Benito Rodríguez, José Antonio La sobrina más engreída de América Teresa de Ahumada, la primera carmelita de América, sobrina de Santa Teresa de Ávila COLIBRÍ EDICIONES, Lima 2007, 140 pp
Ya el título es acierto no pequeño. Despierta no solo la curiosidad, sino la simpatía. Trata el libro acerca de la sobrina de Santa Teresa, nacida en Quito, criada y crecida en España, monja también ella, y al lado de las monjas de su tía la Santa de Ávila.
El Prof. J. A. Benito, inquieto buscador entre pátina, libros y retazos, nos ofrece este parvo libro –no ajustaría bien el diminutivo “librito”– en el que se encuentran muchos datos y cosas muy interesantes sobre Sta. Teresa, su tiempo, y las muchas andanzas y avatares por América de la familia de la santa andariega. Es un parvo libro, pero donde se aprende abundante historia, se saborea la espontánea literatura epistolar del s. XVI y se rememoran términos castizos de nuestros clásicos de la Era de oro.
Nos da cuenta de los siete hermanos de la Santa establecidos en América. Luego pasa a los detalles de los padres y rasgos biográficos más salientes de Teresita que vienen hilvanados con impresiones y reflexiones o comentarios de la Santa de Ávila.
De Teresita de Ahumada se dice “engreída” porque lo fue no solo de su tía, la Santa de Ávila, sino de las monjas en los distintos conventos por donde estuvo. Un bonito retrato para el Convento de Carmelitas de Sevilla nos la pinta con su hábito aún niña. Hoy también, en las ocasiones, las monjas la evocan con cariño.
Se juntan el dato riguroso y la anécdota simpática con la recreación amable. También los conflictos y dudas por las que fue probada antes y después de la profesión. La Santa Doctora le escribirá palabras consoladoras, pero sin remilgos de tía a sobrina: “Paréceme que la trata ya Nuestro Señor como a quien tiene por fuerte, pues la quiere probar para entender el amor que le tiene”.
Efectivamente, una vida sencilla, recogida, sin más relieve en lo social o comunitario que los oficios caseros y el natural brillo de sus virtudes. Así que, incluso, fue introducida la causa de beatificación.
El libro viene con abundante bibliografía y con notas al pie de página. Nos trae, además, varias fotografías de cuadros de la época con su breve relación histórica.
Si algo pidiéramos al estudioso Benito, hábil buscador tras la puerta de los archivos, es que nos rescate más papeles que completen la biografía de sor Teresita de Ahumada, la sobrina más engreída y sus relaciones con su tía, la Mística Doctora. Que alguien enseñaba ser más provechoso saber las cosas pequeñas de los grandes, que conocer las “grandes” de los pequeños.
P. Donato Jiménez Sanz, oar