lunes, 19 de julio de 2010

PADRE CARLOS POZZO DECLARADO BENEFACTOR DE AREQUIPA






Enviado Especial del Papa Benedicto XVI y al Arzobispo Metropolitano de Lima y Primado del Perú, fueron declarados Huéspedes Ilustres.


En ceremonia especial que se llevó a cabo este viernes 16 de julio a las 10:00 horas en el Salón Consistorial del Palacio Municipal, Plaza de Armas; el Enviado Especial del Papa Benedicto XVI y al Arzobispo Metropolitano de Lima y Primado del Perú, fueron declarados Huéspedes Ilustres por el Alcalde de la Municipalidad Provincial de Arequipa, Simón Balbuena Marroquín.


El Cardenal D. Giovanni Battista Re y el Cardenal D. Juan Luis Cipriani Thorne, recibieron de manos de la primera autoridad edil, los diplomas y resoluciones que les otorga el título honorífico de Huéspedes Ilustres de nuestra ciudad. Posteriormente; se hizo la develación de los retratos de los sacerdotes Lorenz Unfried Gimpel,M.C.C.J..y Carlos Spallarossa Pozzo, S.J.; los que serán incorporados a la Galería de Arequipeños Ilustres; resaltar que ambos fueron declarados benefactores de Arequipa. (Vean del discurso del Lic. Alvaro Espinoza que generosamente me ha enviado)


Durante su intervención el Cardenal, Giovanni Battista Re, dijo sentirse emociado por este reconocimiento, además agradeció la hospitalidad de la gente arequipeña que ha demostrado su gran catolisismo. Destacó también la belleza de esta gran ciudad poseedora de un hermoso cielo azul. De otro lado, hizo recuerdo que el progreso de una ciudad debe ir de la mano con los valores morales y espirituales.


Como es de conocimiento, ambos cardenales arribaron a nuestra ciudad con motivo del Congreso Internacional Histórico-Teológico “Hacia un nuevo Humanismo”, que se desarrolló del 14 al 16 de julio, en el marco de las celebraciones de clausura del Año Jubilar, convocado por los 400 años de fundación de la Diócesis de Arequipa.


Esta actividad, permitió a los participantes recrear la rica y abundante historia de la Iglesia local, tanto en sus instituciones como en sus miembros, llámense laicos o religiosos. Durante el congreso se expusieron diferentes temas a cargo de destacados ponentes de nivel internacional y reconocidos historiadores locales, quienes disertaron sobre el proceso de evangelización en la historia local, fortaleciendo de esta manera la identidad católica de la población en este proceso.


EL APOSTOLADO DE LA ACCIÓN



DISCURSO DE ORDEN PRONUNCIADO EN LA CEREMONIA DE DECLARACIÓN COMO BENEFACTORES DE AREQUIPA A MONSEÑOR LORENZO UNFRIED GIMPEL Y AL PADRE CARLOS SPALLAROSSA POZZO POR EL HISTORIADOR ÁLVARO ESPINOZA DE LA BORDA



Ustedes son la sal de la tierra...


Ustedes son luz para el mundo. No se puede esconder una ciudad edificada sobre un cerro. No se enciende una lámpara para esconderla en un tiesto, sino para ponerla en un candelero a fin de que alumbre a todos los de la casa. Así puede brillar su luz ante los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre de ustedes que está en los cielos.


S. Mateo 5, 13-16



Señor...



Rendimos homenaje a dos hombres, dos sacerdotes que, venidos de lejanas tierras, irradiaron la luz del Evangelio a través de su ministerio, compartiendo el andar de la Iglesia arequipeña, de su pueblo a través de una intensa labor social, por lo que podemos titular a este discurso EL APOSTOLADO DE LA ACCIÓN. Y es que la vida y la trayectoria de Monseñor Lorenzo Unfried y del Padre Carlos Spallarossa Pozzo, así lo demuestran.



Debemos reconocer en ambos, el fiel seguimiento de las enseñanzas del Maestro de Nazareth, mediante obras más que palabras; sin descuidar lo espiritual, eran dos hombres de acción fundamentalmente.



Dos sacerdotes de nacionalidad extranjera que a lo largo de mucho tiempo trabajaron en beneficio de la población arequipeña atendiendo sus necesidades en busca de un mundo mejor; alcanzando dimensiones extraordinarias para su desarrollo espiritual, material y social. Su obra ha trascendido a nivel nacional e incluso internacional, llenando de prestigio a nuestra tierra. Por tanto, se han hecho acreedores al honor de ser declarados Benefactores de Arequipa



Los dos llegaron a Arequipa en momentos trascendentales de su historia. El Padre Pozzo vino cuando la ciudad estaba en ruinas a causa de un terremoto, en tanto que Monseñor Unfried lo hizo en años que se producía una gran conmoción social por la crisis que se manifestaba. Trabajando con y para los más necesitados, consiguieron calmar la amargura de los humildes.



Coincidentemente, comenzaron su ministerio en tierras peruanas desempeñando la docencia, Unfried como profesor en el seminario de Huánuco y Pozzo, en la condición de maestro de trabajadores en el Instituto Particular Nocturno Comercial San José que había establecido su orden. Ambos, por su cercanía con los más necesitados serían reconocidos como Obispo y Vicario de los Pueblos Jóvenes, respectivamente.



Lorenzo Unfried Gimpel nació en Alemania el 13 de septiembre de 1918, donde preparándose para el sacerdocio en la Congregación de Misioneros Combonianos, vio interrumpidos sus estudios por la Guerra que entre 1939 y 1945 ensangrentara al mundo; luego de lo cual, en 1948 prosiguió hasta concluirlos, siendo ordenado en 1950. Pocos meses después llegó al Perú, siendo enviado a Huánuco donde trabajaban sus hermanos de hábito, desempeñándose como profesor y prefecto del seminario; posteriormente fue destinado a Llata como párroco de una vasta región de parroquias abandonadas en medio de la puna, en una labor de misionero de frontera desde 1952 a 1958. Pasó enseguida a Tarma, como colaborador estrecho de Mons. Antonio Kühner, trabajando en Cerro de Pasco, en esas alturas supo mediar en conflictos trayendo paz a sus pobladores.



En 1969 fue nombrado Obispo Auxiliar de Arequipa donde, su trabajo lo hace uno de los personajes más populares de la ciudad, era un obispo cercano al pueblo.



Ardua sería su labor en la Arquidiócesis. En no pocas oportunidades, debido a la salud del titular y de los viajes que hubo que realizar, remplazó a Monseñor Rodríguez Ballón al frente de la sede. Anima al clero, se preocupa de la formación de catequistas para que cada pueblo tenga su guía espiritual. Contribuyó a la construcción de complejos parroquiales, para lo que consiguió el apoyo de instituciones alemanas, no importándole empuñar la pala o cualquier otra herramienta útil para impulsar con su ejemplo el trabajo comunal y el interés de los fieles. Organizó importantes actuaciones católicas, intervino en la reconstrucción de iglesias, contribuyó decididamente a la organización moderna de la administración de la Iglesia.



Luego, en 1980 fue nombrado Obispo de Tarma, prelatura que bajo su guía alcanza la categoría de diócesis. Mostró allí, una gran preocupación por su seminario, impulsó una pastoral de conjunto para modernizarla y adaptarla a las exigencias de los tiempos. Estableció una escuela-hogar para favorecer a 130 clubes de madres, promoviendo trabajos artesanales.



Una pastoral suya transparenta su alma, donde decía:


Yo, humilde servidor de todos... quiero ser: Para los fieles un padre, para los apóstoles laicos una animador e impulso; para los alejados, quien los busque; para los pobres, quien los ayude y defienda; para los tristes, quien los consuele; para los enfermos, quien los visite; para todos, quien los estimule a colaborar más todavía; para los jóvenes, esperanza de la Iglesia...



Con 70 años cumplidos, llegó al fin de su vida terrenal víctima de una enfermedad, cuando se disponía a llevar adelante nuevos proyectos. Falleció el 29 de noviembre de 1988.


Y que decir del Padre Pozzo, cuya presencia en Arequipa, abarca medio siglo de su historia.


Nacido en Italia el 28 de marzo de 1918, joven vino al Perú, junto con su familia, dedicándose a los negocios que abandona al sentir el llamado de Dios. Ingresó a la Compañía de Jesús a los 28 años, siendo ordenado sacerdote en 1956. En 1958 fue destinado a Arequipa para dedicarse a la enseñanza.


Ese año creó el Movimiento de Acción Social y en 1959 fundó en Alto Selva Alegre el primer Círculo Social Católico, al que seguirían muchos otros, formándose la Federación de Círculos Sociales Católicos de Arequipa (CIRCA), desarrollando un intenso trabajo en las barriadas, con el establecimiento y construcción de colegios, postas médicas, guarderías, viviendas y capillas; apoyando decididamente en el proceso de creación de nuevas parroquias para mejorar la atención de la feligresía.



Consciente de la importancia de la educación, sobre todo para el desarrollo de la población menos favorecida, se dedicó a la construcción de colegios, logrando, en el lapso de más de cuarenta años, levantar un total de 33 colegios, donde se educa en los niveles de Inicial, Primaria, Secundaria y Ocupacional. En 1968 eran 15 escuelas parroquiales y 2 colegios secundarios, cuya población estudiantil era de 2500 alumnos; en 1998 atendían a más de 13000. En el 2009 salieron de sus aulas: 8512 de inicial, 38905 de primaria y 27464 de secundaria; José Antonio Benito lo ha llamado “educador volcánico de los pueblos jóvenes de Arequipa”.


Con su confianza en Dios pudo llevar adelante tan vasta obra. Decía:


“Lo que Dios pide a cada militante es una religiosidad centrada en una espiritualidad enraizada en la confianza cada vez más profunda en Dios”.


Supo compartir su vida y su ministerio con los humildes y necesitados, luchando por la justicia y la solidaridad. Su labor la realizó para mayor gloria de Dios, sin pedir nada a cambio, en espíritu de familia, mostrando la riqueza de la pobreza, plasmado en un gran movimiento de laicos. “Corazón de Jesús, de Ti sí me fío” era la frase inspiradora.


Pasados los años fue dando paso a sus colaboradores en la conducción de ese enorme movimiento, siendo trasladado a Lima, donde falleció el 25 de mayo de 2008.


Estos son los sacerdotes que su figura ha inmortalizado el pincel del maestro Fredy Hurtado Araníbar, cuyo legado de caridad, solidaridad, amor al prójimo, conserva imperecedero recuerdo. Por sus obras los conoceréis reza un dicho, que se cumple plenamente en Mons. Unfried y el P. Pozzo.


Si como estudioso de la Historia, debemos reconocer ese trabajo observado en los documentos, pero sobre todo a través de muchos testimonios y obra concreta; como creyente debemos exclamar: cuanta es la grandeza del Señor mi Dios, que nos provee de obreros para su viña llenándonos con su gracia, y porque nos permite rendir este sencillo homenaje a dos siervos suyos que han realizado ese APOSTOLADO DE LA ACCIÓN.



¿Quién llama? La sabiduría.


¿Quién está levantando la voz? La inteligencia.


Grita desde la punta del cerro,


se ha apostado junto al camino,


espera ahí donde se crucen los caminos;


se para a la puerta de la ciudad


y habla a los que entran o salen:


A ustedes, hombres, los llamo,


mi mensaje va dirigido a los humanos.


Que la gente sin instrucción aprenda la prudencia,


y que los que no reflexionan se hagan razonables.


Escúchenme, que les diré cosas importantes


y mis labios pronunciarán palabras sinceras.


Sepan de mi boca sale la verdad


y mis labios no se prestan a nada malo.


Proverbios 8, 1-

 

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