viernes, 2 de julio de 2010

MONSEÑOR PEDRO BARRETO, UN CORAZÓN GRANDE

Monseñor Pedro Barreto estuvo en la clausura del Año Sacerdotal en Roma y luego en España hablando con pasión pastoral de lo que le duela, porque lo ama: Huancayo, santo y limpio, espiritual y humano. Y su corazón se quebró; él ni siquiera se daba cuenta hasta que los médicos le han debido operar de urgencia. Desde el lecho del dolor nos obsequia con esta hermosa carta pastoral. Un recuerdo en la cumbre del monumento a la Virgen de la Concepción y su escudo episcopal.

 

Les escribo con mucho afecto y gratitud. Por eso he preparado este informe sobre lo sucedió apenas llegar a Lima a las 5 de la mañana el pasado jueves 17 de junio.

Después de mi viaje a Europa (Bilbao, Londres, Roma y Madrid - 31.05 al 17.06) llegué a Lima animado por la grata experiencia vivida y dispuesto a regresar a Huancayo en los próximos días.

Ya en la Residencia Jesuita de Ntra. Sra. de Fátima (Miraflores – Lima) me encontré con el Hno. Sixto Coronel, S.J., encargado de la salud. Le manifesté que tenía un fuerte dolor a la espalda y que me indicara a qué médico podría ir. Su respuesta fue inmediata: ¿por qué no te haces un chequeo general?. Y el mismo jueves 17 por la tarde estuve en la Clínica Tezza donde médicos especialistas me examinaron. Al final de la evaluación el cardiólogo me indicó que debía hacerme un cateterismo en los próximos días porque tenía un serio problema en el corazón.

Una vez repuesto del inesperado diagnóstico que me impedía por el momento regresar a Huancayo, me prepararon para la intervención quirúrgica.

El martes 22 de junio las 2.30 de la tarde llegaba al Instituto Cardiológico de Lima y unos minutos después se inició el cateterismo dirigido por el Dr. Víctor Gálvez y un equipo de profesionales de salud.

La primera parte duró una hora y el diagnóstico fue claro: la arteria coronaria izquierda obstruida en un 99.9 %. Había necesidad de limpiar la arteria e implantar un stent coronario. Y así se hizo. Esta segunda parte duró más de dos horas.

La intervención fue un éxito. De inmediato me llevaron en una ambulancia a la Enfermería de los Jesuitas en la Comunidad de Fátima (Miraflores – Lima). Desde el primer momento fui muy bien atendido por el Dr. Roger Salazar, Cardiólogo, el Hno. Sixto Coronel, enfermeros y técnicos.

Llevo cinco días de operado sin mayores molestias. Estoy en pleno proceso de recuperación guardando reposo y esperando el día en que el médico me indique para regresar a Huancayo y continuar mi servicio pastoral con un “corazón nuevo”.

Les quiero hacer una confidencia. Mi lema episcopal “En todo amar y servir” ha sido el norte de mi vida y el camino de mi acción evangelizadora en la Iglesia. Antes lo vivía con un corazón “a medias”. A partir de ahora intentaré vivirlo “a plenitud”. Por eso mi testimonio personal asume un importante añadido: “En todo amar ‘más’ y servir ‘mejor’ a Dios y a los hermanos. Esto significa ser más del Señor y de la Iglesia. Hacer menos para ser más trasparencia de Jesús e instrumento dócil en sus manos. Así lo siento, lo deseo y quiero vivir. Sigan ayudándome a poner en práctica las enseñanzas de Jesús, al estilo de Ignacio de Loyola y de Francisco Xavier.  

Agradezco a Dios esta nueva oportunidad que me ofrece, una “señal” más de su bondad y la misericordia para conmigo. Agradezco también a todos los que me han manifestado su cercanía, su afecto y en especial a todos aquellos que han orado y siguen orando por mi. Un agradecimiento muy especial a mis hermanos y hermanas de la Iglesia Arquidiocesana de Huancayo: sacerdotes diocesanos, religiosos, religiosas y laicos.

Pedro Ricardo BARRETO JIMENO, S.J.

Arzobispo de Huancayo - Perú

 

Lima, 27 de junio del 2010

 

 

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