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Todos los detalles de la vida del arzobispo de Lima están reunidos en dos voluminosos tomos
Hasta los pelos del bigote. Color, grosor y cantidad aproximada. Parece una exageración o una broma, pero no lo es en absoluto. El investigador Manuel Giganto acaba de culminar su abrumador estudio sobre Santo Toribio de Mogrovejo (Villaquejida, 1532) sacando a la luz el segundo y último tomo que culmina una obra faraónica a la que Giganto, natural del pueblo de Algadefe, ha dedicado treinta años de su vida.
«Éste sería el retrato robot más aproximado de su verdadera fisonomía», comenta Manuel Giganto sobre el segundo tomo, como en anterior, de más de 500 páginas. «He realizado, con ayuda de las más modernas técnicas y la ayuda de prestigiosos doctores, estudios anatómicos, psicológicos y psicofísicos de Santo Toribio, pero también una completa hagiografía de sus iconografías, fundaciones, reliquias y milagros».
Y así, gracias a esta obra podemos conocer la firma del santo leonés que llegó a ser arzobispo de Lima, su higiene, alimentación («era muy vegetariano»), su sistema locomotor («fuerte y enérgico como un atleta»), la causa de su muerte («malaria o paludismo»), así como la actividad física desplegada en vida («recorrió más de 40.000 kilómetros a pie y confirmó a 800.000 almas»). Para culminar su proyecto, Giganto ha consultado cientos de miles de documentos en Europa y América.
¡Enhorabuena, don Manuel, y felicitaciones por tantas y tantas horas dedicadas a escudriñar la vida de Santo Toribio!
Muy agradecido por el envío de la obra, así como la de la revista "El Puente" (Diciembre 2010) de Villaquejida.
