jueves, 28 de julio de 2022

Te Deum Fiestas Patrias Perú, 2022: Homilía del Arzobispo Mons. Carlos Castillo.

https://www.arzobispadodelima.org/2022/07/28/fiestas-patrias-2022-homilia-del-arzobispo-de-lima-en-misa-y-te-deum/

https://www.youtube.com/watch?v=_cG4DCmCcWc&t=2206s

 

Homilía 28 de julio 2022

 

Hermanos y hermanas,

Venimos a orar dando gracias a nuestro Padre por la Independencia y pidiéndole su ayuda en la profunda crisis que vivimos.

 

María servidora genera a Jesús servidor: Luz en la tiniebla

 

Meditemos esta Palabra del evangelio. Conmueve el gesto de María que se levanta para ir de prisa a ayudar a la anciana Isabel en el parto. Similar al samaritano cercano al herido en el camino, María, multiplica cuidados de servicio a Isabel durante tres meses.  La "llena de gracia", madre del rey, sirve y ayuda.

 

¡Cuántas veces en estos durísimos años, hemos recibido estos gestos de amor generoso de tantos samaritanos y Marías! Hoy somos los sobrevivientes de la tragedia y no podemos olvidar a la amplísima comunidad de peruanos y peruanas que arriesgaron sus vidas para salvar la nuestra. Sólo podremos corresponderles con nuestra vida donada. Se asoma así el nuevo proyecto nacional de la vida peruana regenerada por la generosidad servidora, lejana de toda ambición estrecha.  

 

La Palabra escuchada es para vivirla y renovarnos en la actualidad y ser "fieles" como "pueblo fiel de Dios". Aparece aquí este detalle: Isabel bendice a María y se pregunta: "¿Cómo es que la madre de mi Señor viene a mí?", en palabras modernas "¿Cuándo se ha visto que la madre del gobernante venga a ponerse al servicio de una anciana pobre y parturienta?".

 

He aquí la gran novedad, el Dios de nuestra fe llega a nuestra historia como servidor que da alegría, a través de la madre servidora, en cuyo seno está el Rey que será servidor. La alegría es por la novedad del abajamiento de los gobernantes que abre la era del servicio a los humildes y entre los humildes, prometida desde antiguo.

 

Con ello se inaugura la era de la rectificación definitiva del falso orden inventado por poderes tiranos, ideologías y religiones encubridoras que endiosaban al gobernante para que dominara sin medida al pueblo sencillo, cuando debía defenderlo porque provenía de allí. En cambio, en esta visita desborda el servicio, que inspirará al gobernante, y aprenderá a actuar en forma justa, prístina, efectiva, y creíble. Solo así el pueblo verá la "luz grande" en medio de la oscuridad.

 

Hace 200 años: el difícil inicio de la República

 

No estamos lejos de esta novedad en el Perú de hoy. Jorge Basadre dice que, en estos mismos días de 1822, comienza realmente nuestra República, porque una cosa había sido proclamarla y otra realizarla. En efecto, a un año de la proclamación de la independencia, es decir hace 200 años, similares dificultades que hoy vivimos desafiaban también nuestro despegue como república:

 

-Ayer: caudillismos, ambiciones particulares, ambigüedades, tibiezas y complicidades con el colonialismo, traiciones, apetitos de poder, corrupción, nostalgias aristócratas.

 

-Hoy: -instituciones públicas deficientes y corroídas ante las necesidades de seguridad, salud, trabajo, educación de calidad, equilibrio ecológico, organización autónoma solidaria, desarrollo de poblaciones originarias, y otras demandas de nuestro pueblo;

-enorme crisis política con fondo viral de corrupción y encubrimiento al servicio de intereses particulares.

-indiferencia, individualismos, intereses de grupo, mafias.

 

La actitud fundadora: el desprendimiento de San Martin

 

Recordemos por eso las valerosas actitudes humanas y cristianas que nos generaron para nacer como nación. Decía Jorge Basadre: "Es el nuestro un estado concebido primero como un bello ideal y llevado luego penosamente a la realidad"[1]. Quiso decir "penosamente" debido quizás a la nobleza humana de los que renunciaron a sí mismos para que el bello ideal se realizara.

 

En efecto, hace 200 años exactos, el 28 o 29 de julio de 1822 no hubo Te Deum en esta Catedral. Peligraba la futura República y don José de San Martín, fue presuroso a Guayaquil el 26 y 27 de julio de 1822 a encontrar a Simón Bolívar, emancipador norteño de América Latina. Conversaron de la terminación de la guerra emancipadora y de nuestro futuro como Estado.

 

Apreciemos aquí la actitud fundamental que abrió el camino republicano. Con la sensibilidad del Samaritano y de María, San Martín, preocupado por el alto costo de sufrimiento humano que implicaba la prolongación de la guerra pidió ayuda a Bolívar. Pero lo hizo con humildad y responsabilidad sin igual:  le pidió ponerse a sus órdenes, sin afán de protagonismo personal. Bolívar no asintió a esta propuesta, le parecía poco delicado poner a San Martin bajo su mando y dudaba que el Congreso Colombiano le diera permiso.

 

Ante esto don José comprendió que para lograr el bien común del Perú había que hacer un acto adecuado y justo de desprendimiento que permitiera una acción efectiva que culminase la guerra. Por ello decidió algo más hondo todavía, retirarse para dejar paso a quien tenía las fuerzas preparadas para que no retrocediera el proceso libertario y republicano.

 

En su carta a Bolívar -29/08/1822- San Martín le manifiesta: "estoy íntimamente convencido, que sea cuales fueren las vicisitudes de la presente guerra, la independencia de América es irrevocable; pero también lo estoy, de que su prolongación causará la ruina de sus pueblos, y es un deber sagrado para los hombres a quienes están confiados sus destinos, evitar la continuación de tamaños males. En fin, general; mi partido está irrevocablemente tomado. Para el 20 del mes entrante he convocado al primer congreso del Perú, y al día siguiente de su instalación me embarcaré para Chile, convencido de que mi presencia es el solo obstáculo que le impide a usted venir al Perú con el ejército de su mando. Para mí hubiese sido el colmo de la felicidad terminar la guerra de la independencia bajo las órdenes de un general a quien la América debe su libertad. El destino lo dispone de otro modo, y es preciso conformarse. No dudando que después de mi salida del Perú, el gobierno que se establezca reclamará la activa cooperación de Colombia, y que usted no podrá negarse a tan justa exigencia, remitiré a usted una nota de todos los jefes cuya conducta militar y privada puede ser a usted de alguna utilidad su conocimiento"[2].

Aquí sentimos una viva espiritualidad que coincide con la del evangelio de esta misa. Apreciando este gesto y actitud desprendida de San Martín, consideremos pues: ¿acaso no es también urgente hoy? ¿acaso no extrañamos la presencia de esa generosidad y desprendimiento en toda la dirección nacional, en cualquiera de sus niveles, y especialmente en la esfera política y pública? ¿acaso no falta cultivarla en la vida social, económica, cultural, educativa e incluso religiosa de todo responsable institucional?; ¿Pero dónde encontramos la generosidad en el Perú de hoy? Pues la apreciamos clarísima en la actitud de las personas y organizaciones solidarias que operan permanentemente con absoluta generosidad y desprendimiento, como el caso emblemático de la "red de mujeres de las ollas comunes" y muchísimas otras.

Pero falta en quienes dirigen desde zonas de poder de cualquier tipo. La espiritualidad contraria a esta fe de los peruanos es el egoísmo individualista o de grupo. Es el espíritu de elite separada, o que pretende separarse y servirse de su llegada a ese espacio. Ese es el flagelo que nos corroe, y donde pervive la corrupción. En contraposición la espiritualidad del desprendimiento es la que intentamos, especialmente ahora, vivir en la iglesia en favor del Perú, aunque debemos pedir perdón de que el aire de la indiferencia y de la corrupción también nos ha llegado, como recordó Papa Francisco en su visita al Perú[3].

José de San Martin tomó el camino de la fe. Abnegado y desprendido, contribuyó a nuestra independencia, dejando el Perú en las buenas manos estratégicas de Bolívar, y en buenas manos institucionales, con un competente Congreso Constituyente, que promovió a los más valiosos peruanos y reunido por fin, "el 20 de setiembre de 1822, a las 10 a.m., en el Palacio de Gobierno" y "Desde allí se dirigieron a la catedral a solicitar la asistencia divina, mediante la misa votiva del Espíritu Santo que celebró el deán gobernador eclesiástico del Arzobispado de Lima[4]. Por ello la misa y Te Deum que debió celebrarse en 29 de julio, se celebró el 20 de septiembre de 1822.

Así, la república fue, desde el comienzo un largo y progresivo proceso de generación. Poco a poco los peruanos debimos aprender el camino de la unidad, y afrontar crisis tras crisis, conflicto tras conflicto, y hasta ambición tras ambición. Pero si logramos aun existir es porque se pudo imponer por sí misma la exigencia de la realidad sobre las vanas ilusiones. Y este proceso continúa hoy en su compleja ambigüedad. Felizmente algunas bases sólidas quedan, pero siempre existe el riesgo de corroerlas y perderlas, si la ambición desmedida no se supera. Necesitamos la grandeza humana del servicio desprendido y abnegado. Así hemos ido llegando al año 201. 

Sabedores de que todavía están pendientes de resolver problemas fundamentales, y que la ambición egoísta personal o grupal actual requiere nuestra libre decisión de rectificación en todos los actores, acojamos con sabiduría la experiencia adquirida en estos 201 años, y emprendamos un nuevo esfuerzo inspirado que requiere humana generosidad y desprendimiento, un programa básico de prioridades que todos debemos realizar por el bien común, sin segundas intenciones propias, y también… fe cristiana verdadera, y no encubridora de los males.

En efecto, la historia nos exhorta a no traicionar lo mejor de su enseñanza, que mucho más, se forjó humildad tras humildad, desprendimiento tras desprendimiento, restañando las heridas dejadas por quienes creían que su ambición era una forja, cuando era una ruina.

Estas actitudes y este modo de actuar mariano y samaritano urge hoy en nuestra patria. Y ya lo practica diariamente la gran mayoría de los más de 30 millones de peruanos que somos, quienes saben autoorganizarse solidariamente, especialmente los jóvenes y las mujeres, y de quienes hemos de aprender todos.

 

"La justicia de su causa que Dios defiende": el bien común

La causa de nuestro pueblo peruano, "que Dios defiende" es el bien común de todos. Ningún peruano esta de sobra, todos somos importantes, y más importantes son los vulnerables, los niños, y adultos mayores, los trabajadores estables y eventuales de la ciudad y del campo que sufren, pobreza, miseria, enfermedad, falta de empleo, hambre, daño ecológico, violencia callejera, machismo y maltrato de la mujer, racismo y discriminación de todo tipo, pésima educación basada en el negocio, inestabilidad económica, hastió de la política, desesperanza e intolerancia.

Papa Francisco, en su "peregrinación penitencial" a Canadá, pidió perdón histórico a los pueblos originarios: "Pido perdón, en particular, por el modo en el que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también por medio de la indiferencia, en esos proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada de los gobiernos de la época, que finalizaron en el sistema de las escuelas residenciales."[5]

 

Por eso Dios defiende sobre todo la causa de las víctimas de los que usaron y usan la religión para dominar y maltratar hasta la muerte a las poblaciones originarias, y con modernas esclavitudes,  cuyo fundamento es el "proselitismo religioso", la "obediencia religiosa" ciega termina en  abuso prepotente en todas sus formas. Dios defiende a las víctimas de todos los que dominan y destruyen sus cuerpos y mentes, sus libertades, sueños y justas ilusiones, su fe y su esperanza. Y la iglesia asume esta tarea como su misión.

Y las defiende también suscitando su Espíritu para irnos convirtiendo todos los peruanos, creyentes y no creyentes, en milagros vivientes que renuevan los gestos abnegados y desprendidos que nos fundaron, para que podamos emprender iniciativas inteligentes y sabias. Esto es lo único que nos ha permitido existir como nación y durar hasta ahora 201 años.

Es nuestra tarea histórica convertirnos todos personal y socialmente al servicio del bien común, dándonos la mano, con una generosidad que regenera la Patria. Hemos de promoverla por todos los medios, adecuados y legítimos. La corrupción puede ser vencida no nos resignemos. Participemos en este proceso que lleva a la anchura de la democracia.

La misión evangelizadora de la Iglesia y el camino sinodal como aporte

La misión de la iglesia es evangelizar inserta en las bases de nuestra sociedad. Para ello está en proceso de reforma mediante en "camino sinodal" de servicio a nuestro país Estamos reaprendiendo y recuperando el modo más antiguo de resolver los problemas consultando y deliberando juntos, para afrontar los desafíos de las grandes crisis siempre guiados por nuestros pastores y el Papa, pero teniendo en cuenta lo que siente y propone el pueblo fiel.

Ofrecemos a nuestro pueblo este pequeño aporte inspirador para su vida social y democrática. Como el Papa pedimos a todos los peruanos perdón de nuestras graves faltas y males al dejar de evangelizar, y les anunciamos que vamos rectificándonos de ello poco a poco, caminando con el Perú hacia su Reino de Vida, de Verdad, de Justicia, de Paz, y de Amor .

 

Volver al fundamento no al pasado: Gareca y Kimberly

Por ello nuestra tarea nacional es volver siempre, no al pasado, sino al fundamento de la sensibilidad fundadora de la patria, que la construye generosidad tras generosidad, heroísmo tras heroísmo, martirio tras martirio, amando gratuitamente a todos y cada uno de los peruanos y peruanas.

Las imágenes de Ricardo Gareca y de Kimberly García, desbordantes de generosidad, alentadores de nuestra esperanza, pero maltratados por el egoísmo estrecho de intereses equivocados, nos reafirman en esta misión, porque siguen dejándonos el mismo legado que hemos de expandir hasta las estructuras más amplias de toda la sociedad peruana. Somos herederos de modos de ser humanos, muy lejanos a los que nos inducen la ambición y la corrupción.

 

El Perú se ha ido construyendo así. Cualquier otra teoría sobre el Perú, como la del terrorismo destructor del estado, o la corrosión egoísta de la corrupción y la ganancia absoluta, destruye nuestro estado, nuestra patria y nuestra historia, y nos desprecia como peruanos. Como sobrevivientes agradecidos, sigamos el camino que Jesús anticipó mediante signos tangibles del Reino del Dios bueno, que permita generar o quizás regenerar al Perú como "una partecita del cielo", sueño preciado de nuestra Rosa de Lima.



[1] Basadre, J. Historia de la Republica del Peru, Tomo 1, p.

[2] Carta de Jose de San Martin a Simón Bolívar 29 de agosto de 1822.

[3] Mensaje en el Patio de Palacio, versión oral.

[4] Relato de fundación del Congreso de la república, el Basadre, Historia T. 1.

[5] Papa Francisco, ENCUENTRO CON LOS PUEBLOS INDÍGENAS PRIMERAS NACIONES, MÉTIS E INUIT, Maskwacis Lunes, 25 de julio de 2022

 

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DIEZ CLAVES DEL IKIGAI PARA VIVIR DONDE Y CUANDO NOS ENCONTREMOS

Gracias a mi buen amigo Francesco Pini conozco el IKIGAY y lo encuentro tan sugerente y práctico que les comparto como autoayuda y ayudar a los demás. La foto corresponde a un campo de girasoles de mi pueblo Rollán (Salamanca, España) donde se puede vivir algo parecido a la isla japonesa de Okinawa  

 

Las las leyes del ikigai

Seguir las leyes del ikigai es fundamental para vivir bien, según los japoneses. Pero, ¿cuáles son estas leyes y cómo se aplican? Profundicemos en cada una de ellas.

1- Encuentra tu pasión

El primer paso y el más importante para alcanzar el estado de ikigai es perseguir tus sueños. Es prácticamente imposible vivir una vida con propósito si abandonamos el camino de lo que realmente queremos hacer. Sin embargo, en ocasiones encontrar nuestra pasión y perseguirla no es especialmente fácil.

Y es que existen muchas presiones para que abandonemos tus sueños y seas "realista". Ya conoces el camino establecido: estudia algo con muchas salidas, consigue un trabajo seguro y ahorra para poder irte de vacaciones quince días al año.

Pero, ¿qué pasa con aquellas personas que no quieren seguir esta vía? Inconformistas, artistas de todo tipo, personas que quieren vivir viajando, emprendedores… todos ellos se sentirían muy constreñidos viviendo una vida así. Y, sin embargo, muchas veces se conforman y lo hacen.

Por suerte, cada vez son más los que se atreven a salirse de lo establecido y seguir su propio camino. En pleno siglo XXI, con todas las facilidades que existen hoy en día, cumplir tus sueños es más fácil que nunca. El mayor obstáculo es el miedo; pero si lo superas, irás encontrando cada vez más oportunidades para alcanzar tu pasión.

2- Mantente activo a nivel físico y mental

Después de trabajar o estudiar todo el día, lo que más le apetece a la mayoría de las personas es desconectar. Quizás para ti esto consista en tumbarte en el sofá a ver series, navegar por por Internet o incluso, comer comida basura o beber más alcohol de la cuenta.

Sin embargo, una de las leyes del ikigai más importantes es que debes mantenerte siempre activo. Sin importar lo cansado que estés, si quieres encontrar tu propósito, tienes que cuidar la manera en la que tratas a tu cuerpo y a tu mente.

Para lograrlo, es fundamental que desarrolles hábitos saludables. Comer sano, hacer deporte, aprender cosas nuevas… son rutinas que te ayudarán a alcanzar la excelencia y el propósito en tu vida.

 

3- Conecta con otras personas

Una de las reglas del ikigai más importantes es compartir tu vida con los demás. En soledad, encontrar el sentido a nuestra existencia es mucho más difícil. Por eso, tienes que asegurarte de que tu propósito incluye conexiones con otras personas que signifiquen mucho para ti.

Como vemos, estas tres leyes nos invitan a alimentar cada día nuestro ikigai con el objetivo de dar sentido a nuestra existencia. No obstante, los autores

 

Héctor García y Francesc Miralles, tras la investigación que los llevó a visitar la isla de Okinawa por largos períodos, proponen 

 

 

10 leyes para mantener vivo nuestro ikigai. Son las siguientes:

  1. Mantente siempre activo. Es importante hacer cosas de valor, realizar aquello que amamos y nos proporciona una sensación de plenitud. De esta forma, aportamos belleza y utilidad a los demás.
  2. Tómatelo con calma. Las prisas no son buenas compañeras, nublan nuestra mente y pueden provocar que tomemos decisiones desacertadas. Cuando incorporamos la calma y la serenidad la vida adquiere un nuevo significado.
  3. No comas hasta llenarte. A veces, menos es mas, siempre y cuando exista un cierto equilibrio. Aquello que comemos también nos influye.
  4. Rodéate de buenos amigos. Las personas que suman son fundamentales para experimentar esa sensación de bienestar y plenitud que tanto deseamos. Una buena charla, compartir momentos, divertirse… todo ello contribuye a vivir más intensamente.
  5. Ponte en forma para tu próximo cumpleaños. La salud física es esencial para gozar de una buena salud emocional. Además, hacer ejercicio segrega hormonas que contribuyen a la felicidad.
  6. Sonríe. Una actitud agradable tanto hacia uno mismo como a los demás contribuye a mantener relaciones pero también a sentirnos en calma. No hay nada más importante que aprender a disfrutar del presente.
  7. Reconecta con la naturaleza. Cargar las pilas del alma a través del contacto con la naturaleza nos proporciona una sensación de libertad y energía inigualable.
  8. Da las gracias. Dar las gracias es un acto de corazones nobles, de quienes aprecian la sencillez y la complejidad de la vida como las partes de un todo.
  9. Vive el momento. Todo lo que tenemos es el presente, el aquí y ahora. Por lo tanto, dejemos de ilusionarnos con el futuro y liberémonos de las prisión del pasado para aumentar nuestro caudal de felicidad.
  10. Sigue tu ikigai. En el interior de cada uno de nosotros hay una pasión, un talento que espera ser descubierto para empujarnos a dar lo mejor de nosotros.

 

Tu Ikigay te espera en algún lugar.

 

Una filosofía ancestral para la vida. Entrevista a Francesc Miralles, escritor.

 https://www.youtube.com/watch?v=uWZx5pakm7E&t=23s

 

Comentario: Francesc Miralles es uno de los autores de desarrollo personal más influyentes del mundo. Creador de tendencias para el crecimiento personal y el autoconocimiento, ha escrito numerosos libros y es el responsable -junto a Héctor García- de dar a conocer en Occidente el concepto japonés 'Ikigai', un enfoque vital basado en la idea del "propósito vital". Descubrir nuestro 'Ikigai' equivale a entender cuál es nuestra "razón de ser" en el mundo, averiguar qué nos apasiona y qué podemos aportar a los demás: "Todos tenemos nuestro Ikigai y normalmente se relaciona con aquello que nos apasionaba cuando éramos niños", explica Miralles.

 

Francesc Miralles imparte charlas y talleres en EE.UU. (Universidad de Georgetown), Reino Unido, Alemania, Turquía y Holanda, entre otros países. Además, colabora regularmente con diferentes medios de comunicación como 'El País Semanal', 'Mente Sana' o 'Radio Nacional de España' (RNE), entre otros. Ha dado a conocer el concepto 'Ikigai' en todo el planeta y está inspirando a empresas y centros educativos, que han comprobado cómo poner el propósito vital en primer lugar mejora la felicidad de los equipos y, por ende, los resultados de la organización. Es aplicable a la educación y a la vida profesional, ya que defiende que mantener la pasión y no perder de vista los objetivos, ayuda a sobreponerse a las dificultades y a salir reforzados ante cualquier cambio o crisis. Lothar.

Lima, 17 de agosto de 2021.

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martes, 26 de julio de 2022

PARA EN TODO AMAR Y SERVIR (APOSTANDO POR LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES) 500 AÑOS DE UNA CONVERSIÓN. CONCRETEMOS. Mons. J.I. Munilla

PARA EN TODO AMAR Y SERVIR (APOSTANDO POR LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES)

500 AÑOS DE UNA CONVERSIÓN. CONCRETEMOS.

Los sueños que Dios ha depositado en lo más profundo de nuestro corazón forman el pentagrama en el que Dios se dispone a escribir la historia de salvación en cada uno de nosotros. Malo será confundir la esperanza con nuestros deseos devaluados, pero tampoco debemos tener miedo a explorar los auténticos deseos que anidan en cada uno de nosotros, porque son reveladores de la plenitud que Dios quiere concedernos.

Íñigo de Loyola fue un hombre profundamente apasionado, en cuyo corazón bullían multitud de deseos… Comenzó buscando la gloria de este mundo, para finalmente, terminar descubriendo que solo la búsqueda de la gloria de Dios es capaz de saciar el deseo de plenitud que tiene todo hombre.

Cada uno de nosotros necesita recorrer un camino similar hasta llegar a entender que nuestro deseo de felicidad coincide al milímetro con la llamada a la santidad que Jesús nos dirige en su Evangelio. Ser feliz y ser santo no son dos cosas distintas, sino una misma realidad vista desde dos ángulos: desde el corazón del hombre y desde la revelación de Dios. Cuando uno llega a esta profunda convicción podemos decir que ha experimentado su primera conversión.

Concluimos la celebración de los 500 años de aquella primera conversión de San Ignacio, acontecida durante su convalecencia en Loyola. Es de justicia que nos hagamos ahora la pregunta sobre cuál pueda ser la principal conclusión o aportación de este año conmemorativo que se inició el 20 de mayo de 2021 y se ha extendido hasta el 31 de julio de 2022. Sería de lamentar que todo hubiese quedado reducido a unos actos conmemorativos.

Pues bien, he aquí el instrumento más práctico y eficaz dado a luz por San Ignacio tras su primera conversión: los Ejercicios Espirituales. En ellos encontramos un itinerario luminoso para vivir nuestra existencia en permanente estado de conversión, más allá de nuestras miserias, en la esperanza de que el Espíritu Santo coronará la obra buena que comenzó en nosotros.

TE PRESENTO ESTE TESORO…

Los Ejercicios Espirituales que San Ignacio de Loyola recibió del Espíritu Santo y entregó a la Iglesia, han marcado la vida de muchos de nosotros. Gracias a ellos hemos experimentado la grandeza del amor de Dios, y bajo su mirada hemos comprendido lo que es el hombre y quiénes somos; nuestra identidad más profunda. Nos han mostrado cómo conocer y amar al Padre y cómo vivir nuestra condición de hijos de Dios. Hemos encontrado un cauce seguro para perseverar en el camino emprendido en el bautismo.

Ciertamente, los Ejercicios Espirituales de San Ignacio no son un legado para unos pocos, sino para la Iglesia Universal. Se trata de un tesoro que ha sido encarecidamente recomendado en el magisterio de muchos Papas y, por supuesto, testimoniado por aquellos que se han introducido en él en primera persona. En concreto, el Papa Francisco ha propuesto los Ejercicios Espirituales como camino para adentrarnos en una profunda experiencia de Dios, sin limitarnos a 'hablar de oídas': «Quien vive los ejercicios espirituales de modo auténtico experimenta la atracción, el encanto de Dios, y vuelve renovado, transfigurado a la vida ordinaria, al ministerio, a las relaciones cotidianas, trayendo consigo el perfume de Dios».

Es obvio que Íñigo de Loyola nunca imaginó que la experiencia de renovación interior que vivió en Manresa, que ha quedado plasmada en los Ejercicios Espirituales, pudiera llegar a cambiar el rumbo y la vida de millones de personas a lo largo de estos cinco siglos.

TE LO RECOMIENDO…

A ti, sacerdote

A ti, hermano sacerdote, que como Marta tienes el peligro de estar ocupado en las cosas de Dios, pero sin la debida relación personal con nuestro Señor Jesucristo (cfr. Lc 10, 38ss). A ti que necesitas acoger la invitación de Jesús: "Venid a mí los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré" (Mt 11, 28). A ti que te sientes interpelado cada vez que escuchas las palabras del ángel a la Iglesia en Éfeso: "Conozco tus obras, tu fatiga, tu perseverancia, que no puedes soportar a los malvados, y que has puesto a prueba a los que se llaman apóstoles, pero no lo son, y has descubierto que son mentirosos. Tienes perseverancia y has sufrido por mi nombre y no has desfallecido. Pero tengo contra ti que has abandonado tu amor primero" (Ap 2, 2-3). Se trata de responder al proyecto de Dios sobre nuestra vida y servir con alegría siendo testigos del Evangelio.

A ti, consagrado

Hago mías las palabras de Benedicto XVI en el marco de una reunión con la FIES, a la hora de invitarte a ti, consagrado o consagrada: "Junto a otras formas muy loables de retiro espiritual, no debe nunca faltar la participación en los Ejercicios Espirituales, caracterizados por ese clima de silencio completo y profundo, que favorece el encuentro personal y comunitario con Dios y la contemplación del rostro de Cristo".

Los Ejercicios Espirituales son para los consagrados un instrumento privilegiado para renovar su relación esponsal con Jesucristo. Y es que a veces es necesario acudir al desierto para poder escuchar las palabras del esposo con quien convivimos habitualmente. Así lo sugiere el profeta Oseas: "Le pediré cuentas de los días en que quemaba incienso a los ídolos. Ataviada con su anillo y su collar, corría detrás de sus amantes, y a mí, me olvidaba —oráculo del Señor—. Por eso, yo la persuado, la llevo al desierto, le hablo al corazón, le entrego allí mismo sus viñedos, y hago del valle de Acor una puerta de esperanza. Allí responderá como en los días de su juventud, como el día de su salida de Egipto. Aquel día —oráculo del Señor— me llamarás 'esposo mío', y ya no me llamarás 'mi amo'" (Oseas 2, 15-18).

A ti, laico.

En el momento presente disponemos, gracias a Dios, de diversos instrumentos para un primer anuncio del Evangelio, que están permitiendo que muchas personas vivan la experiencia de un profundo encuentro con Cristo que cambia el rumbo de sus vidas. Sin duda este tipo de retiros de impacto inicial son un gran kairós -un tiempo de gracia- para la Iglesia. Se trata de experiencias especialmente vivas e intensas, pero que han sido diseñadas para ser realizadas una vez en la vida, sin la pretensión de reiteración. Por ello, es claro que estas experiencias fuertes de encuentro con Cristo conviene que sean acompañadas, en el devenir de la vida, a través de la propuesta de los Ejercicios Espirituales, como gran ayuda para su consolidación y para iluminar todos los discernimientos necesarios tras producirse esta primera conversión, integrando así los Ejercicios Espirituales en un itinerario de Nueva Evangelización.

A ti, comunidad parroquial.

Por otra parte, por lo que se refiere a la vida ordinaria de nuestras parroquias, la oferta de los Ejercicios Espirituales sale al paso del peligro de que la vida pastoral parroquial quede circunscrita a una serie de "servicios". La parroquia está llamada a ser, ante todo y sobre todo, el lugar de encuentro personal y comunitario con el Resucitado. Por ello, ante el riesgo de que algunos fieles puedan tener tan solo una experiencia superficial de Dios, la integración de los Ejercicios Espirituales en la vida parroquial ofrecerá el espacio adecuado para el encuentro de conversión.

Añadamos a esto último que los Ejercicios Espirituales anuales serán la mejor forma de alimentar y renovar a los agentes de pastoral que sirven al conjunto de la comunidad cristiana de forma fiel y abnegada.

APRENDER A ACOMPAÑAR EN LA EXPERIENCIA DE LOS EJERCICIOS

No cabe duda de que para poder vivir esta experiencia de los Ejercicios, es necesario que haya personas dispuestas a formarse con la intención de poder acompañar en el camino. San Ignacio nos dejó el itinerario o recorrido de los Ejercicios de una manera muy bellamente estructurada, pero es necesario profundizar en su espiritualidad y en el acompañamiento para poder ser unos buenos instrumentos del Señor, a la hora de ofrecer los Ejercicios Espirituales. Para esto se necesita ponerse en la actitud del discípulo. De esta manera se podrá mostrar a otros la fuerza poderosa que tiene en el alma.

Como ayuda, desde nuestra Diócesis nos disponemos a ofrecer dos instrumentos de formación:

El primero tendrá lugar en la Cátedra de Espiritualidad San Juan de Ávila del Instituto Teológico "Cor Christi" de Alicante, los martes por la mañana, a lo largo del curso 2022-2023: Se impartirá un curso de capacitación sobre «Dirección espiritual y Ejercicios Espirituales». Profesores expertos en espiritualidad cristiana nos enseñarán este arte de la dirección y de la predicación de los Ejercicios espirituales. Está dirigido a seminaristas, sacerdotes, consagrados y laicos que se sientan llamados a participar en este gran reto de poner los Ejercicios Espirituales, al mismo tiempo que el acompañamiento espiritual, en el centro de la propuesta pastoral eclesial.

El segundo será una serie de videos formativos sobre el mismo tema que en un tono más divulgativo, iremos colgando en el canal de YouTube de nuestra Diócesis de Orihuela-Alicante.

ENTRENANDO MISIONEROS PARA FORMAR SANTOS.

Me atrevo a pediros, de corazón, que nos pongamos todos en camino, con la mano fuertemente asida en el arado, con los ojos fijos en el que completa y alimenta nuestra fe: Cristo. Tomemos todos los medios que la Iglesia, Madre y Maestra, como depositaria de los tesoros divinos, pone a nuestro alcance. Y, de un modo concreto, los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. Se trata de crear un nuevo estilo de vida en el que la contemplación, la meditación, el discernimiento y el sentir con la Iglesia formen parte de nuestra vida cotidiana y nos acompañen a lo largo de toda la vida.

Alguien dijo que "solo los enamorados enamoran". Descubrir el amor de Dios y experimentarlo lleva a concentrar todas nuestras energías en que Él sea conocido y amado por todos. Los Ejercicios Espirituales difieren mucho de otros métodos autorreferenciales que proliferan en nuestros días. No buscan como fin último el sentirse bien, sino ser ofrenda de amor para el mundo y, para ello, ordenar nuestra vida, de forma que en todo busquemos amar y servir, para mayor gloria de Dios.

Se da también la circunstancia de que se cumplen 100 años de la proclamación de San Ignacio de Loyola como Celestial Patrono de los Ejercicios Espirituales. Así lo hizo Pio XI el 25 de julio de 1922, en su Constitución Apostólica "Summorum Pontificum".

Pues lo dicho: "Para en todo amar y servir, apostemos por los Ejercicios Espirituales."

+ José Ignacio Munilla Aguirre
Obispo de Orihuela-Alicante

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Perú conmemora 373 años de su único milagro eucarístico: El Niño de Eten

Con el XVIII "Encuentro del Niño con los niños", este 31 de julio culmina la festividad en honor a Santa María Magdalena y Divino Niño del Milagro Eucarístico. La aparición del Niño Jesús en la Hostia Consagrada –ocurrida en Ciudad Eten-- es un hecho único en el Perú y América y su difusión mundial empezó hace 4 años con la llegada del Papa Francisco a Trujillo y la imagen del Niño del Milagro fue una de las más ovacionadas. Son miles los devotos que participan cada año en los festejos.

 

El domingo 31 a las 10:00 de la mañana, se oficiará el XVIII "Encuentro del Niño con los niños" que consiste en una celebración litúrgica en el templo Santa María Magdalena (ubicado en el parque principal) y procesión con el Niño Peregrino alrededor del parque, acompañado por pequeños que van con sus capitas moradas, banderitas y globos al compás de una banda de músicos. Al finalizar su recorrido todos los niños reciben sus bolsitas con golosinas y su porción de torta.

Los festejos empezaron el 11 de julio con procesiones, novenario, exposiciones del Santísimo, homenajes artísticos, rezo del Santo Rosario, desayuno para niños, retretas musicales, entre otras actividades cuyo eje principal es motivar el amor a la Eucaristía que es el sacramento de la Iglesia Católica en el que está realmente presente Jesucristo.

 

El día central, 23 de junio, se realizó una peregrinación desde Puerto Eten hasta Ciudad Eten, acompañada por la banda de músicos del colegio nacional Nuestra Señora del Rosario y a lo largo del camino se tributaron emotivos homenajes. A las 11 de la mañana se ofició la misa de fiesta que contó con miles de devotos que llegaron de localidades vecinas y de otras regiones como Cajamarca, La Libertad, Piura, Tumbes, Lima, entre otras. Luego de la veneración de la sagrada imagen, presentación de danzas y concierto del saxofonista Victorino Amaya Arrunátegui, se inició la procesión que duró más de 8 horas y culminó con mariachis, baile de marinera y quema de fuegos artificiales.

 

Un milagro eucarístico, como el de Ciudad Eten (Perú), es un signo sobrenatural que resalta de manera singular la presencia de Dios. En este distrito peruano, en 1649, apareció en la hostia consagrada el Divino Niño del Milagro Eucarístico ante padres franciscanos. Los acontecimientos de esta visión milagrosa están perfectamente relatados y certificados por las autoridades eclesiásticas de aquellos años, todos los documentos originales se guardan en el archivo bibliográfico del Convento de San Francisco de Lima y el Archivo Nacional de Indias de Sevilla (España).

 

La organización de la festividad está a cargo de la hermandad Santa María Magdalena y Divino Niño del Milagro Eucarístico -- reconocida por la Diócesis de Chiclayo—que preside el padre Eleuterio "Lute" Vásquez Gonzales. Eten busca ser reconocida como Ciudad Eucarística, para lo cual el Obispo de Chiclayo Monseñor Robert Prevost entregó al Papa Francisco en Roma (2019) un documento con la historia de la devoción, que reúne 20,000 testimonios de fe.

Paralelamente al reconocimiento oficial como milagro eucarístico, se viene trabajando desde la Diócesis de Chiclayo en la recaudación de fondos para construir el primer Santuario Eucarístico en Ciudad Eten, en un terreno de 11 hectáreas gestionado por la hermandad que preside padre Lute. 



PARROQUIA SANTA MARÍA MAGDALENA 

CIUDAD ETEN - LAMBAYEQUE

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lunes, 25 de julio de 2022

Marcelino LEGIDO Aproximación a la oración de Jesús, P. José Luis Calvo

Marcelino LEGIDO Aproximación a la oración de Jesús, Fundación Mounier, Madrid, 2021, pp.356

 

Son muchos los libros que se han escrito       sobre el Padre Nuestro, personalmente he leído varios, pero el mejor de todos es un libro que todavía no he terminado de leer pues es tan denso que hay leer en pequeñas porciones y lo estoy utilizando para mi oración de la mañana desde hace varios meses cuando me llegó enviado por un amigo desde España. El libro se llama "Aproximación a la oración de Jesús" cuyo autor es Marcelino Legido y está publicado por la Fundación Mounier en la colección Encuentro y Solidaridad. Este libro surgió a raíz de unas charlas que durante varios veranos dio Marcelino Legido a las religiosas de un convento de las hermanas cistercienses de Arévalo (Ávila) España y que fueron grabadas por una religiosa. Esta grabación llegó a manos del Movimiento Cultural Cristiano que los editó en cuadernillos tipografiados. Más tarde sería el hermano de Marcelino Legido quien pediría a la Fundación Enmanuel Mounier, dirigida por el filósofo Carlos Díaz, amigo y discípulo de Marcelino Legido, quien lo editará en un libro.

Quiero empezar comentando algo sobre Marcelino Legido pues la mayoría de la gente que va a leer estas humildes reflexiones del Atrapanieblas no saben quién es él. Marcelino Legido nació en San Esteban de Zapardiel (Ávila) en 1935 y falleció en el año 2016 en Salamanca. Estudió filosofía y fue profesor de la Universidad de Salamanca en los años sesenta hasta que decidió renunciar a su cátedra para estudiar teología en la Universidad Pontificia de Salamanca. Ordenado sacerdote se fue a Alemania para ampliar sus estudios. Su tesis doctoral en teología fue sobre la Iglesia en San Pablo, de la que era un especialista. Allí fue capellán de los inmigrantes españoles viviendo con ellos en los barracones de los suburbios de Múnich. De regreso a España se esperaba que fuera profesor de teología, pero sorprendió a todos al pedir al obispo de Salamanca que lo destinará a una parroquia rural. Así fue enviado a El Cubo de Don Sancho, en el Campo Charro, mi pueblo, al que llegó cuando yo tenía catorce años y donde vivió la mayor parte de su vida hasta que enfermó y se retiró al seminario de Salamanca. Escribió varios libros entre los que destacan "Evangelio a los pobres" y "Misericordia entrañable, la historia de la salvación anunciada a los pobres", ambos en la editorial Sígueme. Un libro que resume su vida y su obra es: "Marcelino Legido y la peripecia de su fe eclesial" escrito por uno de sus discípulos, el sacerdote Joaquín Tapia, y editado por la Fundación Enmanuel Mounier, al igual que el libro del que quiero tomar algunas de las reflexiones sobre el Padre Nuestro: Aproximación a la oración de Jesús

La parte primera del libro es una introducción al Padre Nuestro donde Marcelino explica la petición de los discípulos a Jesús: "Señor, enséñanos a orar". Antes de aproximarnos al Padre Nuestro es necesario, señala Marcelino, ver si consentimos que el Espíritu ore en nosotros y podemos decir en el espíritu: Señor enséñanos a orar. Si logramos decir esto al Señor, seguro que nuestros ojos, nuestros corazones y nuestras manos se ensancharán mucho para poder decir después      Abba, Padre Nuestro. Por eso, continua Marcelino que al hacer la plegaria: "Señor enséñanos a orar" no es algo que brota de nuestro corazón sin más, sino que nace del encuentro de Jesús con nosotros mismos mientras Él camina. Solamente aquellos hermanos que se encuentran con Jesús, en el camino que Él va haciendo, se sienten provocados, llamados a esta plegaria.

La pregunta, señala Marcelino, les llegó a los discípulos al corazón por ir acompañando a Jesús por los caminos, en la misma tarea que Él iba haciendo. Él iba reuniendo a la familia de hermanos y preparando para ellos la mesa común, donde se pudieran sentar todos, y los pobres, los primeros. Ellos se sienten llamados a hacer camino con Él y dicen que sí; y dejándolo todo, le siguieron. Al seguirlo a pasar un día, y dos, y una semana y otra, se les iban abriendo los ojos a la ternura entrañable, a la misericordia entrañable del que llamaban Maestro, que alrededor de Él iba reuniendo a la familia de hermanos, los pobres, siempre en primera fila junto a Él, para partirles el pan. Así empieza el Padre Nuestro. Los apóstoles al lado del maestro, el corro del pueblo; los pobres a los pies del maestro; un pan partido que corre entre ellos, que empiezan a asombrarse, a asombrarse del amor desmedido de la misericordia absoluta, de la ternura incondicional que aquel profeta entregaba mientras iba caminando reuniéndolos a todos en torno a la mesa común.

La parte II, III y IV la dedica Marcelino Legido a la expresión: "Padre Nuestro que estás en los cielos". En estas tres partes se explica el significado de la palabra Abba (padre). Esta palabra en labios de Jesús significa darse, entregarse, una entrega de abandono y de confianza sin límites, como un niño en brazos de su madre. La oración de Jesús es fundamentalmente una entrega de absoluto abandono, de absoluta confianza y de absoluta acogida al Padre en cuyo rostro descubre su proyecto de amor en favor de los hombres. Esa entrega de abandono se convierte en entrega de obediencia y entrega de alabanza. El Padre lo entregó, nosotros lo entregamos, Él mismo en la locura del amor, se entregó a sí mismo, y la manera de entregarse a sí mismo es la cruz. Podemos decir Padre Nuestro si nos ponemos a la luz del rostro del Cristo Pascual, muerto y resucitado. En los brazos abiertos del Cristo muerto y resucitado el Padre nos acoge y nos descubre su Aquí he llegado hasta ahora con la lectura que voy haciendo despacio, en pequeñas dosis pues muchas veces tengo que releer varias veces un texto para comprenderlo. La parte V es una reflexión sobre la frase: "Santificado sea tu nombre" para concluir con la parte VI que lleva por título: "El hijo entregado como siervo crucificado y señor entronizado". Para finalizar en el epílogo los recopiladores de estos textos nos dicen que: "hemos querido compartir y difundir estas reflexiones de Marcelino Legido por lo mucho que de él hemos recibido. Él lo recibió gratis, lo compartió y gratuitamente queremos continuar ensanchando y profundizando la senda de la gratuidad. El Padre nuestro de Marcelino es uno más de esos magníficos intentos de poner el nosotros por delante del yo, de amar a fondo perdido, de mística desde la vida diaria" concluyen los editores de este libro de la fundación Enmanuel Mounier rostro como Padre de todos.

Aquí he llegado hasta ahora con la lectura que voy haciendo despacio, en pequeñas dosis pues muchas veces tengo que releer varias veces un texto para comprenderlo. La parte V es una reflexión sobre la frase: "Santificado sea tu nombre" para concluir con la parte VI que lleva por título: "El hijo entregado como siervo crucificado y señor entronizado". Para finalizar en el epilogo los recopiladores de estos textos nos dicen que: "hemos querido compartir y difundir estas reflexiones de Marcelino Legido por lo mucho que de él hemos recibido. Él lo recibió gratis, lo compartió y gratuitamente queremos continuar ensanchando y profundizando la senda de la gratuidad. El Padre nuestro de Marcelino es uno más de esos magníficos intentos de poner el nosotros por delante del yo, de amar a fondo perdido, de mística desde la vida diaria" concluyen los editores de este libro de la fundación Enmanuel Mounier

Leer estas reflexiones de Marcelino Legido sobre el Padre Nuestro aquí donde me     encuentro ahora, en los cerros desérticos de Nueva Rinconada, Pamplona alta, en el cono sur de Lima, entre los pobres que han llegado aquí buscando construir un hogar para sus hijos, me ayuda a comprender mejor la vida y los escritos de este gran sacerdote, que tuve la suerte de conocer, y que espero que la diócesis de Salamanca empiece el proceso de canonización, que, aunque a él no le gustaría, creo que es una obra de justicia ponerlo en el candelero como modelo de santidad. Como dijo la comunidad cristiana de El Cubo de Don Sancho cuando le pidieron una reflexión sobre Marcelino "lo que Marcelino quería es que siguiéramos las huellas de Jesús acogiendo el amor del Padre en la oración, en la palabra, en la Eucaristía y en los pobres para compartirlo en la fraternidad y así experimentar la misericordia entrañable de Dios Padre". El cristiano del siglo XXI será un místico o no lo será, pero un místico que se ha encontrado con Dios en el contacto con los pobres y marginados en los cuales ha visto el rostro de la misericordia entrañable de Dios, nuestro Padre, un Padre de todos con predilección por los más pobres y los que han ido quedando al borde del camino.

 

P. José Luis Calvo Vicente, párroco de "Sagrado Corazón de María", diócesis de Lurín. (Boletín semanal "Atrapanieblas", 24 de julio 2022)

 

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