¡Qué sentido común y contundente lógica tiene este artículo de nuestro obispo emérito Monseñor José Gea que nos acompaña en Lima Norte! Para que lo vean en su blog.
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=5521 |
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¿Por qué hago esa pregunta? Porque acabo de leer un libro de Maurice Caillet, antiguo masón, titulado YO FUI MASÓN (LibrosLibres), en el que dice lo siguiente: Los masones reivindican desde hace mucho tiempo, y lo han obtenido en buena medida en Francia, la libertad sexual total entre adultos. Esta valoración del placer, este hedonismo, ha llevado a la masonería a preparar y a promover en Francia todas las leyes que favorecen el libertinaje sexual, el divorcio, la contraconcepción química y mecánica, el aborto, el célebre PACS (pacto civil de solidaridad, una unión civil entre personas heterosexuales u homosexuales despenalización de las drogas blandas, así como la legalización de la eutanasia activa. Y pone una cita: “Es todo el concepto de familia lo que está derrumbándose” (Pag. 177). |
Gea: el obispo de 80 años que se hizo misionero
http://www.larazon.es/noticia/gea-el-obispo-de-80-anos-que-se-hizo-misionero
Hace cinco años presentó su dimisión por motivos de edad y dejó la diócesis gallega para marchar al país andino.
21 Octubre 09 - Madrid - Álex Navajas
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Ha pasado de dirigir un obispado a recluirse en una pequeña parroquia de la diócesis peruana de Carabayllo. «Y estoy feliz como misionero», ha asegurado monseñor José Gea, el obispo emérito de la sede gallega de Mondoñedo-Ferrol, a la agencia Avan. Hace cinco años presentó su renuncia al Papa como titular de la diócesis, al cumplir los 75 años. Poco después, hizo las maletas y partió hacia el país andino. «Tras mi jubilación, pensé que si era sacerdote y obispo era para entregarme por entero a Dios y a los hombres, así que decidí marchar a Perú, donde me siento feliz y enviado por el Señor», confiesa.
Su labor es la de un párroco cualquiera de una zona rural: celebra la misa, asistir a los enfermos, ayudar a los pobres e impartir el sacramento de la penitencia. «Cada domingo confieso entre cinco y seis horas, aunque algunas jornadas he llegado a estar diez horas», afirma. «Recuerdo a un hombre que hacía más de 30 años que no se confesaba», explica. «Le dije que Dios le amaba tal cual era, y entonces rompió a llorar», rememora conmovido el obispo-misionero. «Para mí mismo es una ayuda enorme ser testigo de los cambios que experimenta la persona cuando se abre al amor y al perdón de Dios», reconoce.
Monseñor Gea también encuentra tiempo para administrar el sacramento de la confirmación «cuando me lo solicita el obispo de Carabayllo», e imparte además cursillos y catequesis a sacerdotes y religiosos.
«Hasta que Dios quiera»
El emérito de Mondoñedo-Ferrol no tiene planes de futuro. «Me quedaré aquí hasta que Dios quiera», asegura. Su motivación es clara: «Aquí hay una gran escasez de sacerdotes y por eso es urgente una mayor presencia de presbíteros y misioneros».
Monseñor José Gea, que nació en la localidad valenciana de Real de Gandía hace 80 años, constata con pesar que las familias de su parroquia, «en general, están muy desestructuradas, con matrimonios que se rompen constantemente», lo que genera «hijos que crecen sin una presencia estable y continua de sus padres».
En la diócesis de Carabayllo, monseñor Gea colabora en la parroquia de Santa María de la Providencia, dirigida desde hace dieciséis años por dos misioneros valencianos. Y con ellos se produce una curiosa coincidencia: el sacerdote César Buendía fue monaguillo del prelado cuando éste era párroco de la localidad valenciana de Moncada, y Vicente Folgado colaboró con él en su etapa como titular de la diócesis de Ibiza.
Monseñor José Gea fue obispo auxiliar de Valencia entre 1971 y 1976 y después pastoreó durante 18 años el obispado de Mondoñedo-Ferrol.