miércoles, 28 de noviembre de 2012

Centenario de Menéndez Pelayo. EL BRINDIS DEL RETIRO, EL CORAJE DE UN INTELECTUAL CATÓLICO

Marcelino Menéndez Pelayo (Santander, Cantabria, 3 de noviembre de 1856 – ibídem, 19 de mayo de 1912 )
En el centenario de su muerte, les comparto el célebre BRINDIS cuando sólo tenía 25 años. Todo un ejemplo de valentía para laicos intelectuales católicos en el mundo académico.
 
 Yo no pensaba hablar; pero las alusiones que me han dirigido los señores que han hablado antes, me obligan a tomar la palabra. Brindo por lo que nadie ha brindado hasta ahora: por las grandes ideas que fueron alma e inspiración de los poemas calderonianos. En primer lugar, por la fe católica, apostólica, romana, que en siete siglos de lucha nos hizo reconquistar el patrio suelo, y que en los albores del Renacimiento abrió a los castellanos las vírgenes selvas de América, y a los portugueses los fabulosos santuarios de la India. Por la fe católica, que es el substratum, la esencia y lo más grande y lo más hermoso de nuestra teología, de nuestra filosofía, de nuestra literatura y de nuestro arte.

Brindo, en segundo lugar, por la antigua y tradicional monarquía española, cristiana en la esencia y democrática en la forma, que durante todo el siglo XVI vivió de un modo cenobítico y austero; y brindo por la casa de Austria, que con ser de origen extranjero y tener intereses y tendencias contrarios a los nuestros, se convirtió en porta-estandarte de la Iglesia, en gonfaloniera de la Santa Sede durante toda aquella centuria.

Brindo por la nación española, amazona de la raza latina, de la cual fué escudo y valladar firmísimo contra la barbarie germánica y el espíritu de disgregación y de herejía que separó de nosotros a las razas septentrionales.

[p. 386] Brindo por el municipio español, hijo glorioso del municipio romano y expresión de la verdadera y legítima y sacrosanta libertad española, que Calderón sublimó hasta las alturas del arte en El Alcalde de Zalamea, y que Alejandro Herculano ha inmortalizado en la historia.

En suma, brindo por todas las ideas, por todos los sentimientos que Calderón ha traído al arte; sentimientos e ideas que son los nuestros, que aceptamos por propios, con los cuales nos enorgullecemos y vanagloriamos nosotros, los que sentimos y pensamos como él, los únicos que con razón, y justicia, y derecho, podemos enaltecer su memoria, la memoria del poeta español y católico por excelencia; el poeta de todas las intolerancias e intransigencias católicas; el poeta teólogo; el poeta inquisitorial, a quien nosotros aplaudimos, y festejamos, y bendecimos, y a quien de ninguna suerte pueden contar por suyo los partidos más o menos liberales, que en nombre de la unidad centralista, a la francesa, han ahogado y destruído la antigua libertad municipal y foral de la Península, asesinada primero por la casa Borbón y luego por los Gobiernos revolucionarios de este siglo.

Y digo y declaro firmemente que no me adhiero al centenario en lo que tiene de fiesta semi-pagana, informada por principios que aborrezco y que poco habían de agradar a tan cristiano poeta como Calderón, si levantase la cabeza.

Y ya que me he levantado, y que no es ocasión de traer a esta reunión fraternal nuestros rencores y divisiones de fuera, brindo por los catedráticos lusitanos que han venido a honrar con su presencia esta fiesta, y a quienes miro y debemos mirar todos como hermanos, por lo mismo que hablan una lengua española, y que pertenecen a la raza española; y no digo ibérica, porque estos vocablos de iberismo y de unidad ibérica tienen no sé qué mal sabor progresista. (Murmullos.) Sí: española, lo repito, que españoles llamó siempre a los portugueses Camoens, y aún en nuestros días Almeida-Garret, en las notas de su poema Camoens, afirmó que españoles somos y que de españoles nos debemos preciar todos los que habitamos en la Península Ibérica.

Y brindo, en suma, por todos los catedráticos aquí presentes, representantes de las diversas naciones latinas que, como arroyos, han venido a mezclarse en el grande Océano de nuestra gente romana.»

 

 

El lunes 3 de diciembre de 2012 (D.m.), a partir de las cuatro de la tarde, el Instituto CEU de Estudios Históricos y el Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II organizan el seminario MENhttp://ÉNDEZ PELAYO. A los cien años de su muerte. El programa es el que sigue:

16:00. El hombre y su tiempo:

Alfonso Bullón de Mendoza, Instituto CEU de Estudios Históricos
  • José Peña, Instituto de Humanidades Ángel Ayala
17:30. Una revisión de la obra:
  • Ángel David Martín Rubio, Instituto Superior de Ciencias Religiosas "Virgen de Guadalupe" de Cáceres
  • José Miguel Gambra, Universidad Complutense de Madrid
  • Juan Manuel de Prada, escritor
19:30. El menendezpelayismo político:
  • Miguel Ayuso, Universidad Pontificia Comillas de Madrid
  • José Manuel Cuenca Toribio, Universidad CEU San Pablo

Tendrá lugar en la Casa Palacio del Duque del Infantado (Carrera de San Francisco, 2; Metro La Latina) de Madrid. La entrada es libre.
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