la Escritura cuenta” ( Proemio, 4º aviso, p.627).

 

8.      Publicación de antologías y textos bíblicos en las lenguas indígenas. Así, “Proverbios de Salomón” que tradujo al náhuatl el franciscano Fr. Luis Rodríguez; los “Diálogos” del P. Gilberti continene los textos bíblicos en tarasco . La preocupación de los inquisidores no era el que la Biblia corriese en lengua vulgar o desdén sino en lo incorrecto de las versiones. El P. Johann Specker ha investigado acerca del gran número de traducciones –aún manuscritas- a lenguas indígenas de libros de la Sagrada Escritura y, sobre todo, de sermonarios en el género ´Vidas de Jesús´ o incluidas en las obras de ´Doctrina”. Esgrime como razón el hecho de que en 1576 la inquisición mexicana formula una queja a causa de los muchos textos escriturísticos en lengua vernácula que circulaban entre los indios, lo cual muestra que muy pronto acometieron la obra de traducir la Biblia a las lenguas nativas[4].

 

9.      La Biblia como argumento de autoridad para presentar el cristianismo como religión verdadera. Los doce apóstoles franciscanos de México se presentaron ante los caciques y líderes religiosos de Tenochtitlan como portadores de un libro misterioso en el que se encontraban encerradas todas las verdades que iban a predicar. “El sello de garantía con que ofrecieron el cristianismo a sus oyentes no era otro sino la Biblia. En ella se encontraba la doctrina revelada por Dios a sus amigos en tiempos pretéritos. Dios se la entregó a estos hombres de su confianza para que la guardaran con todo cuidado” [5]. Los misioneros argumentaban que las enseñanzas del cristianismo ofrecían más garantías de verosimilitud que las de los indios porque aquellas se conservaban inmunes de toda alteración por hallarse escritas en la Biblia, mientras que las de los indios corrían el peligro de estar adulteradas por haber sido transmitidas de unos a otros sólo por tradición oral[6]. Fray Pedro de Córdoba en su Doctrina, al igual que los dominicos en general refuerzan cada verdad con un texto de la Biblia[7]. En el Primer Concilio de Lima se aconseja que notifique a los indios que muchas de las verdades predicadas no las podrían entender por superar la capacidad intelectual del hombre; pero que, a pesar de ello, las creyeran firmemente porque se trataba de verdades “que Dios las dijo por su boca y nos las dejó escritas en sus libros”.

 

10.  Para justificar rebeliones justas como la de Túpac Amaru . Para penetrar en el grado de conocimiento bíblico que el Perú virreinal tiene de la Biblia nos da una pista el proceso que se le siguió a Túpac Amaru. Lo ha destacado el P. Keffrey Klaiber en su artículo “Religión y justicia en Túpac Amaru” (Allpanchis, Cusco 1982, Vol. XVI, nª 19) 173-186. Asombra el dominio de ciertos temas bíblicos y la aplicación práctica a la realidad cotidiana. En su carta compara la suerte de los indios con la del pueblo de Israel: “Un humilde joven con el palo y la honda, y un pastor rústico, por providencia divina, libertaron al infeliz pueblo de Israel del poder de Goliat y Faraón: fue la razón porque las lágrimas de estos pobres cautivos dieron tales voces de compasión, pidiendo justicia al cielo, que en cortos años salieron de su martirio y tormento para la tierra de promisión...Mas nosotros, infelices indios, con más suspiros y lágrimas que ellos, en tantos siglos no hemos podido conseguir algún alivio”. Hay también una alusión a Moisés, Saúl y David y una velada comparación  de su persona con los caudillos israelitas: “Y así esperando que otro u otros sacudiesen el yugo de este Faraón, no habiendo salido alguno a la voz y defensa de todo el Reyno...” (Carta a al Obispo Moscoso, 3 de enero de 1781) “ Presenta la rebelión como una causa justa querida por Dios que vela por maltratados indios y desenmascara a los corregidores españoles. Casi todos los movimientos de reivindicación social cercanos al cristianismo han recurrido al Antiguo Testamento para buscar en el Éxodo la justificación de una lucha santa para conseguir la libertad del pueblo y crear un reino mesiánico en la tierra. Si nos fijamos en el acento de la Iglesia en temas como la justicia y la lucha por los derechos humanos como proyección de la fe personal cristiana, tal como se ve en Medellín (1968), Puebla (1979), se podría concluir que las ideas del Cacique Condorcanqui son netamente cristianas.

 

11. Como instrumento para dilucidar diferentes cuestiones sobres los indios del Nuevo Mundo

Una de las polémicas más frecuentes fue la del origen de los indios por la trascendencia acerca de su dignidad y los derechos o deberes de los descubridores y conquistadores para con ellos. Andrés Rocha, en 1681 escribió Tratado único y singular del origen de los indios occidentales del Perú, México, Santa Fe y Chile y se sirvió de la versión de la Vulgata con 140 referencias al Antiguo Testamento, 27 al Nuevo y 11  a III-IV Esdras para defender que los indios americanos procedían originariamente de los españoles y que siglos después llegaron al Nuevo Mundo, mezclándose con los indios, hebreos procedentes de las diez tribus perdidas de Israel tras la deportación de Salmanasar, rey de Asiria. El historiador Juan Luis de León Azcárate concluye en su estudio que esta obra es un ejemplo típico de la exégesis asociactiva y en ocasiones alegórica llevada hasta su extremo con el fin de poner la Biblia al servicio de unos intereses políticos y religiosos determinados como eran la posesión política y la evangelización de América.

 

(Artículo completo en: 2008 “La Biblia en Perú. Apuntes para el estudio de su difusión” STUDIUM VERITATIS  Universidad Católica "Sedes Sapientiae" Lima, Año 6, nº 10-11, 239-298)

 

 



[1] Teodoro L. Meneses Teatro quechua colonial. Antología Ediciones EDUBANCO, Lima 1983.

[2] En la segunda parte, expone su deseo de que llegue la Biblia a todo tipo de personas: “Pienso que convendría que cualquier persona, por simple que sea, leyese el Evangelio y las Epístolas de San Pablo; y ojalá estuviesen traducidas en todas las lenguas, para que todas las naciones las leyesen, aqunque fuesen bárbaras. Y a Nuestro señor plega que en mis días yo lo vea”. Cit. En Lino Gómez Canedo Evangelización y conquista Porrúa, México, 1988.

[3] José Sánchez Herrero: “La enseñanza de la doctrina cristiana en América durante el S.XVII a través de los concilios y sínodos” IX Congreso Internacional de Historia de América. Europa e Iberoamérica: Cinco siglos de intercambios II, CEHILA, Sevilla, pp.74-75.

[4] Johann Specker Aprepcio y utilización de la Sagrada Escritura en las Misiones Hispanoamericanas

[5] Pedro Borges Métodos misionales en la cristianización de América CSIC, Madrid 1960 p.311.

[6] Carta al P. J. Ruiz del Portillo, La Habana 25 de abril de 1568. En Monumenta Antiquae Floridae, 283, Cit. En P. Borges p.312).

[7] Así, en el primer sermón sobre el primer artículo de la fe, comienza ¡Qui crediderit et batizatus fuerit salvus erit”. Lo comenta: “Marcos, último capítulo. Que quiere decir en nuestra lengua: el que creyere fielmente y fuere bautizado, éste será salvo. Estas palabras que aquí oís escritas en el santo Evangelio, las cuales dijo y pronunció nuestro gran Redentor Jesucristo, Hijo de dios, y nosotros las tenemos en gran veneración: éstas y las demás divinas palabras suyas, porque verdaderamente son palabras de salvación”  Miguel A. Medina Doctrina cristiana para instrucción de los indios por Pedro de Córdoba. México 1544 y 1548 San Esteban, Salamanca 1987, 291-292

 

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