En el 2006 no tenía blog, pero nos queda esta Crónica de Hans y la ponencia que preparé. Por si a alguien le sirve, aquí las dos
JAB
Transformar el mundo desde adentroSanto Domingo, 18 al 22 de julio de 2006:IX Congreso Latinoamericano de Institutos Seculares | ||
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REPUBLICA DOMINICANA, Hans Czarkowski. "Elevará a los humildes...". Nuestra Señora de la Altagracia fue entronizada como Patrona del IX Congreso Latinoamericano de los Institutos Seculares de América Latina con el canto del "Magníficat". Lo interpretó una señora de un instituto dominicano integrando vitalmente el ritmo del merengue. Participaron 197 delegados de 86 institutos – femeninos y masculinos – de 17 países latinoamericanos. La inauguración contó con el mensaje escrito del Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, quien estaba representando al Papa en una asamblea preparatoria de la V Conferencia del CELAM. Manifestó su deseo de que el congreso se desarrollase en un clima de profunda espiritualidad y que lograse las grandes bendiciones que la vida consagrada ha recibido a lo largo de la historia. Tras el saludo de la actual presidenta, María Cristina Ventura, de México, se continuó con una entrañable Eucaristía presidida por Monseñor Ramón Benito de la Rosa, Arzobispo de Santiago de los Caballeros, y Presidente de la Conferencia Episcopal de la República Dominicana. "Los miembros de los Institutos Seculares – mujeres y varones –integran los valores cristianos en la sociedad moderna abriendo al mismo tiempo un nuevo camino espiritual mediante una vida totalmente consagrada a Dios". Con estas palabras subrayó la originalidad de la misión de los Institutos Seculares diciendo también: "Viven su existencia secular en el mundo del trabajo con plena libertad, sea individualmente o en comunidad. Son personas célibes, vírgenes, sin la protección de un convento. En nuestro tiempo influido por la sensualidad y la sexualidad, dan, por su vida, un testimonio profundamente vinculado a la persona de Jesucristo". El Congreso de los Institutos Seculares se realizó en la "Casa de Maria de la Altagracia", cerca del Km. 17 de la autopista de las Américas y del aeropuerto Internacional de Santo Domingo. Es un centro de la arquidiócesis de la capital dirigido por el Neocatecumenado. Ofreció un buen espacio religioso para el gran grupo en el contexto climático tropical, cálido y húmedo. Las Hermanas de Maria de Schoenstatt habían decorado la imagen con hermosas flores y cintas coloridas. La temática del congreso: "Espiritualidad Secular y Comunión Eclesial", fue presentada de tal manera que integraba la orientación espiritual con la acción en medio de la sociedad, mostrando así que los miembros de los Institutos Seculares son "constructores de la sociedad" en el sentido de la opción preferencial definida en Puebla. Las grandes líneas de la espiritualidad secular a lo largo de la historiaEl primer tema, expuesto por el historiador José Antonio Benito, del Perú, miembro del Instituto Cruzados de Maria, abordó las grandes líneas de la espiritualidad secular a lo largo de la historia enfatizando lo específico de la secularidad en la cotidianeidad de las realidades temporales, y la necesidad de una formación permanente para responder con eficacia y santidad a los grandes desafíos de nuestro tiempo, conscientes de la gran belleza y actualidad de la vocación consagrada secular y sin perder la identidad. Los grupos de trabajo respondieron a tres grandes cuestiones: ¿Cómo se fortalece el grito paulino "Mi vida es Cristo" en las realidades temporales?, ¿De qué modo se lleva a la práctica la propia espiritualidad y el estilo genuino de los Institutos Seculares? ¿Qué aspectos expresan el ser luz, sal y levadura en la cambiante sociedad actual? "La Espiritualidad Secular y Comunión Eclesial"Monseñor Fausto R. Mejía Vallejo, Rector de la Universidad Católica Tecnológica de Cibao (UCATECI) y miembro del Instituto de los sacerdotes diocesanos de Schoenstatt en la República Dominicana, acentuó en su aporte: "Esta vida espiritual o vida cristiana debe manifestarse en el estilo de vida `despojarse del hombre viejo y revestirse del hombre nuevo` (Ef. 4, 22-23)". Es necesario vivir una "espiritualidad secular o de liberación que privilegie la contextualzación de la Palabra de Dios". Mostró que para América Latina esto significaría "realizar la opción preferencial por los pobres, por la justicia y la solidaridad". El Padre Fausto se refirió al Fundador de Schoenstatt, Padre José Kentenich, quien como prisionero de los nazis en el campo de concentración de Dachau, indicó: "en el horizonte aparecen las líneas estructurales de un nuevo orden mundial: el mundo antiguo arde en llamas..." (Padre José Kentenich, Dass neue Menschen werden, 1945, Pág.7). El P. Fausto Mejía dijo también "en ese mundo globalizado, donde la tierra se ha vuelta una misión gigante, es urgente anunciar a Jesucristo, en especial en los grandes areópagos modernos de la cultura, de la ciencia, de la economía, de la política y de los medios de comunicación." Una visión que también fascinó al ingeniero chileno Mario Hiriart. Explicó el Padre Fausto con entusiasmo, que los miembros de los institutos seculares se convierten así prácticamente en "mediadores de gracias viviendo la santificación de la vida diaria y contribuyendo así al capital de gracias" ( P. José Kentenich, 1914). La espiritualidad y la misión propias del carisma fundacionalPor último, se reflexionó en torno a "La espiritualidad y la misión propia del carisma fundacional" propuesto por las Oblatas Misioneras de María Inmaculada, representadas por Rosa Mathieu y Simone Huneault. El objetivo fue abrir nuevos senderos a la consagración secular desde la fidelidad al carisma fundacional de cada uno de los Institutos y respondiendo a los desafíos de los pueblos de América. El taller se centró en reflexionar acerca del carisma fundacional en torno a la vivencia de los consejos evangélicos, la espiritualidad secular, la vida fraterna, la misión y la organización grupal. La vitalidad de los institutos depende de su vida según del carisma del fundador. Sería importante estudiar y analizar el mundo espiritual del fundador y de los cofundadores. Así se pueden considerar las constituciones inspiradas por los fundadores como un "patrimonio espiritual". Próxima conferencia en el PerúLos institutos seculares aparentemente ya tienen su lugar social y cultural en América Latina. Mujeres y varones se encontraron cordialmente y en espíritu familiar: indígenas de Guatemala, Ecuador y Perú, afroamericanos de la región del Caribe y de Brasil, también misioneros de Europa y de Asia, se integraron en comunión familiar. Por primera vez se unieron en una conferencia nocturna los miembros de institutos seculares masculinos: se nota un lento crecimiento y que son más conocidos. Quieren profundizar su cooperación. Junto a las conferencias, talleres y eucaristías, se desarrolló la Asamblea de la CISAL (Conferencia de los Institutos Seculares de América Latina) en la que se informó de las actividades desarrolladas en el cuatrienio pasado y se eligió la nueva dirección, compuesta por María Cristiana Ventura González, de México, como Presidenta; José Antonio Benito Rodríguez, de Perú, como Vicepresidente, María Cecilia Comuzzi, de la Argentina, Secretaria; Lucía Alvear, de Colombia, consultora de la congregación de Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, representante ante el CELAM, Tesorera, y Hans Czarkowski vocal, del Instituto Secular de los Hermanos de Maria de Schoenstatt, de Brasil. De igual modo, se informó que la próxima sede del Xº Congreso en 2010 será el Perú. El congreso finalizó con la Sta. Misa solemne en la catedral más antigua de América Latina, la basílica menor de la Virgen de Asunción, en el centro histórico de Santo Domingo. La presidió el Obispo Auxiliar de Santo Domingo, Mons. Francisco José Arnaiz Zaradona SJ. Finalmente se hizo una visita al histórico centro colonial de la ciudad y se participó de una noche folclórica delante del Arzobispado. Se agradeció cordialmente a la Conferencia de los Institutos Seculares en América Latina - CISAL – y a la Conferencia de los Institutos Seculares de la Republica Dominicana – CONDIS, y a su presidenta, Isabel Ibáñez del Instituto Lumen Christi, a su Vicepresidenta, Conrada González del Instituto Nuestra Señora de la Altagracia, y a la Secretaria, Adelaida Tapia del Instituto Hermanas de Maria de Schoenstatt. ORACIÓN DEL CONGRESO:Padre de bondad, lleno de amor y ternura, que amaste tanto al mundo que nos entregaste a tu único Hijo, Jesús: principio y fin de nuestros planes y anhelos, el Reino de Dios en la tierra. Mira nuestra pequeñez y envíanos el Espíritu de tu Hijo. Que su aliento creador nos anime en la búsqueda de tu voluntad en este IX Congreso Latinoamericano de Institutos Seculares. Que al participar en él, profundicemos las grandes líneas de la espiritualidad secular y crezca en nosotros la comunión eclesial. Confiamos en la protección de Nuestra Señora de la Altagracia: "Madre de Dios y de la Primera Evangelización de América" para que los frutos de este Congreso sean una bendición para la Iglesia y redunden en beneficio de un mundo más justo, fraterno y solidario. Amén |
HORIZONTES DE LA ESPIRITUALIDAD SECULAR EN LA HISTORIA
ESQUEMA
I. INTRODUCCIÓN. Dos avisos para navegantes
1. De la mano de Colón en su V Centenario
2. ¿Qué no es la espiritualidad laical?
II -ESPIRITUALIDAD
1. Cuerpo, alma y espíritu
2. Oposición carne-espíritu
3. "Cristo-fideles" de a pie
4. Vocación universal a la santidad
III. ENCARNADA EN LA HISTORIA
1. El compromiso del CELAM
2. Contextos de la espiritualidad latinoamericana
3. Perfiles de la espiritualidad latinoamericana
IV. ESPIRITUALIDAD PLURAL
1. Escuelas
2. Movimientos
3. Modelos
V SECULAR
1. Como todo laico que vive en las circunstancias ordinarias de la vida diaria
2. Como laicos consagrados que da un testimonio radical en el seguimiento a Cristo.
VI. RESPUESTA DE LOS INSTITUTOS SECULARES A LOS DESAFÍOS ACTUALES:
1. La Nueva Evangelización (en su ardor, expresión y métodos) o se hace con los laicos o no se hace.
2. Laicos en marcha. La llama si no se propaga, se apaga.
3. Nos urge a todos descubrir nuestra propia vocación y disponibilidad
4. Formación integral para vivir como miembro de la Iglesia y de la sociedad
5. Actualidad y belleza de nuestra vocación y misión
6. María, nuestro modelo
VII. CONCLUSIÓN: "Flor del Campo" en medio del asfalto
I. INTRODUCCIÓN. Dos avisos para navegantes
1. De la mano de Colón en su V Centenario
El 20 de mayo de 1506, hace 500 años, emprendía el último viaje –el de la eternidad- uno de los hombres que más influjo ha tenido en la historia.Un hombre entre dos épocas, la medieval y la moderna, tanto que se ha dicho de él que era un cruzado medieval y un ambicioso renacentista, un hombre que unió dos mundos y logró la primera globalización de la humanidad. Cristóbal Colón, cuyos restos parecen estar aquí en Santo Domingo, puede ayudarnos a descubrir caminos de secularidad en el siglo XXI. Dentro de su perfil personal recogemos la magistral descripción que de él hace uno de sus mejores biógrafos, el belga C. Verlinden:
De estatura bastante alto, de cara alargada con una nariz aquilina y ojos azul claro, de piel rojiza, cabellos blancos a sus 32 años. Su conversación era afable y digna, su comportamiento controlado. Sus prácticas religiosas eran estrictas, hasta el punto de que se le hubiese tomado por miembro de una orden monástica, tanto en lo que concierne al ayuno como a los rezos. Jamás escribía sin caligrafiar en cabeza 'Jesus cum Maria sit nobis in via' Su devoción a la Virgen y a san Francisco era tan grande que más adelante él atribuyó siempre al favor de Dios lo que había conseguido realizar. Tal sentimiento llegaba incluso hasta hacerle creerse[...]un elegido del Señor[...]Era un espíritu religioso, de una piedad y un misticismo completamente medievales. Pero nosotros sabemos que era además un hombre moderno, lleno de voluntad y de ambición, en un mundo en vía de rápido cambio
La dificultad en reunir los tripulantes por la desconfianza que suscitaba un extranjero la resuelven los frailes de la Rábida, los Niño de Moguer y los Pinzón.Parten el 3 de agosto, después de confesar y comulgar los 90 navegantes. Hacen escala en la Gomera de donde parten el 6 de septiembre. Marchan hacia el oeste por el paralelo 28º. Vientos propicios, sorpresa por desconocer la declinación magnética, desilusión en el mar de los Sargazos. Tras numerosas dificultades Juan Rodríguez Bermejos (el Rodrigo de Triana) puede gritar "¡tierra!". Era el 12 de octubre, las 2 de la madrugada. A la primera isla a 24º N, 74 Aº 30 'llamada Guanahaní por los indígenas, la bautizarán con el nombre de San Salvador (hoy es Watling y depende de Inglaterra). A la segunda se la denomina de Santa María de la Concepción; a la 3º la Fernandina; a la 4ª la Isabela. El primer contacto con los naturales fue muy pacífico. Los indios taínos decían "taí nos" que significa "somos nobles". Tras el hallazgo Colón redacta la carta donde informa de su descubrimiento. Colón escribirá: "Crean Vuestras Altezas (los Reyes) que en el mundo todo no puede aver mejor gente ni más mansa; deben tomar... grande alegría porque luego los harán cristianos y los avrán enseñado buenas costumbres de sus reinos, que más mejor gente ni tierra puede ser..." (COLON Diario 24-XII-1492) "...fallé muchas islas pobladas con gentes sin número... A la primera que yo fallé puse nombre Sant Salvador a conmemoración de su Alta Magestat, el cual maravillosamente todo esto a dado..." (COLON Carta a Luis de Santángel) 15-II-1493.
En su cuarto viaje, 1502, recorre las tierras de Honduras hasta el golfo de Darién. El 6 de enero de 1503 llegaba el Almirante a Río de Belén en la costa de Veragua. Allí fundó un pueblo en el que se quedaría su hermano Bartolomé, el Adelantado, y otra gente con un barco para crear la factoría, pacificar la región y organizar el rescate. Pero, al poco tiempo, se rebelaron los indios, matando a algunos españoles. Por esta razón Colón decide volverse en abril con todos los supervivientes; los barcos estaban medio podridos. En tal situación recibió su famosa revelación. de Jamaica o del cuarto viaje, el 7 de julio de 1503. Tras el fracaso de su último viaje, se retira a Valladolid donde le sorprende la muerte el 20 de mayo de 1506. Su hijo Hernando nos lo relata: "Quedó muy agravado de gota u del dolor de verse caído de su estado; agravado también con otros males, dio su alma a Dios, el día de la Ascensión[...]en la villa de Valladolid, habiendo recibido con mucha devoción todos los sacramentos de la Iglesia y dicho estas últimas palabras: in manos tuas Dómine, commendo spiritum meum" Era un 20 de mayo de 1506. Partía para el último y definitivo viaje, el de la eternidad De la trascendencia que este personaje ha ejercido en la historia, nos habla el Beato Papa Pío IX –ante la petición de más de 700 obispos- pidió, en el año 1873, que una comisión de historiadores y teólogos instruyese el proceso de beatificación. No se logró por dos obstáculos insalvables: su concubinato y su postura esclavista respecto a los indios. De él es esta bella oración:
"Bueno eres, Señor, sobre toda medida, pues me haces diligente y trabajador, y me pones los medios en mis manos. Día y noche, cada momento de mi vida, voy a agradecérselo, mi Señor y mi Dios. [1].
El testimonio de este laico cualificado nos habla de la grandeza y la debilidad del ser humano, de sus dolores y gozos, como magistralmente recoge el Concilio Vaticano II
Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del genero humano y de su historia". (Proemio, Gaudium et spes, proemio)
Este conocido texto del Vaticano II –a los 40 años de su convocatoria- sin duda que nos conecta de inmediato con nuestro congreso y en concreto con algo muy familiar los dolores y gozos de nuestros institutos
2. ¿Qué no es la espiritualidad laical?
En segundo lugar, para precisar cuál es la espiritualidad laical, nos conviene reflexionar primero en el negativo del cuadro, acerca de lo que no es:
a- No confundir prácticas espirituales con espíritu; no confundir la beatería o cucufatería con la espiritualidad auténtica. Ni siquiera hemos de pensar que es solamente algo cultual: novenas, procesión,...Hay que vivificar todas estas prácticas. De cultual a cultural, de doctrinal a comprometido con la vida. En este sentido hemos de cuidar en vivificar las numerosas prácticas cultuales
b. Los laicos no son sustitutos del clero. No hay que olvidar que no somos religiosos ni sacerdotes ministeriales; ellos dejan el mundo por el convento. Nuestro monasterio, nuestra celda son las calles, las clases, la familia, el trabajo... Hay que evitar el peligro de clericalizarnos, de recargarnos de funciones y de actividades eminentemente propias de sacerdotes o de religiosos. Necesitamos modelos de espiritualidad seglar como Tomás Moro, como el indio Juan Diego, como el siervo de Dios, Nicolás de Ayllón (de Chiclayo), como la médica Juana Beretta o el doctor san José Moscati...Todo menos considerar a los laicos como meros spectadores: "Cuentan que un recién convertido preguntó al sacerdote la víspera de bautizarse cuál es el papel del laico en la Iglesia. Aquél le respondió: "La posición del laico en nuestra Iglesia es doble: ponerse de rodillas ante el altar, es la primera; sentarse frente al púlpito es la segunda". El cardenal añadía con cierta ironía: "se le olvidó añadir una tercera: meter la mano en el portamonedas".
. Creen pero no practican
. Falta de coherencia: son católicos de "nombre" o de boquilla...
. Falta de compromiso por la comodidad (complejo butaca) o por la cobardía (complejo avestruz de agachar la cabeza.)
II -ESPIRITUALIDAD
La auténtica espiritual –ya lo vimos- va mucho más allá de lavida cultural. Es vida divina, comunión con Dios; unión a Cristo como el sarmiento a la vid. "Cristo, enviado por el Padre, es la fuente y origen de todo el apostolado de la Iglesia. La fecundiad del apostolado depende de la unión vital de los laicos con Cristo. Dice el Señor:"El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin Mí no podéis hacer nada" AA (Apostolicam actuositamen), 4. La vida espiritual es la vida del espíritu, la idiosincrasia, la identidad más característica, su ADN más peculiar, la vida de la vida. Tal como señala el P. Iraburur, la Espiritualidad estudia cómo el Espíritu Santo actúa sobre los cristianos "Dichosos los pobres en el espíritu» (Mt 5,3): los que ponen su confianza no en los bienes materiales sino en Dios. "El espíritu es el que da vida, la carne de nada sirve» (Jn 6,63). Jesús, al final de su etapa en la Tierra, en la Cruz, concluye su testamento con su palabra esencial: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46).«Inclinando la cabeza, entregó el espíritu» (Jn 19,30). La persona humana es un ser a la vez corporal y espiritual. El relato del Génesis (2,7) expresa esta realidad con un lenguaje simbólico cuando afirma que "Dios formó al hombre con polvo del suelo e insufló en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un ser viviente" (CEC 362). La persona humana está dotada de un alma «espiritual e inmortal». Desde su concepción está destinada a la unión con Dios por el amor y a gozar de la bienaventuranza eterna. En virtud de su alma y de sus potencias espirituales de entendimiento y voluntad, el hombre está dotado de libertad. Mediante su razón, el hombre conoce la voz de Dios que le impulsa a hacer el bien y evitar el mal. Todo hombre debe seguir esta ley que resuena en su conciencia y que se realiza en el amor de Dios y del prójimo. Por su voluntad, el ser humano es capaz de dirigirse por sí mismo hacia su bien verdadero. La persona humana encuentra su perfección en la búsqueda y en el amor de la verdad y del bien.
Esta vida en el espíritu es igual al seguimiento de Cristo (cfr. Ef. 5,2; Ga 2,20; 1Jn 3,16). La incorporación a Cristo por medio del Bautismo. La vida espiritual es la vida en el Espíritu Santo. El Espíritu Santo realiza en el hombre la vocación a la santidad.La vida espiritual está hecha de caridad divina y solidaridad humana.La vida espiritual tiene un principio vital, un modelo, un programa, unos recursos y unos resultados. Principio vital: el Espíritu Santo. Modelo: Jesucristo. Programa: las Bienaventuranzas. Recursos: la oración. los sacramentos, las virtudes teologales y cardinales, los dones del Espíritu Santo, la Virgen María.
Cuerpo, alma y espíritu
La persona humana es un ser a la vez corporal y espiritual. El relato del Génesis (2,7) expresa esta realidad con un lenguaje simbólico cuando afirma que "Dios formó al hombre con polvo del suelo e insufló en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un ser viviente" (CEC 362).
El cuerpo. El cuerpo del hombre participa de la dignidad de la "imagen de Dios": es cuerpo humano precisamente porque está animado por el alma espiritual, y es toda la persona humana la que está destinada a ser, en el Cuerpo de Cristo, el Templo del Espíritu (cf. 1 Co 6,19-20; 15,44-45) (CEC 364).
El mundo material alcanza su cima en el hombre. El ser humano presta sus labios a la creación para que alabe al Creador. No es lícito al hombre despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, tiene que considerar su cuerpo bueno y digno de honra y respeto, ya que ha sido creado por Dios y que ha de resucitar en el último día (GS 14,1) (CEC 364).
El alma. El alma es el componente del hombre que le capacita para buscar la verdad, captar la belleza, distinguir el bien del mal y elegir libremente el bien para él y los otros, en que consiste amar. En el alma reside la «ley natural». El término alma designa, a veces, en la Sagrada Escritura la vida humana (cf. Mt 16,25-26; Jn 15,13) o toda la persona humana (cf. Hch 2,41). Pero designa también lo que hay de más íntimo en el hombre (cf. Mt 26,38; Jn 12,27) y de más valor en él (cf. Mt 10,28; 2 M 6,30), aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: "alma" significa el principio espiritual en el hombre (CEC 363). El CEC (366) dice que cada alma espiritual es directa e inmediatamente creada por Dios (cf. Pío XII, enc. Humani generis, 1950: DS 3896; Pablo VI, SPF 8) No es "producida" por los progenitores. Es inmortal (cf. Cc. de Letrán V, año 1513: DS 1440): no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte. Se unirá de nuevo al cuerpo en la resurrección final. La unidad del alma y del cuerpo es tan profunda que se debe considerar al alma como la "forma" del cuerpo (cf. Cc. de Vienne, año 1312, DS 902); es decir, gracias al alma espiritual, la materia que integra el cuerpo es un cuerpo humano y viviente; en el hombre, el espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas, sino que su unión constituye una única naturaleza (CEC 365).
A veces se acostumbra a distinguir entre alma y espíritu. Así S. Pablo ruega para que nuestro "ser entero, el espíritu, el alma y el cuerpo" sea conservado sin mancha hasta la venida del Señor (1 Ts 5,23). La Iglesia enseña que esta distinción no introduce una dualidad en el alma (Cc. de Constantinopla IV, año 870: DS 657). "Espíritu" significa que el hombre está ordenado desde su creación a su fin sobrenatural (Cc. Vaticano I: DS 3005; cf. GS 22,5), y que su alma es capaz de ser elevada gratuitamente a la comunión con Dios (cf. Pío XII, Humani generis, año 1950: DS 3891) (CEC 367).
Oposición carne-espíritu
San Pablo opone la carne al espíritu (Rom 8, 5-26): Los que viven según la carne, desean lo carnal; mas los que viven según el espíritu, lo espiritual (v. 5). Vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros (v. 9). Mas si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia (v. 10). Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros (v. 11). Así que, hermanos míos, no somos deudores de la carne para vivir según la carne (v. 12), pues, si vivís según la carne, moriréis. Pero si con el Espíritu hacéis morir las obras del cuerpo, viviréis (v. 13) Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios (v. 14). Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! (v. 15). 16. El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. Nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo (v. 23). El Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros (v. 26).
La espiritualidad cristiana es una sola si consideramos su substancia, la santidad, la participación en la vida divina trinitaria, así como los medios fundamentales para crecer en ella: oración, liturgia, abnegación, ejercicio de las virtudes todas bajo el imperio de la caridad. En este sentido, como dice el concilio Vaticano II, «una misma es la santidad que cultivan, en los múltiples géneros de vida y ocupaciones, todos los que son guiados por el Espíritu de Dios» (LG 41a). «Todos los fieles, de cualquier estado y condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad» (40b). Y en el cielo, una misma será la santidad de todos los bienaventurados, aunque habrá grados diversos. Nos fijamos en dos aspectos:
Según B. Jiménez Duque por espiritualidad se entiende ordinariamente sin más la actividad religiosa frente a la vida. La vida abierta a la trascendencia, a Dios, y esto de manera radical y fundante, de tal modo que esa actitud no venga a ser una superestructura añadida a la vida, sino precisamente la estructura vertebral que da sentido y unifica todo el vivir humano. Especialmente cuando de hecho se toma conciencia de esa dimensión religiosa de la vida humana, surge el hombre espiritual y su espiritualidad correspondiente. Máxime si esa vida religiosa se asume seria y sinceramente con todas sus consecuencias, y la vida toda queda transida por su intensa vibración. Entonces tenemos el sentido estricto y preciso que hoy suele darse a esta palabra: vida espiritual, espiritualidad. Como realidad más alta del ser humano es la recepción de los dones del Espíritu Santo; son disposiciones permanentes en el hombre que le ayudan a seguir los impulsos del Espíritu Santo: sabiduría, inteligencia, ciencia, fortaleza, consejo, piedad y temor de Dios (cf Is 11, 1-2).Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones que nos regala el Espíritu Santo por las que participamos ya en la tierra de la vida bienaventurada del cielo. La tradición de la Iglesia enumera doce: "caridad, gozo, paz, paciencia, generosidad, bondad, benevolencia, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad" (Gál 5,22-23, vulg.).
El Cardenal Francisco Javier Errazurri en su conferencia Espiritualidad de la comunion, un desafio para toda la iglesia y sus institutos seculares al inicio del tercer milenio insite en que "Una espiritualidad surge de la oración y de la meditación, y se refleja en una vida de conversión al Evangelio y a sus valores.Una espiritualidad auténticamente cristiana no se consume en una piedad sin repercusión, en la existencia personal y en la vida social, porque siempre es la Buena Noticia -podríamos decir también, la teología- transformada en vibración interior, en dinamismo y energía espiritual. Para quien vive su consagración inmerso en los afanes del siglo y sin la protección de los muros conventuales, la espiritualidad es el alma de su vida y su misión. En efecto, hablar de espiritualidad cristiana es hablar del Espíritu. Cuando el concilio Vaticano II habla de la Iglesia como misterio de comunión, recoge las palabras de Juan al inicio de su primera carta (1 Jn 1, 37) Las Iglesia es sacramento de comunión, es y busca construir y vivificar la comunión de todo el género humano (Eclessia en América No. 33. LG. No. 1).
En resumen, digamos en dos palabras lo esencial del primer componente de la espiritualidad del laico:
1. "Cristo-fideles" de a pie ungidos en el BAUTISMO por el Espíritu. Triple unción: profética, sacerdotal, regia.
"Ungidos por el Espíritu Santo en el bautismo y la confirmación, el cristiano puede, a su modo, repetir las palabras de Jesús: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por lo cual me ha ungido para evangelizar a los pobres" CFL (Christifideles laici, 13)
2. Vocación universal a la santidad; "sed perfectos".
"La vocación de los fieles laicos a la santidad implica que la vida según el Espíritu se exprese particularmente en su inserción en las realidades temporales y en su participación en las realidades terrenas" CFL, 13.
Cuentan que un campesino, Paolo, se le acercó un día al Hermano Francisco de Asís y le animó a que siguiese su buen camino. El Poverello de Asís se le quedó mirando al campesino Paolo y le dijo: "Tú también puedes ser santo. A ti también te ama Dios. Cree esto y cambiará tu corazón."
III. ENCARNADA EN LA HISTORIA
1. El compromiso del CELAM
Es lo que ha rescatado el CELAM para América Latina: Río de Janeiro. Medellín, Puebla, S.Domingo, y prepara para mayo de 2007 en La Aparecida en Brasil con el tema Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida" ("Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida", Jn. 14,6).
En 1955 se celebraba la I Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Río de Janeiro. Su principal fruto fue la institución del CELAM (Consejo Episcopal Latino Americano).
En 1968, como aplicación del Vaticano II, se convoca el II CELAM en Medellín (Colombia) presidido por Pablo VI. Los documentos aprobados se pueden resumir en 3 grandes bloques: Promoción humana: Justicia, Paz, Familia y Demografía, Educación y Juventud; Evangelización y Crecimiento en la fe: Pastoral Popular, Pastoral de élites, Catequesis y Liturgia; Iglesia y sus estructuras: Laicos, Sacerdotes, Formación del Clero, Pobreza, Pastoral de conjunto y Medios de Comunicación Social. El esquema seguido en ellos tenía los tres puntos clásicos: ver, juzgar y actuar. Las actitudes e intenciones se dirigían a hacer una Iglesia situada en el mundo; captar los signos de los tiempos y responder con acciones específicas ante las circunstancias particulares de América Latina; dar énfasis especial al diganóstico de la realidad valiéndose de las ciencias políticas y socioeconómicas, descubriendo la raíz del problema social-estructural en la injusticia, la dependencia internacional, el subdesarrollo, la falta de sensibilidad. Juzgar la situación de injusticia como un pecado social que ofende a Dios. Señalar las metas a conseguir para lograr una sociedad mejor. Como fruto de esta conferencia, en 10 años, se redactan más de 150 documentos de Conferencias Episcopales, se publican gran cantidad de libros y estudios destinados a la tarea de evangelización.De 1968 a 1972, el CELAM impulsa la aplicación de Medellín mediante la creación de institutos de formación y la animación de las Conferencias Episcopales que denuncian lo negativo de cada país y anuncian lo positivo. La Iglesia ganó en credibilidad popular y en diversos sectores fue perseguida.
Desde 1972, en Sucre (Bolivia) el CELAM se define como "un organismo de comunión y servicio". En 1974 se celebra el sínodo de los obispos que culminará con la "Evangelii Nuntiandi" de Pablo VI. Los obispos se pronuncian frente a la miseria del pueblo y publican documentos en torno al compromiso con la realidad que les toca vivir. En 1979 Juan Pablo II abre el III CELAM, en Puebla. Se trata de aplicar en América Latina la encíclica "Evangelii Nuntiandi". El documento final se divide en 5 partes. La primera se refiere a la historia acentuando el "sustrato católico" actual por la evangelización fundante."...el acceso a la 'memoria histórica'de los pueblos latinoamericanos pasa por el reconocimiento de la presencia evangelizadora de la Iglesia durante cinco siglos"(P.Morandé). En la 2ª se alude al Plan de Dios sobre la realidad actual iluminada desde tres pilares: La verdad sobre Cristo, la Iglesia, el hombre. En la 3ª se dice cómo la evangelización ha de hacerse en comunión y participación. La 4ª insiste en que esta misión debe dirigirse a todos, especialmente a los jóvenes y los pobres. La 5ª recuerda la docilidad al Espíritu Santo para dejarse guiar hacia la verdad, el bien y la plenitud en Cristo.
La década de los 80 incrementó el compromiso con los pobres; se luchó por la justicia, por la dignidad de la persona, a pesar de muertes como la de Monseñor Romero y un buen número de misioneros. La Santa Sede intervino para corregir algunos puntos de la Teología de la Liberación. En el mundo socioeconómico se habla de la "década perdida" por el narcotráfico, la guerrilla, el paro, la deuda externa...En los cristianos ha habido un aumento de vocaciones nativas y un mayor compromiso a través de Comunidades de Bases, Agentes Pastorales...
IV Conferencia en Santo Domingo de 1992. Comenzó a prepararse desde de 1987. El documento de consulta se componía de cuatro partes: Visión histórica de los 500 años de evangelización. La realidad latinoamericana actual y tendencias hacia el futuro. Visión pastoral de la realidad: Avances o estancamientos desde Puebla; los retos de la Iglesia. Iluminación teológica para el marco referencial y posibles actitudes pastorales ante la Nueva Evangelización. El tema aprobado: "Nueva Evangelización. Promoción Humana. Cultura Cristiana. Jesucristo ayer, hoy y siempre". A raíz del Congreso de Doctrina Social de la Iglesia celebrado en Chile el verano de 1991, se le ha añadido una 5ª parte, dedicada a las líneas pastorales por las que apuesta: la opción preferencial por los pobres desde la dimensión cultural, la pastoral urbana, los indígenas y afroamericanos, los jóvenes, la vida humana. El documento final se vertebra en torno a tres aspectos formales (iluminación teológica, desafíos y líneas pastorales) y los tres bloques temáticos (nueva evangelización, promoción humana, cultura cristiana) con el fin de abordar cuestiones candentes tales como la solidaridad contra la pobreza, la secularización y las sectas, los desplazamientos de la población y la violencia...
Identidad cristiana de América en el Sínodo sobre América.El gran documento postsinodal Ecclesia in America dedica dos apartados al tema. Vale la pena leerlos:
El mayor don que América ha recibido del Señor es la fe, que ha ido forjando su identidad cristiana. Hace ya más de quinientos años que el nombre de Cristo comenzó a ser anunciado en el Continente. Fruto de la evangelización, que ha acompañado los movimientos migratorios desde Europa, es la fisonomía religiosa americana, impregnada de los valores morales que, si bien no siempre se han vivido coherentemente y en ocasiones se han puesto en discusión, pueden considerarse en cierto modo patrimonio de todos los habitantes de América, incluso de quienes no se identifican con ellos...(n. 14) "La expresión y los mejores frutos de la identidad cristiana de América son sus santos. En ellos, el encuentro con Cristo vivo "es tan profundo y comprometido [...] que se convierte en fuego que lo consume todo, e impulsa a construir su Reino, a hacer que Él y la nueva alianza sean el sentido y el alma de [...] la vida personal y comunitaria. América ha visto florecer los frutos de la santidad desde los comienzos de su evangelización. Este es el caso de santa Rosa de Lima (1586-1617), 'la primera flor de santidad en el Nuevo Mundo', proclamada patrona principal de América en 1670 por el Papa Clemente X . Después de ella, el santoral americano se ha ido incrementando hasta alcanzar su amplitud actual (n.15). Entre sus Santos, 'la historia de la evangelización de América reconoce numerosos mártires, varones y mujeres, tanto Obispos, como presbíteros, religiosos y laicos, que con su sangre regaron [...] [estas] naciones. Ellos, como nube de testigos (cf. Hb 12, 1), nos estimulan para que asumamos hoy, sin temor y ardorosamente, la nueva evangelización' . Es necesario que sus ejemplos de entrega sin límites a la causa del Evangelio sean no sólo preservados del olvido, sino más conocidos y difundidos entre los fieles del Continente" (n. 15).
2. Contextos de la espiritualidad latinoamericana (J. Martínez-de-Toda 2001).
Económico: Hay una situación de pobreza de las mayorías. Estas se sienten arrastradas por el modelo neoliberal y por la globalización sin perspectivas de poder reorientarse hacia un modelo más humano de desarrollo.
Cultural. Las nuevas tecnologías y los modernos cambios culturales están influyendo muy fuertemente en los nuevos lenguajes y símbolos y en las nuevas formas de pensar y sentir. La cultura de América Latina es una cultura mestiza e híbrida, característica del inmigrado a la ciudad, sujeto también a la influencia de la cultura contemporánea globalizante. Esta cultura contemporánea se está haciendo sentir ya con fuerza. Es mediática, fragmentaria (posmoderna). El elemento histórico pesa poco. Lo que se quiere es libertad. Predomina lo subjetivo, pragmático y consumista. Lo importante son las relaciones que se tienen. Hay una pérdida de identidad por el desplome de modelos del pasado . Es globalizante, donde lo que predomina es la competencia y la eficiencia. Es pluralista cultural y religiosamente. Es secularizada. Grupos específicos, como los jóvenes, tienen su subcultura.
Contexto religioso: Representa el encuentro de tres grandes tradiciones:
La indígena, en la que hay una comunión entre lo humano, lo cósmico y lo espiritual. Lo espiritual y lo trascendente son vistos como la esencia de la armonía cósmica en el ciclo vida-muerte. Hay un sentido de misterio y de significado simbólico en toda realidad. Los ritos de la vida tienen una gran importancia espiritual. La cultura indígena religiosa es mítica, oral y colectiva. Esto se da especialmente en Bolivia, Perú, Ecuador, Guatemala y México.
La católica. Traída por los españoles de acuerdo con el paradigma de Trento y su experiencia multisecular. Los españoles se identificaban fuertemente con el símbolo de la cruz, por la que habían luchado en su país durante ocho siglos contra la luna árabe en creciente Ellos trajeron consigo al nuevo continente devociones populares y expresiones dramáticas para sus fiestas religiosas, la participación comunal, un idealismo ascético y místico y el humanismo de la contrarreforma. Desde el s. XIX y parte del XX se nota la presencia crítica del positivismo con gran incidencia en la educación, la política, el derecho, el tratamiento público de lo religioso y la información. Esto se dio especialmente en Venezuela, México, Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Bolivia y Cuba.
El animismo es lo aportado por los africanos, especialmente en partes del Brasil y el Caribe.
3. Perfiles de la espiritualidad latinoamericana (J. Martínez de Toda)[2]
a) El aprecio profundo por la dignidad de la persona. Dios se preocupa de todos, especialmente de los niños, los pobres, los enfermos y los ancianos.
b) El gran valor a las relaciones interpersonales dentro de la familia y de la sociedad. La familia es la primera en transmitir las creencias religiosas, los valores y las tradiciones
c) Los católicos tienen sentimientos encontrador sobre la Iglesia Católica, a pesar de que la credibilidad hacia es la más alta entre todas las instituciones. no 'se siente' Iglesia".
d) Se relaciona profundamente con el simbolismo ritual y la sacramentalidad.
e) Tiene devociones populares muy enraizadas, como la del Cristo crucificado, espejo de los sufrimientos propios, su afición por la Biblia y su devoción por el Señor Jesús Hay gran veneración por la Virgen María como madre espiritual y por los santos como poderosos intercesores. Las fiestas religiosas de la Navidad, Reyes y Semana Santa se celebran con representaciones teatrales y cantos especiales.
f) Es una Iglesia profética y evangelizadora pero también evangelizada por los pobres. La Biblia ha sido especialmente meditada y comentada en las comunidades eclesiales de base. De ella se ha sacado la opción preferencial por los pobres. La auténtica teología de la liberación ha producido su propia espiritualidad de liberación, basada en la justicia social Como dice el P. Andrés Gallego en "El método de la TL como camino de espiritualidad" el pueblo hispanoamericano, al igual que el Pueblo de Israel, contempla a Dios en la vida y en la historia.
g) Es heterogénea con diversidad de tendencias y movimientos eclesiales, como carismáticos, etc. Se mueve en un contexto secular, con espiritualidades como la de New Age.
IV. ESPIRITUALIDAD PLURAL (Heb 11-12) "Nube de Testigos que nos han precedido"
1. Escuelas
La Espiritualidad estudia cómo el Espíritu Santo actúa normalmente sobre los cristianos. Ahora bien, así como en todos ellos hay algo común -la naturaleza- y hay ciertas variedades -diferencias de sexo, temperamento, educación, época, etc.-, así podemos distinguir en la acción del Espíritu divino que reciben los cristianos una espiritualidad común y varias espiritualidades peculiares.
Las modalidades de la santidad son múltiples, y por tanto las espiritualidades diversas. Podemos distinguir espiritualidades de época -primitiva, patrística, medieval, etc.-, de estados de vida -laical, sacerdotal, religiosa; es la diversidad que tiene más importante fundamento-, según las dedicaciones principales -contemplativa, misionera, familiar, asistencial, etc.-, o según características de escuela -benedictina, franciscana, ignaciana, etc.
Una buena clasfiicación la da A. Royo Marín en su obra "Los grandes maestros de la vida espiritual. Historia de la espiritualidad cristiana" BAC, Madrid, 1973. En la Edad antigua distingue el monacato oriental, el occidental, San Agustín y otros como Celmente de Alejandría, Hilario de Poitiers, Gregorio Neiseno, Juan Crisóstomo, pseudo Dionisio Areopagita, Máximo el confesor, Juan Clímaco, Beda el Venerable, Juan Damasceno. Para la Edad Media, la escuela benecitina, la escuela de San Víctor, la artujana, la dominicana con la figura egregia de Santo Tomás de Aguino (el organismo sobrenatural, la gracia actual, el crecimiento sobrenatural, la perfección cristiana, su obligatoriedad, grados de perfección, posiiblida de la misma, vida activa y contemplativa, el éxtasis, los estados de perfección), la franciscana con San Francisco, Antonio de Padua, Buenaventura, Angela de Fligno, Bernardino de Siena, Catalina de bolonia; autores independientes de la ddevocio moderna. En la Edad Moderna reseña la escuela benecictina, la dominicana, franciscana, agustiniana, carmelitana (Teresa, Juan de la Cruz, Teresita), ignaciana (Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Francisco de Borja, Alonso Rodríguez, Alvafez de Paz, Roberto Belarmino, Luis de la Puente, Luis de la Palma, Eusebio Nieremberg), salesiana (Francisco de Sales, Juana Fremiot de Chantal, Margairta María de Alacoque, Juan Bosco, Tissot), escuela francesa (Cardenal Pedro de Berulle, Vicente de Paúl, Juan Eudes, Monfort, La Salle), independientes (Juan de Avila, Felipe Neri, Calasazn, Bossuet, Fenelón, Pablo de la Cruz, Alfonso María de Ligorio, José Cafasso…) De la Época Contemporánea (siglo XX), escuela benedictina, Don Columba Marmión, Chautard, Lehodey; dominicana, Arintero, Garrigou-Lagrange, Philipon; carmelitana (Isabel de la Trinidad, Gabriel de Santa María Magdalena, Crisógono de Jesús sacramentado); ignaciana (Grandmasison, Guibert), independientes (Gema Galgani, E. Leseur, Carlos de Foucauld, Angeles Sorazu, Cardenal Mercier, J. Maritain)…
Según B. Jiménez Duque nos dice que las escuelas de espiritualidad surgen de algunas instituciones de fuerte personalidad moral dentro de la Iglesia, o provocadas por alguna personalidad profética y genial que produce un movimiento espiritual en su torno y aun después de su paso. Así, se habla de escuelas benedictina (v.), franciscana (v.), dominicana (v.), agustiniana (V. AGUSTINISMO), carmelitana (v.), de la devotio moderna (v.), jesuítica (v.), avilina (v. JUAN DE ÁVILA), beruliana (o francesa muy impropiamente; V. BÉRULLE), salesiana, alfonsiana, etc
La infinita riqueza del Creador se manifiesta en la variedad inmensa de criaturas: no diez o cien, sino miles y miles de especies de plantas, de animales, de peces... También las infinitas riquezas del Redentor se expresan en esas innumerables modalidades de vida evangélica. El cristiano, sin una espiritualidad concreta, podría encontrarse dentro del ámbito inmenso de la espiritualidad católica como a la intemperie. Cuando por don de Dios encuentra una espiritualidad que le es adecuada, halla una casa espiritual donde vivir, halla un camino por el que andar con más facilidad, seguridad y rapidez, halla en fin la compañía estimulante de aquellos hermanos que han sido llamados por Dios a esa misma casa y a ese mismo camino.
Hoy se da en la Iglesia un doble movimiento: por un lado, una tendencia unitaria hace converger las diversas espiritualidades en sus fuentes comunes, Biblia, liturgia, grandes maestros. Por otra, una tendencia diversificadora acentúa los caracteres peculiares de la espiritualidad propia a los distintos estados de vida, o a tales movimientos y asociaciones. La primera ha logrado aproximar espiritualidades antes quizá demasiado distantes, centrándolas en lo central. La segunda ha estimulado el carisma propio de cada vocación, evitando mimetismos inconvenientes.
Debemos ser conscientes de este fenómeno para evitar ciertos radicalismos que deben ser indicados en este punto. El exceso unificador lleva en ocasiones a difuminar las espiritualidades particulares, ignorando los diversos carismas, rompiendo tradiciones valiosas, desvirtuando la fisonomía propia de las diversas familias, regiones, escuelas. Así se llega a una espiritualidad única para adolescentes, cartujos, madres de familia, párrocos o jesuitas, con el consiguiente empobrecimiento. Por otra parte, un exceso diversificador radicaliza los perfiles peculiares de una espiritualidad concreta; se apega demasiado a sus propios métodos, en lenguaje, modos y maneras; absolutiza lo accidental y relativiza quizá lo absoluto; pierde armonía evangélica y plenitud de valores. Así se produce un ambiente espiritual cerrado, aislado, con terminología propia, que para unos es muy gratificante, y para otros asfixiante. En tal ambiente, las eventuales iniciativas del Espíritu, si no se ajustan al modelo vigente en esa espiritualidad altamente diversificada y concretada, quedarán silenciosamente sofocadas. Y los integrantes de círculo tan cerrado y peculiar se mostrarán incapaces de colaborar con otros fieles o grupos cristianos, pues éstos son extraños al movimiento, grupo o institución, con el peligro de convertirse en una secta.
Sola es universal la Espiritualidad de la Iglesia, que tiene en la sagrada liturgia su principal escuela, abierta a todos los cristianos. Todas las demás espiritualidades acentúan más ciertos valores cristianos y menos otros: una es metódica y reglamentada, otra tiene pocas reglas; una insiste en la oración litúrgica, otra usa más las devociones populares...San Juan de la Cruz: «A cada uno lleva Dios por diferentes caminos; que apenas se hallará un espíritu que en la mitad del modo que lleva convenga con el modo de otro» (Llama 3,59). Ninguna espiritualidad o devoción concreta puede presentarse como necesaria para todos los cristianos. Únicamente la Espiritualidad de la Iglesia Católica, y su principal exponente, la liturgia, puede y debe requerir el consenso de todos los fieles católicos.
2. Los Movimientos
El nuevo empuje cobrado por los movimientos laicales es innegable. Recordemos el magno encuentro en el marco del Jubileo protagonizado por Juan Pablo II y el reciente del Pentecostés del 2006 con Benedicto XVI. El 4 Junio del 2006, el Papa Benedicto XVI recordó, en el marco del reciente encuentro con los movimientos y nuevas comunidades, que la Iglesia "es un gran movimiento animado por el Espíritu"."En Pentecostés –dijo el Pontífice, al final de la Misa Solemne que presidió en la Plaza de San Pedro- la Iglesia se manifestó como una, santa, católica y apostólica; se manifestó misionera, con el don de hablar todas las lenguas del mundo, porque la Buena Nueva del Amor de Dios está destinada a todos los pueblos". El Santo Padre destacó luego que "entre las realidades suscitadas por el Espíritu en a Iglesia se encuentran los Movimientos y las Comunidades Eclesiales, a quienes tuve la alegría de encontrar ayer en esta Plaza, en una gran reunión mundial. Toda la Iglesia, como amaba decir el Papa Juan Pablo II, es un único gran movimiento animado por el Espíritu Santo, un río que atraviesa la historia para irrigarla con la gracia de Dios y fecundarla de vida, de bondad, de belleza, de justicia, de paz".
Basta asomarse a cualquier parroquia, consultar cualquier publicación eclesial, para darse cuenta que el protagonismo de los laicos es un hecho. Acudimos, sin embargo, a una etapa inicial en la que cada movimiento se mira a sí mismo, quizá autocomplacido o, al menos necesitado, por su puesta en marcha, sin que tenga demasiados horizontes para coordinar esfuerzos, crear grandes plataformas de seglares que unan sus esfuerzos en una empresa común. Los nuevos Movimientos son realidades eclesiales suscitadas por el Espíritu Santo. Con una significativa participación de los laicos, reproducen la imagen de la Iglesia en su composición histórica: laicos, sacerdotes, miembros consagrados según los consejos evangélicos, que colaboran entre sí, crecen y actúan en un mismo espíritu para una gran misión y están animados por un mismo carisma que genera unidad en una rica diversidad.
Las notas que se perciben en los movimientos eclesiales son:
Carácter internacional
Variedad: grupos, asociaciones, movimientos
Objetivos apostólicos: exigencias del ambiente, evangelización y santificación, presencia en las circunstancias de la vida (son laicales), son signo de comunión eclesial
Lydia Jiménez y Germán Doig distinguen en los nuevos movimientos eclesiales:
1. Una identidad concreta en comunión plena con la Iglesia
2. Protagonismo de los laicos
3. Posibilidad para recorrer camino evangélico de perfección
4. Pedagogía en relación con el carisma
5. Fundador
6. Conciencia común de la novedad aportada por el Bautismo
7. Comunión con Cristo y los hermanos. Fidelidad al carisma
8. Fidelidad al Magisterio de la Iglesia
9. Compromiso
Veamos un cuadro de los movimientos espirituales a lo largo de los 2000 años de historia de la Iglesia:
Siglo y etapa | Características de su espiritualidad | Nombres |
Apostólica, S.I | Unidad y comunión Dirección de Pedro y los Doce Carismas de misioneros peculiares: Bernabé... | Primeros Cristianos |
Subapostólica S.II | Importancia de la iglesia local: jerarquía, sacramentos en función de su vida y la misión. Iglesia como movimiento | Padres apostólicos
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Era de los mártires, III-IV | Vivencia heroica del cristianismo Fuerza de la minoría,Testimonio valiente |
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Monjes y Padres de la Iglesia IV | Martirio "blanco" Monasterio: morada en que se consagra el mundo a Dios:Al cerrarse la época martirial, los cristianos quieren seguir de cerca a su maestro. Optan por el martirio "blanco": se retiran al desierto dando todo a los pobres. En el siglo IV, cuenta la Iglesia con guías de excepción. A caballo entre la antigüedad y el medievo, los Padres, intrépidos defensores de la fe frente a la herejía, libertadores morales de la Humanidad frente al "fatum" pagano, son los auténticos apasionados por el hombre. | Padres desierto Cenobitismo |
Padres de la Iglesia V. | Compañía-amistad monacal. Consagración (laicos-sacerdotes) al servicio ministerial de la Iglesia | Mon. Del Huerto, S. Agustín |
VI. Monacato | Frente a la invasión germánica. Monasterio como recogimiento comunitario para la misión Es la institución clave del momento. Los monjes irradian espiritualidad, hermandad, cultura, enseñanza de la técnica agrícola. Son la unidad paradigmática que renuevan la sociedad en todos los sentidos. Signo de paz en una sociedad violenta. | Benedictinos Canónigos regulares |
VII. VIII Carlomagno | Se integra la cultura roma y la vida cristiana benedictina. |
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IX-X Investiduras laicas | Feudalización de la sociedad y de la iglesia. Iniciativas de reforma. Reforma cluniacense: oración, liturgia, cultura;dependen del Papa Nuevas formas: camaldulenses, premostratenses, canónigos | Cluniacenses |
XI. Gregorio VII Christianitas europea | Reforma gregoriana. Cistercienses (San Bernardo de Claraval) Movimiento pauperista | Cistercienses Cartujos
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S.XII | Las Cruzadas brindaron campo magnífico a los ideales y acción de los caballeros cristianos. Órdenes de Caballería. Peregrinaciones. Ordenes Militares (mansedumbre del monje y fortaleza del soldado) y hospitalarias (templarios y caballeros de Malta). | Órdenes Militares: templarios, Malta, Calatrava… |
S. XIII Naciente burgesía, universidades, grandes crisis | Órdenes mendicantes que recogen la sensiblidad por la pobreza y predican celosamente. Son conventos de hermanos pobres y obedientes dispuestos para la misión. Órdenes segundas (vírgenes) y terceras (laicales) | Franciscanos(misericordia) Dominicos(predicación) Trinitarios yMercedarios (redención de cautivos) |
S.XIV- S.XV Ansias de Reforma. Humanismo. Burguesía. Nacionalismos. La Iglesia y el Papado pierden liderazgo | A lo largo del siglo XV destacaron predicadores populares como Gerardo el Grande, iniciador de la corriente "devotio moderna", San Bernardino de Siena, Juan de Capistrano y Jerónimo de Savonarola en Itgalia, o San Vicente Ferrer en España. Responsabilidad personal, vida interior, meditación, estudio de la Sagrada Escritura, cristocentrismo | Devotio moderna Congregaciones de observancia Hermanos de la Vida común Agustinos Olivetanos;Jesuatos Mínimos de S. Fco. De Paula Jerónimos Ordendel Santísimo Salvador Capuchinos;Carmelitas descalzos |
S. XVI.XVII Reforma Católica | Fue su fundador Ignacio de Loyola, convertido cuando fue herido defendiendo el cerco de Pamplona frente a los franceses. Pronto se rodeó de discípulos y compañeros quienes constituirán la "Compañía de Jesús" aprobada por el Papa Paulo II en 1540. Entre los primeros estuvieron San Francisco Javier, Laínez, Salmerón, Pedro Fabro. Será una orden muy activa, con espíritu corporativo, para evangelizar en todo el mundo, especialmente en los lugares de mayor influjo protestante (el hombre más destacado en Alemania fue San Pedro Canisio). Como novedad quita la obligación de rezar en grupo (oración del coro) para dejar más libertad en su evangelización
| LA COMPAÑÍA DE JESÚS. |
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| Reforma del Oratorio del Divino Amor,Oratorianos Barnabitas ,Teatinos Capuchinos, Somascos Oblatos de San Carlos Borromeo Carmelitas Descalzos Carmelitas Descalzas Los clérigos regulares de la Madre de Dios, de San Juan Leonardi Los clérigos menores regulares, fundados en 1588 por Juan A. Adorno, San Francisco Caracciolo y su hermano Fabricio ESCOLAPIOS de San José de Calasanz URSULINAS de Santa Angela de Merici COMPAÑÍA DE MARÍA de Santa Juana de Lestonac Instituto de la bienaventurada Virgen María, María Ward. RELIGIOSAS DE NUESTRA SEÑORA, de Alicia Le Clerc HH. de SAN JUAN DE DIOS. CAMILOS. Fundados por San Camilo Lelis Fraternidad de S. Felipe Neri Hijas de la Caridad;Visitación Paúles o PP. de la Misión |
S.XVII | Raíces del Movimiento Misionero Moderno La Sociedad para las Misiones extranjeras de París | Misioneros |
S.XVIII Iluminismo- Liberalismo | Descristianización personal y social Estado frente a la Iglesia Supresión de la vida regular .. Espiritualidad del Sagrado Corazón, Devoción a la Dolorosa, la Preciosa Sangre | Monfortianos Redentoristas |
S.XIX | Presencia de la Virgen Inmaculada Corazón traspasado de Cristo en la Cruz y Buen Pastor;Exaltación de Cristo Rey Fuerza del Espíritu Santo Nuevo Movimiento misionero: Amigos y Amistades (Obra de la Propagación de la Fe) Caridad y compromiso social Movimient ecuménico: Oxford, Card. Manning, Nuestra Señora de Sion Nuevos institutos de vida consagrada | Maristas Marianistas Hermanas de San José Oblatos de María Virgen Oblatos de María Inmaculada Misioneros del S. Santo Combonianos Misioneros del Verbo Divino Javerianos Salesianos |
S. XX | Institutos Seculares Movimientos Eclesiales: Notas: Carácter internacional Variedad: grupos, asociaciones, movimientos Objetivos apostólicos: exigencias del ambiente, evangelización y santificación, presencia en las circunstancias de la vida (son laicales), son signo de comunión eclesial Encuentro Mundial de los Movimientos y Nuevas Comunidades del 30 de mayo de 1998 | Opus Dei;Com.de "El Arca" Foyers de Charité;Schönstatt Mov.Teresiano de Apostolado Comunión y Liberación Cursillos de Cristiandad Movimiento "Juan XXIII" Movimiento de Vida Cristiana CVX;Comunidad de San Egidio Renovación Carismática Católica Milicia de la Inmaculada;Legión de María;Focolares;Cooperadores Salesianos;Talleres de Oración y Vida;Camino Neocatecumenal; Movimiento Nazaret |
3. Grandes modelos de espiritualidad
Francisco de Asís (1182-1226). La indentificación entre Iglesia y poder político dio origen a la idea de la «cristiandad». La Iglesia-cristiandad se enfrentó a los pueblos no cristianos, a los musulmanes. En este contexto se forma el movimiento de la «cruzada». Las cruzadas se relacionan, en algún aspecto, con las peregrinaciones a Tierra Santa y, por otra parte, con la idea de «guerra santa».
En este ambiente surge el concepto de la Iglesia militante y del cristiano como soldado de Cristo, para expresar la idea del verdadero cristiano o del cristiano comprometido.
Francisco de Asís sintió hablar de todo esto desde su niñez. La «caballería» era entonces el ideal humano y religioso más grande.Se pensaba que la vida de los cristianos y la misma gloria de Dios dependían de la posesión de la ciudad santa de Jerusalén. Por eso Francisco se siente atraído por la vida caballeresca y quiere ir también a Jerusalén a luchar como cruzado, soldado de Cristo, para liberar la Tierra Santa. Pero, turbado por un misterioso sueño, siente una voz que le pide regrese a Asís, pues «¿qué es mejor, obedecer al siervo, al Papa, que ha ordenado la cruzada, o al Señor?».
Entonces Francisco decide participar activamente, no en la cruzada armada, sino en la cruzada de Cristo, para salvar a los musulmanes con su ejemplo de hombre pacífico.
Viendo en Asís el estado ruinoso de la iglesia de San Damián, el Señor le dice: «Francisco, repara mi Iglesia. Como ves, está en completa ruina». La Iglesia-cristiandad era un poder temporal que se vio tentada, como consecuencia, del afán de dominio, de ansias de riqueza, de bienestar material, de violencia. Para remediar esta crisis, la voz profética de Francisco predica la pobreza y la paz, el alejamiento de toda implicación y reivindicación de poder. La crisis podía superarse con una intensificación de la vida espiritual. Cuando Francisco se sintió incapaz de poder dirigir su fundación, la recomendó a la dirección de la Santa Iglesia. La maternidad de la Iglesia era para Francisco un elemento constitutivo de la fraternidad de sus seguidores, es decir de la comunidad de sus hermanos.
Entre los suyos surgió el conflicto entre la vocación personal y la estructura temporal de la Iglesia, y algunos siguieron sus criterios personales, alejándose de la Iglesia. Tal peligro existía también para Francisco, pero para él la Iglesia era la casa del Señor. La espiritualidad franciscana contribuyó a la reforma de la Iglesia, particularmente en sentido moral. Francisco no pensó jamás que la Iglesia visible fuese algo inútil, como el movimiento de los «espirituales», muy vinculado a Joaquín de Fiore.
Catalina de Siena (1347-1380). En su tiempo la situación de la Iglesia en Italia era deplorable. Los Papas, que residían en Avignon, gobernaban sus estados mediante legados pontificios. Afligida por esta situación, Catalina escribe una carta al Papa Gregorio XI: «Si hasta ahora usted no ha actuado con firmeza, lo deseo y se lo ruego. Actúe con valentía [...] Dedíquese a los asuntos espirituales, ponga buenos pastores en las ciudades [...] Regrese a Roma, no se demore más» (cf. Valeria Menconi, Santa Caterina da Siena e i pastori della Chiesa, Roma 1987). Catalina, en esta actuación que se puede llamar religioso-política, tiene una experiencia muy personal de Cristo y de la Iglesia. La eclesiología del Siglo XIV concentró su atención, especialmente, en los problemas del poder, en las relaciones entre el poder temporal y el poder espiritual. La Iglesia romana se concebía como un «cuerpo» en sentido jurídico, del cual el Papa era la cabeza y los cardenales los miembros.
Junto a esta eclesiología existían otras corrientes más atentas al aspecto sacramental y espiritual de la Iglesia. Además de «esposa» y «madre», Catalina define a la Iglesia con otras dos figuras: una, el «Cuerpo místico de la santa Iglesia», formado por los sacerdotes, ministros de la Eucaristía, que en aquel tiempo eran también llamados el «Cuerpo místico de Cristo». La otra figura asignada por Catalina a la Iglesia es la de «cuerpo universal», es decir los fieles. Esto no significa un dualismo eclesiológico, pues los fieles somos todos los bautizados. El sentido cataliniano de «cuerpo» está ilustrado por diversas figuras. La Iglesia es la familia en la que el padre es la Trinidad. La Iglesia es, en Jesucristo, la esposa de la Trinidad, ya que con la Encarnación se realiza la voluntad de Dios para salvar a la humanidad.
Los nombres más tiernos de Catálina son para el Papa, pero estos títulos no son una alabanza vacía. La santa exige al Pontífice que dé testimonio de su responsabilidad. El título dado por Catalina al Papa de «dulce Cristo en la tierra» quiere decir, al mismo tiempo, que «el vicario siga las huellas del Señor». Unidos a la cabeza de la Iglesia y dependiendo de ella, están —según Catalina— los obispos y los sacerdotes. También aquí se nota el mismo contraste: por una parte hay una idea altísima de la dignidad sacerdotal; y por otra, una despiadada denuncia de la vida indigna de muchos sacerdotes (cf. François Vandenbrouke, Spiritualità en el Medioevo).
San Ignacio de Loyola (1491-1556). Su eclesialidad no es formalística, expresa más bien una estrecha relación con la Iglesia y, especialmente, con el Papado (cf. Ejercicios, n. 352-370). La obra espiritiual más importante de San Ignacio son los Ejercicios. Son un método para descubrir la vocación cristiana de cada bautizado. La dinámica de los Ejercicios está constantemente orientada hacía una elección decisiva: ya se trate de la conversión interior o de elegir la propia forma de vida.
Las meditaciones de la primera parte («primera semana») tienen como fin experimentar profundamente la negatividad del desorden que significa el pecado. El infierno no es sino el rechazo, convertido en estado definitivo, de la llamada divina invitándonos a ser nosotros mismos, superándonos a nosotros mismos, es decir, poniendo orden en nuestra vida. Los Ejercicios no se limitan a suministrar las motivaciones que justifican la elección fundamental, sino que conducen al ejercitante gradualmentre hacia la libertad, a través de una pedagogía espiritual, para decidir sobre uno mismo, responsablemente, fijándose en el ejemplo más auténtico: la persona de Jesucristo, su vida y sus misterios. Este es el objetivo de la «segunda semana». No hay violencia, ni religiosa, ni psicológica o moral. Sólo la propuesta de Cristo, invitando al ejercitante a seguirle. Es el momento en que irrumpe en los Ejercicios la figura fascinante de Cristo y de su obra. Llegar a ser auténticamente uno mismo significa, pues, superarse a uno mismo en el seguimiento de Cristo. Y esto hasta el misterio de la cruz, de la muerte y de la resurrección de Cristo (tercera y cuarta semanas). La muerte a uno mismo, a la propia negatividad y al pecado es la condición para empezar a vivir una nueva vida espiritual, la libertad liberada, la plena libertad. La última palabra de los Ejercicios es el amor. En la meditación conclusiva «para alcanzar amor», el plan de la creación se revela en su significado: todo es gracia y don. La gratuidad del amor de Dios, que se manifiesta en su Hijo, libera al hombre de las fuerzas destructivas del pecado y de la muerte, y lo abre a la vida bienaventurada y eterna que sólo Dios puede dar. Ser auténticamente libre significa amar, superándose a uno mismo y ofreciéndose totalmente a Dios. Ser auténtico cristiano y gozar de una saludable vida espiritual consiste en vivir la libertad de los hijos de Dios y trabajar para que los otros la descubran y la vivan, sobre todo con el propio testimonio.
John Henry Newman (1801-1890) Su problema fundamental fue encontrar la verdadera Iglesia de Cristo. Después de una larga y diligente investigación sobre la historia del cristianismo, descubrió que el desarrollo de la Iglesia católica era legítimo y justo, y decidió hacerse católico. Entró en el Oratorio de san Felipe Neri. En 1856 publica el artículo «La consulta de los laicos en materia de doctrina», en el que ponía de relieve la contribución de los laicos en la defensa de la fe. El artículo suscitó una violenta reacción, y Newman se encerró en el silencio. Sin duda, el estilo de vida que ofrecía el Oratorio respondía a su actitud religiosa. El encuentro con la espiritualidad de san Felipe Neri abrió en su aislamiento una nueva perspectiva: el aniquilamiento voluntario, la vía del silencio. Su misión, después de su conversión, parecía clara y maravillosa: se creía un instrumento de Dios al servicio de una gran causa en la Iglesia, pero el sentimiento de ser inútil invadió poco a poco su conciencia, como manifiesta en su «Diario privado». El carisma humano y religioso de Newman consiste en haber transferido al plano de su espiritualidad la conciencia de sus derrotas. Así podía escribir: «Tengo veneración a la Iglesia sólo por su amor, y acepto sus enseñanzas como si fuesen enseñanzas de Dios» (cf. Jean Honosé, El itinerario espiritual de Newman).
Teresa de Lisieux (1873-1897). Encontrar a Jesús y amarlo es el punto de partida de la espiritualidad de Teresa, marcada, al principio, de un cierto individualismo. En la Navidad de 1886 Teresa descubre que el misterio de la Encarnación tiene una relación esencial con todo el mundo. Desde ese momento busca en la Iglesia su puesto. En el texto de san Pablo sobre la Iglesia como Cuerpo de Cristo (1 Cor 12, 4-31) se relacionan diversos carismas y cada uno debe responder al suyo. Pero Teresa desea ser apóstol, sacerdote, mártir, llevar su acción en cada lugar y en todo tiempo. Dios por medio de Pablo, le responde que debe contentarse con ser carmelita, y parece que no hay un puesto en la Iglesia para su vocación particular.
Teresa continúa meditando la carta de san Pablo y descubre que el último verso del capítulo 12 invita a buscar los dones más perfectos. El carisma más grande lo encuentra descrito en el capítulo siguiente (13, 1-13), y Teresa dice: «La caridad me dio la clave de mi vocación»(Ms B, IX). Según Teresa, el cuerpo eclesial no sólo está estructurado orgánicamente; tiene un corazón que le da la vida, le comunica su dinamismo: «Comprendí que sólo el amor podía hacer actuar a los miembros de la Iglesia» (id.). Solamente identificándose con el amor, Teresa puede vivir su vocación tan diversa, tan universal. «Sí, he encontrado mi puesto en la Iglesia, y ese puesto, Dios mío, eres tú quien me lo ha dado... En el corazón de la Iglesia, mi Madre, yo seré el amor... Así lo seré todo. ¡¡¡Así mi sueño se verá hecho realidad...!!! (id.).Este amor es también el centro propulsor de la acción misionera de Teresa de Lisieux (cf. Claudio M. Celli, La vocación misionera de santa Teresa de Lisieux).
V – SECULAR
Lo que caracteriza con más fuerza a los laicos no es tanto la espiritualidad propia de todo bautizado sino su secularidad, su vivencia del cristianismo en las realidades temporales, fuera de los ámbitos conventuales. Se trata de rescatar su lugar teológico, más allá del lugar sociológico. El grito paulino "Para mi vivir es Cristo" (Flp. 3,7-11) debe traducirse en un estar en el mundo pero sin ser. La razón fundamental proviene del misterio de la Encarnación, Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros; de igual modo, los laicos deben estar encarnados en las realidades sociales. A través del misterio de la Redención, el laico se siente prolongador del misterio pascual, viviendo el sentido co-rredentor, la vida sacrificial. Debe considerarse también como prolongador del misterio santificador; según esto el laico debe trabajar con ahínco por la unidad de la Iglesia, la Eucaristia y Justicia, el Compartir, la vida familiar, el "testimonio cristiano"que le lleva a ser "Luz del mundo" (Mt. 5-14).
1. Como todo laico que vive en las circunstancias ordinarias de la vida diaria . En la calle.
Nuestra vida persigue el convertir la prosa cotidiana, lo ordinario (nuestro trabajo, nuestras relaciones...) en un extraordinario poema heroico. "Los fieles laicos han de considerar las actividades de la vida cotidiana como ocasión de unión con Dios y de cumplimiento de su voluntad, así como también de servicio a los demás hombres, llevándolos a la comunión con Dios en Cristo", CFL 17. Las "dimensiones esenciales de la espiritualidad del laico serán: encontrar al Señor en las realidades temporales, dar a sus actividades el sentido de la caridad cristiana, renovar su presencia e identidad cristiana con la Palabra de Dios, la Eucaristía, los sacramentos y la oración" Puebla, III CELAM, nn. 796-8.
"Toda actividad, toda situación, todo esfuerzo en la competencia profesional, en el trabajo, en la familia, en el servicio social y político son ocasiones providenciales para un continuo ejercicio de la fe, esperanza y caridad" CFL 59
Estar sin ser.
Toda nuestra tarea la desarrollamos no como un revestimiento o ropaje, sino como el ámbito natural de santificación, lugar teológico, en el que se desarrolla su vida. Amamos al mundo porque Dios lo hizo bueno, y porque -si el hombre lo hace malo por el pecado- nosotros tenemos el deber de restaurar todo en Cristo.
Cumplimiento ejemplar del deber de estado para renovar el orden temporal
Por otra parte, toda la actividad secular, que tan profundamente está herida por el pecado, ha de ser santificada por Cristo en los cristianos y a través de ellos. Según esto, «es obligación de toda la Iglesia trabajar para que los hombres se vuelvan capaces de instaurar rectamente el orden de los bienes temporales, ordenándolos hacia Dios por Jesucristo. Corresponde a los pastores manifestar claramente los principios sobre el fin de la creación y el uso del mundo, y prestar los auxilios morales y espirituales para instaurar en Cristo el orden de las cosas temporales. Pero es preciso que los laicos asuman como obligación suya propia la restauración del orden temporal, y que, conducidos por la luz del Evangelio y por la mente de la Iglesia, y movidos por la caridad cristiana, actúen directamente y en forma concreta» (Vat.II, AA 7de). "No hay profesiones indignas sino indignos profesionales" - repetía Pío XII. Valor del Evangelio del trabajo, ejemplo de Jesús en Nazaret (no soñaba su obra, la realizaba); la mayor parte del tiempo se nos va en la profesión; pasión por la obra bien hecha. El trabajo humano y, en particular, el trabajo manual tienen en el Evangelio un significado especial. Junto con la humanidad del Hijo de Dios, el trabajo ha formado parte del misterio de la encarnación, y también ha sido redimido de modo particular. Gracias a su banco de trabajo sobre el que ejercía su profesión con Jesús, José acercó el trabajo humano al misterio de la redención.
. En la familia, iglesia doméstica. La Situación de la familia en el mundo de hoy presenta aspectos positivos y aspectos negativos. Existe una conciencia más viva de la libertad personal y una mayor atención a la calidad de las relaciones interpersonales en el matrimonio, a la promoción de la dignidad de la mujer, a la procreación responsable, a la educación de los hijos; se tiene además conciencia de la necesidad de desarrollar relaciones entre las familias, en orden a una ayuda recíproca espiritual y material, al conocimiento de la misión propia de la familia, a su responsabilidad en la construcción de una sociedad más justa. Sin embargo, existe también la degradación de los valores fundamentales que derivan en una equivocada concepción teórica y práctica de la independencia de los cónyuges entre sí; las graves ambigüedades acerca de la relación de autoridad entre padres e hijos; las dificultades concretas que con frecuencia experimenta la familia en la transmisión de los valores; el número cada vez mayor de divorcios, la plaga del aborto, el recurso cada vez más frecuente a la esterilización, la instauración de una verdadera y propia mentalidad anticoncepcional.
La vida cívica: asociaciones profesionales, locales, políticas, sociales, culturales...Hay que promover un sano humanismo cívico en el compromiso de un mundo más justo y solidario. Ello conlleva una participación en asociaciones barriales, cívicas…
Testimonio de coherencia fe-vida
"Los laicos cumplen en el mundo la misión de la Iglesia, ante todo, con la concordia entre su vida y su fe, con la que se convierten en luz del mundo; con la honradez en todos los negocios, la cual atrae a todos hacia el amor de la verdad y del bien y finalmente a Cristo y a la Iglesia" CFL, 13.
Son, como bellamente lo dice la Carta a Diogneto, "el alma del mundo"; son los glóbulos rojos de la sociedad, los que dan vida al cuerpo social.
Con el amor cristiano
"Fijaos como se aman" - decían de los primeros cristianos. El mundo será de quien ame más y lo demuestre mejor. Cantinflas parodiaba la decisiva frase evangélica "amaos los unos a los otros", advirtiéndonos: "Él no dijo ´armaos los unos contra los otros´". El laico debe ser un Evangelio vivo y abierto, auténtico horno de caridad.
2. Como laicos consagrados que da un testimonio radical en el seguimiento a Cristo. Debemos insistir en nuestra identidad de ser miembros comprometidos radicalmente en el seguimiento de Cristo, que viven su entrega a Dios y a los hombres en el mundo como lugar propio. Trabajan por su transformación, desde dentro, actuando como levadura y fermento. Están insertos en las tareas civiles de todo tipo: casa, escuela, empresa, hospitales, medios de comunicación, deportes, oficina, obras asistenciales...Su estilo de vida se desenvuelve en las circunstancias ordinarias, ya solos, ya en su propia familia, ya en grupos de vida fraterna. En la vocación única -secularidad consagrada o consagración secular- está contenido un pluralismo histórico, ambiental, de carismas, de distintas misiones, de modalidades en el vivir los consejos evangélicos, de maneras de realizar la comunión fraterna, la formación, el apostolado.
La situación del mundo y de la Iglesia reclaman entregas totales, consagraciones de por vida, que salgan al encuentro de las inmensas necesidades de los hombres. El laico consagrado incorpora a su vida dos dimensiones igualmente coesenciales. En la consagración se contiene -según el reciente magisterio papal- la íntima y secreta estructura portadora de su ser y de su obrar. Es expresión de la total pertenencia a Cristo y a la Iglesia, de la tensión permanente y radical hacia la santidad, y de la conciencia de que, en último extremo, es solamente Cristo quien redime y transforma el mundo. El mundo está consagrado a Dios, de este modo, en la intimidad de los corazones.
Por la pobreza se le dice al mundo que puede vivir en medio de los bienes temporales y que puede usar los medios de la civilización y del progreso sin convertirse en esclavo ninguno de ellos. Por la castidad se proclama ante el mundo la posibilidad de amar con desinterés y con la hondura ilimitada propios del Corazón de Dios. Por la obediencia se comunica al mundo que se puede ser feliz sin instalarse en una cómoda opción personal, sino quedando disponible del todo a la voluntad de Dios.
La dimensión de secularidad implica inserción en el mundo, como marco y medio de la propia santificación. El laico consagrado está presente en el mundo y se sabe agente responsable de su cristianización. Asume sus valores para configurarlos según Dios en un orden más justo y más humano, lo santifica "desde dentro".
Con gran acierto lo expuso el presidente mundial de los institutos seculares, el italiano Dr.E. Tresalti, en el VI Congreso Mundial, celebrado en Brasil, agosto de 1996:
"El puesto de los laicos en la Iglesia no consiste, en primer lugar, en una mayor participación en la actividad pastoral, ni en ser responsables de la administración de los bienes temporales de la Iglesia; consiste, en cambio, en llevar los valores del Evangelio allí donde cada uno vive y trabaja, en medio de las personas con las que entra en contacto diario, en participar responsablemente en la gestión de la ciudad humana, en participar con responsabilidad en su construcción, en impregnar de valores evangélicos las culturas que comparte con otros hombres y mujeres, incluso no creyentes. Los laicos consagrados, que son laicos y permanecen laicos, a quienes la plenitud de la consagración que los caracteriza nada quita a su secularidad, participan completamente con los demás laicos en las realidades temporales, según el plan de Dios".
Representan la levadura nueva en la Iglesia y en el mundo. Son "el laboratorio experimental en el que la Iglesia verifica las modalidades de sus relaciones con el mundo". Sus aportaciones son palpables en tres ámbitos:
1. Promocionan cristianos auténticos, apóstoles generosos y audaces, que testimonian proféticamente, sobre todo a los demás fieles laicos, que la llamada a la santidad está inscrita en la lógica del bautismo.
2. Invitan con su vida, más que con palabras, a una nueva ascética, para que el hombre de nuestro siglo, tan necesitado de aprender a renunciar y a elegir bien, pueda liberarse de los insidiosos tentáculos de un consumismo falaz y frustrante.
3. Presentan una espiritualidad integral, vivida con radicalismo evangélico, alejado tanto del intimismo pietista como del activismo vacío que seca el espíritu y es, a la larga, estéril.
VI. RESPUESTA DE LOS INSTITUTOS SECULARES A LOS DESAFÍOS ACTUALES
1. La Nueva Evangelización (en su ardor, expresión y métodos) o se hace con los laicos o no se hace. Y si nosotros, laicos cualificados, no nos ponemos en marcha, la movilización del laicado quedará en proyecto. "Hombres de Iglesia en el corazón del mundo y hombres del mundo en el corazón de la Iglesia" (Puebla) en los nuevos areópagos. Imaginación de la caridad. Santos laicos: La mayor necesidad de nuestro tiempo:
El último de los papas canonizados, san Pío X, preguntaba un día a los cardenales: "¿Qué es lo más necesario hoy para la sociead? Escuelas, templos, sacerdotes, periódicos...En Papa, mirándolos, menea la cabeza mientras dice: ´NO, no. Lo más necesario hoy es tener en cada parroquia un núcleo de seglares virtuosos, cultos, resueltos, intrépidos, verdaderos apóstoles".
¡Qué pasaría si los 998 millones de laicos nos pusiésemos en marcha? ¿Vamos a dejar a los 2 millones de sacerdotes y religiosos que sigan llevando el protagonismo? Dice el escritor E. Leclerc que el peligro del fiel es ser un llevado: por la madrina, por el taxi, por la funeraria; debemos pedir ser conscientes de la importancia de la hora del laicado
El mandato de Cristo va para todos: "Id por todo el mundo" (ejemplo y palabra), asociaciones,.. En el V COMLA (Congreso Misionero Latino Americano) nos lo comunicó Mons. J.Tomko en Brasil: "La evangelización debe abrirse a los ambientes nuevos, a las inmensas poblaciones urbanas de las modernas megalópolis y a los nuevos areópagos de la sociedad moderna. Situaciones de cultura no monolítica, sino fragmentada e impregnada de indiferentismo religioso que exigen una inculturación evangélica, porque "la ruptura entre Evangelio y cultura es, sin duda alguna, el drama de nuestro tiempo"...¿Cómo penetrar la compleja cultura urbana, en rápido proceso de transformación?¿Cómo ofrecer a los hombres, sobre todo a la multitud de jóvenes, el Evangelio como auténtica buena nueva para sus aspiraciones? La respuesta es una: se necesita una verdadera catequesis kerigmática y una evangelización valientes y profundas".
Responder a los retos del secularismo y relativismo posmoderno: Ayuda a los pobres Diálogo interreligioso. Entre los retos actuales más importantes cabe enunciar: Guerras catastróficas, Desequilibrio ecológico, Derechos humanos, Comprometerse en la defensa de la vida humana, Las biotecnologías, Valores humanos, La caridad como servicio: la política, la economía, la familia, la cultura…
2. Laicos en marcha. La llama si no se propaga, se apaga.
Hay en la curación del endemoniado de Gerasa un claro modelo de lo que debe ser el apostolado laical. El que ha sido curado por Jesús quiere seguirle, "dejar el mundo", pero el Señor le da otro mensaje:
"Vete a tu casa y a los tuyos y cuéntales cuanto el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido misericordia de Ti. Y él se fue y comenzó a predicar en la Decápolis cuanto le había hecho Cristo" (Mc 5, 19)
Soy otro Cristo. Hoy Cristo no tiene otra boca, otros pies, otro corazón que el mío. Me espera la Universidad, me esperan los Pueblos Jóvenes, las familias, los medios de comunicacón, los niños, los hermanos separados en las sectas...Todos buscan sin saberlo la seguridad maternal de la Iglesia, "una roca, pero una roca que navega" (Pablo VI). Estamos a las puertas del 2.000, y Juan Pablo II no se cansa de lanzarnos de forma apasionada a este gran reto:
3. Nos urge a todos descubrir nuestra propia vocación y disponibilidad para vivirla en la misión.( CFL 58) Precisamente en el Encuentro del Papa con los movimientos señalaba que los movimientos tenían en común el anhelo de unidad, de comunión, pero, sobre todo, el de la misión. Tal realidad, debe asumirla cada uno de los miembros de los Institutos:
- Dios me llama desde toda la eternidad, por mi nombre.
- Su plan se me revela a cada instante, en el día a día:
. Lectura de la Biblia y el Magisterio de la Iglesia
. Responsabilidad de dar cuenta de mis talentos de acuerdo con mis circunstancias sociales e históricas
. Momentos significativos y decisivos; ver itinerario de mi vida y descubrir mi vocación (saber lo que Dios quiere) y hacer lo que Él me diga (ser capaz y hacerse cada vez más capaz).
4. Formación integral para vivir como miembro de la Iglesia y de la sociedad (CFL 59); corazón de la Iglesia en la sociedad y corazón de la sociedad en la iglesia, de acuerdo con las áreas siguientes:
- Área instrumental: Idiomas, informática, mass media, estilo pedagógico, formación catequética, oratoria-redacción-pensar creativamente, dinámica de grupos...
- Área propia de cada instituto: Dar razón de nuestra esperanza: Fundador, historia de la espiritualidad, estilo genuino, Constituciones...
- Área teológica: fundamental, dogma, moral, Sagrada Escritura, Formación espiritual (oración viva, liturgia activa, sacramentos dinámicos, María), Pastoral, Derecho Canónico
- Área antropológica:
a. El hombre: Quién es (Antropología), Cómo es (Psicología), Cómo debe ser (Pedagogía; asunto capital de nuestra exposición); Por qué (Ética).
b. Ser social: Doctrina Social de la Iglesia...
c. Ser histórico: Síntesis histórica, desde la realidad del hombre actual, conectando con la filosofía, cultura, economía, política...
Si tuviésemos que elaborar un catálogo de "valores", marcaríamos en primer lugar, de acuerdo con el P. Tomás Morales, fundador de mi instituto, en sus libros "Forma de hombres" y "Laicos en marcha":
1. Exigencia, espíritu de lucha y superación.
2. Audacia o espíritu combativo
3. Reflexión y cultivo de la vida interior, que evitan la superficialidad y el activismo.
4. Constancia para troquelar caracteres perseverantes.
5. Hacer-hacer para multiplicar la acción y formar líderes
6. Sin prisa ni pausa, en busca de personalidades equilibradas.
7. No recortar el mensaje por mesianismos políticos o sociales o convirtiéndose en organizadores de diversiones
8. Amplitud ecuménica en la mentalidad y en la acción
9. Fidelidad creativa hacia el Magisterio de la Iglesia y al carisma de cada instituto.
10. Responsabilidad en el crecimiento y desarrollo de la institución
Si tuviésemos que enfatizar algunos valores los concentraríamos en la madurez personal
. apertura hacia todos
. capacidad de diálogo, saber escuchar sin querer imponerse
. espíritu de iniciativa y creatividad
. sentido de responsabilidad
. aceptación de los fracasos
. pasión por la verdad y la justicia
. confianza en sí mismo y los demás
. lealtad
. honestidad intelectual
. respeto por las realidades concretas
. feliz a través de su vida personal
. gozo de servir
. formación en la libertad
. personalizante
. fidelidad
. gozosa convivencia con el grupo y en el ejercicio de los valores
En nuestro Instituto, el P. Morales señaló tres notas fundamentales, "tres eses": la salud psicofísica; sencillez (frente al sentimentalismo, vanidad, orgullo e independencia) y el sentido común (discreción, equilibrio, saber empastar con los demás). Las tres, especialmente la sencillez, tienen mucho que ver con la sinceridad, franqueza, transparencia (con uno mismo, con Dios, con los demás).
Es evidente que vivimos en una sociedad ligth, floja... donde se pierde el sentido del esfuerzo, la lucha... Donde el hedonismo, el materialismo campean por doquier. Es el retorno de Narciso, el egoista ilustrado; se enamora de sí mismo cuando ve su imagen reflejada en un lago; siente una tendencia irresistible aunque se dice: "¡Si tuviera el coraje de partir!". No lo tiene, se lanza hacia su imagen y muere ahogado. Por ello, ahora más que nunca, necesitamos modelos, testigos que encarnen los valores que ansiamos. Nadie como Cristo nos lo ofrece: "He aquí el Hombre" (Jn 19,5). El Camino, la Verdad, la Vida. Pilatos sin quererlo nos dio el modelo. En contraste, el mismo Pilato nos dirá: "Ningún delito hallo en Él...Tomadle vosotos y crucificadle pues yo no hallo delito en Él". "Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo?" (Mc 8, 27). Hace dos mil años un hombre formuló esta pregunta a un grupo de amigos. Y la historia no ha terminado aún de responderla. Nosotros podemos decir que "todo lo hizo bien", que vivió hasta el extremo la perfección, aun en lo humano. Cesarina Checacci [3] subraya la necesidad de una alta madurez personal que pasa a través del reconocimiento y la conquista progresiva de la propia identidad en una unidad indivisible de todos sus aspectos: físico, psíquico, espiritual. Según esto, se impone un catálogo de virtudes humanos invocadas por un compromiso de consagración en el mundo y por el mundo.
5. Actualidad y belleza de nuestra vocación y misión. Juan Pablo II en su discurso en el 50º aniversario de la «provida mater ecclesia» enfatizó en seguir a Jesucristo y a la Virgen, pobre y obediente en la condición de vida del propio estado secular. En concreto, enfatizó en los IISS::
Una visión profética
Providencial y eficaz modalidad de testimonio evangélico en las circunstancias determinadas por la actual condición cultural y social en la que la Iglesia está llamada a vivir y ejercer su propia misión.
Transformar el mundo desde dentro
Se encuentran «en el centro, por así decir, del conflicto que desasosiega y desgarra el alma moderna» respuesta a una inquietud profunda; la de encontrar el camino de síntesis entre la plena consagración de la vida según los consejos evangélicos y la plena responsabilidad de una presencia y de una acción que transforme el mundo desde dentro, para plasmarlo, perfeccionarlo y santificarlo
Un gran desafío
El desafío de transformarse un agente de una nueva síntesis entre la máxima adhesión posible a Dios y a su voluntad y la máxima participación posible en las alegrías y esperanzas, angustias y dolores del mundo, para orientarlos hacia el proyecto de salvación integral que Dios Padre nos ha manifestado en Cristo y que continuamente pone a nuestra disposición por el don del Espíritu Santo.
Testigos de Cristo
Portadores humildes y convencidos de la fuerza transformadora del Reino de Dios y testigos valientes y coherentes del deber y de la misión de evangelización de las culturas, los miembros de los Institutos Seculares son, en la historia, signo de una Iglesia amiga de los hombres, capaz de ofrecer consuelo en todo tipo de aflicción y dispuesta a sostener todo progreso verdadero de la convivencia humana, pero, al mismo tiempo, intransigente frente a toda elección de muerte, de violencia, de mentira y de injusticia…. Especialmente: la síntesis de fe y vida, de Evangelio e historia humana, de entera integral a la gloria de Dios y disponibilidad incondicional a servir a la plenitud de la vida de sus hermanos y hermanas en este mundo.
Levadura y sal del mundo
El mundo contemporáneo es particularmente sensible ante el testimonio de quien sabe aceptar con valentía el riesgo y la responsabilidad del discernimiento de su tiempo y del proyecto de edificación de una humanidad nueva y más justa. Nos ha tocado vivir en un tiempo de grandes transformaciones culturales y sociales…En esta línea es muy importante que los miembros de los Institutos Seculares vivan intensamente la comunión fraterna, tanto dentro del propio instituto como co los miembros de otros institutos. Precisamente porque están inmersos como la levadura y la sal en el mundo, deberían considerarse testigos privilegiados del valor de la fraternidad y de la amistad cristiana, hoy tan necesarias, sobre todo en las grandes áreas urbanizadas, donde se halla gran parte de la población mundial. Albergo la esperanza de que cada Instituto Secular se convierta en un gimnasio de amor fraterno, en una hoguera encendida, que proporcione luz y calor a muchos hombres y mujeres para la vida del mundo.
6. María, nuestro modelo
Juan Pablo II sigue diciendo en su mensaje por los 50 años: "En fin, pido a María que dé a todos los miembros de los Institutos Seculares la lucidez con que ella mira la situación del mundo, la profundidad de su fe en la palabra de Dios y la prontitud de su disponibilidad a realizar sus misteriosos designios, para una colaboración cada vez más eficaz en la obra de la salvación".
María. Ella vivió siempre en su casa, sin necesidad de buscar un lugar especial en un monasterio o convento. El mariscal alemán, Hindenburg, decía que en su tienda de campaña figuraba la imagen de la Virgen porque en ella veía "la encarnación de los valores que necesito para mi vida". El primero de ellos, el "fiat", "hágase" (generosidad de la Anunciación), "stabat" (perseverancia junto a la cruz del Calvario), maduraba todas las cosas en su corazón, en Caná ("haced lo que Él os diga"), en grupo (perseveraban unánimes en la oración, con María).
"El apóstol de la Inmaculada - decía san Antonio María de Claret- abrasa por donde pasa". "Totus tuus", nos recuerda Juan Pablo II: "Totalmente tuyo, María". La primera de las poetisas de Hispanoamérica, Sor Juana Inés de la Cruz: "Que no sé que tiene el amor a María que se enciende hasta el corazón más frío". San José María Escrivá: "María nuestra Madre reaviva el rescoldo de la llama de nuestra fe".
Sin duda que todos podemos aportar textos entrañables que despiertan en nosotros un celo apostólico singular. Les comparto uno de ellos:
Como no se puede ser auténtico cruzado sin estar plenamente enamorado de la Virgen, y sin tener a José como padre y maestro de mi alma todos pidamos con insistencia que nos alcance amarla con locura, que esté siempre en nuestros corazones, que no seamos nosotros lo que actuemos, sino ella en nosotros, hasta convertirnos en sus manos visibles para repartir sus dones n las lamas, ministros uso para acercarlas a Dios. La Cruzada es María, y sólo eso, María a todas las almas y nosotros santos por María.
Así el cruzado se esfuerce en cultivar en sí y en los demás por todo los medios el amor apasionado a la Señora, convencido de que queriéndola con ternura, Ella realizará el milagro que supone vivir su vocación. Este amor lo transformará en caballero andante de la Reina al servicio del Rey Eterno, siempre más y más, hasta llenarlo de la plenitud de Dios.
VIII. CONCLUSIÓN: "Flor del Campo" en medio del asfalto
Los analistas coinciden en que nos encontramos, más que una época de cambios, en un cambio de época. Dirá A. Toffler que lo único permanente es la aceleración del cambio. Nadie duda de los avances tecnológicos, científicos...y para ello necesitamos excelencia educativa, calidad total, reingeniería...Idiomas, oratoria, cursillos...tener una formación integral; pero al mismo tiempo todos debemos estar alerta: tenemos el peligro de traspasar la psicología de lo descartable al hombre, y la persona no es una pieza de recambio, de usar y tirar; el matrimonio no es una aventura de plástico, es el cauce del amor de verdad y para que así lo sea, debe ser único, estable, para siempre. Nunca como hoy sale tan depurada lo material y tan embrutecido el hombre. Nunca como hoy los ricos son tan ricos y los pobres tan pobres, ¿neoliberalismo? ¿y la solidaridad?; hay rascacielos, hay lindas casas, carros espectaculares...pero miremos los ríos, qué pasa con la selva, o, sin ir más lejos ¿cómo están nuestras avenidas...ríos...de contaminación? Nuestros jóvenes son más altos, mejores deportistas... pero vayamos al centro un viernes noche... y veamos cómo les deja el alcohol, la droga... Qué diferencia entre lo que denomina López Quintás el vértigo y el éxtasis: lo primero lo ofrece todo, no exige nada, pero no da nada: es la droga, es el sexo sin responsabilidad; el éxtasis, la felicidad auténtica: lo pide todo, lo exige todo y da el todo. Se busca el tener más, el ganar más, el hacer más, ¿quién busca el ser más?
No podemos vacilar en afirmar que uno de los elementos de este cambio es la madurez de los institutos seculares. Juan Pablo II nos dice que "no se cansa de repetir la necesidad de la Nueva Evangelización", tampoco nosotros debemos tirar la toalla ante urgencia tan sentida. Como Pío XII alertó en su mensaje por un mundo mejor, allá por el año 1942, es todo un mundo lo que hay que cambiar, de salvaje en humano, de humano en cristiano, según el corazón de Cristo.
Los Institutos Seculares son asociaciones de fieles consagrados a Dios que, viviendo en el mundo, aspiran la perfección de la caridad y se dedican a procurar la santificación del mundo desde dentro de él. Según la reciente exhortación pontificia (Vida consagrada n.10:
"Pienso en primer lugar en los institutos seculares, cuyos miembros quieren vivir la consagración a Dios en el mundo mediante la profesión de los consejos evangélicos en el contexto de las estructuras temporales, para ser así levadura de sabiduría y testigos de gracia dentro de la vida cultural, económica y política. Mediante la síntesis, propia de ellos, de secularidad y consagración, tratan de introducir en la sociedad las energías nuevas del reino de Cristo, buscando transfigurar el mundo desde dentro con la fuerza de las bienaventuranzas. De este modo, mientras la total pertenencia a Dios los hace plenamente consagrados a su servicio, su actividad en las normales condiciones laicales contribuye, bajo la acción del Espíritu, a la animación evangélica de las realidades seculares. Los institutos seculares contribuyen de este modo a asegurar a la Iglesia, según la índole específica de cada uno, una presencia incisiva en la sociedad".
. Acentos particulares de los miembros de Institutos Seculares. De acuerdo a la tradición eclesial los consagrados son:
. Angeles de Dios sobre la tierra que anuncian la renovación del mundo en Cristo.
. Memoria de las maravillas obradas por Dios.
. Vigilia del cumplimiento último de la esperanza (VC 27)
. Portadores de la cruz y del Espíritu.
. Hombres y mujeres espirituales, capaces de fecundar secretamente la historia con la alabanza y la intercesión continua, con los consejos ascéticos y las obras de caridad (VC 6).
Testigos del Dios vivo, de la esperanza, las bienaventuranzas, mandamiento nuevo, propio carisma, comunión, reconciliación, liberación, castidad, pobreza y amor a los pobres, vida sencilla y austera, de espiritualidad, del Evangelio, obediencia, fidelidad a Cristo y a la Iglesia[4].
Los miembros de los IISS, además, por su secularidad, deben ofrecer al mundo nuestra vida "síntesis": consagración secular, secularidad consagrada, activos y contemplativos, puentes entre la Iglesia y el mundo, armonizadores de la globalización mundial y la identidad local. Frente a un mundo dividido, contradictorio, el laico consagrado ofrecerá siempre su coherencia interna, su unidad de vida, su ser indiviso en Cristo encarnado.
El laico consagrado se parece a una flor silvestre o flor del campo:[5]
1. Carece de protección. A la intemperie, sin defensas, sobre la roca firme que es Cristo.
2. Abandonada a la Providencia que las "acaricia con el sol primaveral".
3. Oculta, ignorada, silenciosa, sin distintivo externo, sin nadie que la contemple.
4. Se abre sólo para Dios, no busca agradar a las personas que la ven.
Para ser fermento, sal, luz, ciudad en lo alto.... necesita vivir con Jesús y María, quienes le alcanzarán cuatro prodigios:
1.Plenitud divina en soledad humana
2. Intimamente presentes en medio de los hombres y misteriosamente ausentes
3. Contemplativos en la acción
4. En el mundo y para el mundo, sin ser del mundo.
"Mantenerse en el torbellino de las pasiones conviviendo con los hombres, sin evadirte del mundo y sin dejarte arrastrar por él...Estar en el río y resistir a la fácil y seductora tentación de añorar otra consagración en la Iglesia o dejarse llevar por la corriente"[6]. Como dice una canción: "No he nacido para el suelo que es morada de dolor yo he nacido para el cielo, yo he nacido para Dios". Nuestro empeño es convertir el suelo en cielo. A pesar de los pesares y los dolores, sembrar el asfalto de flores. Que así sea.
José Antonio Benito
[1]Tanto que un libro de nuestros días titulado Testigos de la fe en América Latina de E. Stehle (Estella, Navarra, Verbo Divino, 1982) lo incluye en su semblanza
[2] MARTINEZ-DE-TODA, José. La espiritualidad del comunicador cristiano. Teol. vida, 2003, vol.44, no.1, p.68-101. ISSN 0049-3449.
[3] "Formación de los miembros de los Institutos Seculares" La formación en los Institutos Seculares III Congreso Mundial-1984, CEDIS, Madrid, 1996. pp.15-40.