lunes, 17 de diciembre de 2012

MONSEÑOR HUGO GARAYCOA HAWKINS CUENTA EN EL ATRIO PAULINO SU PARTICIPACIÓN EN EL CONCILIO VATICANO II

MONSEÑOR HUGO GARAYCOA CUENTA EN EL ATRIO PAULINO SU PARTICIPACIÓN EN EL CONCILIO VATICANO II

Monseñor Hugo Garaycoa Hawkins nació el 2 de junio de 1930 en El Callao, se ordenó de sacerdote el 9 de julio de 1961 y fue consagrado obispo el 25 de enero de 1983. Fue Presidente de la Conferencia Episcopal del Perú. En la actualidad es miembro del Consejo Nacional de Educación. La Iglesia del Perú celebró de modo muy sentido sus bodas de oro sacerdotales el 9 de junio del 2011. Es coordinador del Diplomado de Doctrina Social de la Iglesia en la UCSS. Atiende espiritualmente a un puñado de seminaristas y sacerdotes. Y, a pesar de sus operaciones de hernias discales y una vida apostólica cien por cien, sigue al pie del cañón por la Iglesia y el Perú. El pasado viernes 14 de diciembre –con motivo del ATRIO PAULINO en que se presentó el libro de Paulinas "El Concilio Vaticano II, 50 años después, memoria y desafío"- nos brindó un entrañable testimonio de su participación como "chulillo" (ayudante) en el Concilio Vaticano II y hasta nos contó un chiste con el que comienzo. Resulta que Monseñor Fidel Tubino –obispo auxiliar de Lima- que tenía fama de friolero, una vez que sintió que se abrieron las puertas del Vaticano par que entrase el Espíritu, solicitó que se cerraran "para que no se fuera el Espíritu Santo".   

 

Cuente, cuente, Monseñor

Cuando estaba en Roma me tocó participar en dos sesiones del Concilio  Vaticano II, desde dentro, llevando papeles es verdad, pero la experiencia de vivirlas adentro eso es único también y doy por ello muchas gracias al Señor.

 

¿Con qué obispo tuvo que trabajar o estuvo cerca en el Concilio?

Conocí a muchos porque me tocaba ayudarles y facilitar que dialogasen entre sí. Recuerdo como anécdota a Monseñor Corripio, arzobispo de México, que en paz descanse. Cuando comenzó una de las sesiones, entraron unas morenas bailando, llevando el evangelio como entronización para dar inicio a las oraciones de la mañanas; y el Obispo Corripio me dice: "Esto es lo que nos falta en nuestra liturgia ponerle más vida, más ritmo y más  color. La verdad es que se me grabó.

 

Monseñor, la experiencia del Concilio fue algo tan grande, que me gustaría que nos trasmitiese para todos la gracia tan grande de momento tan singular, histórico para la iglesia contemporánea. ¿Qué es lo que salió de ahí? ¿Qué espíritu se vivió?

La primera sesión fue un caos, nadie tenia experiencia de concilio. En un momento determinado hicieron entrar a Monseñor Carinchi, que sí tenia experiencia de concilio y que contaba ciento tres años, del brazo de Monseñor Alcides Mendoza que tenia 31 años nada más. El obispo más viejo y el obispo más joven del mundo.

 

Juan XXIII

Si

Conduciendo

Maravilloso Juan XXIII

Beato Juan XXIII

Y un incidente del concilio que fue muy curioso que lo resolvió Juan XXIII con esa mentalidad pragmática que tenia él, a los cardenales todo el estrado donde estaban ellos eran con butacas rojas y los patriarcas los colocaron con los obispos y los patriarcas se revelaron, dijeron somos la institución mas antigua de la iglesia y por lo tanto merecemos un sitio mejor nos vamos. Al día siguiente debajo de la estatua de San Pedro apareció una mesa larga con un mantel de tercio pelo, rojo y el sitio para los patriarcas. Y es verdad es la institución mas antigua de la iglesia mas que los cardenales. Y cómo soluciono el problema Juan XXIII, los nombro a todos cardenales y solucionado el problema. Después eso de cardenales diáconos, presbíteros dijo no, todo cardenal que no es se ordena de obispo y hemos visto las excepciones que ha habido después durante el gobierno de Juan Pablo II los que no quisieron recibir el episcopado. Pero la primera sesión fue tormentosa, cuando termino la primera sesión el ambiente era que no seguía el concilio, fue un ambiente ya de decepción. De ahí hicieron cardenal al arzobispo Landázuri y me toco estar de secretario de él. La noche anterior comimos con Don Pascuale y el cardenal Montini, y cenamos en un restaurante de Villa Medulana El cardenal Montini se le veía un hombre con una tensión muy fuerte; lo tenia sentado frente a mí, precisamente.

 

Futuro Paulo VI

Sí, como que se la sospechaba ya. Bueno  lo que a mí me llamó la atención fue que lo vi entrar al cónclave y me tocó verlo de frente porque estaba con otro cardenal; caminaba rígido como el hombre que va al matadero.

Y a la hora que sale el nombramiento hay una ceremonia que se llama la primera adoración, el cardenal acompañado de sus secretarios se acerca y yo me acerco y vi un hombre brillante, vestido de blanco radiante así pero con una aureola aquí  de luz que me quedo impresionado, lo tengo grabado aquí.

La gracia ¿verdad?

La gracia, lógicamente.

 

Tanta oración de tanta gente

Sí. Y, entonces, me acuerdo que él me dijo: "Ruegue por mí, rece por mí". Bueno, le tocó un calvario al pobre, ciertamente.

 

Y vamos con el Concilio. ¿Cuándo se puede decir que entró?

Y ese día, ese día, aquí viene el detalle. Así como en la embajada están los choferes esperando, se ponen a conversar entre ellos, que mi embajador dice esto y mi embajador dice lo otro. Yo estaba conversando con los otros secretarios y entonces la mayoría decía: "Mi cardenal dice que este concilio no sigue, aquí se acabó". Cuando el Papa dice: "El concilio sigue adelante, nos reuniremos en la primavera nuevamente". Todos se quedaron sorprendidos; yo vi las caras del gran interrogante. La segunda sesión sí corrió mucho más suave y ya comenzaron a salir documentos y todas las cosas ¿no?. Otro incidente del concilio es que el cardenal de Boston se retiró porque no le permitían hablar en inglés, y yo no quería hablar Latín. Se retiró y el ofreció poner un  servicio de traducción  simultánea.

¿Para todos?

Para todos, porque Cardenal arzobispo de Boston Cushing  manejaba mucho dinero. Ya a la mitad de esa sesión, yo me tuve que retirar por mis estudios. Para mí fue una experiencia muy rica, superada, sin embargo, después por las experiencias latinoamericanas de Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida.-

¿Que es como una proyección de todo el espíritu de aggiornamiento o puesta al día del concilio, de esa renovación de toda la iglesia?

Quiero comentar una cosa que me llama la atención a mí, cada vez que doy charlas sobre este acontecimiento. Se habla del Vaticano II como si se hablara del Concilio de Trento, se habla hoy de Medellín y de Puebla como algo del pasado y hoy día todo el mundo habla de Aparecida como si fuera el non plus ultra. Y si me pongo a revisar como me gusta trabajar a mí un poco con concordancias y viendo lo que paso aquí y busco, me encuentro cosas en Puebla que son repetición ahora con diferente lenguaje en aparecida. Y me encuentro si algo, que me llamo mucho la atención  en esta proyección porque he estado trabajando este tema es que Medellín menciona una sola vez la palabra santidad, Puebla la menciona mas de cincuenta y tantas veces la palabra santidad en diferentes normas, Santo Domingo un poco menos que Puebla y aparecida la menciona más. Pero eso se lo debemos a un hombre extraordinario a Juan Pablo II, que desde el primer momento hablo de santidad y que en su documento testamento Novo Milenio Ineuntem en el número treinta nos dice que es la pastoral de la santidad y eso cuantas veces me ha servido a mí.

 

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