domingo, 11 de marzo de 2012

PEPITO, EL MÁRTIR DE ROLLÁN (Salamanca)

Don JOSÉ LUIS GARCÍA CUADRADO , natural de Rollán (Salamanca) Mártir de la reconciliación en Campanario (Badajoz)

JOSÉ LUIS GARCÍA CUADRADO , Mártir de la reconciliación[1]

Nacimiento y primeros años

Nació el 20 de abril de 1907, a las tres de la tarde, en la calle Rincón, de Rollán, provincia y diócesis de Salamanca[100]. Hijo legítimo de Pablo García Martín, de oficio propietario e Inocencia Cuadrado Calvo naturales del citado pueblo y de Gejuelo del Barro, respectivamente. Su familia es muy conocida en el pueblo, tanto por las responsabilidades políticas –el Sr. Pablo, su padre, y el Sr. Celestino, hermano, fueron alcaldes- como culturales –su madre fue una de las maestras más recordadas.  Fue bautizado el día el tres de mayo inmediato en la Parroquial por don Eustaquio Eguido, párroco de Gejuelo con el nombre de José Luis[101]. El 23 de julio de 1918 recibe la confirmación en la misma parroquia que la administró Diego y García Alcolea, obispo de Salamanca.

Ingresó en el Seminario Menor de Salamanca el año 1918, en el que estudió desde1º a 3º de Latín, llegando a la antigua sede de la Universidad Pontificia de Comillas en Santander, para estudiar: tres cursos de Gramática y Humanidades (1921-24) en el Seminario Menor de San Antonio; tres de Filosofía (1924-27) en la Facultad, y en el año 1926 obtuvo el Grado de Licenciado; cuatro en la Facultad de Teología, y en el 1929 consigue el Grado de Bachiller[102].

Don José Eguino y Trecu, obispo de Santander imparte a nuestro joven seminarista las órdenes sagradas: Tonsura y Menores sin poderse datar el lugar y tiempo; el Subdiaconado el día25 de marzo de 1931 en el seminario de Comillas; el Diaconado el día 31 de mayo de 1931 en Seminario diocesano de Monte Corbán[103]; y el Presbiterado el 24 de junio de 1931. Celebró la primera misa en su pueblo el día 18 de julio de 1931.

 

Sacerdocio

Se incardinó, por razones familiares, en la diócesis de Badajoz. Durante los cinco años de sacerdocio ejerció los siguientes cargos: capellán particular de las Religiosas Josefinas en Mérida, consiguiendo según los cánones 112 y 114 la excardinación del Obispo de Salamanca el 31 de octubre de 1935 y la correspondiente incardinación a la diócesis de Badajoz el 16 de noviembre de 1935[104]Allí permaneció desplegando un apostolado activísimo hasta  el día 26 de marzo de 1936 en que fue nombrado coadjutor de Campanario,y cuatro meses después se encarga de la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción por la ausencia legítima del cura párroco D. Antonio Manzano Garías, que se hallaba de vacaciones con unos familiares en el pueblo de Cabeza de la Vaca.

Su celo pastoral pronto apareció con sus feligreses, como nos revela esta anécdota: Al no encontrar las hostias suficientes en la capilla del Carmen, y deseando comulgar algunas personas se trasladaron frente a la parroquial para completar su servicio ministerial. Entre ellos se encontraba un niño, a quien se acerca cuando daba acción de gracias y le dice: " a los niños Jesús les escucha mucho, has de pedirle por España, por tus padres y hermanos que están muy perseguidos"[105]. D. José Luis a pesar de su juventud era consciente del riesgo de la persecución que sufrían y no lo rehuyó en ningún momento[106].

La que fuese maestra de Sando, su tía doña Teresa Cuadrado (dirigida del célebre P. Manuel García Nieto, S.J.), dirá que toda su vida giró en torno a tres grandes valores y amores: la cruz de Cristo, las almas y los libros. Él mismo nos lo confirma en una carta: “...recuerdo con agrado las azoteas de Mérida; el cielo puro, no la tierra, aunque esté llena de encantos...Las horas tranquilas son las que me llenan...Quiere decir que deje a un lado los sentimentalismos y me abrace con lo más poético y dulce: la Cruz. Es lo que siempre dará alegría. Sufrir por Dios es mejor que sufrir sin objetivos”.

Martirio y sepultura

Tan sólo llevaba tres meses y medio en su nuevo destino, cuando fue encarcelado por el simple hecho de ser sacerdote. Le hicieron ofertas muy tentadoras para librarse de la prisión; le habría bastado decir que no era sacerdote y habría sido liberado. Pero él se daba cuenta de que eso sería una incoherencia, una traición y fue fiel. Le apaleaban varias veces al día, obligándole a realizar trabajos como la limpieza de cuadras y evacuatorios. Doña Romana, su hermana, que padeció moralmente su mismo calvario, recogió en un “Diario” su vía crucis.

Expresaba a Dª Aurora Velarde su experiencia: "Aquí en esta celda me dieron una paliza, que no se cómo puedo contarlo". Su fortaleza más heroica se manifiesta cuando en la cárcel -convento de Clarisas- es atado a un árbol de la huerta, arrojando contra él macetas y objetos punzantes. Todos sus verdugos quedaban admirados, así como los testigos Hermanos Murillo-Velarde quienes comprobaron el buen humor que siempre le caracterizó[107].

A las dos de la mañana se llevan a D. Alonso, sacerdote muy anciano, el 7 de septiembre pasado. Solo quedan dos presos con D. José Luis, quien con entereza consolaba a los sobrinos de su compañero ya asesinado[108].El 29 de octubre es fusilado en el arroyo Tamujoso. Sus restos mortales reposan en la cripta construida ex profeso en la capilla del cementerio de Campanario[109].

El Excmo. Sr. Obispo de Badajoz, Don José María Alcaraz y Alenda comunica oficialmente la muerte y martirio del sacerdote salmantino D. Luis García Cuadrado, que había sido incardinado en la diócesis de Badajoz en 1935, enviando la siguiente relación de su muerte y martirio:

«Don Luis García Cuadrado, de 29 años de edad, natural de Rollán, provincia de Salamanca, coadjutor encargado de la parroquia por ausencia del Sr. Cura, sólo hacía tres meses y medio que ejercía él cargó en ésta, y encarcelado desde los primeros días de la dominación roja fue distinguido de manera especialísima por sus verdugos que lo eligieron como víctima predilecta dé sus crueldades: lo apaleaban varias veces al día, obligándolo a hacer trabajos para él dificilísimos, como limpiar cuadras y evacuatorios; atado a un árbol del convento, convertido en cárcel, arrojaban sobre él macetas y cuantos objetos hallaban a mano, y atado al árbol, pasó alguna noche tendido en el suelo, con las heridas manando sangre; sin quejarse ni dar muestras de impaciencia, siempre con semblante alegre y risueño, exhortando y animando a sus compañeros de prisión que estaban admirados de la resignación y fortaleza con que sobrellevaba su martirio, hasta el día 29 de Octubre, en que fue llevado en camioneta al cementerio en donde fue fusilado con otros varios, a los que, según rumor, se les obligó a hacer la instrucción y la hicieron, pero D. José Luis no pudo hacerla porque no podía tenerse en pie, pues según aseguran a palos le habían roto la espina dorsal y algunas costillas: tendido en el suelo fue muerto de un tiro mientras sus compañeros hacían la instrucción momentos antes de morir también". (De la relación enviada por el Sr. Cura de Campanario). Roguemos por el sacerdote salmantino y que él ruegue ante Dios por la diócesis de Salamanca y por la fecundidad de su sangre para el reinado social de Cristo en España[110].

 

Su causa de beatificación está introducida y Dios quiera que lo veamos pronto en los altares. Ha sido grano de trigo, triturado y molido como nueva hostia de amor. Bellamente lo escribió Paul Claudel en su oda “A los mártires de España”:

La tierra está labrada. Ahora es la época de la siembra. La amputación del árbol ha concluido. Ahora es la época de las represalias. Bajo tierra, la idea ha germinado. ¡Por todas partes en tu corazón, Santa España, la represalia inmensa del amor! ¡El invierno continúa sobre nuestros surcos, pero la primavera ya ha estallado en las estrellas!

 

Recemos con gratitud y devoción la oración compuesta para obtener la beatificación de este siervo de Dios:

“¡Oh Dios Omnipotente y bondadoso, que os complacéis en glorificar en la tierra a los que se distinguieron en vuestro amor y servicio; por la profunda humildad, fervorosa oración y celo ardiente de las almas que mostró en vida vuestro fiel Servidor y Ministro José Luis, y por la invicta fortaleza con que toleró su largo y cruelísimo martirio, concededme la gracia de imitarle en sus virtudes y el favor que os pido en esta novena a gloria vuestra, exaltación de vuestro y provecho de mi alma. Amén”.

 

NOTAS

100.  Registro civil de Rollán, Sección 1ª, tomo XXII, fol. 67.

[101] Archivo Diocesano de Salamanca. Sección Parroquial. Parroquia de Rollán, signatura 322/8,fol. 21.

[102] Secretaria de la Universidad de Comillas. Madrid. Certificación académica expedida el 22.1.1996.

[103] Boletín Obispado de Santander, 19 setiembre de 1931.

[104] Obispado de Salamanca. Secretaría General. Libro de incardinaciones. Fol. s.n.

[105] Testimonio personal de Jesús Murillo-Velarde, quien jamás ha olvidado.

[106] Confer PIMP págs. 196-198.

[107] Testimonio dado por el joven Pedro Murillo-Velarde, cura párroco de Campanario, según testimonio de sus hermanos, caídos en dicha contienda.

[108] Cuaderno-reseña del tiempo que estuvo en la cárcel y martirio del sacerdote José Luis García Cuadrado por Romana García Cuadrado. Año 1939. págs. 4-6.

[109] Archivo Parroquial de Campanario. Nota extensa de D. Antonio Manzano Garias. Libro de Defunción nº XXXXI, fol.s. 59 vlto al 61 vlto.

[110] B. O. S. Crónica Diocesana. Un sacerdote salmantino, mártir de los rojos en la diócesis de Badajoz. (1940) pág. 123-124.

 

 

 

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