jueves, 1 de julio de 2010

SANTA ROSA DE OCOPA, AVANZADA DE PERUANIDAD, CONVENTO EN MISIÓN

El Convento de Santa Rosa de Ocopa es el corazón de la peruanidad en el Oriente, el brasero misionero de la Selva, el centro de espiritualidad franciscana de los colegios misioneros, la fragua de santidad, la catedral del Valle de Mantaro, la vivencia de la tríada del progreso: religión-ciencia-trabajo. Administrativamente pertenece a la Provincia de Concepción y al Departamento de Junín en Perú, y está casi ubicado entre la triangulación que conforman las ciudades de Jauja, Huancayo y Concepción; más exactamente a la altura de Matahuasi, por la Carretera Central del Perú. Este grato lugar de reposo, se encuentra enclavado en un hermoso valle que alguna vez estuvo poblado por aguerridos y religiosos indios Huancas; quienes vivían al pie de cerros, en cuyas faldas están diseminadas y hoy destruidas, las ruinas de sus hogares. Toda esta zona tiene una riqueza arqueológica abundante. Casi a ras del piso se pueden encontrar objetos de cerámica y metal que forman parte del Museo del Convento de Ocopa.

285 años de fundación, 100 de la muerte del Venerable Pío Sarobe

Con motivo de su 285 aniversario y 100 años de la muerte del Venerable Padre Pío Sarobe, el célebre Convento de Santa Rosa de Ocopa viene celebrando diversos eventos. Del 12 al 18 de abril fue la Semana “Ocopina” con conferencias que ilustraron la historia, la influencia del convento en la región y el trabajo misionero desarrollado por algunos importantes Padres Franciscanos. Además se celebraron durante la semana, jornadas de fiesta para niños y jóvenes, un festival de música y folclore. Además se tuvo un concierto coral ofrecido por la “Schola Cantorum” de la  Universidad Católica Sedes Sapientiae, el sábado 17 de abril a las 16 horas en la iglesia. El día de la fiesta, el domingo, 18 de abril, la misa de las 16 fue presidida por Mons. Pedro Barreto, Arzobispo de Huancayo, y participaron las autoridades y toda la comunidad parroquial. (Agencia Fides 13/04/2010). La Facultad Redemptoris Mater de La Punta-Callao prepara una exposición misionera-antropológica para dar a conocer de modo gráfico la trascendencia cultural y misionera de Ocopa.

Especial de PAX TV con su Guardián

Tales eventos fueron los motivos de nuestro especial de PX TV, en el que tuvimos la suerte de entrevistar durante una hora al Guardián de Ocopa, P. Jorge Cajo Rodríguez. Con sencillez y elocuencia franciscana, nos habló de su vocación desde que era acólito en Chiclayo en una parroquia llevada por Franciscanos, su llamado a seguir a Cristo tras los pasos de Francisco en el marco de un itinerario franciscano que le ha llevado a ser responsable de la formación de los novicios y ahora superior de uno de los conventos más célebres del Perú y de América. Se puede consultar su web: http://paxtv.org/paxtv/especialesdepax/programa.php

 

 

Significado del nombre y algo de historia

El nombre Ocopa, proviene de la palabra quechua "ucupi" que significa "dentro" o "rinconada". Hacia el lado norte de la entrada principal, se yergue el cerro Jerusalén, en cuya cima, los estudiantes de teología de Ocopa, sembraron entre 1950 y 1954, una gigantesca cruz de eucalipto que tuve el honor de coronar, tras 90 minutos de ascenso reposado, abrazado por la mirada hermosa de gigantes eucaliptos, horizontes dilatados de cumbres celestes y altaneras, rebaños de ovejas con su sencilla y maternal pastora. Una inscripción rotunda nos recibe: “¡Te adoramos Cristo porque por tu santa cruz redimiste al mundo!”

A mediados del año 1500, padres dominicos y franciscanos se establecieron en la ciudad de Concepción. De allí se desplazaban hacia otras ciudades de la región para realizar sus obras misioneras. Ocopa, por su cercanía, fue considerada como punto intermedio de su zona de catequización y decidieron erigir una pequeña capillita en honor a Santa Rosa de Lima. Junto a esa capilla, el padre Francisco de San José, decidió fundar éste hoy el histórico Convento e iniciar su ampliación el 19 de abril de 1725.

 

Foco de peruanidad en donde crece la Patria

"Foco perenne de peruanidad y de luz evangélica", dijo el historiador José de la Riva Agüero, al referirse a este claustro fundado en el siglo XVII, por el fraile Francisco de San José en 1725 y que  en 1824 fue clausurado por Simón Bolivar. El convento permaneció cerrado durante 12 años, hasta que en 1836 Luis José Orbegoso ayudó a que reabrieran sus puertas para continuar con su misión de evangelizar a los grupos de la Amazonia. En 1990 el templo se quemó, perdiendo así mucho material que se había recolectado a lo largo de los años. Gracias a Dios está casi todo restaurado, dándonos lección de eterno recomenzador, tanto en los edificios materiales (terremotos, incendios) como los espirituales (ataque de Juan Santos Atahualpa).

Arte y espíritu

En el interior, sus altares muestran el estilo barroco en el que fueron diseñados. Sus paredes lucen altorrelieves cincelados en piedra de Huamanga y en sus claustros, se puede apreciar una importante colección de pinturas coloniales en su mayoría de la Escuela Cuzqueña. Una de dichas obras lleva por nombre Nuestra Señora del Rosario con Santo Domingo y Santa Catalina, de pintor anónimo. La Sagrada Familia, Virgen del Carmen, Misterios del Rosario, son otros nombres de obras pintadas en el siglo XVII. Una colección de 29 diferentes escenas llamada Vida de San Francisco de Asís fue pintada en el siglo XVIII por el artista cuzqueño Ignacio Chacón. También se encuentra otra colección de la escuela flamenca, compuesta por 156 vistosos lienzos y de autor desconocido representando Escenas de la Pasión de Cristo.

En la Capilla de la Misericordia, se venera precisamente una imagen de Nuestra Señora de la Misericordia, que lleva la siguiente leyenda: "...sudó, lloró el 29 de setiembre de 1675". Esta pintura está rodeada de otra valiosa colección de cuadros en honor a Santa Rosa de Lima, tallados en piedra de Huamanga. A la entrada de la biblioteca, existe otro cuadro, posiblemente de la Escuela Huamanguina, en honor a la Virgen del Carmen y que sigue la estética de patrocinio por la que con el manto desplegado protege a cuantos portan el escapulario.

Otros lienzos de pinturas conventuales, como la colección denominada Martirio de los Misioneros de Ocopa en la Montaña. El Vía Crucis, suponen otra bella colección compuesta de 14 lienzos, pertenecientes al pincel del padre Antonio Gravolosa.

El padre misionero, explorador, cartógrafo, músico y pintor Gabriel Sala, también dejó tres importantes obras: Procesión en la Sierra, Rebelión de Juan Santos Atahualpa y Restauración de las misiones del Cerro de la Sal.

Ya más reciente, decorando uno de los claustros existe una excelente colección de pinturas costumbristas pero referidas siempre al Evangelio y confeccionadas por Guillermo Ponce bajo la inspiración del P. Goicochea. De igual modo el refectorio cuenta con 400 m2 de pinturas murales del artista huancaíno, Josué Sánchez, de estilo neofigurativo, verdaderos estallidos de color y vida, que recrean los diversos aspectos de la vida rural y urbana de los pueblos del interior del país: el trabajo, la familia, las fiestas populares, los mitos.

Casi todas las paredes, exhiben algún lienzo o leyendas espirituales. Una de ellas –referida a un devoto crucifijo- del P. Mateo Chuecas reza así:

 

El verme así no te asombre,

porque es mi amor tan sin par,

que aquí me he puesto a pensar:

si hay más que hacer por el hombre.

 

En 1970, se acondicionó un salón especialmente para que sirviera de pinacoteca, especialmente del P. Lorenzo Pelossi, franciscano y pintor italiano de un talento superior que vivió en Ocopa la mayor parte de su vida hasta el 2003. En ella se exhiben cuadros de la naturaleza circundante, rostros de niños, escenas cotidianas del Valle de Mantaro y varias reproducciones de lienzos del Museo del Prado como los de Velázquez, Ribera y Murillo y que por su calidad pareciera que son auténticos.

Su Biblioteca cuenta con más de 25.000 volúmenes, entre los que se encuentran numerosos incunables. Estamos ante una valiosa colección, perfectamente archivada y catalogada gracias al talento y dedicación del P. Julián Heras. El contenido de las obras abarca un rico arco temático: religioso, derecho canónico; historia franciscana e historia en general, sin descuidar varios ejemplares de la Biblia o libros eminentemente científicos. Es digna de admiración y gratitud por brindar  a historiadores y estudiosos la posibilidad de consultar e investigar.

Por último, cabe resaltar un Museo de Historia Natural de la Selva, complementa sus centenarias instalaciones. En él, se detalla el trabajo científico-cultural realizado por los padres franciscanos, durante las obras evangelizadoras que realizaron en la Sierra Central. También se exponen una colección de animales disecados como: mariposas, monos, un cocodrilo negro de unos tres metros, oso hormiguero, el Paiche, serpientes, entre otras especies.

Amigos: Les invito a visitar Ocopa, a sentir, vivir Ocopa. Si van desde Lima, pueden detenerse en Concepción, unos 20 kilómetros antes de Huancayo, y llegar en unos 20 minutos a Santa Rosa de Ocopa. Si buscan arte y cultura, disfrutarán de sus museos y dependencias; si quieren “retiro”, encontrarán el espíritu de Francisco de Asís en este oasis de ¡paz y bien! que les ayudará a retornar completamente renovados a sus quehaceres. ¡Santa María de Ocopa les espera! ¡Disfruten!

Informes: 064-581490

 

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