Me lo recordó mi amigo Carlos Penalillo, desde el Hospital Rebagliati, y pude donar en el marco de la campaña con motivo del Día del Donante Voluntario. La verdad es que tengo que felicitar todas las fuerzas desplegadas por el personal del Hospital y la Municipalidad de Lince para sensibilizar y recoger buenos litros de sangre PARA SALVAR VIDAS. Desde que tenía 18 años en Salamanca, y luego en Valladolid, he podido donar cerca de 100 veces, medio litro en cada oportunidad. Y la verdad me siento muy contento de haberlo hecho. Primero, agradecer al Señor de la Vida que me ha dado salud y tiempo. Segundo, que me gustaría que en Lima y en Perú se formasen las hermandades de donantes; al menos, como en mi Universidad un listado de personas dispuestas a dar. Lo que no damos cuando podemos SE PIERDE; a la otra vida –decía Teresa de Calcuta- sólo llevaremos lo que hemos dado en ésta. Donar es pensar que todos son nuestros hermanos, nuestros familiares, nuestros amigos. Donar es pensar en los otros antes que en nosotros. Para mí es agradecer al mayor donante de sangre, Jesús, que “habiendo amado a los suyos los amó hasta el extremo”. Ojalá aumente el número de donantes y creemos entre todos una nueva cultura de DONACIÓN, GRATUIDAD, VOLUNTARIADO. Para mí es muy fácil: Dios es gratis, por tanto si somos una “fábrica de sangre” hay que hacerla funcionar. ¡Donar es salvar vidas!