PADRE  AMADOR MARTÍN DEL MOLINO, 88 AÑOS SIEMPRE EN CAMINO
PROGRAMA:  "SACERDOTES SIEMPRE" de Radio María, conducido por  José Antonio Benito RADIO MARÍA. Archivo 2011
Entrevista  al P. Amador Martín Del Molino (1927-2015) (Gracias a la transcripción de  Angélica Carazas)
Nos encontramos con el  P. Amador Martín Del Molino, misionero claretiano salmantino que ha estado  mucho tiempo en África y mucho más en Perú, que lo lleva en el corazón. Justo hoy  en la homilía, en la Capilla de Las Mercedes, en la Feria del Altiplano en  Arequipa, nos ha hablado de que los Santos son los más felices ¿podemos decir  lo mismo de los sacerdotes?
Sí, sí, evidentemente los  sacerdotes no todos son santos ni todos debemos de procurar ser santos si  alguna vez no dejamos llevar de la tristeza o de no aceptar un sufrimiento que  Dios nos manda es cuando precisamente dejamos de ser felices totalmente. Pero  de los que yo conozco, evidentemente la mayoría de ellos los encuentro felices,  no digo exteriormente, no me refiero a la risa exterior, es el alma la que se  encuentra con alegría por ser de Dios y para Dios, ahora mismo recibí la visita  de Antonio Ravina a quien me debe su vocación y ¡qué contento está por lo que  hace por lo demás! Me dio mucha alegría por contarme con tanta alegría cosas de  su vida sacerdotal. 
P. Amador ¿cuánto  tiempo lleva como sacerdote?, ¿Cuál fue la trayectoria de su vocación?
La trayectoria de mi  vocación es curioso, fue por unos misioneros que llegaron al pueblo. Me quedé mirando  admirado siendo monaguillo, y en todas las actividades que ellos estaban,  también estaba yo, y cuando preguntaron si alguno quería ir con ellos, en  seguida me apunté y me dije "yo quiero ser y tener la vida que llevan como  ellos- .
¿Qué edad tenía en esos  años?
Yo tenía 9 años, bueno  viendo que venían de un pueblo e iban a otro, ese espíritu de aventura que  parece que Dios me ha dado, y me decidí, en el momento que un misionero que me  dice que iré a Segovia, me puse muy contento, me dio tanta alegría.
¿Dónde estaba?
En un pueblito de  Salamanca cerca de Vitigudino, Villasbuenas, salimos con mi padre, era muy  curioso pues tuvimos que ir en autobús, después de un tren, llegando a Segovia  sonaron tres bombas que caían sobre la ciudad porque estábamos en plena Guerra  Civil era el año 1937 y yo había nacido en el 1927.
Nos puede contar el  itinerario de su vocación
En el primer seminario  en Segovia tuve a padres muy santos, entre uno de ellos un padre que vino de  maestro de novicios en Argentina, el P. Tomás Guzmán, después fuimos a otros  lugares Valmaseda, Santo Domingo de la Calzada, no olvidar que estábamos en  tiempo de la Guerra y por lo tanto España estaba muy deficitaria en cuanto a  alimentación y como éramos muchos no había mucho para todos; íbamos en fila al  comedor, recuerdo que el Padre nos dice "hoy no hay cena porque no hay ningún  alimentos, pero vamos a esperar que pase un mujer que grite ¡Anchoooas! Y vamos  a comprarle lo que lleve" y efectivamente pasó y compramos unas anchoas que fue  nuestra gran cena.
Han pasado ya 72 años,  cómo resumiríamos todos estos años
Yo lo resumiría como la vida en camino, que es el tema que  me encanta que somos peregrinos, viene aquello que no se esperaba, unas veces  encuentras valles, otras veces llanos, cerros y hay que evitar tropiezos, y  puedes tropezar pero allí están los hermanos que te ayudan a levantarte, por  eso mismo la vida es una peregrinación. Me ordené en Salamanca y lo más curioso  que cuando fui a mi pueblo a celebrar misa, y dentro de la alegría y goza al celebrar  en familia, recibí un telegrama que me designaban a África.
Y estaba contento…
Yo contentísimo, había  pedido tres veces ir a Estados Unidos para cuidar de los inmigrantes, a Japón,  que era una cosas nueva y después para ir a Filipinas. El P. Sevillano Blanco,  quien fue metido a un pozo por los musulmanes y salió del pozo –no le  siguieron-, pues dijo "¡me dejan libre!", pudo huir, fue un triunfo llamó la  atención en todo el mundo y el Papa le recibió.
Desde la misión  sacerdotal, y en los años de África también se dedicó a la misión cultural es  muy importante como ha conjugado esta doble faceta.
Tuve vocación para  misionero dentro de la carrera y entonces había academias, yo entré  la Academia de Misionología pude leer los  libros de etnología del África, estando en esta academia me uní al P. Smith-Bingham que había  fundado la escuela de Viena, entonces ya estábamos en contacto dos escuelas de  etnología, recuerdo que me había escrito una carta preguntándome si donde me  encontraba en África había totemismo y le respondí que no, estos eran más  primitivos todavía, no hay totemismo.
¿Qué obra escribió en  Guinea?
Unas 20 entre libritos  de investigación y luego más amplias que son "Los Bubis. Ritos y Creencias", Secuencia Cultural en el
Neolítico de Fernando Poo, de
gran impacto entre los estudiosos de la arqueología ecuatorial,  y en 1993 La ciudad de
Clarence: primeros años de la actual ciudad de Malabo, capital
de Guinea Ecuatorial, 1827-1859 Instituto
de Cooperación para el Desarrollo, - Malabo (Equatorial Guinea) - 250 pages
Algunos piensan que los  misioneros imponen. Desde la visión del antropólogo, del misionero, ¿cómo ha  visto como recibían a los misioneros?
La cuestión de la  manera de pensar, de la manera de vivir, incluso de la manera de relacionarse  con Dios es distinta, ante esto algunos misioneros se ponen a la defensiva y  empiezan a predicar a Cristo. Yo, sin embargo,  adopté otra forma -conocer la manera de  entender las cosas de este mundo, y de entender las cosas de Dios-, conociendo  esto me atreví a decir "la religión que tienen ustedes es magnífica, es buena  de verdad pero anunciando la religión de Cristo". Teniendo en cuenta esto; reuní  a los pequeños que sí se bautizaban pero los adultos no; conseguí que a base de  algunas conferencia recibieron el bautizo unos 60 y se casaron, es decir a base  de reconocer el bien que tienen todas las religiones de adorar a Dios y dentro  de ellas como van anunciando al que ha de venir, es ciertamente cuando uno está  en amistad y se transmite.
¿Para descansar vino al  Perú ¿
La razón de venir al  Perú fue porque se presentó un presidente comunista, sin saber que significaba  el comunismo, era para mí un hombre que estaba trastornado, un pariente mío me  contó que este presidente de la nación no se atrevía a dormir en la cama, sino  debajo de la cama, porque tenía una manía de persecución, este es contra el  cual se levantaron unos jóvenes por la suspensión de becas; entonces se les  ocurrió hacer un levantamiento contra Macías, y le comuniqué al Superior,  recuerdo que en el aeropuerto fue inmediato, así evitar una muerte segura, por  haber estado en contacto con quienes se levantaban contra Macías. Llegué a  España, donde fui profesor de etnología en la Universidad Complutense de  Madrid, y cuando murió Macías, el Superior recomendó no recordar momentos  difíciles y no retornar; entonces me dije iré a África o al Perú. Vine al Perú  en el año ochenta.
Ha estado entre Lima y  Arequipa ¿Qué recuerda?
Recuerdo Magdalena del  Mar, fundamos las Comunidades cristianas misioneras y contentísimo en Magdalena.  Precisamente caí enfermo por el agotamiento de tanto trabajo y –medio muerto- regresé  a España donde me fui recuperando.
Vino luego a celebrar  el Quinto Centenario de la Evangelización, en el 1992, qué nos cuenta de  Arequipa
Arequipa para mí ha  sido el lugar donde he recuperado la salud; es un lugar de clima seco, no es  como Lima, hay sol, tengo que agradecer a Dios porque es el lugar donde he  podido continuar trabajando y dándome vida; he podido remover los grupos de las  parroquias, para estas comunidades cristianas misioneras, que curiosamente ha  sido ahora en la Conferencia Episcopal de Aparecida, donde se le da realce;  conviene que las parroquias se dividan en sectores y en cada sector poner una  comunidad de laicos asesorados por los Sacerdotes y que hagan evangelización  dentro de los sectores que les toca.
Me parece importante  esta dimensión sacerdotal de ser animador de los laicos, ¿qué no puede decir de  ello?
Fue providencial,  porque habiendo una Asociación de hermanos Cristo de la Misericordia, entonces  propuse una semana de hablar de este tema y se lo fui a contar al arzobispo que  era Monseñor Fernando Vargas Ruiz de Somocurcio, y me dice muy alegre "No, no te concedo en la  Parroquia, sino en toda la Diócesis". Ahí comenzó en el auditorio de la parroquia  del Pilar. Vino después el día del laico, la semana del laico y luego fundé la  escuela católica especial para laicos, donde se enseñaba en primer lugar  la Doctrina Social de la Iglesia,  luego ellos mismos hablaban de cómo aplicar  esa Doctrina Social de la Iglesia al mundo eclesial, se hablaba de la vida  pública, la vida de familia, después vinieron otros destinos y trabajos.
Decía el P. José Luis Martín  Descalzo que un Centenario o es un camino o es un camelo, me da mucho gusto de  ver la cruz del jubileo del 2000 en la Parroquia del Corazón Inmculado de María  y veo Comunidades Misioneras. Cómo se ha ido viviendo ese espíritu de jubileo y  cómo se ha entroncado con Aparecida.
Fue muy curioso –cuando  me encomendaron lo del Jubileo- hacerlo lo mejor posible conforme se hace en  Roma, entonces se abrió de una manera solemne una puerta, la puerta santa, la  catedral tiene tres puertas,  la de la  derecha la tomamos como puerta santa, por done debían entrar todos los  peregrinos que iban a ganar el jubileo y delante de la puerta, después de  muchos trámites, pusimos al final la cruz del jubileo y allí es donde hicimos  el acto previo a la entrada a ganar el jubileo dentro de la Iglesia,  continuamente había en la calle un grupo que iba en la calle en procesión y se  detenían ante la cruz del jubileo y lo más bonito que se realizó la misión y se  prepararon para la misión 120 laicos, que se distribuyeron por todas las  parroquias, fue una misión por todo el Departamento, por todo la Diócesis. Fue  una gran alegría que estalló en la gran concentración jubilar que reunió a unos  45 000 que llenó el estadio de la UNSA.
Padre para terminar me  gustaría que nos hable de esta obra colosal de La historia de los Misioneros  Claretianos en el Perú, aprovechando que estuvo en Lima el Superior General.
Pues sí. La definición de un misionero la dio San Antonio María Claret Un Hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad  y que abrasa por donde pasa. Que desea  eficazmente y procura por todos los medios encender a todos los hombres en el  fuego del divino amor. Nada le arredra; se goza en las privaciones; aborda los  trabajos; abraza los sacrificios; se complace en las calumnias; se alegra en  los tormentos y dolores que sufre y se gloría en la cruz de Jesucristo. No  piensa sino cómo seguirá e imitará a Cristo en orar, en trabajar, en sufrir, en  procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la salvación de los  hombres  por  todos los medios posibles.  
De esta manera ha vivido el misionero claretiano, pero no olvidemos va  a tener momentos difíciles, momentos de persecución, siempre hay momentos  críticos que se van superando precisamente por este amor de la mayoría, hacia  la evangelización –yo no puedo marcharme de aquí porque la gente me necesita-,  por tanto el tema de la evangelización, el tema de llevar a todos al Padre, al  cielo, eso es precisamente  lo que  predomina en esta historia. Ejemplos maravillosos de esta manera de evangelizar  la tenemos en dos volúmenes que se superan las dos mil páginas de cómo podemos  ser nosotros evangelizadores.
Por último, un mensaje  para Radio María y un mensaje para quienes nos están escuchando
Bien, Radio María me  encanta. La conocí primero en Madrid por un compañero, luego hablé en Lima  varias veces y me encanta cómo se ha ido desarrollando por el mundo. Una de las  cosas que más me gusta de Radio María es que reza antes de intervenir, les digo,  que el Señor nos ha traído aquí a la Tierra porque de Él venimos, para que un  día estemos con Él en el Cielo, para salvarnos todos y nos entreguemos a la  salvación de  todos. Esto fue San Antonio  María Claret, esto queremos que sea principalmente en su Centenario, que todos  conozcan a los misioneros claretianos del Perú en sus 100 años que Dios le ha  concedido en esta tierra de Santa Rosa, San Martín y Santo Toribio
Muchísimas gracias
