Acabo de asistir este sábado 12 de junio a un familiar encuentro con el Cardenal Franc Rodé, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, en el Colegio Juan XXIII, donde habló acerca de “La vida consagrada hoy”. Estuvo acompañado con el Cardenal Juan Luis Cipriani y Monseñor Adriano Pacífico Tomassi, obispo auxiliar de Lima, así como el vicario para la vida consagrada P. Alfonso Ghibu Tokumoto. Pro Ecclesia Sancta coordinó -y muy bien- el encuentro que resultó muy concurrido.
El Cardenal Juan Luis Cipriani dio las palabreas de bienvenida en un ambiente de gran cordialidad y se refirió a la fidelidad radical (de verdad) a Cristo, la Iglesia, el fundador, señalando las turbulencias en Órdenes de larga tradición y los frutos de las nuevas propuestas.
Se nos entregó un folleto con el texto completo de la conferencia pronunciada por el Cardenal F. Rodé “Una correcta hermenéutica para una vida religiosa” en el 2009 con ocasión de un encuentro con los religiosos de América del Norte.
Comenzó citando a Santa Teresa: “¿Qué sería de la Iglesia sin los religiosos?”
La primera constatación hecha es que los religiosos han sido los grandes misioneros que evangelizaron Europa, América, Asia.
Hizo notar el gran aporte a la humanidad por parte de los religiosos que viven “en estado de perfección, santidad”.
Destacó el hecho que las canonizaciones y beatificaciones recientes han privilegiado a los religiosos.
También los más perseguidos han sido los religiosos, en la revuelta protestante, en la revolución francesa, en el kulturkampf de Alemania, .la independencia de las repúblicas de América, en el comunismo. Les parecía que los religiosos eran los más peligrosos y había que eliminarlos. Sentían los regímenes políticos que los religiosos se les escapaban por su misión particular de dedicarse a los más necesitados y su carácter de cuerpo móvil.
Reconoció que los consagrados están más expuestos a ciertos peligros que los diocesanos, ya que éstos de algún modo están controlados por el pueblo. De hecho, en el postconcilio los que más se separaron del pueblo fueron ciertos religiosos.
Conviene destacar sus aportes a la evangelización, a la cultura, a la formación cristiana del pueblo, a la ciencia, al arte. En particular resaltó la arquitectura gótica del arte cisterciense, dominico con Fray Angélico, franciscanos con Giotto
Gran aporte de las religiosas en l promoción de la mujer, convirtiéndose en el rostro materno de la Iglesia.
Recalcó como tras el Vaticano II se ha dado una gran sacudida en la vida religiosa como evidencian algunas cifras, por ejemplo de 1965 al 2010 los jesuitas pasaron de 36.000 a 19.000, los Hermanos de la Salle de 16.000 a 4.000, las Hermanas de la Caridad de 46.000 a 20.000.
La crisis se debe a la SECULARIZACIÓN evidenciada en el abandono del hábito religioso y de los signos visibles religiosos. Otro elemento ha sido la baja de la vida común. Resulta sorprenden que el 20 % de las congregaciones –las nuevas- tengan el 80% de las vocaciones, mientras que el 80% de las congregaciones no reciba ni el 20%
La solución debe venir de una respuesta que pasa por la reflexión sobre sí misma y ver las formas sutiles de secularización interna, lenguaje no religioso, poco tiempo de oración,…Como respuestas tenemos la visibilidad de los religiosos, la vida común, la oración-adoración, cohesión interna, teología de la comunión, lenguaje cristiano, comunión con los pastores. En todas las épocas, los religiosos han sabido responder a las grandes necesidades planteadas: San Francisco, Santo Domingo, San Ignacio. Citó un ejemplo muy elocuente: Si en la Paz de Augsburgo de 1555, en Alemania había 1 católico frente a 9 protestantes, en 1648, Paz de Westfalia, había 5 católicos frente a 5 protestantes gracias a los jesuitas y capuchinos.
“Si conservan su identidad y viven su carisma seguirán cumpliendo su gran papel en la Iglesia y en la sociedad. Sean fieles al Evangelio, al carisma, a las directrices del Magisterio, viviendo en las condiciones actuales (sin arcaísmos), tendremos una gran misión”.
A continuación se abrió un familiar coloquio en el que respondió a tres interrogantes: ¿Cómo vivir la comunión cuando varias generaciones, culturas, nacionalidades?
¿Cuál es el rol de los institutos seculares y otras formas de vida consagrada?
De hecho el nombre de nuestro dicasterio antes se denominaba de “Vida Religiosa y de Institutos Seculares” y ahora es para “la vida consagrada” porque los IISS son consagrados; y lo que he dicho en gran parte para la vida religiosa se refiere también a los IISS, pero es evidente que tienen una particularidad, son algo especial. En tiempos de Pío XII, en 1947, la Provida Mater, yo no sé, en ese momento los IISS eran una gran novedad, cuando los religiosos y religiosas eran como un –digamos- un ejército bien ordenado y bien visible y la sociedad –digamos- era bien compartimentada en campos ideológicos bastante cerrados en sí mismos, los IISS han nacido en la iglesia para penetrar –discúlpenme- como de una manera solapada algo que no podían hacer los religiosos por su visibilidad y su estilo de vida.
Después que los religiosos en algunas partes se dejaron ganar por la secularización los IISS han perdido un poco de su actualidad. Pero siempre tienen una misión especial en la Iglesia. Yo diría que estos IISS son muy numerosos pero ninguno llega a tener gran número de miembros, no sé si superan los 150. También a causa de los cambios sociales sufren una cierta crisis –hay que decirlo- porque hoy la sociedad ha cambiado mucho. Y estos ambientes tan cerrados, por ejemplo, en 1950 entrar en Francia en un sindicato marxista era muy difícil que entrase un sacerdote, mientras que para un miembro de instituto secular era más fácil y lo podía hacer incluso de forma clandestina. De todos modos hay Institutos que prosperan y tienen una gran vitalidad. NO sabía yo decir exactamente por qué. Pero, por ejemplo Schonstatt muy vital por ejemplo en América Latina como Chile, del que es miembro el Cardenal Errázuri; los conozco y van adelante muy bien. Otro instituto secular, en el sur Francia, Notre Dame de Vie, que tienen rama masculina, femenina, sacerdotal y con gran espiritualidad debida al P. Marie-Eugène de l’Enfant-Jésus y tienen hasta cinco obispos. Debo decir que todos modos los IISS nacidos hacia 1950 no se han multiplicado mucho ni hay otro nuevo; claro que mientras tanto en la Iglesia se han multiplicado movimientos (Comunidad Enmanuel, Focolares, Camino Neocatecumenal, Cursillos…) que tienen en sus filas consagrados y consagradas. Claro todo esto en esta efervescente interna de la vida de la Iglesia ha puesto un poco en sombra a los IISS que parece más que otras formas religiosas han sido marcadas por un cierto momento histórico.
El aporte de la congregación de Hijas del Corazón de María del P. Cloriviere, nacida al calor de la Revolución Francesa y que exigió ciertas peculiaridades para ese momento. Acerca de los Institutos Seculares destacó la novedad aportada hacia 1950, su misión específica en la secularidad así como sus “límites” (en el número, en el tiempo con la llegada de los movimientos y la crisis de secularización de los religiosos). Por último, La Madre Consuelo Perales, Superiora de las Canonesas, en nombre de todos los consagrados del Perú agradeció al Cardenal su presencia, ofreciendo el compromiso de ser testigos del amor de Dios en fidelidad creativa.
Concluyó con unas estimulantes palabras del Pastor de la arquidiócesis, Monseñor Juan Luis Cipriani, animando a poner más entrega, mayor unidad (en la comunidad, entre las comunidades, ente los diversos grupos y carismas), para sumar unidos para enfrentar la Nueva Evangelización.