miércoles, 26 de mayo de 2021

EN BASÍLICA DE MARÍAAUXLIADORA, Dª MARGARITA GUERRA, PRESIDENTA DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIADEL PERÚ, VALORA LA PRESENCIA DE LA IGLESIA ANTE EL BICENTENARIO

EN BASÍLICA DE MARÍA AUXLIADORA, Dª MARGARITA GUERRA, PRESIDENTA DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA DEL PERÚ, VALORA LA PRESENCIA DE LA IGLESIA ANTE EL BICENTENARIO

 

 

Agradezco a la comunidad Salesiana haberme hecho partícipe de las celebraciones que con motivo del Centenario de este templo se han organizado por su reconocimiento  nacional como patrimonio cultural.

 

Mes de mayo, mes de la Virgen, y el 24 es el día de María Auxiliadora, cuya novena se ha iniciado el día 15. Este templo, basílica y santuario, ha sido reconocido este año, como patrimonio cultural nacional al cumplirse el centenario de su construcción, cuyo inicio  coincidió con el centenario de nuestra Independencia y esta vez se une con nuestro Bicentenario.

 

Esto nos lleva a reflexionar tanto desde el punto de vista de nuestra identidad nacional, como de nuestra identidad religiosa que desde la instalación del Perú como  Estado soberano surgió bajo el símbolo de la fe católica, reconocida en sus constituciones hasta el primer centenario.  Se mantuvo en los estandartes la presencia Mariana y las proclamas se iniciaban invocando a Dios Todopoderoso. Por esto podemos decir que los objetivos perseguidos en la independencia no solo eran políticos, eran también, de alguna manera, un compromiso religioso de continuar con nuestro culto, porque la fe es universal, lo que se rechazaba era el dominio extranjero.

 

Ha pasado el tiempo, doscientos años de vida republicana, en los cuales hemos vivido muchas transformaciones, algunas de las cuales nos han alejado de nuestros objetivos iniciales. El Estado peruano actualmente es laico, pero el pueblo sigue siendo religioso, muchas veces a su manera, pero la devoción a María Auxiliadora nos demuestra que hay en nuestra sociedad una profunda religiosidad que emerge, sobre todo, en momentos críticos, como el 24 de mayo de 1940 cuando Lima fue azotada por el mayor terremoto del siglo en la capital y fue la Virgen Auxiliadora la que protegió a la ciudad de un desastre mayor. Fuimos muchos, especialmente en nuestro distrito, Breña, quienes apelamos a su misericordia. Era el día de la procesión.

 

Como peruanos y como creyentes debemos tomar conciencia de lo que representan estos centenarios. No son solo fechas en las cuales organizamos una reunión, una convocatoria para pasar un rato agradable, lo cual es importante para hacer recuerdos, pero debemos considerar que es tiempo de hacer el balance de lo que hemos avanzado en nuestro objetivos iniciales, que tomamos de nuestros antepasados para construir una sociedad mejor, más justa, más humana y fraterna y alcanzar el bien común, que no solo es material, sino también cultural y, sobre todo espiritual. ¿Estamos más cerca o más lejos de estos propósitos?

 

Esta reflexión debemos hacerla como peruanos y como ciudadanos, pero también como creyentes, porque ya en los días de la Independencia se hablaba de un modelo de ciudadano que debía reunir ciertas cualidades para el desempeño de la función pública, entre las cuales estaba ser honesto, honestidad que debía ser públicamente reconocida; tener una preparación intelectual para poder ofrecer soluciones viables para los problemas que se vivían; debía ser virtuoso; debía tener valores morales; y se llega a proponer que debe ser persona religiosa. Es decir, la religión iba unida a la actividad política.

 

Esto nos lleva a la reflexión de hoy: patriótica y religiosa, el orden de nuestras prioridades debe ser Dios, como creyentes; patria como ciudadanos, parte de una comunidad nacional; y familia como parte de la célula básica de la sociedad.

 

Que esta novena nos ayude en nuestro crecimiento espiritual y nacional. Recuerden también que nuestro distrito tiene como símbolo del barrio a nuestra Madre Auxiliadora.

 

Lima, 19 de mayo de 2021

 

MGM.

 

PALABRAS pronunciadas: https://www.facebook.com/salesianosperu/videos/2833586430225986/

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lunes, 24 de mayo de 2021

Juan Luis J. Rospigliosi, fundador de los scouts del Perú. Un recuerdo desde su parque en Pueblo Libre

El sábado 22 de mayo, los vecinos del Parque Rospigliosi de Pueblo Libre vimos con grata sorpresa decenas de jóvenes scouts brindando arborizar el Parque de su fundador con motivo de celebrar el aniversario de su creación 25 de mayo de 1911 . Gracias a ellos, supimos el gran peruano que ha dado nombre a nuestro parque. Gracias a la Municipalidad y a los scouts por este gesto. Les comparto algunos datos de su significativa vida, así como de la trayectoria de los scouts en el Perú.

 

Semblanza de Juan Luis J. Rospigliosi

Nacio el 24 de junio de 1872, descendiente de una familia italiana cuyos rastros recién se pierden hacia el siglo XIII y del Papa italiano Giulio Rospigliosi –Clemente IX–, Juan Luis J. Rospigliosi y Gómez Sánchez, así como los demás miembros de su familia, llevó, desde el momento del bautismo, una J en el nombre, en homenaje al Santo Padre.

Sus padres fueron Uladislao J. Rospigliosi Bustamante y Manuela Gómez Sánchez de Rospigliosi que contrajeron matrimonio el 25 de enero de 1859, el cual tuvo 5 hijos Evaristo Fidel, José Alberto, María Jesús, Paula Fortunata y el mismo Juan Luis.

Luis estudió derecho en la universidad, aunque nunca lo ejerció, dedicando su vida a la educación de jóvenes y adolescentes.

Casado con Emilia Castro Fecel, 1907 fue un año importante para la vida del educador. Al tiempo que su esposa daba a luz, en Lima, a José Evaristo, el último de los cinco hijos de la pareja (Luis había nacido el 15 de setiembre de 1897; Ricardo, el 11 de setiembre de 1899; César, el 15 de diciembre de 1900 y Alfonso, el 24 de setiembre de 1905), en el lejano país de Inglaterra el teniente general Sir Robert Stephenson Smith Baden-Powell, Lord of Gilwell, fundaba el movimiento scout, método educativo basado en valores como el cooperativismo y el compañerismo. Aunque todavía Rospigliosi no lo sabía, su vida estaba por cambiar.

Siendo director del Colegio Inglés de Barranco, llegó a sus oídos la fama del escultismo. Desde ese momento, quedó prendado de los valores de la organización, y el 25 de mayo de 1911, el entonces Ministerio de Instrucción Pública reconoció y registró al primer grupo de Scouts del Perú. Entonces, el señor Rospigliosi decidió hacer el primer viaje de la organización: junto con uno de sus sobrinos y sus cuatro hijos, se fue a Chile en un carguero, donde durmió en la cubierta del barco. Desde entonces adoptaría el lema 'siempre listos', que trasmitiría a las generaciones futuras. A los scouts dedicó su don de gentes, inculcando en los futuros profesionales de siglo XX los valores de la voluntad, el amor fraterno y el espíritu de servicio, mientras se les acercaba echando mano de toda su experiencia en educación: fue un extraordinario tutor que, aunque podía dialogar abiertamente, comprender y aconsejar, también sabía reprender y corregir severamente.

A pesar de que el señor Juan Luis J. Rospigliosi y Gómez Sánchez nunca vio cumplida su ilusión de ver a sus muchachos en un jamboree internacional, murió con el consuelo de que el amor por el escultismo había sido muy bien introducido por él en la sociedad peruana: los religiosos del colegio La Recoleta tomaron la dirección del movimiento, en la que fue la segunda etapa de la conformación de los Scouts. Falleció el 24 de julio de 1935

(Face:Antonio Toribio Arana Basto)

HISTORIA DE LOS BOYS SCOUT en el PERÚ. Por Juan José Pacheco

El 25 de mayo de 1911, en una casa ubicada en la avenida Pedro de Osma en el distrito de Barranco se inició la historia de los Boys Scout en el Perú.

Juan Luis Rospigliosi (1854-1935) director del English School de Barranco, fue el fundador del escultismo en el Perú.

Al igual que Sir Baden Powell, creador del movimiento Scout en Inglaterra, Rospigliosi inició la primera brigada Scout con sus hijos y sobrinos organizando las primeras expediciones y campamentos de aprendizaje.

Adoptaron el uniforme de los Scout, la pañoleta y sombrero de ala ancha. Organizaron excursiones a las playas de Ancón, la Herradura, a los cerros de El Agustino, la pampa de Amancaes y la isla San Lorenzo. También visitaron algunos sitios arqueológicos.

En estas salidas pusieron en práctica los conocimientos de los Scouts. Aprendieron a explorar y transitar por terrenos inhóspitos y a sobrevivir en medio de la naturaleza todo esto dentro de una preparación casi militar.

Cada pelotón estaba conformado por patrullas de 9 niños. Además tenían un jefe general e instructores.

La segunda brigada scout se estableció en el Callao en 1913, bajo la dirección de Alberto Secada. Posteriormente en el Callao se formaron varias brigadas más. Una de las más importantes estuvo a cargo de Andrés Zúñiga en el "Instituto Chalaco". Las brigadas del Callao crecieron con gran rapidez, hacia 1917 ya tenían 160 scouts y 300 socios.

El movimiento se expandió rápidamente en provincias. Para 1916 ya se había fundado brigadas en Arequipa, Huamachuco, Tayabamba, Paita, Cuzco, Puno, Chincha y el Callao. En Chiclayo las brigadas fueron organizadas por el colegio nacional de San José.

El 1 de abril de 1915 se conformó un importante grupo de Boys Scouts, el nº 3 del Colegio Alemán, que estaba integrado por 180 exploradores, 1 brigadier, 2 tenientes, 11 sargentos y 11 cabos.

Otro grupo destacado fue la de los Exploradores peruanos Lima Nº 13. Brigada fundada el 23 de abril de 1917. Dirigida por el capitán del ejército Teófilo Bellido, tenía 110 socios inscritos.

En 1917 las brigadas del Colegio Alemán y del English School de Barranco viajaron a la ciudad de La Paz (Bolivia) en su primera excursión internacional. Aquí fueron recibidos con grandes honores por la población.

Entre las brigadas de Boys Scouts comenzó a vivirse un espíritu de competencia. Cada grupo se esforzaba por sobresalir y ser mejor que los demás. Esta competencia hizo que los boys scouts de Lima organizaran arriesgados ejercicios y exhibiciones de destreza física. Un ejemplo de esto fue la Brigada "Enrique Delhorne" una de las mejor organizadas, que llegó a adquirir un terreno en la avenida Miramar para levantar su propio campo de entrenamiento.

La labor de los Boys Scout fue muy elogiada por la prensa y la opinión pública, pues mostraba un movimiento benéfico que cultivaba valentía, honradez, cortesía y responsabilidad en los jóvenes. Uno de los grandes aliados de este movimiento juvenil fue la Iglesia Católica. Desde su formación varias brigadas recibieron el apoyo de las parroquias para la organización de los grupos scouts y sus estandartes eran bendecidos durante la misa.

La importancia del movimiento scout

Fomentar el patriotismo y preparar a los jóvenes para la acción e incluso para un conflicto bélico, estos fueron algunos de los elementos que favorecieron la rápida difusión del movimiento scout en el Perú.

Lo más notable del escultismo peruano es la rapidez de su crecimiento. En 1907 Sir Baden Powell había fundado el movimiento. En 1909 visitó Brasil, Uruguay, Argentina y Chile donde ya se habían formado varios grupos scouts y en 1911 se formó la primera brigada scout del Perú en Barranco.

En un artículo de 1916 se elogiaba a este movimiento de la siguiente manera:
"Era necesaria la implantación entre nosotros del scoutismo, á fin de que nuestros niños se vayan acostumbrando á la disciplina severa y á la obediencia, y los padres á verlos en ejercicios varoniles y á apreciar los beneficios que éstos les reportan y pierdan ese miedo necio y femenino que los hace involuntariamente ser ellos, los padres, los que debían precisamente obligar á sus hijos á servir á la patria, los que, por exceso de cariño, ó porque á ellos no les enseñaron ni les exigieron cumplir, retienen á sus hijos, les apañan y les fomentan que vergonzosa y cobardemente burlen la ley de servicio (militar) obligatorio y defrauden las esperanzas de la patria de contar con ciudadanos que sepan defenderla y hacerla respetar". (Revista Variedades 1916)

 

En 1935 falleció Juan Luis Rospigliosi, para ese momento el movimiento scout en el Perú se había diversificado y convertido en una importante institución juvenil, que fue reconocida en 1922 como fundadora del escultismo mundial.

 

Un siglo después, los ideales de este grupo siguen intactos: hacer la buena acción diaria es su lema y servir a los demás. Todo un ejemplo para la juventud de otras épocas y las actuales.

 

En 1916 se fundó la compañía de Girls Scout bajo la jefatura de Elsa Hansen Daranyi. En 1917 Rosa Gaige fundó la brigada de niñas exploradoras. Pronto las brigadas de chicas se expandirían por todo el Perú.

http://historiadordelperu.blogspot.com/2011/06/los-primeros-boys-scouts-peruanos-1911.html

 

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sábado, 22 de mayo de 2021

EL PAPA APRUEBA EL MARTIRIO DE LA HERMANA AGUSTINA RIVAS

EL PAPA APRUEBA EL MARTIRIO DE LA HERMANA AGUSTINA RIVAS

José Antonio Benito

En la mañana de este sábado 22 de mayo de 2021, el Santo Padre Francisco ha recibido en audiencia a Su Eminencia Reverendísimo el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en el marco de la cual el Papa autorizó a la misma Congregación a promulgar el decreto relativos a: " el martirio de la Sierva de Dios María Agostina Rivas López, conocida como Aguchita (en el siglo: Antonia Luzmila), religiosa profesa de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor; nacido en Coracora (Perú) el 13 de junio de 1920 y asesinado, por odio a la Fe, en La Florida (Perú) el 27 de septiembre de 1990" https://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2021/05/22/0319/00705.html.

El vicariato de San Ramón, donde vivió la última etapa de su vida y donde recibió la palma del martirio, al igual que todo el Perú y toda la Iglesia se alegra con tan gozosa proclamación.

Me comenta el P. Alfonso Tapia, misionero burgalés presente en el Vicariato y que está ultimando la biografía de la próxima beata, que la Hermana Aguchita vivió su día a día en martirio permanente, en olvido de sí, haciendo siempre la vida agradable a los demás. De hecho, ella solía decir "Reconozco que dar la vida por el hermano requiere haber vivido previamente, día a día, hora a hora, el carisma de la Congregación, de la misericordia del Buen Pastor. Momentos como el martirio, no se improvisan… "El buen Pastor da la vida por sus ovejas".

Nació el 13 de junio de 1920 en Coracora, provincia de Parinacochas, Ayacucho. Sus padres fueron Dámaso Rivas y Modesta López, quienes tuvieron en total 11 hijos, todos nacidos en Ayacucho. Es en este hogar ayacuchano donde interioriza el valor de la justicia solidaria y aprende las virtudes cristianas, junto a sus diez hermanos.

Vino a Lima en 1938 y en 1942, el 8 de febrero, hace su primera profesión en la Congregación del Buen Pastor. Desde entonces, vivió con fidelidad inquebrantable su compromiso con la Persona y la misión de Jesús Buen Pastor. Vivenció plenamente el carisma de misericordia en su vida comunitaria y apostólica. Transcurre gran parte de su vida en la casa de Barrios Altos. Allí trabajó especialmente en la lavandería y alternaba con el personal y las jóvenes internas.

De 1970 a 1975 acompañó a las Hermanas Contemplativas. Agustina fue para ellas una excelente y abnegada enfermera, un apoyo, un recurso frecuente y fraterno. Luego, en su contacto con jóvenes y niñas en el apostolado, se dio con su habitual abnegación; ellas como todas las personas que compartieron con ella, la encontraron sencilla, alegre y llena de bondad.

En 1986 forma parte de la comunidad del Noviciado. Su testimonio de vida fue un factor importante en la formación de las jóvenes. En 1987 se ofreció para vivir en la comunidad misionera de La Florida (Vicariato de San Ramón).

La Congregación había asumido allí desde hacía 11 años un Proyecto de Promoción de la Mujer dirigido a la joven y mujer campesinas y de las zonas nativas, las más pobres del valle, en talleres textiles, repostería y cocina. Estaba comprometida con la defensa de la tribu amazónica asháninka, diezmada a principios del siglo XX por la explotación del caucho y la destrucción de su bosque, así como por la enfermedad y la esclavitud. De acuerdo con la Comisión de la Verdad y Reconciliación, el 10% de la población asháninka fue asesinada por Sendero Luminoso y unos 10,000 se vieron obligados a desplazarse. Muchos asháninkas, además, padecieron trabajos forzados en campos de concentración de Sendero Luminoso.

La última etapa de su vida, la que puso en evidencia toda su riqueza personal y su opción por los pobres, fue harto difícil. La situación fue tornándose muy difícil debido a la presencia de grupos subversivos en el valle de Yurinaqui. Permanecer allí era para la Congregación un fuerte desafío, con dos alternativas: o abandonar el rebaño, o ponerse en riesgo constante de "dar la vida" por Él. Las hermanas optaron por lo segundo. Aguchita, pese a su salud quebrantada, siguió fiel a su opción, en absoluta coherencia.

Hasta que el 27 de setiembre de 1990 el Buen Pastor le hizo su último llamado, le dio el privilegio de ofrendar su vida, junto al rebaño. Fue asesinada por Sendero Luminoso, junto a 6 personas del lugar. La Hermana Aguchita (diminutivo cariñoso con el que se la conocía) desarrolló el programa de Catequesis Familiar en todo tiempo y lugar. Era muy querida pues tenía el don de convocar a niños y grandes. A su lado, los pequeños aprendían a rezar, tejer, hacer el pan y cuidar las plantas y los animalitos. Precisamente cuando la columna senderista la llamó para ser ejecutada se encontraba enseñando a las niñas a preparar caramelos toffees. Fue un 27 de septiembre de 1990. Contaba con 70 años. Los cargos que le inculparon los terroristas fueron "por hablar de la paz y no hacer nada, por estar trabajando con los asháninkas, por estar organizando, por distribuir alimentos...".

Aquel día la hermana Agustina se encontraba reunida con un grupo de jóvenes, una integrante de "Sendero luminoso" la vio mientras ella buscaba unos limones, ella la obligó a presentarse ante el jefe del movimiento armado. Después de que el jefe terminó de hablar, leyó una lista de las personas que serían ejecutadas, entre las que mencionó a la hermana Luisa, de la congregación del Buen Pastor. En vista de que ella no estaba le dijeron a Agustina: "Tú pagarás por ella". Junto con ella se encontraba: Juan Pérez Escalante, Luis Pérez Marín, Pedro Pizarro, Efigenia Marín de Pérez.

Al día siguiente fueron enterrados, pero el cuerpo de la hermana sería trasladado a la Merced por orden del juez. Allí la Congregación del buen Pastor celebró sus exequias el 6 de octubre del mismo año donde estuvieron presentes varias religiosas y varios sacerdotes, entre ellos su hermano Cesar. Ante su testimonio se dijo de ella: "Aguchita, ayúdanos a tomar conciencia del alcance de nuestra entrega, hasta la muerte. Tú moriste por causa de un compromiso que asumimos: el de estar al lado de los más pobres y oprimidos. Tu testimonio nos hace pensar en la situación de América Latina. Construir el Reino de Dios y su justicia en el mundo, defender la vida es nuestra misión. Aguchita ahora estás resucitada con Cristo y vives para siempre. Ruega por nosotros, por los jóvenes, por las vocaciones, por la Congregación, por el pueblo oprimido del tercer mundo".

Monseñor Julio Ojeda, Vicario Apostólico de San Ramón, dirá en la homilía de su funeral: "Ella en su larga y callada vida fue asimilando profundamente la espiritualidad del Buen Pastor. Supo amar a todos y en su sencillez lo fue demostrando en los pequeños detalles del vivir cotidiano, hasta que el Señor considerándola ya madura, le pidió el obsequio de su misma vida, ofreciéndola cruentamente, como signo de que era capaz de amar hasta el extremo".

Tenemos en ella una santa mártir. Aguchita nos mostró el Evangelio durante su vida, a partir de su muerte nos sigue evangelizando con la fuerza radical de las bienaventuranzas. Precisamente en estos momentos tan convulsos para el Perú, le pedimos nos ayude a entender lo que significa ser artesanos de paz con justicia en nuestra nación y en el mundo.  Le pedimos que nos ayude a amar hasta que duela, hasta el extremo, hasta dar la vida.

Cada 27 de septiembre se ha venido conmemorando el aniversario de su martirio. Sus restos mortales fueron llevados justamente al lugar del martirio donde reciben constantemente la visita de los fieles que rezan por su pronta beatificación y se encomiendan a sus oraciones. De igual manera, han vuelto las Hermanas del Buen Pastor retomando la benéfica acción pastoral pasada en tiempos de Aguchita.

Como escribió el P. Daniel Córdoba, o.f.m. "Agustina, mártir, no defendió su vida sino su causa: la fidelidad al Dios de la vida y al hermano. Esta causa sólo se defiende muriendo, perdiéndose"

Seguimos encomendándonos con la oración aprobada para pedir por su beatificación:

Señor Jesús, Buen Pastor, Tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre y concediste a la Sierva de Dios María Agustina Rivas López – Aguchita, la gracia del pastoreo ejemplar al servicio de la Iglesia, en la caridad con los más necesitados y en el cuidado de la Creación, expresado en la entrega de su vida. Te pido humildemente, para Tu mayor gloria, me concedas, por intercesión de Aguchita, la gracia de …".

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viernes, 21 de mayo de 2021

MANUEL PÉREZ DE TUDELA Y VÍLCHEZ (1774 -1863), REDACTOR DEL ACTA DELA INDEPENDENCIA

MANUEL PÉREZ DE TUDELA Y VÍLCHEZ (1774 -1863), REDACTOR DEL ACTA DE LA INDEPENDENCIA

Hijo de José Manuel Pérez de Tudela y Hurtado de Mendoza y María Casilda de Vílchez y Peralta. Radicado en Lima, realizó su formación estudiantil en el Real Colegio de San Ildefonso de los Padres Agustinos. Luego pasó al Convictorio San Carlos en tiempos del célebre rector Toribio Rodríguez de Mendoza. Obtuvo el grado de bachiller en Cánones (1793) en la Universidad de San Marcos, practicando como asesor en derecho en el consultorio jurídico de Manuel Antonio Noriega y asesor del Real Tribunal del Protomedicato de 1808 a1814. Graduado de doctor en Cánones en San Marcos (1811) enseñó en las cátedras de Digesto (1813) e Instituta (1815). Fue asesor del Ayuntamiento (1818) y regidor (1820).

Pero, más allá de estas funciones, hay que destacar la defensa legal de los patriotas encausados como Manuel Ubalde, José Santos Figueroa, Manuel José Rivero y las que según la Dra. M. Guerra fueron sus defensas más importantes, las de los conspiradores patriotas José de la Riva Agüero (1818) y el Conde de la Vega Ren (1821). . Su casa fue algunas veces refugio de prófugos y él mismo se contó entre los más seguros corresponsales del Libertador San Martín. Cuando el Expedición Libertadora del Perú Ejército Libertador preparaba su marcha sobre Lima, redactó una fingida representación que el cabildo habría elevado al virrey José de la Serna (7 de junio de 1821) para solicitarle que negociara la paz, y cuya circulación pública tuvo un decisivo efecto moral.

Ocupada la ciudad por las fuerzas patriotas, fue el responsable de redactar el Acta del pronunciamiento que en favor de la Independencia se suscribió en sesión de Cabildo Abierto (15 de julio de 1821):

"En la ciudad de Los Reyes, el quince de julio de mil ochocientos veintiuno. Reunidos en este Excmo. Ayuntamiento los señores que lo componen, con el Excmo. e Ilmo. Señor Arzobispo de esta santa Iglesia Metropolitana, prelados de los conventos religiosos, títulos de Castilla y varios vecinos de esta Capital, con el objeto de dar cumplimiento a lo prevenido en el oficio del Excmo. Señor General en jefe del ejército Libertador del Perú, Don José de San Martín, el día de ayer, cuyo tenor se ha leído, he impuesto de su contenido reducido a que las personas de conocida probidad, luces y patriotismo que habita en esta Capital, expresen si la opinión general se halla decidida por la Independencia, cuyo voto le sirviese de norte al expresado Sr. General para proceder a la jura de ella. Todos los Sres. concurrentes, por sí y satisfechos, de la opinión de los habitantes de la Capital, dijeron: Que la voluntad general está decidida por la Independencia del Perú de la dominación Española y de cualquiera otra extranjera y que para que se proceda a la sanción por medio del correspondiente juramento, se conteste con copia certificada de esta acta al mismo Excmo. y firmaron los Sres.: El Conde de San Isidro- Bartolomé, Arzobispo de Lima, Francisco Javier de Zárate- El Conde de la Vega de Ren- El Conde de las Lagunas-Toribio Rodríguez-Javier de Luna Pizarro-José de la Riva Agüero-El marqués de Villa fuerte ...".

De ella escribió Vicente Ugarte del Pino que fue el "Acta de la Ciudadanía" ya que "jurídicamente sus suscritores hasta el momento de estampar su autógrafo en la mencionada Acta, no eran otra cosa que `vasallos´ del Rey de España y por el acto realizado en el Ayuntamiento de Lima se convirtieron en `ciudadanos´ de un nuevo país que ya no era ni Inca ni español sino peruano"

Proclamada la independencia, Pérez de Tudela participa en la Sociedad Patriótica que había organizado San Martín con el fin de promover ideales monárquicos; pero allí nuestro personaje rebatió brillantemente a quienes sostenían la idea de un gobierno monárquico para el Perú. También fue productivo miembro del primer Congreso Constituyente del Perú.

Bajo el gobierno protectoral de San Martín fue nombrado fiscal de la Alta Cámara de Justicia y miembro de la Junta Censora de Imprenta. Fue asociado a la Orden del Sol y como miembro de la Sociedad Patriótica, en cuyo seno replicó al alegato monarquista del clérigo José Ignacio Moreno, dejando claramente expresada la adhesión de los patriotas peruanos al sistema republicano.

Elegido diputado por Arequipa al primer Congreso Constituyente (1822). Dicho congreso constituyente fue el que elaboró la primera constitución política del país. Al plantearse luego un conflicto entre el Congreso y el presidente Riva Agüero, por amistad se comprometió a respaldar la posición de éste. Con él abandonó Lima; en Santa aceptó asumir un nominal Ministerio de Hacienda; en Trujillo aprobó la posibilidad de llegar a un entendimiento con los españoles, a base del reconocimiento de la Independencia, lo que motivó que fuera procesado criminalmente en Lima como traidor. Tales relaciones fueron inclinando su posición ideológica fidelista que pretendía la autonomía sin independencia hasta un separatismo definido. De todos modos, su republicanismo fue conservador y cristiano bastante semejante al ideario del venezolano Juan Germán Roscio (1763-1821). Fue la «Memoria en pro de la adopción del sistema republicano, leída en la Sociedad Patriótica de Lima, el 8 de mayo de 1822" la que a juicio de César Pacheco Vélez "la pieza republicana fundamental en la polémica sobre la forma de gobierno". Fernando Altuve resalta su participación en este foro político en el que se instaura la República con la promulgación de la ley de bases de 16 de febrero de 1822; nos comparte un atinado texto del también tribuno y maestro de historia, don Raúl Porras, en el que nos dice que [M. Pérez de Tudela] representa "la antítesis de la hipérbole y el desenfreno retóricos, la elocuencia sin teatralidad y sin gritos, el equilibrio, la reflexión y la prudencia, la moderación del pensamiento y de la conducta".  

Apresado por el general Antonio Gutiérrez de La Fuente (25 de noviembre de 1823), fue desterrado a Chile. Pero logró que se le permitiera presentarse en Lima, y se sumó al mayoritario respaldo que el Congreso dio a la participación de Bolívar en la campaña libertadora del Perú. A su término, fue acreditado como ministro plenipotenciario ante el Congreso de repúblicas americanas reunido en Panamá (18 de mayo de 1826).

Miembro también del Congreso General Constituyente de 1827 por Arequipa, colaboró en la redacción de la segunda constitución política del país. Incorporado luego a la Corte Suprema de Justicia, primero como fiscal (1831) y más tarde como vocal (1840), fue ministro de Hacienda en 1831 y 1832); y ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores durante el segundo mandato de este caudillo (12 de julio al 14 de octubre de 1841), y posteriormente en el accidentado interinato cumplido por el doctor Justo Figuerola (18 de septiembre al 7 de octubre de 1844).

Aún compartió sus labores judiciales con la presidencia de la comisión encargada de preparar el proyecto de Código Civil (25 de noviembre de 1845 al 28 de enero de 1846); pero renunció al sostener una solitaria oposición al matrimonio civil. Obtuvo su jubilación en 1856 y falleció en el pueblo costero de Chorrillos, cerca de Lima. De él dijo Manuel Lorenzo de Vidaurre, en carta dirigida a Bolívar que era «honrado en extremo, de ingenio perspicaz y vivo, e inmensa erudición".

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LA FACULTAD DE TEOLOGÍA EN TIEMPOS DELA INDEPENDENCIA

LA FACULTAD DE TEOLOGÍA EN TIEMPOS DE LA INDEPENDENCIA

   En la actualidad, nos encontramos con tres instituciones claramente diferenciadas: El Seminario de Santo Toribio, la Facultad de Teología y la Universidad San Marcos. Sin embargo, en sus cuatro siglos de historia han vivido etapas en que sus vidas se fundían (¿también se confundían?) e identificaban, no sólo por compartir local -calle san Francisco- sino autoridades, profesores y alumnos. Baste con recordar que don Hernando de Guzmán, primer Rector del Seminario de Santo Toribio, durante tres periodos fue rector de San Marcos. Por tanto, no nos extraña que hace 200 años las tres instituciones recaían en la misma persona: el Dr. P. Ignacio Mier, quien, por la misma razón, fue protagonista de la declaración de Independencia en sendas corporaciones. el responsable máximo

   Desde su fundación en la Universidad de San Marcos el primer puesto del claustro se reservó a la Facultad de Teología. Las otras facultades eran las de Derecho Civil (Leyes), Derecho Canónico (Cánones), Artes y Medicina. Las cátedras más importantes en Teología eran la de Prima o Teología escolástica, la de Sagrada Escritura, Vísperas y Nona. Cátedras de Sagrada Escritura. En la Universidad de San Marcos, la Facultad de Teología contaba con cuatro cátedras: Prima, Sagrada Escritura, Santo Tomás, Vísperas. Los grados eran de bachiller, licenciado, maestro y doctor. El gobierno de la Universidad corría a cargo del claustro, encabezado por el rector, que era elegido por catedráticos y estudiantes, y que estaba asistido por cuatro consejeros o consiliarios (elegidos del mismo modo), más un procurador general, el secretario y el tesorero.

En Lima existían varios colegios universitarios, convictorios o residencias de alumnos en los que se proporcionaba a una minoría selecta -aparte de alojamiento y comida- una formación esmerada tanto en el aspecto académico, como en el humano y espiritual. El más conocido era el "Colegio Real de San Felipe y San Marcos"; estaba también el de "San Martín "que en 1770 se fusiona con el primero y se convierten en el Real Convictorio de San Carlos; en tercer lugar, estaba el de "Santo Toribio". Los estudiantes del seminario que aspiraban al doctorado en Teología, llevaban a cabo sus estudios en la Facultad respectiva de San Marcos. Debían asistir a la apertura, clausura, y todos los actos públicos que se verificasen en la Universidad. Por su parte, los profesores de la Facultad de Teología enseñaban los cursos de esta Facultad en el colegio seminario.

Durante el siglo XVIII la Universidad decayó tanto que llegó decir en 1733 el arzobispo de Lima Francisco Antonio Escandón que era "la cosa más inútil" del Perú, acabando por dejar de asistir los seminaristas. Por esta razón, el arzobispo Diego del Corro introdujo un plan de estudios en el Seminario de acuerdo con su pastoral de 4 de noviembre de 1759 y encargando de su aplicación al rector Agustín de Gorrichátegui. Sin descuidar las humanidades, sobre todo el latín, se exigía se diese más importancia a la Sagrada Escritura, al Derecho Canónico, la Teología Moral.

El universal polígrafo peruano José de la Riva Agüero, buen conocedor de la trayectoria histórica de los centros educativos del Perú, evaluará positivamente su reforma: "En el periodo que media entre la expulsión de los jesuitas (1767) y la reforma del Colegio de San Carlos por Rodríguez de Mendoza, el Seminario de Santo Toribio era el centro de la ilustración de la colonia, el foco de los estudios teológicos y filosóficos".

El humanista peruano L.A. Eguiguren, uno de los mejores conocedores de la universidad sanmarquina enfatiza su rol en el proceso emancipador, gracias a su ubicación en Lima, capital del virreinato peruano:

"Las familias más distinguidas, de todos los ámbitos de América, envían a sus hijos a estudiar en San Marcos o en los colegios más renombrados de entonces: en el Real de San Martín, en el de San Felipe y San Marcos, en el de santo Toribio, en el de San Carlos, todos vinculados a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Fue Lima, por tal razón, la capital de la inteligencia de la Colonia. Cuando la Independencia crea la República, en Lima, trabaja activamente la generación de los próceres que formó su espíritu en san Fernando y san Carlos, hijos predilectos de la Universidad de San Marcos"

Al final del virreinato y comienzos de la emancipación, el arzobispo De las Heras establece un nuevo plan poniendo "un Maestro de Latinidad y Retórica, dos catedráticos de Filosofía que deben enseñar también la historia de esta facultad y la Álgebra y Geometría tan descuidados antes, que esta es la primera vez que se oyen en los ángulos del Colegio; otros tres de Teología Dogmático-Escolástica, Expositiva y moral con otro de Cánones y Disciplina Eclesiástica".

La historiadora Águeda Rodríguez Cruz escribirá con acierto que "cuando llegó el momento de la gesta libertadora, la Universidad de Lima tenía preparados a sus dirigentes intelectuales y luego a los estadistas de la República, donde bebieron los principios del respeto a la persona humana, de la libertad en su auténtico sentido, de la verdadera democracia, de lo que Salamanca fue siempre maestra.

Al frente de la Universidad, como rector (l-VII-1819 a 30-VI-1822), así como del decanato de la Facultad de Teología y del propio Seminario Santo Toribio – de 1814 a 1831- se encontraba un gran clérigo, el limeño Ignacio Mier, quien había cursado sus estudios en el propio Seminario, y que se graduó como Licenciado y Doctor en Teología (2-IV-1781) en la Universidad Mayor de San Marcos, donde se desempeñó como catedrático de Prima de Sagrada Escritura. Ejerció su ministerio sacerdotal en el cuarto de Pomabamba (1789-1799), de donde pasó al cabildo metropolitano de Lima, en calidad de canónigo teologal (24-IX-1799); luego fue designado juez hacedor de diezmos (1811), y sucesivamente promovido a las dignidades de maestrescuela (24-IX-1812), chantre (17-111-1813), arcediano (30-1-1814) y deán (9-XH-1824). Por su informe rectoral de 1817, sabemos que los maestros y colegiales eran entonces 62 y los sirvientes 8.

Y aunque sus deberes lo indujeron a establecer un trato amistoso con el virrey, como lo demostró aun después de que éste fuera depuesto en Aznapuquio (29-1-1821), al hacerle frecuentes visitas en su forzado retiro de Magdalena; lo cierto es que ya profesaba el clérigo una decidida adhesión a la causa libertadora. De hecho, fue uno de los firmantes del acta de la independencia (15-VII-1821) en el cabildo de Lima; y, en su calidad de rector, presidió a los miembros del claustro en la sesión durante la cual fue jurada la independencia (30-VII-1821), no sólo de España sino "de cualquiera otra nación extranjera". La declaración de independencia también llegaría a las aulas sanmarquinas proclamándosela un 30 de julio de 1821, siendo Rector el Dr. Ignacio Mier, quien a su vez era Decano de la Facultad de Teología (1814-1831) y Rector del Seminario de Santo Toribio. He aquí las palabras con que el Dr. Mier invitaba a los colegas del Claustro a prestar el juramento de fidelidad a la patria:

"Me parecería, dijo, hacer agravio a la distinguida penetración y luces de que abundan todos los individuos que componen este Cuerpo, si tomase el empeño de manifestar todas las ventajas que han de resultar a la América en su gobierno independiente de la nación española y de cualquier otra nación extranjera, no sólo en las artes y comercio, sino también en las ciencias, pues libres ya los sabios de que abunda este nuestro suelo de incurrir en la indignación de un gobierno indiscreto y opresor que los obligaba a sofocar aun la idea de lo que son, podrán desplegar toda la sublimidad de sus luces y conocimiento para explicar y defender la alta dignidad de hombres libres, con una libertad sujeta siempre a las leyes y preceptos de nuestra Santa Religión".

Lo mismo hará en el Seminario. El 30 de julio de 1821, profesores y alumnos prestan, juntamente con el clero diocesano, el juramento de sostener y defender la independencia del Perú y el arzobispo de Las Heras remite el testimonio de lo hecho al Protector San Martín. Tal gesto será correspondido por el Congreso Constituyente del Perú al decretar becas de estudio para facilitar a la «juventud estudiosa, escasa de facultades, los medios de hacer su carrera en la ilustre profesión del foro» (Lima15 de febrero de 1855).

Foto: Salón de Grados. Casona de San Marcos


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jueves, 20 de mayo de 2021

SAN JOSÉ,PATRONO DEL PERÚ. https://www.facebook.com/arzobispadodelima/videos/305076627905479/


 

José Antonio Benito, historiador

(Guión para la grabación del Arzobispado de Lima) https://www.facebook.com/arzobispadodelima/videos/305076627905479/

El 19 de marzo del 2021, además de recordarnos que es la fiesta de san José, el presente año viene regalón pues marca el inicio del Año de la Familia en simultáneo con el Año de San José (del pasado 8 de diciembre del 2020 al 8 de diciembre del 2021), en el quinto aniversario de la Exhortación apostólica post sinodal Amoris Laetitia y que concluirá el 26 de junio de 2022 con ocasión del X Encuentro Mundial de las Familias que se realizará en Roma. Vivimos en el Perú los fastos del Bicentenario de la Independencia que entre tantas iniciativas por parte de la naciente república no fue la menor la declaración de san José como patrono del Perú. Les invito a respirar un poquito ante tanta densidad conmemorativa, haciendo una singular peregrinación josefina por nuestra ciudad de Lima.

1.   Podemos comenzar por un emblemático museo como el MALI en el que podremos contemplar  bellísimos lienzos de la vida cotidiana del virreinato transfigurada por la recreación que se hace de pasajes de la vida de san José y la Sagrada Familia.

  1. Catedral de Lima: Recordemos que ya en 1560, el primer Arzobispo de Lima, Fray Jerónimo de Loayza, erigió el 3 de noviembre del mismo año la Hermandad del Señor San José, la que se vio crecer en poco tiempo debido al ingreso entre sus cofrades de los aserraderos, carpinteros y alarifes, haciéndose al mismo tiempo eje del gremio que los habría de representar. Esta Cofradía alcanzo a tener una capilla en la antigua Iglesia Mayor de Lima y cuando se construyó la Catedral, adquirió su propia capilla en 1618, la cual fue debidamente ornamentada con los motivos artísticos y simbólicos de la época, pare evidenciar mejor la devoción de los cofrades, quienes costeaban la solemne fiesta del Santo en la Catedral, celebrada con Vísperas, Tercia.

 

  1. Concilio Limense: A tal punto llegaba por entonces la devoción a nuestro Santo, que cuando el Concilio Provincial de Lima del año de 1583 fijó los días de guardar sin considerar la festividad del Señor San José, los socios de su Cofradía pidieron al Sínodo Diocesano de 1592, presidido por el Arzobispo Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, fuese de guardar dicha fiesta, éste dispuso:·"habiéndosenos pedido en este presente Sínodo por parte de los cofrades de la Cofradía de San José de esta ciudad, se guardase la fiesta de dicho Santo: habiéndolo conferido y tratado con el clero y pueblo que estaba presente, mandamos guardar la dicha fiesta de San José en esta ciudad". El culto a San José no se limitaba al día central, sino que se extendía a los días 19 de cada mes, en el cual se decía la Misa propia del Señor San José, benignamente concedida por S.S. Clemente XIII el 16 de diciembre de 1760 a petición del XIV Arzobispo, el limo. Sr. Diego del Corro, exceptuando los Domingos o al‑tuna otra fiesta de mayor clase. Además, cabe recordar que el tercer Domingo de Pascua había rezo particular del Patrocinio de San José. Este tipo de culto permanecía vigente aun en 1862.
  2. Monasterio de las Descalzas de San José. Bajo el gobierno de Santo Toribio se fundó el 19 de marzo de 1603 el Monasterio de las Descalzas de San José, San José de Surco, Patrocinio Descalzas de San José. Mariano Ferrel. 1754
  3. Nicolás Ayllón. Entre tantos detalles de devoción a san José quiero compartirles que el célebre Nicolás Ayllón (1632- 1667) descendiente de caciques mochicas Puycón de Chiclayo, sastre de profesión, casado con María Jacinta Montoya, con la que compró una finca que convirtió en la casa de Jesús, María y José, para acoger y educar a las jóvenes abandonadas, como  iniciativa a la gran devoción de Nicolás por san José, a quien sentía como modelo de obreros, como él lo era en el rubro textil "a imitación del glorioso Padre San José, en la solicitud de sustentar su sagrada familia con el oficio de carpintero; y así le impuso a su casa el nombre de Jesús, María y José por la mira de tan soberano ejemplar".
  4. Templo carmelita de san José en el distrito de Jesús María. Y podemos recordar la abundante toponimia: Barranco, en Puno, Azángaro un pueblo se llama San José y así hay otros 83 pueblos con el nombre de San José. El Papa Pio El por la bula: "In Cathólica Orbi", del 13 de julio de 1945 creó la Prefectura Apostólica de San José de la Amazonas. Los signos de esta devoción de San José, Patrono del Perú es palpable por la difusión y culto en toda nuestra patria: actualmente existe 34 parroquias, dos capillas,23 centros educativos,5 seminarios, 7 monasterios, y 19 Congregaciones entre religiosos y religiosas que llevan el nombre de San José y muchas instituciones de obras sociales y benéficos que llevan el mismo nombre.

7.   Congreso de la República. Patrono del Perú. Así nos lo recuerda Jorge Basadre en su clásica obra La Historia de la República en su primer tomo, en el capítulo acerca de las relaciones Iglesia-Estado, en el que da cuenta de cómo el Congreso Constituyente de 1828, restituye la fiesta del Santo Patriarca en el calendario de fiestas de guardar y lo elige como Patrono de la República. El 14 de marzo, en el tercer ´Considerando', precisó "que los peruanos profesan particular devoción al glorioso San José, y que así en todas las Iglesias de la República se celebra su conmemoración un día de cada mes y que todos los peruanos profesan particular devoción al glorioso San José, y por eso "el Congreso elige y toma por patrono de la República al glorioso San José, y la pone bajo su especial patrocinio. Su fiesta principal será de tabla con asistencia de las corporaciones, en todas las catedrales y matrices".El Padre Armando Nieto en el Simposio Internacional sobre San José del pasado mes de agosto del 2002, coincidían circunstancias bien curiosas: como presidente del congreso fungía Francisco Javier de Luna Pizarro, más adelante (1845-1855) Arzobispo de Lima, Lima no tenía arzobispo (sólo en 1834 sería promovido Monseñor Jorge Benavente), la arquidiócesis estaba regida por el Deán Francisco Javier Echagüe que fungía como vicario y gobernador eclesiástico de la arquidiócesis, no había ningún representante del Vaticano ni Nuncio Apostólico, el presidente de la República era el general José de la Mar y el Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores que refrendó el decreto josefino fue el destacado liberal y masón Francisco Javier Mariátegui; como diputados secretarios Gregorio Cartagena y Nicolás de Piérola. Este hecho y otras múltiples manifestaciones de una secular devoción a San José, manifestado en cofradías, decretos conciliares y sinodales, su presencia en la toponimia y numerosos patronazgos de la patria, capillas, centros educativos, seminarios, monasterios, congregaciones, instituciones de obras sociales y benéficas, llevó a los Obispos de la Asamblea Episcopal a solicitar al Romano Pontífice en 1957 que ``confirmase la elección del Celestial Patriarca como Patrono de la República Peruana", a la cual el Santo Padre Pío XII accedió emitiendo el 19 de Marzo del mismo año el Breve Apostólico con el cual declaró al "Patriarca San José, Esposo de la Virgen María, principal Patrono ante Dios de la Nación Peruana, con todos los honores y privilegios litúrgicos que corresponden a los Patronos de los lugares".

Concluyo con un breve, pero enjundioso artículo de Monseñor José Dammert Bellido en el que agradece el gesto del Papa hacia el Perú y que nos da la clave para renovar este compromiso justo con este motivo del Bicentenario patrio:

"La confirmación oficial de la Santa Sede obliga más a todos los peruanos a continuar la tradicional devoción al glorioso Señor San José y a solicitar por su intercesión las gracias necesarias para el progreso espiritual del Perú, conformidad a las intenciones de los fundadores de la Independencia que suscriben el decreto de 1828, Luna Pizarro, primer Presidente del Congreso Constituyente de 1822 y más tarde Arzobispo de Lima, La Mar, vencedor en Ayacucho, y Mariátegui que sirvió a la República como diputado, ministro y finalmente austero magistrado de la Corte Suprema de Justicia. Para esos ilustres patriotas el destino de la República Peruana no podía estar separado de los principios que norman nuestra Santa Religión".

 

Culmino de la mano del Papa Francisco que acaba de brindarnos siete nueve invocaciones para las letanías a San José: Custodio del Redentor, Servidor de Cristo, Ministro de salud, Apoyo en las dificultades, Protector de los exiliados, Patrón de los afligidos, Padre de los pobres, bendice a nuestro Perú. 

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