miércoles, 8 de octubre de 2008

PRESBÍTERO MATÍAS MAESTRO (1760-1835) REIVINDICADO

El 31 de octubre del 2008 se cumplen 200 años de la construcción del más célebre cementerio de América del Sur, hoy convertido en Museo: el Presbítero Matías Maestro. En la Guía del cementerio general o Campo Santo escrita en el año 1877 por Benito Gil y publicada por Librería Universal, incluye un breve escrito preparado para la lápida que resume todas las dimensiones de su figura:

Sacerdote apostólico

Ciudadano benéfico

Artista distinguido en la pintura y en la arquitectura

Dirigió con ejemplar caridad y ardiente celo los establecimientos de beneficencia de esta ciudad.

Construyó la segunda torre de la iglesia catedral.

Concibió y ejecutó este cementerio en el año de 1808.

La Diputación Provincial de Álava ha publicado en diciembre del 2007 la única obra de envergadura hasta el momento sobre nuestro artista: “Matías José de Maestro 1766-1835 arquitecto, escultor, pintor, músico y escritor vitoriano olvidado en la memoria de la ciudad”, de la que es autor el célebre catedrático de historia del arte Jesús María González Zárate, quien precisa numerosos datos equivocados o confusos sobre el mismo.

Nace el 24 de febrero de 1766. Sus padres, pequeños comerciantes, José de Maestro e Ignacia Antonia Alegría Matías, moraban en la calle Zapatería de Vitoria. Engendraron nueve hijos, de los que José era el cuarto, después de tres hermanas. Allí vivirá los primeros 16 años de su vida, hasta 1782, fecha en la que viene a América.

Sus motivaciones del viaje a Perú parecen claramente profesionales y económicas. Su hermano Clemente, que naciera en el año 1773, con tan solo dieciséis años, siendo menor de edad, presenta el permiso de su “viuda madre”, y que se traslada a Lima para ayudar a su hermano Matías José en asuntos comerciales. Viajó a Lima a través y por asuntos de la Casa Comercial Uriarte-Orueta y Gardoqui., como trabajador contable para la Compañía de Comercio. Podríamos considerar a modo de intuición que fuera llevado por Diego María Gardoqui por sus intereses comerciales a Lima y participar en la formación de esta Junta Superior de Comercio

Llegado al Perú con diecinueve años, la cartilla de música es el único testimonio de su presencia en Lima. Su formación en la vitoriana Escuela de Dibujo y sus conocimientos contables, responden suficientemente a su colaboración como dibujante para José Rezábal y Uriarte y a su posible ingreso en los estudios de Derecho. Por otra parte, Matías José contrae órdenes menores en el año 1792 y es consagrado al año siguiente, justamente cuando José Rezábal conoció su último destino, ahora en Santiago de Chile..

A partir de su ordenación sacerdotal en 1793, entró en contacto con la más alta dignidad eclesiástica del virreinato –el arzobispo de Lima- recibiendo encargos artísticos de primer orden. Pero también se extendió a la autoridad política, pues tras fallecer el arzobispo de la Reguera, las relaciones de nuestro artista vitoriano se centrarán en la figura de José Fernando Abascal y Sousa, virrey del Perú entre los años 1806 a 1816 que se distinguió por su lucha contra los movimientos independentistas.

Si bien Matías José encontró los apoyos necesarios en el poder del virreinato, tras el levantamiento y posterior independencia del Perú, nuestro artista supo relacionarse con intelectuales y políticos, como Hipólito Unanue con quien colaboró en la realización del citado Colegio de Medicina y quien dispondrá a Matías José en puestos de responsabilidad en la sociedad limeña. En este tiempo de independencia política Matías de Maestro tuvo su relevancia en la vida pública limeña y fue el encargado de elaborar el primer plano de la ciudad de Lima además de recibir el cometido artístico por parte del general San Martín al ser nombrado miembro de la Comisión para “dirigir y activar el monumento a la Independencia” que se elevaría en el camino al Callao. Así y con el objetivo de perennizar la fecha de la proclamación de la independencia, San Martín, por decreto de 28 de julio de 1821, declaró que los días 26, 27 y 28 de cada año serían fiestas cívicas, en memoria de la libertad del Perú. Estableció por ello la erección de un monumento en el camino del puerto del Callao hacia esta capital, que inmortalice el día primero de su independencia. Formó parte de la Sociedad Patriótica fundada a imitación de la mejicana por Bernardo Monteagudo y de la que fue Vicepresidente el citado Hipólito Unanue.

La huella de su obra artística está presente en edificios diseñados como arquitecto, escultor o pintor. Retablos de la Catedral de Lima (capilla de Nuestra Señora de la Antigua y el del-Altar Mayor), los retablos principales de las iglesias de la Merced, San Francisco, El Milagro, Capilla de la Soledad y Casa de Ejercicios de los Terciarios, Santo Domingo, San Pedro, Huérfanos, San Lázaro, Santo Cristo o de Las Maravillas, Capilla de la Casa de Ejercicios de Santa Rosa. En el orden civil, los colegios del Príncipe (hoy Biblioteca Nacional del Perú) y el Colegio de Medicina de San Fernando (actual Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos). Los planos de la ciudad de Lima, el diseño de todo el Cementerio que lleva su nombre. Como escultor parece ser el creador de la imponente imagen de Nuestra Señora de la O en la iglesia de San Pedro de la Compañía de Jesús. En su faceta de pintor, le debemos las pinturas de la Catedral de Lima (Serie sobre Santa Rosa de Lima, Consagración de la Catedral, Apoteosis de la Iglesia Limeña, La confirmación de Santa Rosa por Santo Toribio; Serie de arzobispos –16 cuadros en total- en la Sala Capitular), las del convento de San Francisco dedicadas la Vida de Cristo; las del convento de Santo Domingo (Desposorios de Santa Rosa de Lima. Bóvedas la nave central en la iglesia. Apoteosis de Santa Rosa de Lima. Desposorios místicos de Santa Rosa de Lima). Su faceta musical está presente en el Quaderno de Musica para Guitarra de Mathias Josè de Maestro. 1786.

El eximio polígrafo Ricardo Palma, en su artículo sobre la catedral limeña titulado "Apuntes Históricos" y publicado en el diario El Comercio (6 de enero de 1898, nº 21.400, pág.2, tiene entrañables palabras para el sabio presbítero y honrado arquitecto vizcaíno don Matías Maestro de imperecedero recuerdo en el Perú.

Destaco, por último, su gran servicio a la beneficencia del Perú. Bajo la responsabilidad del director, Matías José de Maestro y en virtud de la estructuración efectuada, se encomendó a la Beneficencia la administración de los Hospitales de Santa Ana, San Bartolomé, San Andrés, La Caridad, la Maternidad, el Refugio de Incurables, las casas de huérfanos y desamparadas; el cementerio general, la propagación de la vacuna y otros servicios sociales como residencias y hospicios.

José Antonio Benito

 

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