lunes, 12 de agosto de 2013

Cuando parece que al abogado del diablo se le escapan los santos al cielo

Cuando parece que al abogado del diablo se le escapan los santos al cielo

 Algo así nos quiso decir el pasado 12 de agosto del 2013, en la última página de "El Comercio", Marco Aurelio Denegri, en su artículo "El Abogado del Diablo".  Como alguna de sus contundentes afirmaciones me sorprendieron por creerlas desmesuradas, les comparto mis reflexiones. Leo y selecciono: "Desde el siglo XII, la Santa Sede se reserva el derecho de beatificar y canonizar a determinados personajes, luego de un proceso en regla en que es oído el Promotor de la Fe o Abogado del Diablo. Pero lo curioso es que este Advocatus Diaboli no ha impedido que sean canonizados algunos inquisidores detestables y homicidas notorios, como el español Pedro de Arbués (quien) había despertado por sus crímenes un odio justificadísimo entre sus enemigos, que lo asesinaron el 14 de septiembre de 1485. Además, en la Iglesia Católica se veneran varios santos y santas, como San Renato, Santa Reina y Santa Corona, que lamentablemente tienen el gran defecto de no haber existido jamás".

Comencé a "googlear" y me encontré el mismo artículo pero con otro título publicado hace 8 años: http://www.larepublica.pe/19-06-2005/marco-aurelio-denegri-un-heroe-inesperado-y-algunas-canonizaciones-singulares. Busqué "San "san Renato" y me encontré con dos santos que sí han existido: San Renato de Sorrento, obispo de esa ciudad italiana, uno de los ermitaños que vivió entre los siglos VI y IX, en las colinas de la península sorrentina. San Renato Goupil (en Anjou, 1607-Andagaron, Canadá, 1642) fue un mártir francés, cirujano de profesión, que colaboró con los jesuitas que evangelizaban a los hurones en Canadá (1640), pero fue torturado y muerto por los iroqueses. Y sí, hay varios mártires con el nombre común de Félix, Fortunatos, Anastasio…(feliz, afortunado, resucitado) que sabemos tan sólo que existieron sin conocer propiamente su historia personal, tal es el caso de la mártir Santa Fortunata venerada en Moquegua.

Busqué después Pedro Arbués Y me encontré que fue canónigo y "se mostraba un padre para los pobres y buscaba cualquier ocasión para ejercer las obras de misericordia, tanto espirituales como temporales. El año 1484, habiendo fallecido el otro inquisidor, Fray Gaspar Inglar, muchos de los judíos pseudoconversos, temiendo que la Inquisición investigara sus dudosas vidas de piedad y su sinceridad en la práctica de la religión, se reunieron contra aquel que era su enemigo común. ¿Qué hacer contra él? El veredicto fue dado por García de Moros:"Se impone matar al inquisidor; muerto él, no osarán venir otros". Varios atentados fueron practicados contra él, siendo que una vez apenas se libró del puñal asesino, y otra vio las rejas de su habitación limadas, lo cual fue descubierto a tiempo. Lo alertaron para que anduviera protegido. Resolvió confiar sólo en Dios, diciendo que debía convertirse de mal sacerdote en buen mártir.Cayendo al suelo, Pedro de Arbués exclamó: "Loado sea Jesucristo, que yo muero por su santa fe". Llevado a su casa, murió dos días después, habiendo perdonado a sus asesinos que fueron encontrados y luego decapitados. La consternación y la indignación popular por el atentado sacrílego alcanzó el auge. El pueblo salió a las calles clamando por un escarmiento para los conversos y pidiendo la expulsión de todos los judíos de España. Para evitar una masacre de los judíos, fue necesario que el virrey Fernando de Aragón, medio hermano del rey, saliese a las calles prometiendo un severo castigo por el crimen.El mártir Pedro de Arbués tuvo un entierro apoteósico. http://www.fatima.pe/articulo-376-san-pedro-de-arbues

De la seriedad con que se siguen las biografías (vidas o hagiografías) de los santos, hablan claramente los estudiosos bolandistas, asociación de estudiosos eclesiásticos dedicados a editar las Actas de los Santos (Acta Sanctorum). Esta obra es una gran colección hagiográfica comenzada durante los primeros años del siglo diecisiete y continuada hasta nuestros días y que toman el nombre de Bolland, el editor del primer volumen de los 68 volúmenes publicados.

Basta con consultar la web de la Congregación para las causas de lo santos http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/csaints/index_sp.htm para ver la seriedad con que se lleva el proceso. Una buena muestra se puede comprobar en el Perú, en la Facultad de Teología "Redemptoris Mater" gracias a la donación de los resúmenes de un centenar de procesos en los que participó el Cardenal Josef Cordes. La normativa vigente en la Iglesia Católica se encuentra en tres documentos: Normas que deben seguirse en las investigaciones diocesanas de las Causas de los Santos (7 de febrero de 1983)  Nuevos procedimientos en los ritos de beatificación (29 de septiembre de 2005) Instrucción sobre el procedimiento instructorio diocesano o eparquial en las Causas de los Santos (17 de mayo de 2007)

Conclusión: Más respeto, Sr. Denegri, y no vea "tanta credulidad y tontería" en lo que no pasa de ser errores metodológicos de un pasado muy lejano. La Iglesia, Madre y Maestra, busca siempre en el esplendor de la verdad  la belleza y la santidad.

 

José Antonio Benito Rodríguez

CE 000105841, Historiador

 

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