"Acogía a cada hombre en el gran seno de la caridad y, como amaba a todos, todos lo amaban.
Se había hecho una ley personal de alegrarse con las personas felices y de llorar con aquellos que lloraban"
Libellus de principiis Ordinis Praedicatorum, Iordano de Saxonia, ed. H.C. Scheeben,
Monumenta Historica Sancti Patris Nostri Dominici, Romae, 1935.
Queridos Hermanos y hermanas:
En la Solemnidad de Nuestro Padre Santo Domingo deseo expresarles mi más cordial saludo, esperando que al celebrar esta fiesta contemplemos la fe de santo Domingo, nutrida en el estudio y la oración, y traducida en la vida fraterna y la misión de predicar y; al dirigir la mirada hacia él y lo que hizo tratemos de seguir sus huellas.
La frase citada de Jordán de Sajonia, nos muestra la capacidad de amor y compasión de Nuestro Padre, Dios nos permita amarle como Domingo de Guzmán lo amó y amarnos fraternalmente hasta lograr la auténtica compasión que demostró por el prójimo. Calaron en él, las palabras de San Pablo: "Tengan entre Ustedes los mismos sentimientos de Cristo" (Filp. 2,5), y lo demostró a lo largo de su vida.
A lo largo de toda la vida de Nuestro Padre encontramos un gran testimonio de fe, bebido en el hogar de los Guzmanes, con el pozo de gracia de la Beata Juana y el venerable Félix; fortalecido en la formación inicial a la sombra del Arcipreste de Gumiel de Izán y en la juventud pasada en los claustros palentinos; enriquecido por la experiencia de Osma, fe comprometida en la contemplación de los herejes, fe demostrada al proponer la creación de la Orden, al poner en manos de Dios la vida de las primeras hermanas conversas de Prouille, al dispersas a los hermanos jóvenes luego de fundada la Orden, al predicar itinerantemente buscando la conversión de los herejes, al confiar en la providencia de Dios en esas largas caminatas de predicación, confianza en Dios y en los hermanos para poner en manos de ellos el destino de la Orden en el Primer Capítulo General de Bolonia; y tantos otros ejemplos de vivencia de fe que nos deben motivar a ser frailes cuajados en esta virtud teologal, abiertos a la gracia y comprometidos con ella.
Hace varios meses, el Santo Padre Benedicto XVI, nos invitó a escuchar la invitación de Pablo a Timoteo: "busca la fe, con la misma constancia de cuando eras niño" (Cfr. Tim 2,22. 3,15). Recordándonos que "la fe es compañera de vida que nos permite distinguir con ojos siempre nuevos las maravillas que Dios hace por nosotros. Tratando de percibir los signos de los tiempos en la historia actual, nos compromete a cada uno a convertirnos en un signo vivo de la presencia de Cristo resucitado en el mundo." (Benedicto XVI, Porta Fidei, 15).
El perfil espiritual de Domingo nos muestra como seguir el Evangelio como hombres y mujeres de fe, en nuestra Orden este camino de fe ha sido camino de santidad. La Familia Dominicana en el Perú viene celebrando con gozo un buen preámbulo al Año de la fe, anunciado por el Papa, con las celebraciones en torno al Jubileo de San Martín de Porres, un dominico ejemplar por la vivencia sencilla de la fe, obediente a la voluntad de Dios, comprometido con los signos de su tiempo y entregado a construir paz y unidad con un servicio generoso a la humanidad.
Al iniciar el Año de la Fe, el próximo 11 de octubre, recordando los Cincuenta Años del Concilio Vaticano II, recordemos los grandes ejemplos de fe que nos han dado nuestros hermanos y hermanas que se han nutrido de la savia dominicana, empezando por nuestro Padre Domingo y por quienes siguiendo su ejemplo nos han mostrado la valentía de predicar la fe con una vida de compromiso con la Iglesia y la humanidad.
Feliz día de Nuestro Padre Santo Domingo y no dejemos de contemplar la roca de la cual hemos sido tallados y la cantera de donde hemos sido llamados (Cfr. Is 51,1).
Con un abrazo fraterno:
Fr. Juan José Salaverry Villarreal, OP
Prior Provincial