Abelardo de Armas, cofundador de los Cruzados de Santa María, compuso esta canción tras ser operado delicadamente por el Dr. Palacios Carbajal, cirujano de gran prestigio, a quien se la dedicó agradecido. Cuando EDIBESA editó el CD "Manos de Dios", Abelardo escribió en la introducción del cuadernillo: "La vida es toda un don de Dios…Nadie tan convencido como yo de mi incapacidad total para crear una música o una letra. NO DEDICO, POR TANTO, NADA MÍO SINO DE UN Dios todo bondad que utiliza, eso sí, nuestra pequeñez y miseria. Lo que sí pido a todos es que convirtáis estas canciones en pura oración. Amando y dejándose amar. Algo así como la Virgen entonando su Magníficat". ¡Qué bello y entrañable saberse "manos de Dios" para prolongar su obra creadora, redentora y santificadora, como lo hizo María!
http://www.youtube.com/watch?v=GXM87xxTnlE
Manos de Dios poderosas,
manos que todo lo crean
y en mi nada se recrean,
manos de un Dios que es Amor.
Manos que en suaves caricias
del dolor hacen delicias,
manos que por mi amor clavadas,
y en una cruz traspasadas.
Manos de Amor extendidas,
pagas deudas de pecado
con sangre de tus heridas
y limpias lo que he manchado.
Toma ahora las manos mías
y transfórmalas en tuyas,
clávalas para el pecado
y llágalas para amar.
Mi dolor suavice penas
y mis manos queden llenas,
y mis manos queden llenas
del dolor de los demás.
Manos que ya no son mías,
sino tuyas, mi Señor.
Son manos para dar vida
moviéndolas Tú y no yo.
Manos de Dios poderosas,
manos que todo lo crean
y en mi nada se recrean,
manos de un Dios que es Amor.