sábado, 13 de octubre de 2012

Militantes de Santa María dejando huella en la Pampa de Yauca


¿Qué es lo que motiva a un millar de jóvenes a caminar por el desierto durante 5 horas?
Es la misma pregunta que se respondieron un grupo de jóvenes militantes, guiados por el Espíritu Santo en busca de una persona, que es la fuente de inspiración de este largo peregrinaje. Sí, esta persona no es nada más y nada menos que Nuestra Madre.
La Virgen del Rosario de Yauca

A comienzos del siglo XVIII, 3 de octubre de 1701, en la inmensa y desolada pampa de Yauca, que se extiende al sureste de la ciudad de Ica, fue encontrada escondida entre matorrales por los lugareños una pequeña escultura de Nuestra Señora del Rosario, con el Niño Jesús y un rosario nacarado en sus manos. Se presume que la imagen, de aproximadamente 60 cms. de altura, fue abandonada por arrieros que al bajar de la serranía ayacuchana se perdieron en medio del desierto iqueño, tal como cuentan los testigos presenciales, que suscribieron un acta notarial  Nicolás Ortega, Diego Gutiérrez y Francisco Córdova. Pensaron entonces en trasladarla a Ica, pero al intentar levantarla no lo consiguieron. Interpretaron el hecho como un deseo de la Madre de Dios de permanecer en aquellos descampados. Con la ayuda de Calixto Muñoz le edificaron una sencilla capilla en las inmediaciones; y fue sólo después de una plegaria suya que la imagen se dejó conducir suavemente a su nueva morada, ante el asombro de toda la concurrencia. La noticia corrió por valles y montañas, y desde entonces la Virgen de Yauca es venerada por sus hijos iqueños, que la hicieron su Patrona, y especialmente en el mes de octubre le tributan filial y cálida devoción.
Militantes desde Lima

Este largo peregrinaje inicia para algunos en Lima y para otros en Ica. Partimos a las 9 de la noche del día sábado, 6 de octubre. Una parte del trayecto lo hicimos en carro bajándonos en la primera cruz. Luego, inspirados por cielo estrellado y la multitud de peregrinos jóvenes y no tan jóvenes, decidimos ponernos en manos de nuestra Madre rezando el rosario. La caminata –ardua- nos forjaba mucho el carácter de superación como el Padre Morales hubiera querido. Caminamos en silencio, meditando y dando gracias. Mirábamos hacia el horizonte con ansias de poder observar a lo lejos el santuario de la Virgen de Rosario de Yauca, que es el único santuario ubicado en medio del desierto de Ica, y ya desde muchos años es una costumbre este peregrinaje donde muchas personas van con Ica esperanza de que sus oraciones sean escuchadas y otras agradeciendo por los favores dados. Al llegar al santuario, antes de la víspera, nos dimos con la sorpresa de la cantidad de peregrinos acampando y otros intentando ingresar en el templo.
La Misa de la víspera la vivimos afuera, de pie, pero siempre atentos y con mucha devoción. Al terminar la Eucaristía nos dedicamos a hacer apostolado, vendiendo prensa católica, y, la verdad, sin mucho éxito. Esto a mí me abrió los ojos, puesto que Ica parece un pueblo católico moderno, que cree con solo ser bautizado y peregrinar a un lugar santo es todo; pues no, para un verdadero cristiano y un militante, sabemos que ser cristiano es mucho más que eso, el servicio a los demás y la formación de nuevos jóvenes santos. Ejemplos como los de este día  son fundamentales para ser los fermentos que necesita esta tierra.
Muy agradecido por los militantes que llegaron de Lima; agradezco este gesto y pido, si es de poder, que todos los años como una actividad de la Milicia se pueda venir en estas fechas para peregrinar en el desierto hacia nuestra MADRE SANTA MARIA
JESUS SERNA CONTRERAS

La peregrinación que tuvimos fue de muy buen provecho para ofrecerlo por los demás, y debemos ir al próximo año y al próximo...gracias por esta experiencia, la 1ra que tengo fuera de Lima y hasta ahora la mejor de mi vida, Gracias Señor
JOEL TAQUÍA
¡Excelente Jesús, irradiando tu fe desde Ica!, gracias por compartir tu experiencia, de la que también forme parte, por ello deseo agregar sólo unas líneas. ¡Qué bueno fue volver a contemplar aquellos paisajes clarísimos, iluminados con el sol eterno de mi querida Ica, lugar donde por motivos labores estuve viviendo casi cinco años! Felizmente me decidí a ir, y aunque no lo tenía previsto, fue para mí el mejor fin de semana en lo que va del año.
La motivación principal, como bien mencionó Jesús, fue la peregrinación a la Virgen de Yauca. Había hecho la caminata años atrás, esta sería la cuarta vez, pero la primera como Milicia, en total nueve participantes, entre militantes y amigos de la Milicia, la mayoría universitarios: Jesús, Marco Antonio, Yair, Jeyson, Alexis, Antonio, Joel, el suscrito y finalmente Eduardo que nos dio el alcance el día siguiente pero que también hizo la peregrinación y que además pudo irradiar ese amor a la Virgen a las tres personas que lo acompañaron, ya nos contará su historia. 
Horas después, el domingo, muy tempranito, aunque no llegáramos a Misa de 7:00 am por la jornada maratónica que tuvimos, nos fuimos al Carmelo de Ica y allí nos recibió muy gentilmente la madre superiora, madre Ana María, bastante joven, rebosante de amor al Señor y celo por las almas, quien nos animó a seguir perseverando y nos comentó brevemente la misión que tienen las carmelitas en la Iglesia (ser su corazón y de algún modo también su pulmón), asimismo se alegró de que existan grupos como la Milicia, aprovechamos en dejarle la estampa del Señor de los Milagros con la pequeña biografía de P. Morales que aparece en su parte posterior. 
Luego de esta visita tuvimos el respectivo desayuno en casa de Alexis. Por cierto, su madre, señora Regina Soledad, se convirtió en madre de todos los militantes, nos atendió como a sus hijos, sólo Dios comprende la generosidad tan grande de una madre, que, cabe mencionar, la manifestó de manera especial en Nuestra Señora. Y de la mesa a la Misa, pues la tuvimos luego a las 10:00 am, finalmente terminamos el día con una pequeña convivencia en Huacachina, donde, después de unas breves pero muy provechosas prácticas de sandboard, cada uno fue compartiendo sus experiencias. 
Resultado final, que a pesar de haber caminado de madrugada, haber dormido tres horas y estar sentados bajo el sol, terminamos todos muy felices, pues sabemos que estas actividades nos ayudan en nuestra formación y sobre todo lo ofrecemos por Cristo, por la Virgen y por los jóvenes. Alguien comentó en la reunión final "en la peregrinación vi una multitud de jóvenes, muchos de ellos con una idea muy lejana de quien es realmente Jesús", la mies es mucha y los obreros pocos. ¿Y tú, que estás leyendo estas líneas, qué harás?
ÉDER FALCÓN
 

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