sábado, 21 de mayo de 2011

UN PUENTE ESPACIAL ENTRE EL PONTÍFICE BENEDICTO XVI Y LOS ASTRONAUTAS

Conversación del papa con los astronautas de la Estación Espacial
Transcripción de la histórica conexión por satélite

CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 21 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos la
transcripción de la conversación que mantuvo este sábado Benedicto XVI con
la tripulación de la Estación Espacial Internacional, con motivo de la
última misión de la nave Endeavour.


Gracias a una conexión por satélite, el papa, que se encontraba en la Sala
Foconi del Palacio Apostólico Vaticano, pudo ver a los astronautas en una
pantalla de televisión, mientas que la Estación Espacial sólo recibió el
audio de sus palabras.


La conexión duró veinte minutos y comenzó con unas breves palabras del
coronel Thomas Reiter, director de los vuelos humanos y operaciones de la
Agencia Espacial Europea, que se encontraba en el Vaticano, de los miembros
de la tripulación, y de la NASA para verificar el funcionamiento técnico.


--Benedicto XVI: Queridos astronautas: estoy muy contento de tener esta
oportunidad extraordinaria para conversar con vosotros durante vuestra
misión. Me siento sumamente agradecido al poder hablar de este modo con
todos vosotros, dado que los miembros de ambas tripulaciones están
presentes en la estación espacial en este momento.


La humanidad experimenta un período de progreso sumamente rápido en el
campo del conocimiento científico y de las aplicaciones técnicas. En cierto
sentido, vosotros sois nuestros representantes, pues encabezáis la
exploración de la humanidad de nuevos espacios y posibilidades para nuestro
futuro, superando las limitaciones de nuestra vida cotidiana.


Todos admiramos vuestra valentía, así como la disciplina y el compromiso
con el que os habéis preparado para esta misión. Estamos convencidos de que
os inspiran nobles ideales y de que buscáis poner los resultados de vuestra
investigación y logros a disposición de toda la humanidad al servicio del
bien común,


Esta conversación me da la oportunidad de expresaros mi propia admiración y
aprecio a vosotros y a todos los que colaboran para hacer que vuestra
misión sea posible, y para manifestaros mi aliento de todo corazón para que
la concluyáis con seguridad y éxito.


Pero esto es una conversación, de modo que yo no debo ser el único que
habla. Tengo curiosidad por escuchar lo que queréis decir sobre vuestras
experiencias y reflexiones. Si os parece bien, quisiera proponeros que
presentéis algunas preguntas.


Primera pregunta


Desde la estación espacial, vosotros tenéis una visión muy diferente de la
Tierra. Sobrevoláis diferentes continentes y varias naciones al día. Creo
que debe ser obvio para vosotros que todos vivimos en una Tierra y cómo es
absurdo el que nos peleemos y matemos entre nosotros. Sé que la esposa de
Mark Kelly ha sido víctima de un serio ataque y espero que su salud siga
mejorándose. Cuando uno contempla la tierra desde arriba, ¿os habéis
preguntado cómo viven aquí abajo las naciones y las personas o cómo la
ciencia puede contribuir a la causa de la paz?


--Mark Kelly (Estados Unidos): Gracias por sus amables palabras, Santidad,
y gracias por haberse acordado de mi mujer, Gabby. Es una pregunta muy
buena: sobrevolamos casi todo el mundo y no puedes ver las fronteras, pero
al mismo tiempo nos damos cuenta de que la gente se pelea y hay mucha
violencia en este mundo y esto es verdaderamente una desgracia. En general,
la gente se pelea por muchas razones. Como hemos visto ahora en Oriente
Medio, en ocasiones es por democracia en ciertas áreas, pero en general la
gente se pelea por los recursos. Esto es interesante desde el espacio. En
la tierra la gente se pelea por la energía; en el espacio utilizamos la
energía solar y en la estación espacial tenemos pilas de combustible. La
ciencia y la tecnología que hemos aplicado en la estación espacial para
desarrollar la energía solar nos da prácticamente una cantidad ilimitada de
energía. Y si algunas de estas tecnologías pudieran adaptarse más a la
Tierra, quizá podríamos reducir en algo esa violencia.


Segunda pregunta


--Benedicto XVI: Uno de los temas que abordo con frecuencia en mis
discursos es el la responsabilidad que todos tenemos ante el futuro de
nuestro planeta. Recuerdo los serios riesgos que afronta el ambiente y la
supervivencia de las futuras generaciones. Los científicos nos dicen que
debemos tener cuidado y que desde el punto de vista ético tenemos que
educar nuestras conciencias.


Desde vuestro extraordinario observatorio, ¿cómo veis la situación en la
tierra? ¿Veis signos o fenómenos por los que tenemos que prestar más
atención?


--Ron Garan (Estados Unidos): Santidad, es un gran honor conversar con
usted y usted tiene razón: desde aquí contamos realmente con un
extraordinario observatorio. Por una parte, podemos ver cómo es
inenarrablemente bello el planeta que se nos ha dado; pero por otro lado,
podemos ver con claridad lo frágil que es. Basta pensar en la atmósfera,
por ejemplo, vista desde el espacio, la atmósfera es tan fina como una hoja
de papel, y pensar que esta cobertura delgada como el papel es todo lo que
separa a todo ser viviente del vacío del espacio, todo lo que nos protege,
es realmente un pensamiento serio. Para nosotros es increíble ver la Tierra
suspendida en la oscuridad del espacio y pensar que todos estamos juntos en
esto, cabalgando este hermoso y frágil oasis del universo. Nos llena de
enorme alegría pensar que todos los que estamos abordo de esta increíble
estación orbital, que fue construida por muchas naciones de nuestra alianza
internacional, hemos alcanzado este enorme logro en órbita. Usted
comprenderá que esto muestra cómo trabajando juntos y con cooperación
podemos superar muchos de los problemas que afrontamos en nuestro planeta,
podemos resolver muchos de los desafíos que afrontan los habitantes de
nuestro planeta. Es realmente un maravilloso lugar para vivir y trabajar, y
es un maravilloso mirador de nuestra bella Tierra.


Tercera pregunta


--Benedicto XVI: La experiencia que estáis viviendo en este momento es
extraordinaria y muy importante, aunque tengáis que regresar a la Tierra
como el resto de todos nosotros.


Cuando regresaréis, seréis sumamente admirados y tratados como héroes que
hablan y actúan con autoridad. Os pedirán que habléis de vuestras
experiencias. ¿Cuáles serán los mensajes más importantes que queréis
compartir --en particular a los jóvenes-- que vivirán en un mundo
decididamente influenciado por vuestras experiencias y descubrimientos?


--Mike Finchke (Estados Unidos): Santidad, como han dicho mis colegas,
podemos mirar hacia abajo y contemplar nuestro precioso planeta Tierra que
Dios ha creado, y es el planeta más hermoso de todo el Sistema Solar. De
todos modos, si miramos para arriba, podemos ver el resto del universo, y
el resto del Universo está ahí fuera para que lo exploremos. Y la Estación
Espacial Internacional no es más que un símbolo, un ejemplo de lo que los
seres humanos pueden hacer cuando trabajamos juntos constructivamente. Por
tanto nuestro mensaje, uno de nuestros muchos mensajes, aunque creo que uno
de los más importantes mensajes, es dejar que los niños del planeta, los
jóvenes, sepan que existe todo un universo para nosotros que hay que
explorar. Y cuando lo hacemos juntos, no hay nada que no podamos lograr.


Cuarta pregunta


--Benedicto XVI: La exploración del universo es una aventura científica
fascinante. Sé que habéis estado instalando nuevos equipos para avanzar en
la investigación científica y el estudio de la radiación que procede del
espacio exterior. Pero creo que es también una aventura del espíritu
humano, un poderoso estímulo para reflexionar sobre los orígenes y sobre el
destino del universo y de la humanidad. Los creyentes contemplan con
frecuencia los cielos ilimitados y, meditando en el Creador, quedan
impresionados por el misterio de su grandeza. Por este motivo, la medalla
que le entregué a Robert [Vittori] como signo de mi propia participación en
vuestra misión, representa la Creación del Hombre, pintada por Miguel Ángel
en la Capilla Sixtina. En medio de vuestro intenso trabajo e investigación,
¿os habéis detenido para reflexionar sobre esto o incluso para elevar una
oración al Creador? ¿O será más fácil para vosotros pensar en todo esto
cuando hayáis regresado a la Tierra?


--Roberto Vittori (Italia): Santidad, vivir abordo de la Estación Espacial
Internacional, trabajar como astronauta en la nave Soyuz de la estación, es
algo sumamente intenso. Pero todos tenemos la oportunidad, cuando llega la
noche, de bajar la mirada a la Tierra: nuestro planeta, el planeta azul, es
hermoso. Azul es el color de nuestro planeta, azul es el color del cielo,
azul es también el color de las Fuerzas Aéreas Italianas, la organización
que me dio la oportunidad de unirme a la Agencia Espacial Italiana y a la
Agencia Espacial Europea. Cuando tenemos un momento para bajar la mirada,
la belleza, que es el efecto en tres dimensiones de la hermosura del
planeta, nos conquista el corazón, me conquista el corazón. Y entonces sí,
rezo: rezo por mí, por nuestras familias, por nuestro futuro. Llevo conmigo
su medalla y dejo que la medalla se quede flotando ante mí para demostrar
la ausencia de gravedad. Debería darle las gracias por esta oportunidad y
quiero que esta medalla flote por mi amigo y colega Paolo: él regresará a
la Tierra en la nave Soyuz. Yo traje la medalla al espacio y él la llevará
a la tierra para devolvérsela a usted.


Quinta pregunta [en italiano] dirigida a Paolo Nespoli.


--Benedicto XVI: Mi última pregunta es para Paolo. Querido Paolo, sé que en
los días pasados tu mamá te ha dejado y cuando regreses en unos días a casa
ya no estará esperándote. Todos estamos a tu lado, yo también he rezado por
ti... ¿Cómo has vivido este momento de dolor? En vuestra estación, ¿os
sentís alejados y aislados y experimentáis la desesperación o más bien os
sentís unidos entre vosotros e integrados en una comunidad que os acompaña
con atención y afecto?


--Paolo Nespoli (Italia) [en italiano]: Santo Padre, he experimentado sus
oraciones, vuestras oraciones han llegado hasta aquí. Es verdad, estamos
fuera de este mundo, estamos en órbita alrededor de la Tierra y podemos ver
mejor la Tierra y seguir todo lo que nos rodea. Mis colegas aquí, abordo de
la Estación --Dimitri, Kelly, Ron, Alexander y Andrei-- han estado muy
cerca de mí en este momento importante para mí, muy intenso, así como mis
hermanos, mis hermanas, mis tías, mis primos, mis parientes han estado
cerca de mi madre en los últimos momentos. Doy las gracias por todo esto.
Me he sentido lejos pero también muy cerca, y seguramente el pensamiento de
experimentaros a todos cerca de mí, unidos en este momento, ha sido un
enorme alivio. Doy también las gracias a la Agencia Espacial Europea y a la
Agencia Espacial de los Estados Unidos que han puesto a disposición los
recursos para que yo haya podido hablar con ella en los últimos momentos.


Saludo final [en inglés]


--Benedicto XVI: Queridos astronautas: os doy las gracias de corazón por
esta maravillosa oportunidad de encuentro y diálogo con vosotros. Vosotros
me habéis ayudado a mí y a otras muchas personas a reflexionar juntos sobre
cuestiones importantes que afectan al futuro de la humanidad. Os deseo todo
lo mejor para vuestro trabajo y para el éxito de vuestra gran misión al
servicio de la ciencia, de la colaboración internacional, del auténtico
progreso, y de la paz en el mundo. Vosotros seguiréis estando en mis
pensamientos y oraciones y de corazón os imparto mi bendición apostólica.

 

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