Amigos: Me sumo al jubileo de la UCSM, compartiéndoles un epígrafe de mi obra P. William Morris, fundador de la Universidad Católica Santa María (Lima 2011)y lo publicado en su web: http://www.ucsm.edu.pe/catolica/ CON MOTIVO DE SUS 50 AÑOS. Felicitaciones y ¡Centesimus annus!
1. La decisión de fundar una universidad católica[1]
Una de las causas de la creación de la Universidad Católica Santa María fue sin duda la inestabilidad académica provocada por la politización de la UNSA y la presencia de militantes con ideas liberales o socialistas en Arequipa, que provocaron las huelgas y toma de locales con los consiguientes perjuicios para los jóvenes y toda la población. Ante esta situación, muchas personas harían sentir su preocupación y la necesidad de buscar una solución. Muchos jóvenes debían partir a otras ciudades si es que querían seguir estudios superiores.
Bruno Van der Maat[2], economista y teólogo sin dejar de ser acucioso investigador de las raíces de la UCSM, nos aporta un dato decisivo a la hora de fijar sus raíces. Mucho antes de 1960 había el anhelo de establecer una universidad católica en Arequipa, cuando, doña Natalia Uría en su testamento fechado el 24 de marzo de 1935, legó una casa y terrenos en la calle Arica de Miraflores «para la Universidad Católica de Arequipa bajo la administración del Obispado de Arequipa[3]».
Se sabe, por tanto, que ya se planteaba la posibilidad de abrir una nueva universidad al amparo de la Iglesia, y más en concreto del arzobispado. Un memorándum enviado a Monseñor Rodríguez Ballón, a la sazón prelado de Arequipa, por el doctor Carlos Zuzunaga Flórez, de fecha 5 de julio de 1961, nos permite conocer algunos pormenores, decía:
Comprobada la infiltración comunista en la Universidad de Arequipa, el Señor Arzobispo ha considerado nuevamente la posibilidad de abrir un Instituto Superior Católico en esa ciudad, que comenzaría con el primer año de la Facultad de Letras y luego de completar los dos primeros años de esa Facultad abriría los correspondientes a los estudios de pedagogía, para ampliarse más tarde, si resultara pertinente, a otras facultades[4].
Del mismo modo, las crónicas marianistas de Lima, al hilo del posible traslado del postulantado a Lima y el uso del extenso terreno en Chacarilla del Estanque, nos informan ya del sueño de tener un día una universidad en que los alumnos de Santa María (y otros) podrían seguir estudiando en un ambiente muy diferente de el que se encontraba en muchas de las universidades. Al enterarse de la idea, varias entidades ya existentes se opusieron. Sin embargo, para dos personas les pareció providencial. Una de ellas fue el P. Morris quien vio la creación de una universidad como un reto interesante e importante. La otra fue el arzobispo de Arequipa, Monseñor Leonardo Rodríguez Ballón quién vio una universidad católica en el sur del Perú como una gran bendición para la iglesia y centenares de alumnos que tenían acceso solamente a universidades seglares y hasta infiltradas de marxistas. El arzobispo invitó al P. Morris a Arequipa y le ofreció un local donde comenzar. Actuando con su acostumbro entusiasmo y energía, P. Morris preparó todo necesario. Desde el principio fue hecho bien claro que la universidad no permitiría ningún tipo de actividad política. Dos marianistas se fueron a Arequipa con varias cosas para P. Morris en un Ford del año ’56 que dejaron con él y que llegó a ser un símbolo de su presencia allí. Sin pensar inmediatamente en facultades, la universidad empezó con dos años de “estudios previos”.
Efectivamente, por esos años descollaba en Lima-Callao la obra educativa de la Congregación Marianista, siendo su principal propulsor el P. William Morris, con largos años al frente del colegio San Antonio, que había comenzado a sobresalir durante su dirección. Él sería la persona escogida para la organización de la tan necesaria casa superior a quien conocía monseñor Rodríguez Ballón. El doctor Zuzunaga Flórez escribía el 4 de agosto de 1961 al prelado: «...estuve hace un par de semanas a visitar a nuestro amigo el P. Peña, S.J., en la Nunciatura, y por indicación de él estuve a visitar al P. Morris, de los Marianistas Americanos, que según me manifestó el P. Peña estaban interesados en fundar una Universidad en el Perú y tenían el ofrecimiento formal del Presidente de la República y del Ministro de Educación de otorgarles la autorización de conformidad con la Ley universitaria inmediatamente que ellos la pidieran»[5].
Enseguida, el 11 de agosto, volvía a escribir el doctor Zuzunaga, en respuesta a una carta del 7, en que le comunicaba el gran interés mostrado por el Padre Morris en el proyecto y su intención de comenzar cuanto antes. Había que encontrarse con la autoridad eclesiástica de Lima, a la sazón otro franciscano arequipeño como Rodríguez Ballón, el Cardenal Juan Landázuri, para manifestarle sus propósitos y conseguir a través suyo, el apoyo de la Universidad Católica (PUCP), lo cual facilitaría el camino para el proyecto.
La contestación afirmativa por parte del prelado limeño se daba por hecha toda vez que: los Marianistas tendrían autorización del Superior General en Roma para decidir el mejor lugar para ubicar su proyectada Universidad Católica en el Perú. A la fecha, el PM tenía ofertas de instituciones y filántropos católicos de los Estados Unidos así como grandes empresas industriales americanas establecidas en el Perú.
Según el Hermano George N. Lytle, director del archivo marianista en Lima y uno de los mejores conocedores de la historia de la congregación[6], cuando el Padre Morris, S.M., regresó al Perú en 1961, después de tres años de ausencia en los EE.UU., “vino con un propósito bien definido y claro: fundar una universidad marianista en el Perú”. Había tenido práctica en los Colegios Santa María y San Antonio del Callao. Además, los Marianistas habían llevado con éxito la Escuela Normal de Chupaca y acababan de fundar otro Colegio en Trujillo. Los alumnos egresados de los colegios ingresaban con facilidad a la Universidad.
El Padre Morris pudo observar el devenir de sus antiguos alumnos durante más de una década en algunos casos. A la vez, no pudo menos de darse cuenta de la situación de las universidades peruanas, que en aquel entonces no eran más que cinco en número. Existían también algunas escuelas como de Ingeniería, de Agronomía y las Escuelas de Oficiales de las Fuerzas Armadas, y el Seminario Mayor de Santo Toribio, para ampliar el panorama de la educación superior de la época. En realidad, la ausencia de una filosofía de acuerdo con el cristianismo y una teología católica en la gran mayoría de los centros universitarios privaba a los estudiantes, casi todos católicos de bautismo y de práctica en algún grado, del fundamento intelectual de su fe cristiana, que fuera acorde con su nivel cultural y profesional.
Además, por los primeros años de la década de los 1960, la presión demográfica se sintió muy fuertemente en Lima y se llegó a sentir el aumento de la demanda de todos los servicios que requiere la población urbana, entre ellos, por supuesto, la de la educación superior. Concretamente, para 1961 el Departamento de Arequipa la población era de 407.163 habitantes y para el Perú 10.420.357. Era la oportuna respuesta al incremento en la demanda formativa universitaria de la Región del Sur, como consecuencia del crecimiento demográfico, del aumento del número de egresados de la educación secundaria y de las mayores exigencias del mercado laboral.
Me parecen del máximo valor los diferentes documentos “Memorándum Año 1966” y la “Memoria” del propio P. W. Morris el 11 de diciembre de 1970, ya que recoge el latir de los primeros ocho años de la UCSM y se explicitan los motivos de su creación. Se repite que se debió a la “necesidad imperante (innegable)” de atender a la demanda estudiantil en el surandino. Según el propio autor:
“La creación de este centro superior de estudios obedeció a la necesidad imperante de solventar la demanda estudiantil en el sur del país, que no podía ser abastecida con una sola universidad nacional en toda esta amplia región. Espíritu que animó a sus fundadores fue, pues, fundamentalmente, satisfacer tal necesidad de orden educacional que se ve notablemente corroborada con el aumento cada vez mayor de alumnos; y ofrecer a la sociedad la garantía de profesionales idóneos que tanto precisa el Perú en su afán de desarrollo y progreso”( 1966, p.1)
“La creación de la Universidad “Santa María” obedeció a la necesidad innegable de atender a la demanda estudiantil en el Sur del país, para lo cual resultaba evidente la insuficiente capacidad material de la única Universidad que existía entonces, o sea, la del Gran Padre San Agustín. Nació nuestra Universidad con el definido propósito de entregar a la sociedad elementos idóneos en las diversas profesiones y actividades que pudiesen ser actores de alta calificación, tan requeridos por el país para concretar sus propósitos de desarrollo espiritual y material” (p. 1)
Nuestro protagonista nos relata sobria pero gozosamente los primeros pasos. Da relieve en primer lugar a “la aportación de factores humanos” y coloca en primer lugar a la “sociedad de María” en su condición de fundadora, organizadora y sustentadora de la Universidad, en todo momento la ha dotado del personal eficientemente preparado para colaborar con el que os habla. En la actualidad nos acompañan el R.P. Thomas Shelble, Hermano Roberto Wood, Hermano Víctor Vásquez y Hermano Alfredo Laguna.
Cita en segundo lugar a “distinguidas personalidades del sector intelectual de esta ciudad, que constituye el grupo de los fundadores y entre los que puedo recordar a los Doctores R.P. Alfredo Castañedo, en Religión, Gustavo Quintanilla Paulet, en Filosofía, Jorge Cornejo Polar en Literatura, Manuel Veramendi e Hidalgo en Castellano, Benjamín Román Manrique en Historia del Perú, María Elena Girardi de Lozada en Historia Universal, Roberto Ewald en Antropología Social y el que os habla en Física Moderna e Inglés.
Una vez tomada la decisión, era necesaria la búsqueda de del lugar adecuado, parecía evidente que Lima ofrecería un mayor campo de egresados de la Secundaria, sobre todo de colegios marianistas, y a pesar de la ya gran concentración de centros universitarios en la capital. Pero, tuvo que tomar en cuenta el Padre Morris la necesidad de evitar una estéril competencia con la Pontificia Universidad Católica ya existen-te en Lima. De tal manera, optó por la ciudad de Arequipa a unos mil kilómetros al sur, la segunda del país en importancia y en población. En Arequipa tendría el apoyo completo de Mons. Leonardo Rodríguez Ballón, OFM, Arzobispo de Arequipa. Tomada esta decisión, no perdió tiempo en trasladarse a Arequipa y ponerse en contacto con Mons. Rodríguez Ballón. Sus hermanos de la Compañía de María en el Perú admiraron el proyecto y aplaudieron la iniciativa del Padre Morris.
La puesta en marcha del entusiasta proyecto fue bien rápida, pues el Ministerio de Educación Pública, a través del Decreto Supremo Nº24 del 6 de diciembre de 1961, firmada por el Presidente de la República, don Manuel Prado, crea y autoriza el funcionamiento de la Universidad Santa María con sede en la ciudad de Arequipa, promovida y regentada por la Compañía de María--Marianistas. Tendría carácter particular con sede en la ciudad de Arequipa. Se anunciaba como primeras facultades a Pedagogía y Letras[7]. Se convertía en la primera universidad particular fuera de Lima y la tercera del Perú, tras la PUCP y la Cayetano Heredia.
LES COMPARTO TEXTOS DE http://www.ucsm.edu.pe/catolica/ CON MOTIVO DE SUS 50 AÑOS
2. Universidad Católica de Santa María celebra cincuentenario
El próximo 8 de setiembre, día de la natividad de Santa María Virgen, patrona de la Casa Santamariana, fue escogido como fecha de celebración por el aniversario de la Universidad Católica de Santa María y con motivo de recordarse los cincuenta años de fundación, se ha elaborado un variado programa de festejos. Este domingo en la Plaza de Armas de nuestra ciudad, las autoridades marianistas tendrán a su cargo el izamiento del Pabellón Nacional y posteriormente el desfile institucional con la asistencia de delegaciones de la comunidad universitaria.
El jueves 8, a las 10:00 hrs. se realizará en la Iglesia de las Madres Esclavas del Sagrado Corazón, una Celebración Eucarística de Acción de Gracias, a las 11:00 Hrs. en la Plaza de la Cultura ubicada en el Campus Central de Umacollo, se efectuará la Sesión Solemne
Se recuerda con suma alegría cuando el religioso de la Sociedad de María R.P. William Morris Christy logró del gobierno del Dr. Manuel Prado la dación del D.S. Nro. 024 del 06 de diciembre de 1961 que crea la UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SANTA MARÍA. Gracias a la valiosa colaboración del Arzobispo de Arequipa, Monseñor Leonardo José Rodríguez Ballón, la UCSM en la Casona de la calle Santa Catalina 410, inició sus labores, luego de un examen de selección, con sólo 150 alumnos, el 9 de abril de 1962, con dos secciones de la Facultad de Letras y ocho maestros fundadores.
Merced al apoyo de Southern Perú, IPC, Banco de Crédito, Gobierno Alemán y otros mecenas, la Universidad se traslada de la Casona de Santa Catalina a su local actual (sede central) Urb. San José s/n, Umacollo; donde cuenta con un Campus de 75,600 m2; el edificio Las Esclavitas donde funciona la Administración Central y la Escuela de Postgrado, ubicado en la calle Samuel Velarde 320 Umacollo con una extensión de 3,056 m2; cuenta además con: 55 hectáreas de tierras agrícolas en el Proyecto Majes; el Fundo Chapioco ubicado en Alto Sumbay del distrito de Yanahuara con 661 hectáreas, una extensión de 46 hectáreas en Huasacahe fundo la Banda, 663 m2 de una Casona en Ugarteche 306 Selva Alegre, 916 m2.; La Casona de la Cultura (La Merced 110) 1,135 m2, la Casa del Corregidor en La Merced 207, 1,600 m2 en la Ciudad de Dios, terrenos en la Urb. El Lago, 15.30 hectáreas correspondientes a los Fundos San Miguel, La Aparecida y Bustamante en el distrito de Sachaca.
ETAPAS DE DESARROLLO:
La UCSM ha confrontado la siguiente secuencia de etapas de funcionamiento.
La primera de 1962 a 1973, con la creación e inicio de las actividades de la Universidad, crecimiento inicial de su infraestructura, desarrollo académico y administrativo.
La segunda fase de 1973 a 1977 comprende la reorganización y evaluación de su personal docente y adecuación a la normatividad de Sistema Nacional de la Universidad Peruana.
La tercera de 1977 a 1985, en la que se realizó la primera organización administrativa, se inició la Maestría en Derecho de la Integración y se elaboró el Estatuto Universitario e implementación de la Ley 25735.
La cuarta de 1985 a 1990, con la creación de nuevas Facultades, en el campo de las ingenierías, inicio de la administración computarizada.
La quinta etapa del 1990 al 2005 denominada del consenso, del reordenamiento académico, administrativo y financiero, comprende la década de los 90 hasta los tiempos actuales y marca su inicio con la creación de la Escuela de Post Grado, modernización del sistema de cómputo, modernización y ampliación de la infraestructura, elevación de la calidad del sistema de enseñanza aprendizaje con tecnología de punta.
La sexta etapa, a partir enero del 2005 a enero 2010, periodo de la presencia de la universidad en los procesos sociales y productivos en el ámbito local y regional, destacando la gestión de los programas de extensión y proyección social con la realización de campañas gratuitas de salud a cargo del CEMPOS y la construcción y puesta en funcionamiento del Centro Comunitario en Ciudad de Dios; así como la ejecución de proyectos de investigación, consolidación de la reforma y reestructuración académica, fortalecimiento del nivel de postgrado y la intensificación de los convenios internacionales. Creación del Instituto Confucio y funcionamiento del Centro de Seguimiento de Graduados y Titulados y Bolsa de Empleo
Etapa vigente, enero 2010 a enero 2014, se viene trabajando en una planificación estratégica para el cambio cuantitativo y, sobre todo, cualitativo, sistematizando de manera lógica, coherente y prospectiva, las diversas y más significativas aspiraciones, intereses y perspectivas, traducidas así, de manera operativa, en una dinámica organizativa y funcional integradora, que posibilite la superación de nuestros estándares institucionales, con invariable carácter innovador
2. Hermano Roberto Wood, Cofundador UCSM: “Hagan lo que Él les diga”
Vino desde Estados Unidos para unirse a las celebraciones por el aniversario de la universidad que ayudó a fundar, la UCSM, el hermano Roberto Wood visitó la Católica para dictar la conferencia: “Características de una Universidad Marianista”.
Wood invocó a los asistentes a seguir el ejemplo de Jesús, al igual que lo hizo su madre, María, al decir: “Hagan lo que Él les diga”.
Manifestó que las características de una universidad fundada en principios religiosos deben ser la humildad, el respeto, el amor y la veracidad de sus integrantes, así como el servicio entre todos los miembros de la institución.
Durante dos días motivó a los asistentes a desarrollar un “espíritu crítico”, lo cual no significa criticar todo, sino analizar todo.
Así mismo, remembró los rasgos característicos del Padre William Morris, respecto al cual dijo recordar su humildad y aprecio por los estudiantes, a los que cariñosamente llamaba jóvenes.
El Co fundador de la UCSM exhortó a los participantes a mantener un gozo constante y demostrarlo dentro y fuera del campus.
Wood fue el primer secretario general de la Casa Marianista, fundador del Instituto de Estudios Precolombinos (que más tarde llegaría a ser el Programa Profesional de Arquitectura), fue docente de diversas materias y es Profesor Emérito de la Universidad desde el año 1998.
Actualmente enseña en la Universidad Saint Mary de Texas, Estados Unidos.
3.DISCURSO DEL RECTOR EN LA SESIÓN SOLEMNE DEL 50 ANIVERSARIO INSTITUCIONAL: “Nos reafirmaremos, invariablemente, en la fe que profesamos”
Muchas gracias, una vez más, por compartir con nosotros esta fecha tan grata y especial. Muchas gracias por vuestro afecto, por vuestro generoso aprecio y reconocimiento. Por estimularnos a seguir caminando por la ruta y en la dirección de la labor pertinente, esmerada, compartida, dialógica e innovadora, en procura de nuevos y mayores niveles y estándares para nuestro servicio educativo.
Muchas gracias, amigas y amigos, por compartir esta celebración, que hemos querido ofrecerla en primer lugar, y con gratitud, a Dios y a su Madre la Virgen María, infalible inspiradora e intercesora nuestra.
Ofrecerla asimismo a la memoria de nuestro fundador, el Padre William Morris Christy, y de quien lo invitó a crear nuestra casa de estudios, el Obispo arequipeño Monseñor Leonardo Rodríguez Ballón.
Por supuesto que también ofrecerlo a la memoria y gratitud de docentes, autoridades, alumnos y trabajadores, que con su entusiasmo y dedicación, más su sapiencia y entereza, fueron construyendo año a año nuestra presencia y fortaleza, la que ahora podemos mostrar visiblemente y, en ella, la verdadera y real identidad que nos distingue, anima y fortalece.
Muchas gracias a quienes estando aún en función, como profesores y estudiantes, en la cátedra y el aula, o como administrativos y servidores, en cada oficina y espacio de la organización, dedican en el día a día las cualidades y virtudes de su desempeño, contribuyendo así al estudio, la investigación, la cultura, el deporte, la proyección y extensión que, sin desmayo, procuramos mantener y potenciar permanentemente.
Muchas gracias a quienes, especialmente en los últimos años, han sabido construir y forjar una universidad que, como la nuestra, está y estará siempre en pie de lucha contra la mediocridad, el conformismo, la mezquindad y el individualismo. A ellos, verdaderos paladines, la conciencia colectiva de nuestra comunidad los reconoce y amerita acertadamente, por esa su labor tesonera, honesta y visionaria.
Nosotros seguiremos dedicando lo mejor de nuestras capacidades, a favor sobre todo de la auténtica formación de nuestros alumnos, no sólo de su inteligencia y creatividad, sino también y con similar empeño la formación de sus sentimientos, de su ética y valores, de su voluntad y carácter, de su capacidad de indignación y rechazo a todo lo negativo, subalterno e intrascendente.
Para que, como lo señalara Albert Einstein, comprendan que lo más importante para ellos no ha de ser simplemente el éxito, sino la satisfacción de haberse preparado para realizar lo que más les gusta hacer, llevándolo a cabo cada vez mejor y sabiendo que ello no es sino para beneficio de los demás.
A nuestros alumnos no dejaremos de decirles igualmente, con las palabras proverbiales de Juan Pablo II: “También vosotros, queridos jóvenes, os enfrentáis al sufrimiento: la soledad, los fracasos y las desilusiones de vuestra vida personal; las dificultades para adaptarse al mundo de los adultos y a la vida profesional; las separaciones y los lutos en vuestras familias; la violencia de las guerras y la muerte de los inocentes. Pero sabed que en los momentos difíciles, que no faltan en la vida de cada uno, no estáis solos: como Juan al pie de la cruz, Jesús os entrega también a vosotros su Madre, para que os conforte con su ternura”.
Por todo ello, nos reafirmaremos, invariablemente, en la fe que profesamos, nutriremos aún más nuestros principios y valores institucionales, bebiendo principalmente de la espiritualidad marianista, aquella que José de Chaminade, beato y fundador de la Compañía de María, resumió en un solo mandato, el mismo que la Virgen impartió a los criados en la bodas de Caná: “HACED LO QUE ÉL OS DIGA”.
Trataremos pues de saber en cada momento lo que Él nos diga, lo que Él nos advierta y aconseje, para así no equivocar la ruta ni desfallecer en la entrega total de nuestras fuerzas y talentos, de nuestra propia vida si fuera necesario.
Tenemos en nuestra agenda actual la culminación del Plan Estratégico 2012-2020 y, dentro de él, la redefinición del Modelo Educativo que ha de guiar nuestra labor pedagógica a través del desarrollo curricular; el reforzamiento de la investigación, básica, aplicada y tecnológica; la incorporación del voluntariado marianista en la formación desarrollada en todas las carreras profesionales; una nueva estructura y dinámica organizacional, incluyendo en ella el correspondiente desempeño técnico y profesional de los respectivos recursos humanos; la acreditación, ya iniciada, de nuestras diversas unidades académicas, priorizando la acreditación nacional y sin descuidar ciertamente la de carácter internacional; la cabal informatización de la institución, acorde con el adelanto tecnológico, valioso en la medida en que ayude efectivamente al desarrollo cualitativo del funcionamiento integral de todas las dependencias e instancias académicas y administrativas; la optimización de nuestra relación con la empresa, así como con los gobiernos municipales, de modo tal que nuestro potencial científico y humanista, se inserte adecuadamente en la problemática social y en el avance productivo de la región y el país; por último la ampliación de nuestro campus en los terrenos del fundo San Miguel de Sachaca;
Y no dejaremos tampoco de promover la democracia, el pluralismo y la tolerancia en la vida de nuestra comunidad interior, vale decir, la libertad para optar debidamente, respetando la crítica y la discrepancia, siempre dentro de los márgenes de la lealtad y el respeto. Pues entendemos que en eso consistió precisamente la voluntad y sabiduría perfectas de Dios, al concebirnos y crearnos, a su imagen, como seres libres, inteligentes y solidarios.
Muchas gracias amigos y amigas, por estar esta mañana en nuestro campus principal. Vuestra presencia nos enaltece, nos honra y gratifica inmejorablemente. Recuerden siempre que las puertas de esta casa y de nuestro corazón han de permanecer abiertas, de par en par, para ustedes, porque como antes, ahora y siempre ustedes serán, utilizando una conocida expresión de una universidad amiga, serán: “¡bienvenidos todos!”
ABEL ANDRÉS TAPIA FERNÁNDEZ
-Rector-
4. Verdades de un Aniversario
Estando en la celebración de nuestras Bodas de Oro institucionales (1961-2011), podemos enunciar con pleno convencimiento las siguientes afirmaciones:
Sentimos sincera alegría al constatar todo lo avanzado y obtenido hasta aquí: en crecimiento, organización y desempeño, dentro y fuera del aula, en los terrenos del estudio y la investigación, tanto como en la extensión y proyección a la comunidad; cuidando, en todo, la mayor prestancia y calidad posibles.
Lo logrado es el resultado del esfuerzo mancomunado, que se puso en movimiento desde el primer instante de nuestra creación, en aquella vieja casona de Santa Catalina, en donde connotados académicos supieron avizorar un futuro significativo y transcendente, aportando en tal sentido lo mejor de su entusiasmo y sapiencia.
Reconocemos la feliz iniciativa fundacional del Arzobispado arequipeño de entonces, y la infatigable y certera labor que supo desplegar con lucidez y esmero nuestro fundador el sacerdote norteamericano, de la orden marianista, William Morris Christy, cuyo tesón determinó el rápido crecimiento de la nueva universidad, y su positiva influencia en el ámbito local y regional.
Nos refirmamos en nuestros principios y valores institucionales, los mismos que nos acercan permanentemente a la verdad, el servicio, a la innovación, la solidaridad y la justicia, para plasmarlos en la prédica y en el comportamiento cotidianos, de manera que sea su demostración la mejor forma de enseñar lo que se puede y debe ser.
Lo más importante de la tarea educativa que sostenemos, es la formación integral de nuestros alumnos: de su inteligencia y creatividad, de sus sentimientos, de su voluntad y moral; la formación de su espíritu religioso, en base principalmente a las enseñanzas evangélicas y de la Iglesia; también la formación de su civismo, de su cultura, de su amor al arte y a la naturaleza, de su práctica deportiva o ejercicio físico, así como de sus motivaciones básicas de logro, emprendi–miento, solidaridad y justicia.
Los nuevos profesionales que cada año egresan de nuestras aulas deben constituirse en eficaces agentes de cambio, única garantía de su genuina y positiva competencia en un mundo globalizado, para el que hay que rescatar el respeto e integración orgánica y armó–nica de lo plural y diverso, garantizando además que el crecimiento económico vaya unido el desarrollo humano pleno, sin exclusiones ni privilegios.
La mejor acreditación a la cual aspiramos es aquella que provenga, sin subterfugios ni dobleces, de nuestra propia conciencia individual y colectiva, a partir de una objetiva evaluación de los aciertos y errores, de las virtudes y deficiencias, que seguramente las tenemos; más una continua acción de mejora, sostenida y corporativa, reemplazando en todo la mediocridad por la excelencia y la verdadera autenticidad.
«In Scientia Et Fide Erit Fortitudo Nostra» («En la Ciencia y en la Fe está Nuestra Fortaleza») sigue siendo nuestro lema, sabiendo que se camina mejor cuando la luz y la fuerza del conocimiento y de la fe iluminan nuestro entendimiento y nutren aquellas decisiones que precisa–mente dirigen los pasos por el auténtico camino, al que hay que recorrer como ‘peregrinos de la verdad’ tal como lo afirmara Juan Pablo II; así como sencillos servidores del amor, inspirados en la mística y ejemplar enseñanza del poverello de Asís.
A la ciencia y tecnología modernas, tan deslumbrantes y raudas, hemos de acompañar el indispensable fermento de las humanidades, a fin de que en nuestros profesionales no se debiliten las estructuras más íntimas y valiosas de su naturaleza material y espiritual, tanto como de su vocación esencialmente humana.
Nuestro modelo y paradigma ha sido y seguirá siendo la Virgen María, con sus inconfundibles valores de fidelidad, pureza y sencillez, y que al pie de la cruz fue encomendada para que en nuestros afanes, sufrimientos y proyectos, sea nuestra amorosa e infalible acompañante e intercesora.
El actual prestigio que nos otorgan propios y extraños no hace sino comprometernos en seguir actuando con denuedo, imaginación y transparencia, a fin de proseguir en la línea del auténtico servicio educativo, contribuyendo en tal forma al progreso material, ético y humano de nuestro país.
Estas son nuestras verdades, en ellas creemos, nos afirmamos y de ellas tomamos lo necesario para proseguir con fe y optimismo. Lo que no nos impedirá dar la bienvenida a las nuevas ideas, pues finalmente hemos tratado de ser y seguiremos procurando ser UNIVERSIDAD CATÓLICA, que según lo dijera alguna vez en nuestro claustro el insigne jesuita Felipe Mc Gregor, resultará siempre una tarea doblemente difícil y apasionante.
5. Retrato de la Historia UCSM, Dr. Nicolás Paredes Carpio, Decano de la Facultad de Ciencias y Tecnologías Sociales y Humanidades
Nicolás Paredes Carpio es docente de la UCSM hace más de 42 años, durante ese tiempo ha sido Director de Programa en tres ocasiones, Jefe de Departamento Académico en cinco oportunidades y actualmente es Decano de la Facultad de Ciencias y Tecnologías Sociales y Humanidades por segunda vez, razones suficientes por las que le buscamos para conocer más de la historia de la institución que nos acoge. En esta nota les presentamos algunas memorias, datos y experiencias contadas por este buen referente santamariano.
Creación de la Universidad Católica de Santa María
La universidad fue creada a iniciativa del Arzobispado de Arequipa dirigido por Monseñor José Leonardo Rodríguez Ballón, ante la solicitud hecha por diversas familias y personajes importantes de Arequipa, quienes deseaban contar con una universidad que velara por la formación no sólo profesional sino espiritual de sus hijos, quienes sólo podían estudiar en la universidad estatal en la que predominaban concepciones políticas de otra orientación o ser enviados al extranjero. Por otro lado, el R.P. William Morris Christy, Sacerdote Marianista que llegó al Perú a comienzos de la década de 1940 trabajaba en Lima, había fundado el colegio “San Antonio” y quería abrir "una universidad para los pobres" (palabras del padre Morris), pero su solicitud le fue denegada por el Vaticano porque ya había la Pontificia Universidad Católica del Perú, que fue fundada en 1917.
El Arzobispado encargo a la Sociedad de María, en la persona del padre Morris, la preparación del Proyecto respectivo, el mismo que mereció la aprobación del Gobierno por lo que el 6 de diciembre de 1961 se expidió el Decreto Supremo Nº 024 firmado por el Presidente Constitucional de la Republica Dr. Manuel Prado Ugarteche autorizando el funcionamiento de la Universidad de Santa María (el nombre de Católica lo incorporamos pocos años después).
En esa tarea lo secundaron dos personas extraordinarias de las que poco se ha hablado en estos 50 años, la madre Christophoris Deneke, que era la que dirigía Enfermería y la madre Soledad García Muñoz que dirigía Educación. Entonces, con la ayuda de ellas y la propia gestión personal del padre Morris, muchas empresas de entonces colaboraron con la Universidad: Southern Peru Cooper Corporation, Cerro de Pasco Corporation, ADVENIAT de los Obispos Católicos Alemanes, Banco de Crédito del Perú; International Petroleum Company, Minas Arcata, Compañía Cervecera del Sur del Perú, Michel y Cía.; Lanificio del Perú, Roberts y Cía., el Gobierno de la República Federal Alemana, Miserere y otros.
Etapas en la vida santamariana
Yo creo que en la historia de la UCSM se han dado tres etapas más o menos caracterizadas de esta manera: la primera década corresponde a la fundación y organización; tarea asumida fundamentalmente por el Padre Morris, y el equipo de docentes que lo acompañaron (Drs. Augusto Mazeyra, Manuel Veramendi, Alberto Núñez Borja, Luis de Taboada), junto con algunos religiosos como el Hno. Robert Wood, que fue el Secretario de la Universidad; luego vino una etapa de crisis, reorganización y transición que se extendió desde 1973 hasta 1983. En esta etapa se destaca la fundación de ADUCA (junio de 1973), la intervención del Concejo Naciona de la Universidad Peruana, las Comisiones de Gobierno y Reorganización, la adaptación a las nuevas leyes sobre en funcionamiento de la universidad, creación de nuevas carreras, etc. Y la tercera etapa que podemos llamarla de Desarrollo Institucional que se inicia con la promulgación del Estatuto (marzo 1984) en cumplimiento de la Ley Universitaria vigente (Ley Nº 23733) promulgada el 9 de diciembre de 1983. En esta etapa se advierten muchos logros tales como la ampliación de la oferta educativa con nuevas carreras sobretodo de las ingenierías, la creación de la Escuela de Postgrado, el mejoramiento y expansión de la infraestructura, la estabilidad económica de la institución, el impulso, aunque todavía insuficiente de la investigación y el eficiente servicio de proyección social a través de los CEMPOS.
Los signos más distintivos de la Universidad
Somos una Comunidad Académica, una asociación civil sin fines de lucro, lo cual significa que no tenemos dueños ni promotores, y si quedara una utilidad económica esta revierte en bien de la propia universidad, no de personas particulares.
Otra característica es que nos declaramos como una universidad cristiana católica, pero no somos una universidad cerrada confesional, sino por el contrario, somos una universidad totalmente abierta a todos los credos religiosos, a todas las ideologías políticas, a todas las teorías científicas y filosóficas. Sin embargo ponemos énfasis en la inspiración cristiana de esta universidad la cual tratamos de dar a través de nuestra educación.
Asimismo podría destacar la democracia interna con que la universidad ha ido renovando sus cuadros directivos con más o menos aciertos. Hay distintos grupos de opinión docente, como cinco o seis, y siempre se ha buscado acuerdos para el gobierno de la universidad.
¿Dónde y Cuándo en empezó a funcionar la UCSM?
El Arzobispado cedió una casona ubicada en la calle Santa Catalina Nº 410 (en la esquina entre Puente Grau y Santa Catalina) para las aulas y oficinas. Según las referencias que dio el Padre Morris se presentaron alrededor de 330 postulantes y aprobaron el examen de ingreso 115 jóvenes quienes iniciaron los estudios el 9 de abril de 1962, en lo que era la Facultad de Humanidades o Facultad de Letras. En esta se hacían los denominados "años previos" para ingresar a los estudios de facultad propiamente dichos.
¿Desde cuándo se trasladó la universidad a Umacollo?
En julio de 1963, el Arzobispado de Arequipa vendió a la universidad el terreno que actualmente llamamos el campus central de Umacollo con un área de 27,648 metros cuadrados, a veinticinco soles el metro cuadrado. Luego el Padre Morris y sus colaboradores, empezaron la labor titánica de construir los primeros pabellones con el aporte económico de muchas instituciones.
Cuéntenos más acerca del fundador
El padre Morris en esos primeros años era todo, era Rector de la Universidad, era profesor de asignaturas como Metafísica o Inglés o Matemática; era jardinero, pues había que regar los jardines, y se lo podía ver con su pala regando en base a la acequia que alimentaba de agua a estos.
¿Cómo se ha venido dando el impulso en la ampliación de la oferta educativa?
Empezamos con cuatro facultades: Educación, Derecho, Ciencias Económicas y Comerciales y Enfermería; hoy tenemos 27 carreras a las que hay que sumar dos nuevas que son: Ingeniería de Minas e Ingeniería Ambiental y la Escuela de Postgrado que fue creada en 1990 y que tiene más de mil alumnos en Maestrías y Doctorados.
¿En qué fecha se celebra el aniversario de la UCSM?
El aniversario oficial de la Universidad es el 6 de diciembre, pero debido a que esa fecha coincide con el periodo de evaluaciones y culminación del año académico, el Concejo Universitario acordó cambiar la fecha de festejos para el 8 de septiembre por el natalicio de la virgen María, y por ser nosotros “de Santa María” es que celebramos el aniversario en esa fecha, pero verdaderamente nuestro aniversario es el 6 de diciembre.
Cifras:
El Campus Central de la universidad tiene una extensión de cerca de 28 mil m2. El local adquirido en Sachaca tiene 153 mil m2. La UCSM cuenta con locales en el Parque Industrial y en la vía paisajista, así como 55 hectáreas en el Fundo de Majes y las casonas en la calle La Merced, la Casa de la Cultura, la Casa del Corregidor Abril y Maldonado donde funciona el Instituto Confucio, la Casa Selva Alegre y el Fundo Chapioco con más de 600 hectáreas.
Algunas anécdotas
El padre Morris y los sueldos de los primeros docentes
Algunos docentes antiguos decían que como no recibían su sueldo iban a hablar con el padre para cobrar y él les decía "Oh joven", introducía la mano al bolsillo y lo que encontraba le daba al docente (no sabemos sin tenía la suerte de que el bolsillo estuviera medio lleno o medio vacío).
Pabellón “D”: Clases hasta que la bondad de la luz lo permitía
El pabellón de tres pisos, que se construyó para el Programa Académico de Servicio Social y contaba con cerca de 800 estudiantes, no tenía luz eléctrica, ni puertas, ni ventanas. Pero como el tiempo transcurría sin notar avances, alumnas y profesores decidimos ocuparlo y así lo hicimos; imagínese como dictábamos clases sin puertas ni ventanas hasta que la generosa luz del Sol lo permitía.
Los aniversarios de la Facultad de Contabilidad
La noche anterior los estudiantes participaban en un concurso de arreglo de aulas (dibujos a colores en las pizarras, globos, etc.) y el jurado, del que alguna vez formé parte, era atenido en la misma aula con exquisitos cócteles preparados por los alumnos; y las aulas eran numerosas, de manera que los jurados al final teníamos problemas para otorgar los premios, tanto por la calidad de los arreglos, pues todos eran muy bonitos, cuanto por el estado de salud en el que nos ponía la atención y el cariño alcohólico de los estudiantes. Fico Olivares (Q.E.P.D.), el Decano, término pletórico de entusiasmo bailando sobre una silla. Posteriormente venían los fuegos artificiales. La cuenta, por supuesto corría a cargo de los CPC docentes.
Navidades santamarianas
EI saludo navideño era un encuentro de verdadera confraternidad cristiana y no la apurada cola para recoger la canasta o el balde o el maletín. En una reunión organizada bajo la conducción del Dr. Heredia y realizada en el Auditorio Miguel Grau, después de la parte formal, todos, haciendo círculo conversábamos, nos abrazábamos y habríamos algunas botellas de vino de las que nos habían obsequiado para compartir.
[1]El presente capítulo es deudor de la obra que generosamente me envió manuscrita y que agradezco cordialmente: ESPINOZA DE LA BORDA, Álvaro M. «In Te, Domine speravi». Monseñor Leonardo José Rodríguez Ballón y la arquidiócesis de Arequipa Cabildo Metropolitano de Arequipa, Arequipa, 2011
[2] “Apuntes para una historia documentada de los inicios de la UCSM: La compra del terreno para el campus” en Revista de Teología. UCSM, Año 12, nº 26, Arequipa, Junio 2009, pp. 113-115.
[3] Allí mismo: La donación no surtió efecto y pasó a la Beneficencia Pública de Arequipa, p.113
[4] Archivo Arzobispal de Arequipa. Secretaría General. Correspondencia
[5] Ibídem
[6] La Universidad Católica Santa María de Arequipa, Diciembre 1995, p.2
[7] EL DEBER. Año LXXI, Nº28373, jueves 14 de diciembre de 1961, p.1