SALAMANCA DE FIESTA CON SAN JUAN DE SAHAGÚN, SU PATRONO, 2017
¡Cómo agradezco estar aquí, nuevamente, en Salamanca! Llegué cuando el Dúo Mayalde http: //www.mayalde.com/, al frescor del Puente Romano y con las catedrales de fondo como retablo, hacían resonar lo mejor de la música tradicional charra. Me quedé con las ganas desde el autobús de Auto-Res; unos minutos después, desde el huerto de Calixto y Melibea gocé con los espectaculares fuegos artificiales https://www.youtube.com/watch?v=XGbBx7Qigxc.
Hoy, la fiesta, he deambulado por mis calles tan queridas desde Arcediano, la de Tentenecio recordando a San Juan de Sahagún su protagonista, la plaza Juan XXIII con la residencia Covadonga, el monumento al Padre Cámara con el rótulo dedicado a Juan Pablo II en el Hogar de las Cruzadas de Santa María donde despedimos para el Cielo a mi hermana Juani, la Universidad y Fray Luis, la Clerecía, la Casa de las Conchas, el monumento a Salinas donde me tomaron la foto, los profesionales de la limpieza que luchan por un patrimonio limpio, y Dominicos donde gocé con la liturgia del día presidida por el P. Arturo Bernal, OP y acompañado de frailes de la orden de predicadores de varios puntos del planeta, especialmente América.
Gracias, por participar de sus laudes, de la liturgia sosegada y de la comunión en este día tan especial. Les comparto la preciosa Oración colecta que resume la vida y misión del gran santo agustino, así como los lugares vinculados con el santo, la biografía del santo por el P. V. Capánaga y las obras de Javier Campos sobre San Juan de Sahagún y Santo Tomás de Villanueva; todo ilustrado con algunas de las fotos del despertar salmantino de este gran día 12 junio 2017.
Oh Dios, autor de la paz y fuente de la caridad,
que diste a San Juan de Sahagún
la gracia maravillosa
de pacificar los ánimos en discordia;
haz que nosotros, a imitación suya,
permanezcamos firmes en tu caridad
y por ningún motivo
nos separemos jamás de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Lugares relacionados con San Juan de Sahagún en Salamanca
La figura de San Juan de Sahagún está muy presente en la ciudad de Salamanca, aunque a menudo pasa desapercibida. Los lugares relacionados con el Santo son:
- La Iglesia de San Juan de Sahagún, que se erigió en su honor a finales del siglo XIX. Está situada en la popular Calle Toro.
En la parte trasera de la Iglesia puede verse una escultura que representa al Santo. - Monumento en la Calle Pozo Amarillo, que representa el milagro de la salvación del niño caído al pozo.
- Calle Tentenecio, donde sucedió el otro milagro relatado más arriba.
- Medallón del Santo en la Plaza Mayor, en el pabellón de Petrineros (el que queda situado a la izquierda si nos colocamos mirando al Ayuntamiento).
- Bajorrelieve en la Calle Traviesa, en la casa donde vivió San Juan de Sahagún antes de entrar al Convento.
- Capilla Mayor de la Catedral Nueva, donde se encuentra una urna de plata con parte de sus restos.
VIDA DE SAN JUAN DE SAHAGÚN
(† 1479)
Las nobles piedras de Salamanca cantan la leyenda áurea de San Juan de Sahagún. El comparte, juntamente con Santa Teresa, el patronazgo de la ciudad. Las calles de Tentenecio, Traviesa, Pozo Amarillo, Padilleras, plaza de la Concordia multiplican su recuerdo de taumaturgo y pacificador de las discordias de otros tiempos. Fueron sus padres dos próceres leoneses, don Juan González del Castrillo y doña Sancha Martínez, cuyo seno, estéril durante mucho tiempo, floreció en hermosura y olor de santidad. Después de una novena de preces, ayunos y limosnas Santa María de la Puente les hizo el regalo deseado. Juan nació probablemente en el año 1430 o 1431, estando ausente del hogar su padre en la guerra de Juan II contra les moros. El niño fue educado por los monjes benedictinos del pueblo nativo, Sahagún. Como se le vio inclinado a los estudios eclesiásticos, nadie contrarió su vocación.
Muy joven recibió la tonsura y estudió artes y teología, favoreciéndose de las rentas de un beneficio que cobraba su padre, aunque pronto, por delicadeza de conciencia, renunció a él. Por sus buenas prendas puso los ojos en él el obispo de Burgos, Alonso de Cartagena, que le tomó para su familiar y camarero. El mismo le ordenó de sacerdote y le hizo canónigo de la catedral. Pero ni el canonicato ni otros beneficios le dieron el sosiego que andaba buscando para vivir más unido a Dios. Renunció, pues, a todo, dejando el palacio episcopal, y tomó cura de almas en la parroquia de Santa Gadea, o Santa Águeda, famosa en nuestra historia medieval por los juramentos de los nobles. Allí el Cid Campeador tomó juramento al rey Alfonso VI de no haber tomado parte en la muerte de Sancho, su hermano y predecesor.
El estudio, el ministerio de la predicación, las atenciones pastorales, el socorro de los pobres, dieron buena ocupación al nuevo párroco. Pero pronto un viento extraño le empujó de allí, como a un pájaro que no encuentra su nido. Y a Salamanca le guió la Providencia para ser allí su predicador de la paz y taumaturgo. Sin duda la causa de su traslado fueron los estudios. Probablemente tenía entonces unos veintisiete años de edad. El antiguo canónigo de Burgos se hizo pobre estudiante de cánones. Mas pronto le dio a conocer el resplandor de su buena estrella.
Al año siguiente de llegar allí fue invitado a predicar en la fiesta de San Sebastián, patrono del famoso colegio de San Bartolomé, y agradó tanto su panegírico que le hicieron ingresar en él como capellán interno. Todavía una estatua del frontispicio recuerda al antiguo y glorioso capellán. En aquel colegio, fundado a principios del siglo XV para estudiantes pobres y virtuosos por don Diego de Anaya, obispo de Salamanca, quince colegiales y dos capellanes, vestidos de manto y beca, con certificado de limpieza de sangre, vivían sometidos a una rígida disciplina. Por los muchos personajes que salieron del colegio para las letras, la Iglesia y los altos puestos de la nación, se divulgó la frase: "Todo el mundo está lleno de bartolómicos". Juan de Sahagún levantó a mucha honra el grupo. En el Memorial antiguo del colegio, contra costumbre, se estampa este elogio en su favor: "Este es aquel verdadero israelita en quien no se halló engaño, y que por su bondad y honestidad de vida y por la entereza de sus costumbres fue nombrado capellán de adentro".
A los recuerdos del colegio va unido el emblema del ciprés luminoso, porque un día de trabajo y fatiga, recogida ya la comunidad para el descanso de la noche, vínosele a la memoria que le faltaba por rezar una parte del oficio divino, y lleno de sobresalto, tomando el breviario a toda prisa, se disponía a salir de la habitación en busca de luz cuando comenzó a entrar en su habitación un chorro luminoso de claridad, que, filtrándose por el ramaje del ciprés del claustro, le llenó de alegría el alma y la celda para cantar sin molestar a nadie las divinas alabanzas. Aquel ciprés, perpetuado en relieves y pinturas, fue tenido en mucho respeto y de él se tomaron astillas para hacer imágenes del Santo, Unos tres o cuatro años duró la permanencia de Juan en el colegio, dedicándose al estudio, a la cura de almas y predicación de la divina palabra. Alojóse después en casa de un virtuoso sacerdote llamado Pedro Sánchez, dedicándose de lleno a la predicación. Iba con sencillo traje de clérigo, de color pardo durante la semana y de azul celeste en los días de fiesta. Fue entonces como el predicador oficial de Salamanca, y vivió sostenido por la caridad pública. Una penosísima dolencia y difícil operación de la que salió bien dieron el último rumbo a su espíritu.
A este episodio alude con estas palabras, que refiere el padre Antolínez: "Lo que pasó aquella noche entre Dios y mi alma Él sólo lo sabe; y luego, a la mañana, fuíme a San Agustín (a lo que creo), alumbrado por el Espíritu Santo, y recibí este hábito".
Lucía entonces en Salamanca como un foco de sabiduría y santidad el convento de San Agustín, y allí, el 18 de junio de 1463, vistió el hábito el bachiller fray Juan de Sahagún. Con sus treinta y tres años de edad, mezclado entre compañeros oscuros y jovencitos, púsose bajo la dirección del padre Juan de Arenas, maestro de novicios, celebrado por su virtud, grande espíritu y penitencia. El nuevo novicio abrazó con alegría los oficios humildes en que se ejercitaban los aspirantes a la perfección religiosa. Al antiguo canónigo de Burgos y predicador de Salamanca le tocó hacer de refitolero, cuidando de la limpieza de las escudillas y de los vasos. Servía el vino a la comunidad, e hizo famosa la cuba de San Juan de Sahagún, que después de dos siglos todavía se guardaba con veneración en el convento, según el testimonio del padre Vidal, por haber multiplicado milagrosamente el vino. El día 28 de agosto, fiesta de San Agustín, de 1464 rubricó el acta de su profesión, afiliándose a la Orden agustiniana.
Siempre fray Juan se mostró como un religioso observante, modelo de virtudes, afable con todos, devotísimo del Santísimo Sacramento y amigo del coro y de la oración. "Estaba en el coro como un ángel", dice un biógrafo suyo. Fue hombre de mucha paz y de equilibrio interior. Amaba el estudio, sobre todo el de la Sagrada Escritura, algunos de cuyos pasajes apuntó y comentó de su puño y letra,
Aunque amigo del retiro, un suceso trágico le sacó a la calle.
Dos nobles caballeros, de la familia de los Manzanos, dieron muerte, y a uno alevosamente, a dos hijos de una viuda principal, llamada doña María de Monroy. Los asesinos huyeron a Portugal pero María —llamada la Brava—, disfrazándose de varón y sirviéndose de espías, descubrió su paradero y allí los buscó y mató y, cortándoles las cabezas, las trajo a Salamanca y las puso en la iglesia sobre el sepulcro de sus dos hijos. Al fin se amansó y lavó con lágrimas de arrepentimiento su venganza. Pero la consecuencia de aquel suceso fue la división de Salamanca en dos bandos guerreros. Los apellidos de los Manzanos y Monroyes se hicieron bandera de discordia y turbulencia.
Todo es armas, todo espantos,
afrentas, voces, injurias,
venganzas, asombros, furias,
heridas, muertes y llantos.
Dice un poeta describiendo aquella situación.
En el convento de San Agustín se comentaban con pena los sucesos de la ciudad, abrasada de odios. Sobre todo a fray Juan le daban pena tantos pecados, tanto desorden y miseria pública. Había que purificar la ciudad con lágrimas, oraciones, penitencias y palabras de fuego. Y se decidió a levantar la voz y dar la batalla del amor, lanzándose a la calle a predicar la paz. Como predicador era ameno, dulce y persuasivo. "Vamos a oír al fraile gracioso", decían las gentes embelesadas. Pero sabía también sacar los registros pavorosos de la elocuencia. Arrullaba y tronaba a la vez. Y comenzó su apostolado pacífico predicando en las iglesias y en las calles. Se metía por las casas, hablaba a las personas de más influencia, amenazaba a los más turbulentos, cantaba la bienaventuranza de la paz y de los pacíficos. A voces todo el día gastaba en su trabajo, sin acordarse de volver a casa a tomar los alimentos.
Era una misión peligrosa y dura, en que tuvo que oír muchos insultos y palabrotas sucias y padecer persecución por la verdad. Dos atrevidos mozos, instigados por uno de los más turbulentos caballeros de la ciudad, quisieron una vez apalearle, pero, llegada la hora, se quedaron con las manos yertas y alzadas, temblando de pavor.
A la postre, fray Juan cosechó el fruto de su siembra, mereciendo la bienaventuranza de los hombres pacíficos. En 1476 los dos bandos contrarios con juramento se perdonaron y abrazaron en testimonio de concordia. Unos veintidós apellidos ilustres —los Maldonados, Anayas, Acebedos, Nietos, Arias, Enríquez, etc.—, firmaron un documento público, "deseando el bien e paz e sosiego de esta ciudad, e por quitar escándalos, ruidos e peleas e otros males e daños dentre nosotros, e por nos ayudar a faser buenas obras unos a otros, queremos y prometemos de ser todos de una parentela e verdadera amistad e conformidad e unión". Todavía la Casa y la plaza de la Concordia de Salamanca recuerdan este hecho social importante, en que tuvo tanta parte el humilde fraile agustino.
Fray Juan fue un predicador libérrimo y sincero, perseguido por la verdad y la justicia. En un sermón predicado en Alba de Tormes habló con tanto rigor contra los señores que tenían vasallos, que sus palabras se tomaron como una descortesía contra los nobles. Pero el valiente fraile respondió a las quejas del duque: "Sepa vuestra señoría que al predicador conviene hablar la verdad y morir por ella, e reprender los vicios y ensalzar las virtudes". Por la misma libertad evangélica fue arrojado de la villa de Ledesma, donde cantó verdades muy claras a los nobles que maltrataban a los colonos y dependientes. Afrontó también serenamente los agravios y maledicencia de las mujeres elegantes, por haber reprendido su liviandad en el vestir.
Aunque la Orden le ocupó en algunos cargos como el de prior y consejero provincial varias veces, no por eso dejó sus obras de celo y misericordia. Los huérfanos, los enfermos de las casas y hospitales, las viudas le tuvieron por su bienhechor. Miró con particular lástima a las mujeres extraviadas, y con sus sermones en la iglesia de San Lázaro logró el cambio de muchas, a las que recogió y mantuvo con sus socorros hasta conseguirles un estado decoroso, porque para él la pureza de las costumbres era la sal de las ciudades.
Los milagros dieron auge a su autoridad y fuerza a su palabra.
Libró de la peste a su pueblo y curó a muchos enfermos. Todavía una lápida e inscripción de la calle llamada del Pozo Amarillo recuerda un famoso milagro con que salvó la vida a un niño que en él se cayó. La madre comenzó con gritos a pedir socorro, sin que nadie la oyera, cuando se presentó el bendito fraile. La llevó al brocal del pozo y sin titubear fray Juan alargó la correa hacia lo hondo de él, y al punto el agua subió, trayendo en la superficie al niño, el cual, asido de la correa, salió libre y sano. Arremolinóse la gente gritando: "¡Milagro, milagro!", y el buen fraile, para huir de las aclamaciones de la multitud, echó a correr hacia la inmediata plaza de la Verdura y, tomando allí una banasta de pescado que estaba vacía, se la puso en la cabeza en la forma que acostumbran los muchachos para jugar al toro, y, corriendo, comenzó a gritar: "¡Al loco, al loco!" Toda la chiquillería se fue detrás de él con grande algazara y diversión. Así el milagro acabó en una fiesta y algarabía increíble.
Fray Juan no se hizo viejo, pues el 11 de junio de 1479, a los cuarenta y nueve años, murió en el convento de San Agustín, sospechándose que acabó sus días envenenado. Una despechada mujer a la que privó de la compañía de su amante, traído a buen camino con una plática que pronunció el año 1479 en la iglesia de San Blas, juró venganza contra él. "Yo haré que no acabes el año", dijo la irritada hembra. "Y así fue que murió secándose todo, con señales que todos afirmaron que le habían dado veneno con que muriese."
Premió su muerte el Señor con la pena y el regocijo general de Salamanca, enviando una copiosa lluvia a los campos, después de muchas rogativas a las que se había asociado el bendito enfermo. Fue sepultado debajo del coro del convento de San Agustín, y pronto su sepulcro fue centro de devoción y de milagros. "Después de la muerte de este Santo religioso excede de doscientos el número de los milagros que fueron vistos ante su sepulcro", dice el Beato Alonso de Orozco, testigo de algunos. Fue beatificado en 1601 por Clemente VIII y canonizado el 15 de julio de 1691 por Inocencio XII, con grandes festejos cívicos y religiosos en Salamanca y otras partes. La misma ciudad costeó en 1692 una urna de plata primorosamente cincelada para guardar los restos del Santo, los cuales, después de varias translaciones, se colocaron en el año 1835 en la catedral, donde se veneran todavía en el altar mayor al lado del Evangelio, así como en el lado de la Epístola otra urna similar contiene algunas reliquias de Santo Tomás de Villanueva.
Salamanca honra a San Juan de Sahagún por su Patrón especial y la España eucarística le cuenta entre sus extáticos adoradores del Divino Sacramento. Su lentitud en la celebración de la misa se debía a sus visiones. Dios le hablaba y se le manifestaba en la Santa Hostia. Por eso fue tan extremadamente celoso de la pureza interior. Antes de celebrar solía confesarse siempre, aunque algunos sacerdotes le acusaron de ello; pero él se mantuvo en su costumbre, porque admiraba, adoraba y amaba el candor de la Hostia santa, de la Hostia pura, de la Hostia inmaculada de nuestros altares.
VICTORINO CAPÁNAGA, O. R. S. A.
- OBRAS DE JAVIER CAMPOS SOBRE SAN JUAN DE SAHAGÚN Y SANTO TOMÁS DE VILLANUEVA
- http://www.javiercampos.com/06stotomas.html
- "Lutero y los agustinos en Alemania (c. 1500-1525)", en La Ciudad de Dios (San Lorenzo del Escorial), 230 (2017) 93-155. Texto
- "Cronología de la vida de Martín Lutero", en CAMPOS, J. (Coord.), Lutero, su obra y su época, San Lorenzo del Escorial 2017, pp. 13-48; obra completa, 423 pp. Texto Versión electrónica, en la Revista virtual e-SLegal History Review, nº 24 (enero 2017).
- "Visión de las obras culturales de los agustinos españoles durante el siglo XX", en SOMAVILLA RODRIGUEZ, E. (Dir.), Los Agustinos en el mundo de la cultura. XIX Jornadas Agustinianas, Madrid 2017, pp. 343-388. Texto Ver conferencia.
- "Interés por las cosas pequeñas (In memoriam de Juan Luis Ugidos)", en Nueva Etapa (San Lorenzo del Escorial), 84 (2017) 53-55. Texto
- José Erazo, OSA. "Diálogo de los Porteros". Opúsculo político chileno en los años de la independencia. Edición, Introducción y notas, Javier Campos. San Lorenzo del Escorial 2016, 123 pp. Texto
- "Choque de jurisdicciones en Valencia a mediados del siglo XVI. Enfrentamiento entre el arzobispo y el gobernador", en Las dos Ciudades. Relaciones Iglesia-Estado, San Lorenzo del Escorial 2016, pp. 113-130. Texto
- La relación de las fiestas [de Jiménez Patón] por la beatificación de fray Tomás de Villanueva en Villanueva de los Infantes, Villanueva de los Infantes 2016. Escrito en compañía de Abraham Madroñal Durán. Texto
- "Santo Tomás de Villanueva y Lutero", en La Ciudad de Dios (San Lorenzo del Escorial), 229 (2016) 467-501. Texto.
- "Cádiz y Huánuco, 1812. Dos ciudades de la corona española unidas por la revolución", en FLÓREZ DÁVILA, G.C. (Coord.), La Universidad Nacional Mayor de San Marcos y el Perú en la época de la Independencia, 1810-1826, pp. 42-73. Texto
- Santo Tomás de Villanueva. Universitario, Agustino y arzobispo en la España del siglo XVI, San Lorenzo del Escorial 2001; 2ª ed., 2008, 458 pp. Los interesados pueden consultar aquí la Biografía y/o la Bibliografía.
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- "San Juan de Sahagún en la literatura", en La Ciudad de Dios (San Lorenzo del Escorial), 228 (2015) 395-430. Texto
- "La agitada vida de una agustina recoleta: la Madre Rosa María de Jesús", en Recolletio (Madrid), XXXVII (2014) 73-99. Texto
- "Introducción", a Santo Tomás de Villanueva. Reliquias y proceso de beatificación. Transcripción del manuscrito de la parroquia de San Andrés de Villanueva de los Infantes, por L. Manrique. San Lorenzo del Escorial 2014, pp. III-CXX. Texto completo
- "Barroco efímero y religiosidad popular en las fiestas de la beatificación y canonización de Santo Tomás de Villanueva", en ITURBE, A., y TOLLO, R. (Coords.), Santo Tomás de Villanueva. Culto, historia y arte, t. I: Estudios y Láminas, San Lorenzo del Escorial (Madrid)-Tolentino (Italia), 2013, pp. 85-99. (Es una actualización de los trabajos publicados sobre este tema). Texto aquí
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- La Orden de San Agustín en el Archivo del Arzobispado de Lima, San Lorenzo del Escorial 2012, 625 pp. En compañía de L. Gutiérrez Arbulú. Texto completo aquí
- El P. Diego Padilla y el "Aviso al Público", San Lorenzo del Escorial 2011, 252 pp. Texto completo
- "Monacato femenino y recolección. Ntra. Sra. del Prado de Lima: fidelidad y crisis del setecientos (1650-1800)", en CAMPOS, J. (coord.), La clausura femenina en el Mundo Hispánico: Una fidelidad secular (II), San Lorenzo del Escorial 2011, vol. II, pp. 1209-1248. Texto aquí .
- "La Congregación de Santo Tomás de Villanueva de Madrid en el siglo XVIII", en Revista Agustiniana (Guadarrama, Madrid), 52 (2011) 97-142. Texto aquí .
- "Relación del agustino Enrique Flórez con la Familia Real (1749-1772)", en Anuario Jurídico y Económico Escurialense (San Lorenzo del Escorial), 44 (2011) 537-549. Texto aquí .
- "De Tomás García Martínez a Santo Tomás de Villanueva. Boceto biográfico", en Santo Tomás de Villanueva. Conciones. [Obras Completas, ed. bilingüe], BAC Maior, Madrid 2011, I, pp. XLIII-CI.
- Los agustinos en América del Sur a comienzos del siglo XIX. El drama de una fidelidad, San Lorenzo del Escorial 2011, 205 pp. Texto completo aquí.
- "P. Julián Zarco, Agustino, Académico de la Historia y Mártir". San Lorenzo del Escorial 2010, Los interesados tienen el texto aquí .
- "Los agustinos en el Perú en el tránsito del Virreinato a la República (1790-1840)", en MARTÍN, L. (dir.), Le soppressioni del secolo XIX e l'Ordine Agostiniano. Congresso dell'istituto storico agostiniano, Roma 2010, pp. 553-615. Texto completo aquí .
- "El P. Flórez y los estudios de la Historia Antigua de España en el reinado de Carlos III (1759-1788)", en Cuadernos de Investigación Histórica (Madrid), 27 (2010) 23-63". Texto completo aquí.
- "Bibliografía de y sobre fray Alonso de la Veracruz, OSA", en VELASCO GÓMEZ, A. (coord.) Fray Alonso de la Veracruz: universitario, humanista, científico y republicano, México 2009, pp. 307-357. Ver texto aquí.
- "Análisis socio-bibliográfico de fray Alonso de Veracruz, OSA", en Anuario Jurídico y Económico Escurialense (San Lorenzo del Escorial), 41 (2008) 831-850. Ver texto aquí.
- Reseñamos como reciente publicación: "Análisis socio-bibliográfico de fray Alonso de Veracruz, OSA", en Anuario Jurídico y Económico Escurialense (San Lorenzo del Escorial), 41 (2008) 831-850.
- "Fiestas celebradas en Valencia con motivo de la exaltación a los altares de Santo Tomás de Villanueva (1618 y 1658)", en Conmemoración del 450 aniversario de la muerte de Santo Tomás de Villanueva, Valencia 2008, pp. 101-185.
- Con motivo de conmemorarse el V Centenario del nacimiento del agustino fray Alonso de Veracruz, (Caspueñas, Guadalajara-España, 1507 // México, Nueva España, 1584), ha preparado una extensa bibliografía sobre este gran filósofo, jurista, profesor universitario y misionero que los interesados pueden consultar aquí.
- "Fiestas celebradas en Salamanca con motivo de la canonización de su patrón San Juan de Sahagún", en El culto a los santos: cofradías, devoción, fiestas y arte. Actas del Simposium. San Lorenzo del Escorial 2008, pp. 1053-1079. Puede consultarse el texto, en: www.rcumariacristina.com (Centro Universitario)
- "Vida y obra de la Venerable Sor Beatriz Ana Ruiz, matelata profesa de la Orden de San Agustín (1666-1735)", en Mª I. Viforcos y R. Loreto (coords.), Historias compartidas. Religiosidad y reclusión femeninas en España, Portugal y América. Siglos XV-XIX, León 2007, pp. 97-126.
- Beatriz Ana Ruiz, terciaria agustina y mujer insólita, San Lorenzo del Escorial 2007, 174 pp.
- Cartas y Cartas y Testamento de Santo Tomás de Villanueva, Madrid 2006, 206 pp.
- "Santo Tomás de Villanueva, "Padre de los pobres", en Revista Agustiniana (Madrid), 143 (2006) 251-284.
- Desde mayo de 2003 a mayo de 2006 ha colaborado en el proyecto del Diccionario Biográfico Español, dirigido por la Real Academia de la Historia, con la redacción de 72 biografías, la mayoría de religiosos agustinos.
- "El Padre Enrique Flórez, Hispaniarum Magíster", en El Padre Flórez, tres siglos después. Actas del Congreso Internacional, Burgos, 2006, pp. 21-43.
- "Religiosidad popular barroca en las fiestas de beatificación y canonización de Santo Tomás de Villanueva", en Santo Tomás de Villanueva. 450 Aniversario de su muerte, Madrid 2005, pp. 269-322.
- "El P. Andrés Llordén y la Escuela de Historiografía Agustiniana", en Saeta de Otoño (Málaga), 23 (2004) 75-81.
- "Los círculos de la existencia", en La voz disciplinada, de J. L. Galdeano, Málaga 2003, pp. 13-14.
- "El P. Enrique Flórez (1702-1773): Historia de una vida dedicada a la investigación histórica", en Cuadernos de Investigación Histórica (Madrid), 20 (2003) 57-96.
- "Correspondencia entre el P. Enrique Flórez y el Deán y Cabildo de la catedral de Lugo", en Revista Agustiniana (Madrid), 43 (2002) 599-630.
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- "La presencia del P. Flórez en Alcalá (1725-1750)", en Anales Complutenses (Alcalá de Henares), 14 (2002) 11-25.
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- La Correspondencia del P. Enrique Flórez con los ilustrados españoles. Edición, introducción. San Lorenzo del Escorial 2002, XVII + 620 pp.
- "Iconografía del P. Enrique Flórez y su obra como dibujante (1702-1773)", en Iconografía Agustiniana. XI Congreso Internacional de Historia de la Orden de San Agustín. Roma-Madrid 2001, pp. 259-284. Texto completo aquí.
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- "Epistolario ilustrado: la correspondencia del agustino P. Enrique Flórez con D. Pedro Leonardo de Villacevallos (1774 a 1759), y D. Antonio Caballero y Góngora (1771), después arzobispo y virrey", en Boletín de la Real Academia de la Historia, 196-II (1999) 262-325.
- "El convento agustiniano de San Felipe y las fiestas reales de 1789 en Madrid", en Revista Agustiniana (Madrid), 41 (1998) 601-659.
- Epistolario del P. Muñoz Capilla. Agustino y cordobés liberal (1771-1840), Córdoba-San Lorenzo del Escorial 1998, 521 pp.
- "Religiosidad popular agustiniana en las 'Relaciones Topográficas' de Felipe II", en X Congreso Internacional de Historia de la Orden de San Agustín. Conventos Agustinos, Roma 1998, t. I, pp. 261-290.
- "El agustino Enrique Flórez y Alcalá de Henares", en Anales Complutenses (Alcalá de Henares), 9 (1997) 215-236.
- "Retrato de soldados rivales con la Orden de San Agustín al fondo: Alonso de Ercilla, Juan de Pineda y Diego de Arana (Chile-Perú, 1557-1558), en Euskal Herría y el Nuevo Mundo. La contribución de los Vascos a la formación de las Américas. Actas del VI Congreso Internacional de Historia de América. Vitoria-Gasteiz 1996, pp. 401-415.
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