martes, 12 de marzo de 2024

LIBROS DE LA Dra. Rosa Del Carpio Arguedas SOBRE JESÚS, MARÍA Y SU RESPUESTA A LOS SUFRIMIENTOS DE LAS MUJERES Y HOMBRES DE NUESTRO TIEMPO

Amigos:

Comparto los estupendos materiales compartidos por la Dra. Rosa Del Carpio Arguedas, Doctora en Educación y profesora:

 

1.   Libro católico en el blog web terminado este año 2024 titulado: "Diálogos con Jesús" que lo puede leer haciendo click en:  https://dialogosconjesusconamor.blogspot.com/2024/03/dialogos-con-jesus.html

2.  Libro electrónico titulado: "La Santísima Virgen María presente en diversos dramas actuales de la humanidad" haciendo click en: https://online.fliphtml5.com/nxpij/tzfw/

3.  Libro electrónico titulado: "Los sufrimientos actuales de la mujer y la Santísima Virgen María" haciendo click en: https://online.fliphtml5.com/nxpij/amgg/

 

Muy agradecido por su generoso trabajo compartido, lo comparto en las redes para el mayor provecho de todos

JAB 

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domingo, 10 de marzo de 2024

GIL DE MURO, Eduardo T. EL TRABAJO DE MIS MANOS. M. MARÍA PILAR DE JESÚS, O.C.D. Un apunte biográfico

GIL DE MURO, Eduardo T. EL TRABAJO DE MIS MANOS. M. MARÍA PILAR DE JESÚS, O.C.D. Un apunte biográfico  (Monte Carmelo, Burgos, 2004, pp.141)

José Antonio Benito

Acabo de leerme de un tirón este sabroso libro escrito por uno de los sacerdotes periodistas más célebres de España y que deja constancia de su buen hacer como escritor, sacerdote, misionero, teresiano.

Presenta la obra Monseñor Rafael Palmero Ramos, valorando la atractiva personalidad de la nueva santa Teresa en el Perú de nuestro siglo XX y la facilidad de lectura.

La obra discurre de modo cronológico y geográfico en 14 capítulos: Entrada, Valladolid a la espalda, Llamando a la puerta, Las rejas que no se ven, El Cuzco a la vista, A golpes de plegaria, Nuestro Perú, La cosa empezó en Abancay, El valle del Chumbado, Los caminos de la selva, Florecer en el Carmelo, Chiclayo al atardecer, Y no quería dejarlas, Ya en Chiclayo para siempre.

Me impresiona la sencillez y abandono espiritual de la protagonista Madre Pilar, su gran parecido con santa Teresa (mujer de fe y esperanza, exquisita caridad, espíritu reformador, organizadora, chispa para el trato, alma de poeta y escritora, madre y maestra), y el gran aporte de los externados que tanto han ayudado al florecer vocacional. Gracias a su labor el Perú ensantado se ha enriquecido de nuevos palomares carmelitanos: Abancay, San Jerónimo, Yurimaguas,  Lircay (Huancavelica), Chiclayo, Callao, Chachapoyas, así como el apoyo a Cuzco, Ica, Juliaca

Me ha sorprendido gratamente la acogida de las autoridades civiles, la proyección social (al lado del Carmelo, comedor popular, atención médica, residencia con educación para jóvenes), así como el apoyo permanente de su familia desde Valladolid.

Comparto el magistral párrafo final: "(Y ésta es, muy modestamente relatada, la historia de una monja de hoy que parece aratos una monja de ayer y que sigue siendo modelo para mañana. Una mujer de todo tiempo y para todos los tiempos. De este terreno y de todos los terrenos. Nació en Valladolid, murió en Chiclayo, pisó la tierra y se enterró en ella para fecundarla. Vale) p.139

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sábado, 9 de marzo de 2024

Chachapoyas en el “Libro de visitas” de santo Toribio de Mogrovejo

Chachapoyas en el "Libro de visitas" de santo Toribio de Mogrovejo

Emiliano A. Cisneros Martínez, oar

Obispo emérito de Chachapoyas[1]

 

1.- Unos datos introductorios

El santo que nos ocupa nació en España, en la localidad de Mayorga, el año de 1538. Cursó estudios de Derecho en la Universidad de Salamanca, de la que también fue profesor, y llegó a ser juez principal del Tribunal de la Inquisición en Granada. Durante el desempeño de este cargo fallece el obispo de Lima fray Jerónimo de Loayza y el rey Felipe II lo propone al papa Gregorio XIII para ocupar dicha sede. El papa acepta la propuesta y le nombra en 1579 para la sede episcopal de Lima. Como era solamente clérigo tonsurado, con las debidas dispensas recibe en poco tiempo el diaconado, presbiterado y episcopado. En septiembre de 1580 se embarca en Sevilla camino de las tierras nuevas, pisa territorio peruano por Paita en marzo de 1581 y llega a Lima en el mes de mayo.

La diócesis que recibe como esposa comprendía gran parte del actual Perú. Por el norte llegaba hasta Jayanca, por el oriente hasta Chachapoyas y Moyobamba y por el sur hasta Nazca, abarcando amplios territorios de la Costa y Sierra peruanas. Su extraordinario celo apostólico y la magnitud del territorio diocesano le impulsarán a hacer de su pontificado una permanente visita pastoral.

Tenía presentes las disposiciones del concilio de Trento sobre el ministerio pastoral de los obispos y quería desempeñar su misión en fidelidad a la Iglesia que le había llamado al episcopado. Esto le llevará a estar en contacto directo con los fieles y a ejercer su misión de maestro, sacerdote y pastor en relación cercana y personal con ellos, sin reparar en los múltiples sacrificios y penalidades que le aguardarán, dadas las condiciones del tiempo y lo sumamente áspero y extenso de la geografía que deberá recorrer. No es de extrañar, pues, que esta modalidad del servicio pastoral le ocupe diecisiete de sus veinticinco años como obispo de Lima.

Y va a ser precisamente en la realización de sus visitas pastorales cuando entre en relación con la ciudad de Chachapoyas y con los pueblos de la región, que actualmente forman parte de la diócesis que lleva este nombre. Éste será el objeto de nuestro estudio.

2.- Chachapoyas

La ciudad de Chachapoyas fue fundada el 5 de septiembre de 1538 con el nombre de San Juan de la Frontera de los Chachapoyas por Alonso de Alvarado. Es una de las ciudades más antiguas del Perú; Cuzco y Lima apenas le aventajan en cuatro y tres años respectivamente. Desde la creación de Lima como diócesis en 1541 San Juan de la Frontera de los Chachapoyas y su entorno formó parte de la misma.

Su evangelización está ligada a la conquista por parte de los españoles y a la acción apostólica de los misioneros. En el actual pueblo de Levanto, segundo asiento, todavía provisional, de la ciudad "de la Frontera", antes de su definitivo en la ubicación actual, ya se encuentran los franciscanos como doctrineros del lugar. Habían arribado al Perú en 1542 y para 1552 ya tenían fundado como guardianía el convento de santa Clara en lo que ya era la ciudad de Chachapoyas. Las doctrinas de San Pedro de Levanto y San Francisco de Chiliquín con sus pueblos estarán a cargo de ellos. La de Levanto atiende los pueblos de San Juan de Sonche, San Miguel de Huancas, San Cristóbal, San Pedro de Sisuye, Santa María de Quigacacha y Colcamar; y la de Chiliquín se ocupa de Goniza, Quinjalca, Goncha, Vituya, Taupa y Cuelcho. El convento de santa Clara será también punto de partida para entradas a tierra de los lamas o motilones en el siglo XVII.

De los mercedarios consta su presencia en Chachapoyas -convento de la Merced- y en las doctrinas de Olleros, Taulía, La Jalca y Jamalca.

Por el testimonio de Antonio de la Calancha, se sabe que los agustinos misionaban en Leymebamba ya en la séptima década del siglo XVI. El padre Juan Ramírez es nombrado prior de Leymebamba y la provincia de Chachapoyas en 1560 y podemos sospechar, sin que tengamos referencia histórica escrita, de la presencia e influencia de la orden de san Agustín en los pueblos de San Nicolás (Mendoza) y Molinopampa, que tienen por patrón a san Nicolás de Tolentino, religioso de dicha orden.

Esta vinculación de Chachapoyas y los pueblos de su entorno con la diócesis de Lima, elevada al rango de arquidiócesis en 1546, explica que santo Toribio de Mogrovejo, segundo arzobispo limeño, incluya en sus visitas pastorales esta zona alejada de la sede arzobispal en el fiel desempeño de su misión de pastor. En la relación y memorial del arzobispado de Lima que remite al papa Clemente VIII en 1598, al referirse a las principales ciudades de la archidiócesis escribe: "Otra ciudad de Chachapoyas, con dos curas, y el uno Vicario, y dos parroquias y dos monasterios, de San Francisco y de la Merced, y un hospital". Estos datos los aporta desde el conocimiento directo de la realidad que le proporcionan sus visitas.

3.- Primera visita a Chachapoyas

Hay que dar por supuesto que el primer arzobispo de Lima, Jerónimo de Loayza, no hizo visita pastoral a estas apartadas regiones de su jurisdicción eclesiástica y, en consecuencia, es santo Toribio de Mogrovejo el primer prelado que llega a Chachapoyas en visita pastoral. La primera visita del santo le ocupa la mayor parte de los años 1584 a 1591. Llega a Chachapoyas desde Cajamarca "cruzando el río Marañón, posiblemente por el puente de Balsas"[2] No sabemos la fecha exacta en que cruza el río Marañón, pero podría situarse en los primeros meses del año 1586. Vargas Ugarte, afirma que de Cajamarca "siguió a Chachapoyas, donde le hallamos en marzo de 1586"[3].  El libro de visitas indica que estuvo en Chachapoyas en marzo de 1586 y en Moyobamba en julio del mismo año. La ruta hacia Moyobamba la hace por Cheto, el Valle de Guayabamba, Jebil, Ypapuy y Pósic.  De esta última parte de la ruta se señala que los indios motilones y jeberos "salen… a cortar cabezas a los cristianos y que los caminos son muy malos y peligrosos" y que el santo "pasó con harto trabajo el dicho camino y peligro de su vida" (Visitas p. 123). No sabemos si en el viaje de ida a Moyobamba y el retorno siguió un mismo camino. A la vista de los lugares visitados podemos pensar que se dirigió a Moyobamba desde la actual provincia de Rodríguez de Mendoza, por Ypapuy y Pósic, pueblo éste último famoso y ya desaparecido, y que regresó por la ruta que va de Naranjos a Olleros, pues ambos lugares aparecen en el registro de la visita y están en la ruta tradicional antigua hacia y desde el Oriente o cercanos a ella.

En peligro de muerte

Regresaba el santo de tierras de Moyobamba y había partido de Naranjos en dirección a Olleros. En el camino, según testimonio de Sancho Dávila, su paje y compañero en todas sus rutas y caminos, "vino a desmayarse y quedar sin vigor ni fuerza ninguna y los indios que con este testigo iban… viéndole desmayado, tendido en el suelo, que no hablaba, tomaron un largo palo de la montaña y con tres o cuatro mantas de los dichos indios le ataron a manera de andas y le cargaron, lloviendo gran suma de agua del cielo y los ríos del suelo y caminaron a alcanzar  este testigo que se había adelantado y cuando llegaron, peguntando por su amo este testigo a los dichos indios, le dijeron en su lengua "manquan", que quiere decir en la castellana "ya murió". Este testigo sacó lumbre de unos palos que en la montaña había, sin yesca ni pedernal, y hizo candela. Este testigo solo con los dichos indios… le cercó de lumbre alrededor y con un paño de una almohada de su cama…, calentándolo fuertemente y refregándole el corazón y pecho y lo demás del cuerpo, vino a tomar calor y hablar al cabo de dos horas con tanta alegría y como si no hubiera pasado nada por él… Durmió aquella noche en el suelo en la dicha montaña, que no había horado ni peñas donde meterse, más que gran cantidad de osos y leones y monos… Y al fin amaneció y era día de fiesta… y con todo armaron en la montaña, debajo de unos árboles, una barbacoa, hecha de palos y cañas, y con los fieltros y capotes hicieron un cerco a manera de capilla y dijo misa Su Señoría Ilma. como si no hubiera pasado nada por él, y volviendo a caminar por la montaña hasta llegar a un pueblo que llaman los Olleros"[4]

El Sínodo de Yambrasbamba

En el desarrollo de esta primera visita tiene lugar el cuarto sínodo diocesano, el de Yambrasbamba. Sin duda es el acontecimiento más saltante de esta primera visita, por lo que a Chachapoyas se refiere, y el de mayor incidencia para la vida diocesana, que entonces comprendía gran parte del virreinato del Perú.

El santo, fiel al espíritu y letra del concilio de Trento que establece la celebración anual de un sínodo diocesano, da cumplimiento a lo decidido un año antes en el sínodo de Yungay. Para la ocasión cita "a los muy reverendos amados nuestros deán y cabildo y a nuestros curas y vicarios y a todas las demás personas eclesiásticas que de derecho o costumbre están obligados a acudir y asistir al dicho sínodo de este nuestro arzobispado" a que asistan al que tendrá inicio en el pueblo de Santiago de Yambrasbamba, provincia de los Pacallas, término y jurisdicción de los Chachapoyas, a partir del 25 de julio de 1586, fiesta de Santiago apóstol. La asamblea sinodal concluye el 7 de septiembre, domingo, víspera de la Natividad de Nuestra Señora de ese mismo año.

Como conclusión del sínodo se establecen unas constituciones que son leídas "en la Iglesia de este dicho pueblo, estando mucha gente en él congregada, así de españoles como de indios". Son las siguientes:

1) Que los curas de indios tengan cuidado de leer los libros de casados, bautizados y confirmados una vez al año estando presentes los indios.

2) Que los vicarios envíen en sus nombres y de los demás clérigos y vicarios a ellos sujetos las crismeras a la parte y lugar donde se consagre el santo óleo.

3) Que todos los curas tengan un libro donde asienten todos los feligreses, españoles, indios y forasteros, para dar cuenta de los que murieren.

4) Que los curas tengan un padrón para llamar a misa y doctrina a los dichos indios.

5) Que todos los curas tengan hierros para hacer hostias y que los corregidores den de los bienes de la fábrica de la iglesia para comprarlos.

6) Que los curas que tuvieren muchos pueblos den aviso a sus feligreses de las fiestas de guardar y días de ayuno.

7) Que los curas tengan cuidado de escribir y asentar a los bautizados y casados.

8) Que los curas castiguen a los indios y les declaren las penas que les han de imponer de acuerdo a los delitos cometidos.

9) Que los vicarios hagan recoger los libros antiguos y los den a los curas para que los guarden y conserven y así poder aclarar algunas dudas que se ofrezcan.

10) Cuando algún niño se bautizare por necesidad y después se llevare a poner óleo a la iglesia, se tenga cuidado de asentar quienes fueron sus padrinos.

11) Que dando a los curas visitadores todo bastimento (comida y vituallas) de lo que es necesario, no lleven los derechos que dicen ser de pila.

12) Que el provisor y demás jueces eclesiásticos tengan libro donde asienten las condenaciones y apelaciones; y los notarios, otro libro donde asienten los procesos acabados y pendientes.

13) Que las justicias seculares no conozcan de idolatrías y otras cosas meramente eclesiásticas.

14) Que los jueces y notarios no cobren derechos a los indios.

15) Que los jueces y notarios asienten los procesos, escrituras, licencias, títulos y demás cosas que despacharen, poniendo en cada auto y cosa que despacharen los derechos que llevaren y al fin del proceso todos los derechos juntos.

16) Que los notarios no lleven de los títulos de las Órdenes más de lo proveído por el santo concilio de Trento.

17) Que los vicarios hagan guardar las constituciones de este arzobispado, que las tengan en su poder como también los catecismos, confesionarios y sermones hechos por el Concilio provincial próximo pasado del año de ochenta y tres, para que no pretendan ignorancia y caigan en algunos defectos y yerros y para que vivan con el recogimiento y honestidad que convienen.

18) Que la aclaración de las constituciones de este sínodo quede reservada al arzobispo.

19) Que la distribución de penas impuestas en estas constituciones quede reservada al arzobispo.

20) Que los vicarios y curas, así de españoles como de indios, guarden estas constituciones.

21) Que se guarden las constituciones provinciales y sinodales, aunque no estén en uso.

22) Que los diezmos de las doctrinas de los indios se cobren sin arrendamiento, encargando a los vicarios de cada partido que den orden para que cada clérigo en su doctrina los haga recoger nombrando una o dos personas para ello.

23) Que los diezmos de las villas, lugares y otras partes de españoles se arrienden de por sí y que de aquí en adelante no arrienden ni den lugar ni consientan ni permitan que los diezmos se arrienden todos juntos, dando orden que en particular se haga el arrendamiento de los diezmos de las dichas Villas y partes referidas.

24) Que se nombren testigos sinodales y examinadores para las doctrinas y beneficios.

Al final de las constituciones sinodales se establece la fecha del próximo sínodo teniendo en cuenta la gracia y privilegio concedido por el papa Gregorio XIII de celebrarlo cada dos años y convoca a cuantos tienen derecho de intervenir en el mismo. Su realización será "en la ciudad de Los Reyes o en la parte y lugar que nos halláremos, de este nuestro Arzobispado, para víspera de la Natividad de Nuestra Señora a siete de septiembre que viene del año de ochenta y ocho". Firma el documento "Toribio, archiepiscopus de los Reyes" y lo refrenda Luis Pérez, secretario. De hecho, este sínodo se llevará a cabo en San Cristóbal de Huáñec (Yauyos), será el quinto y concluirá en septiembre de 1588.

Continúa la visita

Recorriendo el libro de visitas hallamos una larga relación de lugares visitados por el santo; la misma nos muestra cómo prácticamente toda la geografía de la actual Diócesis de Chachapoyas fue visitada por santo Toribio.

En dicho libro aparecen los siguientes lugares: Chasmal (¿Casmal?), Cheto, Chelel, Timal, Olea (Olia), Guayabamba, Jebil, Cochamal, Illibamba, Huamampata, Taulía, Olleros, Diosán, Chiliquín, Cuelcho, Quinjalca, Vituya, Yurumarca ("está en las salinas"), Santiago de Taupa, Goncha, Teata, Chibalta, Quitaya, Jumbilla, Jaujabamba, Yambrasbamba, Quilongui, Chengo, San Juan de Hepe, San Juan de Yapa, San Pedro de Coloc, Pomacochas, Comacocha, Honda, Culqui-Mangla, San Cristóbal de Choco, Loscate, San Martín de Bax, Bagua, Candor, San Francisco de Chonta, San Pedro de Lunchicate, San José de la Coca, Yamón, Zacata, Balchoquistancho, Cumba, Lonya, Chubaigo, Bocho, Loma, Corobamba, Ceuta, Hualalo, Santo Tomás, Trapillo, Achuca, San Jerónimo, Luya, San Antonio de Conila, San Pedro de Cuémal, San Cristóbal de Olto, Jacapato, Utcubamba ("que está junto a Chachapoyas"), Jamalca, Tuamucho (¿Tomocho?), Timorbamba (¿Tingorbamba?), Chirigua,  Balcho, Levanto, La Jalca, Paujamarca, La Magdalenilla (Magdalena), San Ildefonso (actual Montevideo), San Pedro de Uta, Leymebamba, Chuquibamba, Gollón y Balsas.

La relación, en la que podemos identificar un alto porcentaje de lugares, ofrece una indicación aproximada de la ruta seguida. Tras el sínodo de Yambrasbamba, visitado el Alto Imaza, siguió por Pomacochas hacia las Baguas (Honda), dirección noroeste, para girar después hacia el sur siguiendo la margen derecha del Marañón. Posteriormente cruza la cordillera en dirección al oriente para aparecer por los pueblos de Conila, Cuémal, Olto…y seguir hasta Balsas para continuar por el actual departamento de La Libertad.

En la tradición oral chachapoyana figuran dos relatos relacionados con el santo arzobispo y actuaciones suyas con el agua en favor de los moradores de estos lugares. Una de ellas se sitúa en la ciudad de Chachapoyas y necesariamente hay que vincularla a una de sus visitas. Eran tiempos de sequía prolongada y, gracias a la intervención del santo, manó agua en el lugar conocido como Pozo de Yanayacu, situado en la parte alta de la ciudad en su sector occidental. Hoy día es considerado uno de sus atractivos turísticos de la ciudad.

El otro, a la vista de los lugares visitados, hay que situarlo en esta primera visita en el viaje que realiza desde las comunidades de la cuenca del río Marañón hacia los pueblos altos que miran a la del Utcubamba. En esa ruta, existe un lugar que los naturales llaman todavía "el agua del obispo". Las circunstancias que harían verosímil el milagro se comprenden fácilmente, al tratarse de una cuesta larga y muy exigente donde apenas se encuentran hasta el día de hoy fuentes de agua.

El 16 de marzo de 1587 está santo Toribio en Chachapoyas desde donde cursa al rey una petición para las iglesias de Chachapoyas, Moyobamba y León de Huánuco (Visitas, p. XLI). ¿Bendijo los óleos en Chachapoyas este año? Las fechas podrían indicarlo, pues la Semana Santa se celebró en los últimos días del mes de marzo. Creemos que por esas fechas concluye la visita a la parte de Chachapoyas, pues en mayo ya se halla en Huacrachuco (Huánuco), adonde se dirige después de abandonar el departamento de Amazonas por el puerto de Balsas.

Hay todavía otro dato relacionado con Chachapoyas antes de concluir la primera visita pastoral. El 13 de marzo de 1589 se encuentra el santo en Andajes, provincia de Cajatambo, y allí recibe un memorial del vicario de Chachapoyas exponiendo las necesidades de las iglesias de la ciudad (Visitas p. XLI). Quizá se pueda colocar en estas fechas la decisión tomada por el santo arzobispo en Cajatambo de excomulgar, por su mala gestión, al corregidor del lugar Alonso de Alvarado, personaje vinculado a la fundación de la ciudad de Chachapoyas. Era frecuente el abuso de los corregidores que no empleaban el dinero de las cajas de comunidad en la reparación de los templos y en los hospitales de indios, tal como estaba dispuesto.

¿Cuántas veces estuvo en Chachapoyas en esta primera visita? A la vista de los datos reportados en el libro de Visitas y teniendo delante los lugares visitados creemos que, al menos, estuvo dos veces: de paso para Moyobamba en marzo de 1586 y al regreso de los pueblos de la ribera del Marañón, marzo de 1587. En esta ocasión dirige desde Chachapoyas la carta al rey Felipe II solicitando ayuda para las iglesias de Chachapoyas, Moyobamba y León de Huánuco (Visitas p. XLI). No sería de extrañar que pasara por Chachapoyas en alguna otra ocasión al encontrarse en lugares cercanos a la que entonces era la ciudad más importante de la región.

4. Segunda visita

La segunda visita la inicia el santo en 1593 y la concluye en 1598. En Chachapoyas se encuentra en el mes de diciembre de 1595. Así consta en el acta de creación de la cofradía de las benditas ánimas del purgatorio, fechada el 18 de diciembre de dicho año y firmada por el santo. Este documento y joya se encuentra en el archivo diocesano de Chachapoyas. Seguramente viene desde el sur y entra por Balsas. En septiembre de 1595 está en Piscobamba celebrando el octavo sínodo y es de suponer que sigue ruta hacia el norte.

Otro dato relacionado con esta visita lo encontramos en Vargas Ugarte, quien afirma que "en San Cristóbal de las Balsas, en la provincia de Chachapoyas, el 30 de enero de 1596, convoca el quinto concilio limense, señalando para su apertura el 15 de marzo de 1598, concilio que sería postergado después, teniendo su comienzo el 11 de abril de 1601 y su clausura el 18 de abril del mismo año (Vargas, p. 95-97). Balsas era lugar obligado de paso en los accesos a lo que hoy es Amazonas, tanto desde Cajamarca como desde La Libertad. Como insinúa su nombre, era y sigue siendo un punto favorable para cruzar el caudaloso río Marañón por el sistema de balsas o maderos unidos que servían para atravesarlo. Vargas vuelve a situar al santo en Chachapoyas en el mes de marzo de ese mismo año, cosa nada extraña si tenemos en cuenta que había ingresado a la región en el mes de enero y es razonable pensar que quisiera celebrar la Semana Santa en la ciudad más importante de la zona.

El mismo autor aporta otro dato cuando afirma que ascendió "nuevamente a Cajamarca y Chachapoyas, donde consagra óleos en la Semana Santa de 1597" (p. 82). En el libro de Visitas leemos: "De Valdebuio (Buldibuyo) tomó Su Señoría… Chachapoyas para tener allí la consagración del óleo que hay 50 leguas y más de mal camino el cual anduvo Su Señoría en 8 días" (Visitas, p. 387), pero no se indica año. ¿Se trata de dos bendiciones de óleos o de una? A la vista de estos datos y de la ruta seguida parecería que la bendición habría tenido lugar en 1596, pero no lo podemos asegurar. Menos probable nos parece que los bendijera en las dos ocasiones. Las pocas precisiones del Libro de visitas nos impiden llegar a una conclusión.

Después de visitar los pueblos del actual departamento de Amazonas en 1596 se interna en La Libertad (Uchumarca. Cajamarquilla, Bambamarca…) llegando hasta el norte del departamento de Ancash (Llamellín, Piscobamba, Huari…). Cambia de rumbo después para adentrarse en el departamento de Cajamarca por el sur (Cajabamba, San Marcos…) llegando por el norte hasta Cachén (Miracosta), para girar otra vez hacia el sur, llegar a Contumazá y volver a recorrer pueblos serranos y costeños de La Libertad.

En esta visita, desde Chachapoyas sigue su ruta hacia Moyobamba pasando por Cheto. Ahora llega a varios pueblos del actual departamento de San Martín y prelatura de Moyobamba, entre los que contamos Gepelacio, Subrón, Gera, Chichimaro, Mijaque, Yranares, Toche, Abisao, Yantalo, Palanga, Chirimoto, Naranjos, Soritor, Sempentor, Jumbi, Cacle, Gumachuco, Gopara y Nieva. Y ya en territorio amazonense: Yambajalca, Bagazán, Tambillo, Illibamba, Guamampata, Taulía, Casmal, Cuelcho, Guayacán, San Pedro de Casmal, Olleros, Quipalca (Quinjalca), Chillicumi (¿Chiliquín?), Vituya, las Salinas (Yurumarca), Taupa, Goncha, Tiata, Quitaya, Chibalta, Jaujabamba, Chisquilla, Jepe y Yambrasbamba.

Al llegar a este punto el relato, que únicamente viene citando lugares y distancias en leguas, se detiene y amplía la información. "… de Yambrasbamba a los pestilenciales montes de Quilongui que fueron 24 leguas de ida y vuelta el cual camino anduvimos a pie y Su Señoría metido en una jamaca por ser tierra áspera y muy mala y de fragosos caminos y montañas; y a pie anduvo Su Señoría algunas leguas" (Visitas, p. 388). Aunque el nombre de Quilongui nos resulta extraño y desconocido podemos pensar, por las características del relato, que se trató de una incursión hacia el norte, internándose por lugares que hasta hoy resultan poco transitados y llevan a comunidades nativas ubicadas en el extremo norte de la actual provincia de Bongará.

El recorrido pastoral, tras el retorno a Yambrasbamba,  lleva al santo obispo por Japa, La Coca, Chupate, Pomacochas, Tiapollo, Chuca, Corobamba, Ceuta, Salinas, Comacocha, Jonta, Honda, Quistancho, Yamón, Zacata, Chibaygo, Cumba, Quistancho, Chirigua, Bagua, Tuamocho (Tomocho), Timorbamba (Tingorbamba), Trapiche, Jamalca, Olto, Chosgón, Cuémal, Olto, Luya, Conila, Colcamar, San Cristóbal, Magdalena, Virués, Santo Tomás, San Ildefonso (Montevideo), San Pedro de Uta, Leymebamba, Gollón, Chuquibamba, Balsas, y Cochabamba.

La visita continúa por tierras del actual departamento de La Libertad: Uchumarca y otros. No todos los lugares reseñados nos resultan ubicables y conocidos. Más de uno ha desaparecido como lugar de vivienda habitual de gentes; otros aparecen con la grafía ligeramente modificada en relación al nombre actual, lo cual puede deberse a defectuosa redacción o transcripción. En todo caso no resulta difícil seguir la ruta recorrida por el santo.

5. Confirmaciones administradas

Las Leyes de Indias, secundando los decretos del concilio de Trento y los limenses, establecían las visitas pastorales como una de las exigencias de la labor pastoral de los obispos. Toribio de Mogrovejo, fiel seguidor de los mandatos de la Iglesia y obsequioso con las disposiciones reales que le afectaran, se tomó muy en serio la realización de las visitas pastorales y, dentro de ellas, como uno de los servicios pastorales que le incumbían personalmente, la administración del sacramento de la confirmación. ¿A cuántos bautizados confirmó santo Toribio? Es imposible precisar el dato, dado que entonces no se llevaba un registro como suele hacerse en la actualidad. Estudiosos de sus andanzas llegan a hablar hasta de un millón.

¿Cuántos en lo que hoy es la diócesis de Chachapoyas? Si seguimos la huella del Libro de visitas podemos hablar de un número que podría rondar o tal vez superar los 10.000. La suma de los que figuran numéricamente asciendo a 8.508, pero hay que tener en cuenta otras indicciones que aparecen en el texto. En la referencia a ciertos lugares se habla de "los (confirmados) de la otra vez (que) no aparecieron" (Yambajalca y Taulía), de que "no se hallaron los que confirmó la vez pasada" (Huamampata), de los que confirmó "esta vez" (Olleros, Chiliquín, Vituya, Taupa, Jaujabamba), lo que está indicando que hubo una anterior. Seguramente estas indicaciones son válidas para otros muchos lugares. Y otro dato a tener en cuenta, muy comprensible, es que en la primera visita, cuando nadie había sido confirmado todavía, el número de administrados fue muy superior al de las revisitas o segundas visitas.

6. Doctrinas y doctrineros

Las doctrinas eran pueblos de indios encomendados a un sacerdote que debía impartir la doctrina cristiana a la población indígena. Todas las doctrinas, dada su extensión, comprendían un determinado número de pueblos, anexos o estancias. La doctrina era el estadio previo al establecimiento de parroquias o curatos.

El Libro de Visitas hace referencia a doctrinas atendidas por frailes franciscanos, en concreto Chiliquín, atendida por Fr. Diego de Mesa, y Levanto, de donde se hace la alusión genérica de administrada por religiosos de san Francisco. De los pueblos o anexos pertenecientes a la comprensión de la doctrina de Chiliquín se hace mención de Cuelcho, Quinjalca, San Ildefonso de Vituya, Guiomarca (Yurucmarca –"está en las salinas"-), Santiago de Taupa y Goncha. De la de Levanto sólo se dice que visitó santo Toribio toda la doctrina y sus anexos.

De los mercedarios consta de su presencia en las doctrinas de Olleros, Taulía, Chasmal, Jamalca, Timorbamba, y La Jalca.

Miguel de la Ribera doctrina en Olleros. Entre los pueblos de su atención figuran Nieva, Yambajalca, Diosán y Casmal. De la doctrina de Taulía se dice que era atendida por Francisco Cabezón y que contaba con muchos pueblos en partes muy trabajosas donde es forzoso ir el sacerdote con mucho cuidado y recato. Se menciona el asiento de Huayabamba y, de manera genérica, varias estancias, de cuyos titulares o propietarios se indica el nombre.

Otra doctrina de mercedarios es la de Chasmal (Casmal), atendida por fray Andrés Vela. De este lugar se indica que está "luego que se sale de los valles de Moyobamba que es sierra de malos caminos". Tanto Casmal, como alguno de los lugares indicados como pertenecientes a esta atención pastoral nos son desconocidos, tales como Cacle o Chupatampa, Gompara, Huamachuco, aparte otros que por su ubicación geográfica y por referencia del mismo libro de visitas aparecen también en la visita a la doctrina de Olleros. Tal es el caso de Diosán y Yambajalca.

Otra mención a doctrinas mercedarias es la de Jamalca y Timorbamba (¿Tingorbamba?), cuyo doctrinero es el padre Zamudio. Entre los lugares de comprensión de esta doctrina encontramos Tuamocho (Tomocho), Chirigua, Timorbamba, Balcho y Bagua. De la doctrina de La Jalca sólo se hace mención de que la atienden frailes mercedarios.

Repetidas veces aparecen las expresiones cura o clérigo presbítero para referirse a los sacerdotes diocesanos, que doctrinaban distintos lugares y zonas de la región. Así, en concreto, encontramos en Tiata y Chibalta a Juan Martínez Morato atendiendo Quitaya, Chibalta, Jumbilla y Jaujabamba, además de una de las dos parcialidades de Olleros. La doctrina de Yambrasbamba es atendida por Juan Abad de Bareño al que corresponde visitar los pueblos de Quilongui y Chengo ("metidos en la montaña, donde es forzoso ir a pie más de 18 leguas de ida y vuelta, la cual doctrina Su Señoría anduvo toda"), San Juan de Hepe, San Juan de Yapa y San Pedro de Coloc. En Pomacocha y Comacocha se encuentra de doctrinero Juan Quintero.

Francisco de Solís y Juan Quintero doctrinan en Honda y los pueblos de San Juan de Culqui-Mangla, San Cristóbal de Choco, Loscate, San Pedro de Lonchicate, San José de la Coca, San Martín de Bax, Candor, San Francisco de Chonta y Bagua. Sebastián Felipe lo hace en Yamón y Zacata con los pueblos de Balchoquistancho, Cumba, Lonya, Bocho, Loma y Chubaygo. También se hace mención de un buen número de estancias con referencia al nombre de su propietario.

El presbítero Antonio Ramírez es el doctrinero de Corobamba. A esta doctrina pertenecen los pueblos de Ceuta, Hualalo, Santo Tomás, Trapillo, Achuca y San Jerónimo. Manuel Pacheco es el encargado de Luya con los pueblos de San Antonio de Conila, San Pedro de Cuémal y San Cristóbal de Olto.

Otra doctrina a cargo de cura doctrinero es la de Santo Tomás y quien la atiende es el doctor Biruez. Comprensión de la doctrina son los pueblos de Paujamarca, Magdalenilla (Magdalena) y San Ilifonso (San Ildefonso, hoy Montevideo). Juan Bautista Nano es el doctrinero de Leimebamba con los pueblos de San Pedro de Uta, Chuquibamba, Uchumarca, Balsas y Gollón.

Hay una mención a la doctrina de Utcubamba, "que está junto a Chachapoyas", que comprendía una serie de estancias y trapiches, de cuyos dueños se hace mención, y la estancia de los indios yungas de Quillillic; se le asigna al "cura de los yanaconas de Chachapoyas".

Complemento de estos datos son los referidos a la ciudad de Chachapoyas. En la relación y memoria que dirige el santo al papa Clemente VIII en abril de 1598 hace referencia a la existencia de cuatro ciudades en el arzobispado a su cargo: Trujillo, Huánuco, Chachapoyas y Moyobamba. De Chachapoyas aporta esta información: cuenta con dos curas, un vicario, dos parroquias y dos monasterios, de san Francisco y de la Merced, y un hospital. Del hospital no da más datos, pero entendemos que se trata del anejo a la iglesia dedicada a la Virgen de Belén.

7. Los caminos recorridos

En el lenguaje y uso de la época la medida empleada para fijar las distancias es la legua. Esta medida no tiene una referencia exacta para los sistemas de medición de hoy. Una referencia podría ser la que ha venido siendo común entre los hombres del medio andino, o sea, unos cuatro kilómetros y medio o algo más. Las distancias recogidas en el Libro de visitas entre lugares que corresponde a la actual diócesis de Chachapoyas serían aproximadamente éstas:

De Buldibuyo (La Libertad) a Chachapoyas 50; de Chachapoyas a Cheto 4,5; de Cheto a Moyobamba 6; de Gompara a Nieva 3; de Nieva a Yambajalca 2; de Yambajalca a Bagazán 3; de Bagazán a Tambillo 4; de Tambillo a Illibamba 5; de Illi(a)bamba a Huamampata 3; de Huamampata a Taulía 6; de Taulía a Casmal 2; de Casmal a Cuelcho 2; de Casmal a Guayacán 4; de Guayacán a San Pedro de Camal (Casmal):… De San Pedro de Camal a Olleros… De Olleros a Quinjalca … De Quinjalca a Chillicumi…De Chillicumi a Vituya… De Vituya a las Salinas (Yurucmarca)… De las Salinas a Taupa… De Taupa a Goncha 3; de Goncha a Teata 3; de Tiata a Quitaya 3; de Quitaya a Chibalta 2; de Chibalta a Tiata 1; de Tiata a Juajabamba 1,5; de Juajabamba a Jumbilla: 0,25; de Juajabamba a Chisquilla 1,5; de Chisquilla a Jepe 1,5; de Jepe a Yambrasbamba 2; de Yambrasbamba a Quilongui 24, ida y vuelta; de Yambrasbamba a Japa 6; de Japa a los montes de Lon, ida y vuelta, 16; de Japa al asiento de la Coca 1; del asiento de la Coca a Chupate 3; de Chupate a Pomacochas 9; de Pomacocha a Tiapollo 1; de Tiapollo a Chuca, ida y vuelta, 1; de Tiapollo a Chuca, ida y vuelta, 1; de Tiapollo a Chica 1,5; de Chica a Corobamba 4; de Corobamba a Ceuta 2; de Ceuta a las Salinas 4; de las Salinas a Comacocha 5; de Comacochas a Jonta, doctrina de Honda, 2; de Chirigua a Quistancho 1; De Quistancho a Yamón y de Yamón a Lonya 3; de Lonya a Yamón 3; de Yamón a Zacata 4; de Zacata a Chibaigo 3; de Chibaigo a Cumba 3; de Cumba a Quistancho 4; de Quistancho a Chirigua 1; de Chirigua a Bagua 3; de Bagua a Tuamocho (Tomocho) 3; de Tomocho a Tingorbamba 1; de Tingorbamba al Trapiche 5; de Trapiche a Jamalca 5; de Jamalca a Olto 4; de Olto a Chosgón 5; de Chosgón a Cuémal 1; de Cuémal a Olto: 4; de Olto a Cuémal 0,5; de Cuémal a Luya, por las estancias… 4; de Luya a Conila 1,5; de Conila a Colcamar 3;  … a San Cristóbal 4; de San Cristóbal a Magdalena 2; de Magdalena a los pueblos yungas de Virués: 1,4; de estos pueblos yungas a Santo Tomás 6; de Santo Tomás a San Ildefonso (Montevideo) 2,5; de San Ildefonso a San Pedro de Uta 1; de San Pedro de Uta a Leymebamba 2; de Leymebamba a las minas de Gollón, ida y vuelta, 12; de Leymebamba a Chuquibamba 6; de Chuquibamba a Balsas 4; de Balsas al tambo de Cochabamba 3; de Cochabamba a Xemboymega (¿Xembo y Mega?) 1; de Xembo a Uchumarca 4; de Uchumarca a …. (sigue por otros lugares fuera de la actual diócesis de Chachapoyas y departamento de Amazonas, por el de la Libertad).

Haciendo cálculos con los números indicados tenemos un total de leguas que supera las 300, pues a las cifras registradas habría que sumar una serie de distancias que figuran en el texto, cuya edición tenemos delante, con puntos suspensivos (…), seguramente por encontrarse deteriorado el original. Estas distancias en leguas nos hacen pensar en un recorrido que supera los 1.500 kilómetros por los elementalísimos caminos de la época. Es de justicia tener en cuenta que santo Toribio se movió por la difícil geografía peruana, sobre todo la andina, en toda estación, y todo se hacía mucho más complicado en los períodos de lluvias. Un testimonio de ello lo tenemos en el dato aportado por Sancho Dávila situado en el recorrido de los Naranjos a Olleros. Y los datos podrían ampliarse si tenemos en cuenta que hace dos visitas a Chachapoyas y las zonas aledañas.

Con lo anotado no podemos llegar a datos concretos, aunque sí nos posibilitan el hacernos una idea de la magnitud de su empresa, máxime si pensamos que aquí nos hemos ocupado sólo de una parcela de su extensísima diócesis que él visitó íntegramente en su servicio pastoral a la arquidiócesis limeña a lo largo de veinticinco años.

En resumen

Lo anotado quiere ser una ayuda para comprender mejor la labor pastoral del santo arzobispo en la actual Diócesis de Chachapoyas, una mínima parte de la amplísima extensión de la Arquidiócesis de Lima en las últimas décadas del siglo XVI. Se ha centrado la atención en las visitas, confirmaciones, doctrinas, doctrineros y lugares recorridos.

Hay otros aspectos que también merecerían atención; quede aquí una mínima referencia. Pienso en los nombres de grupos humanos mencionados (viudas, casados, solteros, muchachos, yanaconas, mitimaes, curacas), doctrinas, referencia a tributos y tributarios (indios reservados y de confesión, ánimas, casados…), sínodo del doctrinero (fanegas de maíz, papas, granos, piezas de ropa, pesos ensayados, tomines de plata), designación de lugares (repartimientos, encomiendas, estancias -haciendas-), climas, medios de transporte (caballo, jamaca -"le llevaron en una jamaca, metido en ella"), productos (coca, caña, papas, maíz, algodón), medidas (fanegas, tomines…), cría de animales (yeguas, mulas, ovejas, cabras); minas en Gollón, salinas en Yurucmarca…



[1] Agradezco la deferencia del autor del artículo para nuestro blog del IET. La foto corresponde a la imposición de la medalla "Santo Toribio" del 2024 por Mons. Miguel Cabrejos, presidente de la CEP

[2] BENITO RODRÍGUEZ J.A.: Libro de visitas de Santo Toribio (1593-1605) (Colección Clásicos Peruanos, Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial 2006, pp.450+ Introdu. LVI) Introducción, transcripción y notas. p. XXIX

[3] Historia de la Iglesia en el Perú, Imprenta Sta. María, Lima y Burgos, desde 1953 tomo II, p. 82

[4] Santo Toribio de Mogrovejo Documentos de una excepcional aventura humana. José Antonio Benito (Organizador). Santo Toribio de Mogrovejo (España 1538 – Perú 1606) p.17

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¡CUENTO CONTIGO PARA LA DONACIÓN DE SANGRE 153, UN DEBER PATRIO!


Queridos amigos:

En 1991 pude donar sangre por vez primera en el Perú. Después de unos 30 años en el querido Perú, en abril mi misión está en Madrid (España), por lo que mi última donación -la 153- será la de este 17 de marzo. ¡Qué alegría me dará que si puedes me acompañes o busques donantes! La cultura de la donación debe hacerse realidad. ¡Gracias, ya! Te espero junto al P. Mateo Bautista en este bicentenario patrio

 

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PADRE CARLOS ECHÁVARRI, SJ (1930-1994), FORJADOR Y PADRE DE SAN JOSÉ DE TIABAYA


 El P. Carlos Echávarri Osacar (22.12.1930-1.05.1994)

Por fin pude visitar la tumba del padre de San José de Tiabaya, el Padre Carlos Echávarri, del que tanto había escuchado y que tan sólo puede saludar poco antes de su muerte. El pasado viernes 23 de febrero del 2023 dos jóvenes entusiastas de Tiabaya me guiaron por las calles y los locales por los que él transitó, construyó, santificó. Fue una tarde lluviosa pero llena de luz y de esperanza. ¡Qué emoción y responsabilidad rezar ante su tumba! Palpar la obra de sus manos y de su corazón. Recoger el latido de su entrega misionera, a lo Javier, a lo Toribio, a lo Teresa de Calcuta, y, aquí en Arequipa, al igual que su tocayo por quien tanta admiración tenía, el P. Carlos S. Pozzo. Sentí el deber de historiar y visibilizar su profética vida tan necesaria para nuestro Perú y nuestra España. Les comparto los apuntes logrados con el ánimo de que vayamos ampliándolos y sistematizándolos lograr su semblanza que sirva para conocerlo y seguirlo.

Nació en el pueblo navarro Olzagutia, el 22 de diciembre de 1930 . Situado en la comarca de La Barranca, en las faldas de la Sierra de Urbasa, en el valle de la Burunda, a 53 km de la capital de la comunidad, Pamplona. Es un pueblo vivo y acogedor, rodeado de naturaleza. En su término se han encontrado vestigios arqueológicos prehistóricos y estelas funerarias de época romana.

La población de Olazagutía se dedicó a lo largo de los siglos a la agricultura, la ganadería y la explotación forestal. El cambio llegó durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX, cuando Olazagutía se desarrolló de forma notable, tanto por la llegada del ferrocarril como por la aparición de las primeras industrias. La instalación de la empresa maderera de Juan Echávarri inició un proceso de industrialización que no ha parado hasta nuestros días. Dicha empresa abasteció de traviesas a todas las líneas ferroviarias del norte peninsular. La inauguración de la fábrica de Cementos Portland, en el año 1903, consagró definitivamente el carácter industrial del pueblo. Su población en el censo de 2017 fue de 1518 habitantes.

Ingresó en la Compañía de Jesús en Loyola, el 26 de septiembre de 1947,. Allí vivió su etapa de Noviciado y Juniorado, con los estudios de Humanidades. A continuación cursó los estudios de Filosofía y Teología en el Colegio Máximo de Oña (Burgos). De allí se trasladó a Loyola para ser ordenado sacerdote, el 30 de julio de 1961, víspera de la fiesta de san Ignacio; celebró su primera misa el día de San Ignacio.

La siguiente etapa -Tercera Probación- la pasó en Gandía, en la casa de San Francisco de Borja, santo duque y general de la Compañía de Jesús.  

En 1963 se dedica al estudio del inglés con miras a la misión de la India y seguir las huellas de san Francisco Javier: Sus sueños no pudieron realizarse por desacuerdos gubernamentales de España y de la India. Sin embargo, sus deseos misioneros siguen, y en 1964 marcha a Panamá en apoyo de la organización y promoción de Fe y Alegría, ocupando el cargo de Director de la obra durante los años 1964 al 1966.

Con la obra en marcha, regresa brevemente a España en 1967, justo el año en que el P. José María Cánovas del Castillo, organizó una gira en busca de voluntarios para ejercer su apostolado misionero en Arequipa (Perú). Y ahí se enrola el P. Carlos. Al inicio trabajó por unos meses en la Residencia de Arequipa hasta que a principios de 1968 se le encomienda el cuidado pastoral del Pueblo Joven San José de Tiabaya.

El joven pueblito le brindaba la gran oportunidad de comenzar casi de cero. Y así, con gran celo, constancia y amor por los pobres, comienza a tocar puertas, mueve resortes y logra recursos para lo que el pueblo necesitaba: templo, casa parroquial, posta médica, cuna infantil para más de 100 niños, salón de usos múltiples, servicio de agua potable, desagüe…materiales y construcción de viviendas para más de 100 familias, siempre con el apoyo de su gran amigo, también jesuita, P. Carlos S. Pozzo, fundador de CIRCA.

La Posta Médica logró implementarla con servicio odontológico, rayos X, laboratorio de análisis, botiquín surtido de medicamentos básicos….

Como auténtico padre derrochó inquietudes, preocupaciones y acciones para todos sus feligreses a lo largo de 27 años.

En el templo figuran textos emblemáticos que compartía habitualmente con los fieles: "Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo", "Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas. Y con ese mismo amor a los hombres tus hermanos". Preside el altar principal un imponente Cristo en cruz traído desde Navarra y enfrente a la entrada del templo una esperanzada imagen de Cristo Resucitado que tanto gustaba al P. Carlos.

En medio de todo el complejo está la torre con un reloj que se convirtió como el centro e imán para todos los pobladores, pues al dar las campanadas de cada hora recordaba a los pobladores y fieles que 8 horas son para la oración, 8 para el trabajo, 8 para el descanso y las 24 para Dios.

El P. Carlos siempre abrió brecha para que otros pudieran trabajar en su compañía, hoy diríamos sinodalmente. Sus más estrechas colaboradoras han sido las Religiosas de Sant Josep de Gerona, congregación dedicada a la asistencia a enfermos, fundada por Maria Gay i Tibau en 1870. De acuerdo con los estatutos, tienen como misión "el ejercicio de la caridad por y con los enfermos, prestándolos asistencia espiritual y corporal" (Constituciones, 3). Por eso mantienen clínicas y hospitales o trabajan en ellos, además de hacer asistencia sanitaria a domicilio. También mantienen residencias para ancianos y algunos colegios, además de hacer apostolado misionero. Uno de estos colegios es el Colegio Sagrada Familia de Gerona que ya ha celebrado 50 años, pues fue fundado por el Instituto de Religiosas de Sant Josep de Girona el 1966. En 2015 tenían ya comunidades en Barcelona, Gerona, Malgrat de Mar, Burjasot, Olot, Vilarroja, Solius y en Gandía.2 Además, la comunidad está presente en otros lugares de España y en Francia, Italia, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Argentina, México, Guinea Ecuatorial, Ruanda, Camerún y la República Democrática del Congo.

Otros apoyos han venido de voluntarios como los jóvenes de GAM TEPEYAC que desde 1992 han colaborado económicamente con proyectos como el apadrinamiento de niños y jóvenes, atención sanitaria (Dr. Ignacio García Pascual, Dr. Álvaro Susín), pastoral…Un sazonado fruto fue la vocación sacerdotal del P. Alfonso Tapia, vicario del Vicariato de San Ramón, quien convivió durante un año con el P. Carlos.  

LOS AMÓ HASTA EL EXTREMO

Desde la noche del sábado y domingo por la mañana de 1 de mayo de 1994 comenzó a sentir malestar en el pecho, a pesar de lo cual asistió a la bendición de la nueva obra comunal -pozo de agua- para beneficio del pueblo.  En el acto arrancó un compromiso de las autoridades locales en favor de los pobres, denunciando su indolencia y olvido frente a las necesidades de los  más necesitados.

Eran las 11 de la mañana cuando el P. Carlos se preparaba para bendecir la colocación de la primera piedra de las obras de agua potable y desagüe de san José de Tiabaya. Sensiblemente molesto por la desidia las autoridades, increpó con tal fuerza a las autoridades que al culminar su discurso a las dos de la tarde, sintió que le fallaban las fuerzas. Varias personas que estaban a su lado -como los miembro de seguridad del alcalde provincial Fernando Ramírez- trataron de auxiliarlo solicitando una silla, pero el P. Carlos apuró su bendición y dio por terminado el acto con estas sentidas palabras: "Yo bendigo esta obra porque traerá el desarrollo para este pueblo al cual yo tanto quiero". El propio alcalde de Tiabaya,  José Postigo, presente también, se ofreció a llevarlo al Hospital más próximo, Hospital Nacional del Sur. Pero el P. Carlos sufrió un infarto masivo en el momentos en que bendecía la colocación de la primera piedra de la instalación del servicio de desagüe de San José de Tiabaya, a las 2 de la tarde. Y cuando llegó al nosocomio los médicos declararon que ya llegó cadáver.

Era el 1° de mayo de 1994, en San José de Tiabaya, Arequipa, tenía 63 años de edad, 47 de Compañia, y 32 como sacerdote. Desde que llegó al Perú en 1968, trabajó incansablemente al servicio de los pobres de la Vicaría de San José y Pampas Nuevas, en el distrito de Tiabaya, Arequipa.

La comunidad de San José de Tiabaya desfiló ante su féretro en filas interminables, con lágrimas en los ojos y una pena muy honda en el corazón. Y como dice su amigo P. Juan de Dios Vicente, SJ, "si perdieron un padre en la tierra, han ganado un intercesor y protector junto a Dios en el cielo".

Un poblador de Tiabaya, presente en el velorio, expresó lo siguiente: "Yo creo que Dios no pudo escoger mejor fecha para quitarnos al P. Carlos. Él ha muerto en el día de San José de Tiabaya, por lo tanto siempre lo tendremos presente. Todo lo que tenemos se lo debemos a él. Para un gran hombre, una muerte especial.". Por su parte, Delia Palomino reconoce que para ella "el Padre Carlos fue lo mejor y lo más grande que hubo en este pueblo"; Gregorio Aguilar: "siempre me voy a acordar que él me decía que debía amar y ayudar a los demás; lo que nunca me olvidaré del P. Carlos es su bondad"; Julio Layme: "yo recordaré siempre lo que él decía: todos somos iguales, no hay diferencias entre nosotros; además era muy disciplinado y ordenado"; Tomás Quispe siempre me acordaré de la bondad, solidaridad y entusiasmo del P. Carlos"; Martha Rendón: "todos sabíamos que el padre quería mucho a los niños, ancianos y a la gente más pobre; todos los días nos ayudaba, se preocupaba por nosotros"

La misa de exequias fue presidida por Mons. Fernando Vargas, y luego fue enterrado en el Presbiterio de la Iglesia, junto al altar.  Una sencilla lápida nos ofr3ece sus datos: Reverendo Padre Carlos José Echávarri Osacar, SJ, 27.12.1920, Navarra (España)-1.01.1994 San José de Tiabaya (Perú) VEN SEÑOR JESÚS. No hay amor más grande que aquel que da la vida por sus amigos (Jn 15, 13). ACUÉRDATE DE JESUCRISTO RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Firma del P. Carlos.

Su obra ha sido continuada por su gran amigo P. Juan Ramón (Montxo) Sánchez Guardamino a quien desde 1983 invitó a acompañarle en la misión. En carta de 29 de abril de 1991 le informa de que pueden servir 1200 raciones diarias completas preparadas en tres Ollas Comunales con sus cocinas y ollas gigantes a base de patatas, arroz, alubias, harina, aceite…con el apoyo de Cáritas. Gracias a su trabajo se ha podido brindar a diario alimentos a 600 niños, 130 ancianos y a 1.500 pobres, así como el agua para los 3.200 moradores.

A los tres años de su partida para la gloria, el periodista voluntario Gustavo Gómez participó con el GAM-TEPEYAC de un verano misionero y le dedicó un entrañable artículo en "Arequipa al día"(18 de agosto 1997) titulado "La sombra de un jesuita terrible": "Basta con deambular por sus calles aún sin asfaltar sólo un poquito o conversar con las fuerzas vivas de la Ciudad Blanca, para avistar la sombra de Echávarri…La sombra del ¡"terrible jesuita" aún planea con potencia entre los cerros y chacras de san José de Tiabaya. Dicen que de mañanita, cuando la esperanza aún es virgen, es cuando mejor se la ve"

Datos: https://enlaprensa.jesuitas.pe/2013/05/07/recordando-a-nuestros-difuntos-p-carlos-echavarri-y-p-angel-palencia/

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