Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: jueves santo, jueves de corpus y jueves de la ascensión. Hoy celebramos el del Corpus (aunque trasladado al domingo).
La semana anterior Lima se había visto inundada de carteles pregonando la fiesta, en muchas parroquias y en otros tantos lugares se había vivido la Semana Eucarística… Hoy, me he preparado para la fiesta, y hasta me he puesto el saco y la corbata. Antes pasé por la iglesia de San Pedro para una buena confesión y me conforté al ver a tantas personas a la cola. Y llegué a la Plaza de Armas y me quedé boquiabierto, lleno hasta la bandera. Y luego que digan lo que quieran, que la Iglesia está perdiendo, que el Cardenal no convoca…
La Iglesia del Perú sigue viva, quiere al Papa y a sus pastores, porque representan a Cristo, Dios y Hombre verdadero. Hoy perdí a mi grupo y me quedé “solo”…pero muy bien acompañado de miles y miles de fieles, de parroquias, de movimientos…pero que, ante todo, son Iglesia, Cuerpo de Cristo. Y me quedo con las palabras del Pastor, Unión, Comunión, Paz, Amor, primero con Cristo, con la Madre, con el Papa, con nuestros pastores, con nuestra patria, con nuestra Iglesia…y no pude menos de fijarme en el fervor del pueblo, un pueblo compuesto de personas hechas y derechas…
En concreto, me cautivó una señora a mi lado que juntas las manos vivía la liturgia con una reverencia suma, las manos arrugadas me recordaban las de mi madre, las de mi abuela, campesinas las dos…y me inspiraron un sumo respeto y una devoción filial. ¡Qué grande es nuestro pueblo, cuánto vale su gente! Como quien contempla al Invisible así estaba ella. Y, mientras haya una mujer que junta sus manos con tanta delicadeza y fervor, habrá fe, habrá esperanza, porque hay mucho amor. ¡Cantemos al Amor de los Amores! Y gracias, iglesia de Lima que nos brinda la oportunidad de experimentar que “Dios está aquí”, llenando de flores la plaza, sembrando de música la atmósfera, creando lazos de unión entre todos los distritos, del centro y la periferia, para convertir nuestro suelo en un cielo.
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“Encendamos la luz de la fe porque Dios es amor y Jesús Eucaristía está con nosotros”
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“La Solemnidad del Corpus Christi no nos trae un recuerdo, está Cristo realmente presente con su cuerpo, con su alma, con su sangre, con su divinidad; Cristo está presente de manera sacramental bajo esa apariencia de pan que está en una custodia. Está Él, ya no me recuerda, está Él realmente presente. Es el Cristo vivo que ha querido quedarse con nosotros”, mencionó el Cardenal Juan Luis Cipriani en el programa Diálogo de Fe del sábado 09 de junio.
En las vísperas de la Solemnidad del Corpus Christi, el Arzobispo de Lima exhortó a vivir la experiencia de ese amor a Cristo vivo presente en la Eucaristía y a experimentar esa vida con Cristo, en Cristo y por Cristo en la familia, en el trabajo y en la realidad misma.
“Todo bautizado tiene esa semilla de Cristo en el alma y tiene esa llamada de buscar ser bueno y buscar la santidad. Mañana, en esa Fiesta, en ese estar de rodillas, en ese cantar, se vivirán unos momentos muy educativos, aprenderemos cómo se reza, cómo se escucha y cómo se adora”, reflexionó.
Manifestó que esta celebración eucarística es un momento en el cual todos nos ponemos en un mismo nivel delante de Dios, escuchamos la palabra de Dios y vivimos una experiencia de silencio, una experiencia de mirar cara a cara a esa forma que es el Cuerpo de Cristo oculto bajo las apariencias del pan.
“Cuando tenemos esa experiencia de mirarlo, de escucharlo y dejamos que el corazón empiece a mostrar su gozo, su dolor y sus peticiones, empieza a surgir algo que no está en los libros y que es esa comunión de amor. Jesús que nos quiere entra en el alma y hace brotar el amor”, afirmó.
Comentó que existen dos maneras de vivir que conviven en una misma casa, en un mismo país, en una misma empresa y que son: los que saben que Jesús, el mismo Dios, vive y está con nosotros; y los que piensan que hay una idea que dice que Jesús está por ahí.
“Es importante que cada uno se plantee en qué equipo está: El que conoce que Jesús está ahí, escucha, habla, te pregunta, te quiere, te corrige, te ayuda, te perdona, que sabe que hay un ambiente de esperanza, de lucha y de humildad. O el que piensa que está en un lugar en el cual escuchas que hay una Fiesta mañana pero no tiene relación con tu vida, es decir, sigues mintiendo, haciendo lo que te da la gana, abusas de los demás. Esta situación exige pedirle al Señor: Jesús, auméntanos la fe para que te podamos ver con los ojos del alma”, expresó.
Recordó también que Cristo está con nosotros y comparte el ambiente de trabajo y el hogar, pero es necesario cambiar para dejarlo entrar en nuestra vida.
“Estamos con demasiadas palabras y con poca ejemplaridad. Cuando uno está con la persona que ama no necesita preparar discursos. Busquemos en esa presencia la centralidad de la vida de un Cristo vivo como el centro de nuestra alma y nuestra vida”, prosiguió.
En otro momento, el Cardenal Cipriani se refirió a los conflictos sociales que se vienen desarrollando en nuestro país en las últimas semanas, los cuales han generado discusiones y caos social.
“Creo que se está abusando de las palabras sin contenido. Todos piden diálogo pero este debe tener un marco que es comprometerse a decir la verdad, sino es como el circo. No abusemos de la palabra diálogo, unidad, transparencia. ¿Qué pasa?, no hay verdad, no hay coherencia”, mencionó.
“El país es de todos pero no podemos entrar en ese juego de equilibrios en el que vamos cambiando de escenarios. Hay mucha gente que lo que quiere es trabajar y no está en las huelgas ni en el Congreso ni en el Poder Judicial. El Estado debe darse cuenta que el Perú tiene que conducirse por un camino normal, de mayor serenidad y respeto por los peruanos que quieren trabajar. Ojala que estemos menos preocupados en la imagen o quién tiene más poder”, continuó.
Finalmente, invitó a todos los fieles a participar de la Santa Misa y procesión eucarística por la Solemnidad del Corpus Christi mañana domingo 10 de junio a partir de las 10 de la mañana en la Plaza de Armas de Lima.
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