martes, 16 de marzo de 2021

EL CORAZÓN DE JESÚS EN LA PLAZA DE ARMAS DE LIMA

EL CORAZÓN DE JESÚS EN LA PLAZA DE ARMAS DE LIMA

José Antonio Benito

¿Dónde se encuentra el corazón de la Catedral de Lima? No está dentro sino fuera, en una de las hornacinas de la puerta del perdón, la principal, la que da a la Plaza de Armas. Se trata de la estatua del Corazón de Jesús. Y como gentilmente me refiere Fernando López, el director del museo de la Catedral, fue limpiada a fines de octubre del 2020, debido a que su mantenimiento demanda mucho esfuerzo, debido a la constante exposición de las excretas de palomas y, sobre todo, gallinazos.

En 1923, el Arzobispo de Lima Monseñor Emilio Lissón quiso consagrar el Perú al Sagrado Corazón de Jesús, como se había hecho en España en el Cerro de los Ángeles con el Rey Alfonso XIII a la cabeza y tantas naciones del mundo. Pedro Rama y Gamio hombre de confianza de Leguía, fue el principal impulsor de la iniciativa y quien coordinó con el prelado Lissón que contaba también con el apoyo de la mayoría de los obispos.

Según la Instrucción pastoral de Monseñor Emilio Lissón con motivo de la consagración oficial de la República al Sacratísimo Corazón de Jesús  25 de abril de 1923[1]: "La República Peruana, católica por convicción, por tradición y por la Constitución, será consagrada oficialmente al Sacratísimo Corazón de Jesús en el próximo mes y la Imagen de este Sacratísimo Corazón, será entronizada en la plaza principal de esta Capital. Tomada esta determinación por el Episcopado nacional, interpretando la voluntad de sus feligreses ha sido comunicada al Señor D. Augusto B. Leguía, Presidente Constitucional de la República, quien, en su calidad de Patrono de la Iglesia del Perú se ha dignado tomar el acto bajo su oficial y alta protección y señalará el día y dictará las medidas que estime convenientes".

Con encendidas palabras convocaba a todos los peruanos para que a modo de gran familia acogiesen la ley de Dios y el Evangelio de la misericordia: "Seas, Tú, Divino Corazón de Jesús, el dulce ideal de los artistas; la fortaleza de los obreros; presidas, Señor, en el artesano y en la casa del pobre, como en la fábrica y el hogar del rico. ¡Oh, Jesús, manso y humilde de Corazón, se Tú, el modelo de los padres y las madres de familia; ¡sé Tú el Maestro de nuestros maestros, maestras de colegios y escuelas, para que ellos a su vez, lleven los niños hacia Ti. Tuyas son las generaciones nuevas, las juventudes que hoy se levantan, sobre quienes hemos invocado tu bendito nombre! Ellas formarán el pueblo del porvenir: que cuando nosotros descansemos en la paz del sepulcro; aquí, en el Perú, perpetúen ellas mediante tu gracia, tu Reinado que hoy solemnemente proclamamos".

Para la ocasión, se encargó de diseñar la escultura al célebre ancashino Artemio Ocaña (1893-1980)[2] y la fundición se hizo en los talleres de la Escuela de artes y oficios. Estuvo bajo la dirección de Enrique San Román y el cincelador José A. Vallejo. Esta escultura fue hecha en cinco piezas, tiene una altura de 3.30 metros[3].

Aunque el Centro Católico, la Asociación de Jóvenes Católicos y en general todos los fieles, especialmente los "Caballeros del Sagrado Corazón de Jesús apoyaban la realización del evento, la Federación de Estudiantes, la Federación Obrera y la Asociación cristiana de Jóvenes consideraban que el presidente Leguía se aprovechaba de la religiosidad del prelado y del pueblo católico para sus fines políticos como era su reelección presidencial.

De este modo, el 23 de mayo de 1923 un grupo de manifestantes de se reunieron en el patio de Letras de la casona de San Marcos. Allí Víctor Raúl Haya de la Torre y otros dirigentes estudiantiles y obreros firmaron una moción contra la Consagración del Perú al Corazón de Jesús. En su discurso se utilizó como punto principal de la protesta la defensa constitucional de la libertad de pensamiento que era afectada por esta acción religiosa. Terminada la ceremonia una gran multitud sale de San Marcos en camino a la plaza mayor.

En la avenida Colmena el grupo se divide: una parte marchó por esta avenida y el otro se dirigió a la calle de los huérfanos (hoy jirón Azángaro). Allí se originó un tumulto donde la masa forcejea con la policía. Se escuchan disparos, los policías dispararon contra los manifestantes y estos arrojaron piedras y adoquines. Durante el tiroteo cayó el motorista Salomón Ponce. Según la versión de los manifestantes la policía utilizó la fuerza contra ellos. La policía dio otra versión donde denunció que un grupo de estudiantes que vivían cerca de la iglesia de los huérfanos habían subido a la torre de la iglesia y desde allí dispararon con revólveres a los policías que estaban bloqueando la calle. En el incidente también murieron el estudiante sanmarquino Manuel Alarcón Vidalón y cinco soldados.

Aunque el propio Prelado negó el carácter político de la propuesta, tuvo que suspender la ceremonia y esclarecer todo mediante una carta pastoral el 1 de junio de 1923. Así fue percibido por militantes católicos universitarios quienes denuncian como culpable de la campaña contra la consagración a la enseñanza laicista y anticatólica de algunos profesores de la Universidad de San Marcos.

Como señala Imelda Vega Centeno: "Si bien las intenciones del prelado eran buenas, las del dictador no podían ser calificadas de la misma manera. En todo caso, esta confrontación dio lugar a que se identificase anticlericalismo con irreligiosidad y a ambos con aprismo" y todo "como un movimiento irreligioso, anticatólico y anticlerical" [4].

La bella y devota escultura del Sagrado Corazón de Jesús recién fue colocada el 16 de febrero de 1930 de manera silenciosa. Años más tarde, el 12 de diciembre de 1954, en el marco de la clausura del V Congreso Eucarístico Nacional, pudo realizarse la solemne Consagración del Perú, en presencia del Presidente de la República, General Manuel A. Odría, quien, ante más de doscientas mil personas, señaló que "las obras de los hombres se sucedían sobre el suelo de la Patria, [...] y que sólo la obra de Dios, la fe católica, había desafiado las fuerzas destructoras del tiempo. Por eso la fe católica había sido siempre profesada y defendida por el Gobierno Peruano y que ahora la confesaba públicamente".



[1] Revista El Amigo del Clero, Lima, Nº 1034, pp.204-210

[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Artemio_Oca%C3%B1a. Autor de los monumentos a Bolognesi, Manuel Candamo, Olaya…

[4] VEGA CENTENO, Imelda Pedro Pascual Farfán de los Godos. Obispo de indios (1870-1945) Sicuani, IPA, 1993, pp.184-187

 

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