martes, 8 de noviembre de 2011

Responder al desafío de la emergencia educativa con BENEDICTO XVI. Decálogo educativo papal

Responder al desafío de la emergencia educativa
Habla Paola Dal Toso, compiladora del magisterio pedagógico del papa

ROMA, martes 8 de noviembre de 2011 (ZENIT.org).- El papa Benedicto XVI y la tarea urgente de la educación es el título del libro de la profesora Paola Dal Toso, autora de la obra recientemente editada por la Librería Editorial Vaticana y presentado el 4 de noviembre en la Librería Internacional Pablo VI en el encuentro I Viernes de Propaganda: temas y autores.

Un argumento, la educación, va más allá de la instrucción o la escuela católica. Un tema en el que el papa piensa mucho, una verdadera emergencia a la que, en sus seis años y medio de pontificado, y dió indicaciones, invitando a asumir la responsabilidad de la educación, a acometer y a aceptar este desafío.
Si bien el papa es consciente de la dificultad de educar en la actualidad, sabe que en las personas existe una petición de la verdad, a la que la educación puede dar respuestas.
A continuación, ofrecemos la entrevista que la autora del libro Paola Dal Toso ha concedido a ZENIT.

¿Cómo nace este libro?

--Dal Toso: El libro nace de mi interés sobre el tema de la educación que Benedicto XVI tiene siempre muy presente. Comencé a reflexionar después de haberme visto implicada en la mesa interasociativa, creada en la Oficina Nacional para la educación, la escuela y la universidad de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), justo después de la conferencia de Verona de 2006, cuando el entonces director, monseñor Bruno Stenco, intuyó que el tema de la educación era verdaderamente importante.

¿Benedicto XVI dió alguna indicación sobre este tema?

--Dal Toso: El papa, en enero de 2008, había escrito aquella carta a la diócesis de Roma sobre el deber de la educación, por tanto mi atención nació en aquella circunstancia. Después escribí un artículo, publicado en la revista de los salesianos Orientaciones Pedagógicas, que a nivel universitario es un medio de gran valor. Comencé a darme cuenta de la importancia y la frecuencia de los llamamientos del papa sobre la educación. Por tanto empecé a recopilar por temas todo lo que él iba diciendo.

Por tanto ¿las intervenciones del papa sobre la educación han sido numerosas?

--Dal Toso: Sí. Teniendo en cuenta que no es un pedagogo, que no hay intervenciones dirigidas o específicas sobre la educación, sino que él afronta el tema en el ámbito de otras cuestiones. Es verdad que están estas cartas y varias intervenciones en la diócesis de Roma, así como a los obispos italianos, en referencia a lo que es la planificación pastoral en un plazo de diez años, pero también ha hecho otros llamamientos.

¿Se trata, por tanto, de una recopilación sobre el tema de la educación en las diversas intervenciones del actual pontífice?

--Dal Toso: He intentado sistematizar todos estos llamamientos, expresiones y profundizaciones. Las he organizado según un esquema muy sencillo, un análisis de la emergencia educativa y, por tanto, de los problemas que caracterizan a la sociedad. Me he detenido también en la figura del educador, la cuestión de la relación educativa, el educando, los otros educadores como los padres, los maestros, las instituciones. Desde el punto de vista pedagógico, nosotros los llamamos las “agencias educativas”: me refiero a la familia, la escuela, las asociaciones deportivas, la del oratorio [actividad parroquial para niños en Italia], pero también la del voluntariado.

Después he hablado de otros temas, en particular del uso de los medios de comunicación que pueden tener un valor también desde el punto de vista educativo y en todos los ámbitos. Esto supera el contexto escolar tal como se entiende tradicionalmente. Seguramente la educación no es sólo instrucción.

¿No se entiende sólo como educación de los más jóvenes?

--Dal Toso: No, en los escritos del papa está clara la exhortación a la educación dirigida no sólo a los niños, como tradicionalmente la entendemos, sino también a los adolescentes, jóvenes y adultos. Está muy claro: el papa plantea el problema de la educación de los adultos, una educación que debe continuar durante toda la vida.

¿Hay un deseo de evangelización?

--Dal Toso: Sí, especialmente cuando el papa destaca la educación como un instrumento para acompañar al descubrimiento de lo que puede ser una respuesta a la pregunta de la verdad. Benedicto XVI ve en las personas esta demanda de verdad.

¿Hay algo concreto que quiera destacar del pensamiento de Benedicto XVI sobre educación?

--Dal Toso: Creo que el papa es consciente de las dificultades de educar en la actualidad, pero invita también a ser valientes, a asumir la responsabilidad de la educación, a afrontar y aceptar este desafío de emergencia educativa y esta necesidad.

Decálogo de la carta de Benedicto XVI sobre la educación

http://www.revistaecclesia.com/content/view/3014/113/

El pasado 23 de febrero el Papa Benedicto XVI entrega la Carta a la Familia a la ciudad y diócesis de Roma. La carta está firmada y publicada con fecha 21 de enero de 2008. He aquí un decálogo de sus principales ideas:

          1.-  El primer y fundamental ámbito de y para la educación es la confianza, la cercanía y el amor.

          2.-  El educador –todo educador- ha de saber que para educar ha de dar algo de sí mismo y que solo así ayudará a sus alumnos a superar los egoísmos y para capacitarse ellos mismos en el amor.

          3.- El educando, ya desde su infancia, está permanentemente reclamando respuestas, deseando saber y comprender. De ahí que el educador no deba limitarse a dar nociones e informaciones sino que también ha de contribuir a dar respuesta a la gran pregunta acerca de la verdad.

          4.- También el sufrimiento forma parte de la vida. Esto significa que no es educativo ocultar y escamotear a los niños la dificultad y el dolor, pues, a pesar de las buenas intenciones, se corre el riesgo de crear personas frágiles y poco generosas. El sufrimiento madura y hace crecer en el amor.

          5.- Es necesario encontrar en el quehacer educativo el equilibrio entre libertad y disciplina. Sin reglas de comportamiento y de vida, no se forma el carácter y no se prepara paran afrontar las pruebas de la vida.

          6.- La educación no puede prescindir del prestigio, que hace creíble el ejercicio de la autoridad.

          7.- El educador debe ser un testigo en primera persona de la verdad y del bien.

          8.- La educación requiere una conciencia clara de su misión y solo puede ser acometida con garantías de éxito desde la responsabilidad.

          9.- Toda la sociedad debe contribuir a la educación, creando para ello un clima  favorable para que los educadores puedan cumplir su misión. Esto es, la educación requiere una corresponsabilidad social de todos los miembros de la sociedad.

          10.- Solo una esperanza fiable puede ser el alma de la educación y de toda la vida. Se trata de una esperanza fundada en la verdad y en el bien, fundada en el Dios de Jesucristo.

          Educar bien y educar en el bien es hoy también posible, necesario y apremiante.

Jesús de las Heras Muela

 

 

 

 

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