viernes, 13 de julio de 2012

JUBILEO DEL CONVENTO SAN JOSÉ DE ÁVILA POR LOS 450 AÑOS DE SU FUNDACIÓN

El Obispo de Ávila imparte el lunes la primera Bendición Papal del Año Jubilar por el Convento de San José

El próximo lunes 16 de julio, festividad de Nuestra Señora del Carmen, el Obispo de Ávila, monseñor Jesús García Burillo, impartirá la Bendición Papalcon indulgencia plenaria a los fieles que asistan a la iglesia del Convento de San José y cumplan con las condiciones acostumbradas. Será bien temprano, en la Eucaristía de las 8:30 horas.  Ésta es la primera de las Bendiciones Papales previstas en este Año Jubilar con motivo del 450 aniversario del Convento de San José. La siguiente tendrá lugar el 24 de agosto, fiesta de San Bartolomé, y día en el que se fundó el convento en 1562.

Aprovecho esta feliz efeméride para compartirles uno de los capítulos de mi libro así como las fotos tomadas el 16 de mayo del 2012

 

Benito Rodríguez, José Antonio La sobrina más engreída de América Teresa de Ahumada, la primera carmelita de América, sobrina de Santa Teresa de Ávila COLIBRÍ EDICIONES, Lima 2007, 140 pp

EL CONVENTO DE SAN JOSÉ: "ESTA CASA ES UN CIELO"

El estilo de la Santa Madre

Imposible penetrar en el alma de Teresica sin conocer la vida carmelita. Podríamos decir que la niña comenzó a sentir la influencia benéfica de su espiritualidad desde la misma cuna. Las cartas que la Santa enviaba a su hermano predilecto, don Lorenzo, contenían pautas para su formación. Desde los nueve años vivirá en contacto directo con la clausura carmelita. Aunque algunos se sorprenderán del hecho, hay que recordar que en la mayoría de los monasterios femeninos se recogían niñas a las que se instruía elementalmente y se les educaba religiosamente. Será, sin embargo, en San José de Ávila, el horno de la Reforma teresiana, donde se caldeará la joven en el fuego que abrasaba a esta minoría de mujeres selectas.

          Todo el estilo de vida reformador se había fraguado en el "palomarcico" de San José. El historiador M. Montero nos ubica en el contexto histórico:

          En Ávila de los Caballeros, en su ambiente severo y tranquilo, en el contacto fraterno con las devociones populares de sus iglesias y monasterios, forjó Teresa de Jesús el talante necesario para acometer los 'tiempos recios' y alcanzar las cumbres de Dios en el espíritu y en la memoria del mundo las de la inteligencia" [1]/.

         Teresica lo sintetiza magistralmente en su "Declaración" de 1596:

" (...) pretender vivir y hacer que viviesen las gentes con más encerramiento, y penitencia y pobreza...no tratando de Religión nueva, sino de renovar la antigua suya mitigada, y emplear ella y las que la siguiesen toda su vida y oración en rogar por el aumento de la Iglesia católica y destrucción de las herejías" [2]/.

          El destacado historiador carmelita O. Steggink subraya la trascendencia y "significado histórico" de su gesto:

"Claro está que al conocer bien la forma concreta de la vida claustral, que ella no se resignó a aceptar, comprenderemos mejor el significado histórico y el contenido espiritual de la nueva vida de ser monja carmelita que ella implantó en el Monasterio de San José"  [3]/.

          Clave de su celo será el transmitir a sus monjas la conciencia de ser "cimientos de las que están por venir":

"Y que cada una haga cuenta de las que vinieren, que en ella torna a comenzar esta primera Regla de la Orden de la Virgen Nuestra Señora, y en ninguna manera se consienta en nada relajación" [4]/.

          Tal exigencia personal iba acompañada de la más atractiva vida de hogar familiar. Así lo constatan cuantas tuvieron la suerte de tratarla, como sucedió con Sor Juana de la Cruz, hermana de San Francisco de Borja y religiosa del Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid: "Bendito sea Dios, que nos ha dejado ver una santa a quien podamos imitar, que come, duerme y habla con nosotras y anda sin ceremonias ni melindres".

          Con inocente frescura nos lo manifiesta su sobrina:

"Tenía un exterior tan desenfadado y cortesano, que nadie por eso la juzgaba por santa; pero tenía en toda ella un no sé qué tan de sustancia, que hacía fuerza que creyesen y viesen los que la trataban, que lo era mucho sin diligencia suya"  [5]/.

          Contemplativa pero activa, "endiosada" y con comunicaciones místicas pero con los pies muy firmes en la tierra, anclada en Dios y siempre en camino. Lo esperaba todo de Él, pero lo abandonaba todo a su voluntad. Audaz e intrépida, pero dócil y fiel. Ortodoxa y tradicional pero en apertura a nuevos horizontes.

"Engolosinar las almas con Dios"

          Es una expresión típicamente teresiana, de las mil y una fórmulas que ella inventó para animar a orar. Otra es la que considera el alma como un huerto regado por la oración. O también como un castillo: "La puerta para entrar en este castillo (alma) es la oración y consideración; (...) porque la (persona) que no advierte con quién habla, y lo que pide, y quién es quien pide, y a quién, no la llamo yo oración, aunque mucho menee los labios" (Moradas primeras, 1).

          Y sigue: "Creer que (el Señor) admite a su amistad gente regalada y sin trabajos, es disparate. (...) Y así, pocos veo verdaderos contemplativos que no los vea animosos y determinados a padecer: que lo primero que hace el Señor, si son flacos, es ponerles ánimo y hacerlos que no teman trabajos" (Camino, 18). "Es gran negocio comenzar las almas oración, comenzándose a desasir de todo género de contentos, y entrar determinadas a sólo ayudar a llevar la cruz a Cristo, como buenos caballeros, que sin sueldo quieren servir a su Rey" (Vida, 15).

Y, en definitiva, es cuestión de amor: "No es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama " (Vida, 8).

Las monjas compañeras de Teresita

          Nuestra joven protagonista toma la posta, la antorcha de este espíritu primitivo. Conozcamos a las religiosas que la trataron y convivieron con ella en el Convento de San José, al hilo del Libro de Profesiones [6]/.

 

Nombre

 

Edad

 

Profesión

 

Nacimiento

 

Muerte (año, edad)

 

María de San José

 

41

 

1564

 

Ávila

 

No indicado

 

Úrsula de los Santos

 

43

 

1564

 

Avila

 

1574,  53

 

Antonia de (Henao) del Espíritu Santo

 

21

 

1564

 

Avila

 

?

 

María Baptista

 

?

 

1564

 

Avila

 

 

 

Isabel de San Pablo

 

17

 

1564

 

Torrijos

 

1582,  39

 

María de (Paz) la Cruz

 

22

 

1565

 

?

 

1588, en Valladolid

 

María (Dávila) de San Jerónimo, 1ª prelada tras Santa Teresa

 

24

 

1565

 

Avila

 

1602

 

Isabel de Santo Domingo

 

26

 

1565

 

Cardeñosa

 

1623,  74

 

Ana de Jesús

 

43

 

1568

 

Avila

 

1580,  80

 

María de Cristo

 

 

 

1568

 

Avila

 

1590, Málaga

 

Petronila Baptista

 

31

 

1568

 

Avila

 

1619,  88

 

Isabel Baptista

 

20

 

1578

 

Fontiveros

 

1626,  76

 

Ana de San Pedro (Wastels) viuda

 

31

 

1571

 

Flandes

 

1588,  50

 

Ana de San Bartolomé [7]/

 

20

 

1572

 

Almedral

 

1626,  79

 

María Bautista, lega

 

 

 

1576

 

Piedrahita

 

1604,  80

 

Mariana de Jesús, priora

 

26

 

1576

 

Avila

 

1603,  53

 

Ana de San Francisco

 

 

 

1581

 

Villacastín

 

1596

 

Ana de los Ángeles (Wastels)

 

17

 

1581

 

Avila

 

1625

 

Teresa de Jesús

 

16

 

1582

 

Quito

 

1610,  44

 

María de la Concepción

 

28

 

1584

 

Villacastín

 

1620,  64

 

Inés de Jesús

 

18

 

1585

 

Avila

 

1643,  76

 

Catalina de San José, viuda

 

 

 

1587

 

Villacastín

 

1620,  82

 

Petronila de la Encarnación

 

34

 

1589

 

Valladolid

 

1616,  62

 

Ana de San José

 

20

 

1589

 

 

 

1616,  62

 

Ana de la Madre de Dios

 

16

 

1589

 

Madrid

 

1598,  26

 

Ambrosia de la Concepción

 

23

 

1590

 

Madrid

 

1633,  66

 

Catalina de la Asunción

 

31

 

1591

 

Avila

 

1610,  50

 

Catalina de Cristo

 

28

 

1593

 

Villacastín

 

1627,  62

 

Ana de San Alberto

 

26

 

1593

 

Fontiveros

 

1647,  77

 

Ana de la Trinidad

 

19

 

1598

 

Villacastín

 

1628,  79

 

Antonia del Sacramento

 

26

 

1598

 

Avila

 

1611

 

Antonia del Espíritu Santo

 

20

 

1599

 

Avila

 

1634,  55

 

Isabel de la Madre de Dios

 

22

 

1605

 

Madrid

 

1634,  51

 

Magdalena de la Madre de Dios

 

 

 

1606

 

Avila

 

1669,  79

 

María de Jesús

 

25

 

1606

 

Avila

 

1662,  81

 

Catalina de Cristo

 

47

 

1608

 

Cardeñosa

 

1629,  66

 

María de San José

 

16

 

1613

 

 

 

1666

          Al contemplar esta larga lista, en la que debemos incluir a la Santa de Ávila, observamos la calidad humana en las diversas religiosas que componen la comunidad [8]/.

          La Santa Madre verá cumplido acá su sueño de volver a la pureza de la Orden del Carmen, sin ocultar su satisfacción al agradecer a Dios por las compañeras que le dio: "Yo me estuve deleitando entre almas tan santas y limpias, adonde sólo era su cuidado de servir y alabar a nuestro Señor" [9]/. Figuran una flamenca, viuda, Ana de San Pedro, que llegará a ser priora, y su hija Ana de los Ángeles, dos freilas, nuestra joven quiteña. La edad juvenil facilita la comunicación. La joven Teresa nos descubre su intimidad al revelarnos la entrañable vida de familia que reinaba en El Carmelo en 1610:

"Antonia del Espíritu Santo, mujer de grandísimo espíritu, penitencia y mortificación, con una continua y extraordinaria alegría en Dios. (...) Esta declarante fue algunas invitada de la obediencia para que se estuviese con ella y la hablase en cosas indiferentes para que no se suspendiese tanto...

María de San José, la cual mostraba en todas sus cosas gran pureza de alma, gran afición a las cosas de religión, humildísima y tan sin malicia ni doblez, que tratar con ella era tratar con una niña inocente, no le faltando muy buen entendimiento.

Ana de San Bartolomé...que siempre ha sido mujer señalada en heroicas virtudes y en el celo y espíritu de la dicha Santa Madre, por recibirle más que ninguna de cuantas religiosas ha conocido, e imitadora suya en esta luz y ánimo".

Muere su padre don Lorenzo:"...lo ha llevado como un ángel"

          El padre, que cortó con todos sus negocios para dedicarse a la educación de sus hijos, participará fuertemente del afán de perfección espiritual de la Santa. Transforma sus haberes indianos en la compra de la Serna, finca cercana a Avila, en octubre de 1576, en censos y juros. Protege a su hermano, el enfermizo Pedro. A través de la correspondencia personal constatamos una dirección espiritual extraordinaria por parte de Teresa, regulando extremos fervores, impidiendo su ingreso en el Carmelo, conectándole con el "caballero santo" Francisco de Salcedo para sus negocios humanos y animándole sabia y celosamente a la perfección mística sin olvidar sus deberes profesionales y de padre de familia. El 24 de junio de 1580 fallece dejando un hueco irrellenable en la vida de su hija idolatrada.

          La Santa, que estaba en Segovia, pronto se hace presente en Ávila "para mirar por Teresa y su hermano, que tienen harta soledad...No sé lo que será necesario estar allí, para ver cómo queda lo que se ha de dar a Teresa, que ha perdido la pobre harto con su padre, que la quería muy mucho" (C. 334, 8). Idéntico sentimiento manifiesta a su sobrino Don Lorenzo en Indias:

 "A mí me ha hecho gran soledad y a la buena Teresita de Jesús; aunque la dio Dios tanta cordura, que lo ha llevado como un ángel, y ansí lo está y muy buena monja, y con gran contento de serlo. Espero en Dios se ha de parecer a su padre" (C. 350, 4).

          Como gratitud cordial al caritativo hermano de la Santa, las Madres Carmelitas hicieron grabar sobre la losa del sepulcro donde fue enterrado el siguiente epitafio: "Falleció Lorencio de Cepeda el 26 de junio de 1580: Fue el fundador de esta capilla y hermano de la Fundadora de las Carmelitas Descalzas y de los Descalzos". Sus restos descansan en la capilla de San Lorenzo, la primera del lado de la Epístola, en la iglesia del convento de San José en Ávila.



[1]/ "Apuntes sobre la circunstancia histórica de Teresa de Jesús". En: Cuadernos de investigación histórica. Madrid, FUE, 1989, p. 12.

 

[2]/ Allí mismo, p. 190.

[3]/ "Beaterios y monasterios carmelitas españoles en los siglos XV y XVI". En: Carmelus, vol. 10, n° 1, 1963, pp.149-205. También en J. García Oro. "La vida monástica femenina en la España de Santa Teresa". Actas del Congreso Internacional Teresiano. Salamanca, 1982, pp. 331-349.

[4]/ Fundaciones, XXVII, 11.

 

[5]/ D2, p. 192.

 

[6]/ En el Archivo Histórico del Convento de San José. En el libro que generosamente me facilitaron las Madres se indican otros valiosos datos como el nombre de los padres, la dote que aportan en ducados o maravedís... Al final de la profesión de la Hermana Úrsula de los Santos, se escribe: "La Hermana Úrsula de los Santos, Antonia del Espíritu Santo, María de la Cruz, María de San José, fueron las cuatro religiosas que primero y todas juntas tomaron este santo hábito".

 

[7]/ Ibídem. Páginas siguientes:"Fue rara su virtud y de esta casa se fue a fundar a Francia y murió priora de Amberes".

 

[8]/ Biblioteca Nacional de Madrid: Noticia de las religiosas que profesaron en tiempo de Nuestra Santa Madre en los conventos de esta provincia. Manuscrito nº 8.713, ff. 93-105. Véase también el legajo 300 del Archivo Histórico Nacional, Madrid, Sección "Clero", Carmelitas Descalzas de San José.

[9]/ Fundaciones I, I-2.

 

 

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