XVIII ANIVERSARIO DE LA PARTIDA AL CIELO DEL SIERVO P. TOMÁS MORALES S.J. EN LIMA: Informarnos, reformarnos, transformarnos, formarnos

XVIII ANIVERSARIO DE LA PARTIDA AL CIELO DEL SIERVO P. TOMÁS MORALES S.J. EN LIMA

 

Nuestro encuentro tuvo lugar en la parroquia de Santa María de Magdalena de Pueblo Libre. Comenzó con la celebración eucarística que fue presidida por el P. Ramón Castejón, S.J., quien conoció al Siervo de Dios P. Morales, desde 1956. En su homilía glosó la figura de la santa del día, Santa Teresita, de quien destacó su "caminito" de infancia espiritual, su olvido de sí, su amor apasionado a Cristo y a María en la inmolación total del momento presente. Sobre el P. Morales nos compartió su devoción a la Santa carmelita de Lisieux que la convirtió en adalid y protectora de las instituciones por él fundadas: Cruzada, Milicia y Hogares de Santa María. Como clave del apostolado laical enfatizó la grandeza del bautismo y su espiritualidad ignaciana y carmelitana. Para ello se necesita:

1.      Informarnos, especialmente del tesoro del Bautismo

2.      Reformarnos, mediante la conversión, confesión.

3.      Transformarnos, como hijos de Dios, sobre todo en la Eucaristía.

4.      Formarnos en la escuela de Jesús, en la escuela de María.

La animación musical corrió a cargo del matrimonio Barrueta (Wilson y Sandra) y Alexis.

A continuación se pasó a los Salones de la Parroquia donde se le tributó un homenaje al P. Morales con canciones, video, oraciones, testimonios. La grata convivencia culminó con un sustancioso aperitivo rematado por la oración al Siervo de Dios P. Morales por su pronta beatificación, encomendando de modo especial al papá de Sandro y felicitando a su mamá que estaba de cumpleaños.

 

Un nuevo aniversario en el que se nos ha concedido la gracia de valorar el don recibido de lo alto y destacando lo que Monseñor Mario Tagliaferri, Nuncio de S. S. en Perú y luego en España, dijo en el funeral del 3 de octubre de 1994:"Hemos de reconocer su influencia religiosa, sacerdotal y apostólica en momentos difíciles del catolicismo español. Intuye que España necesita seglares católicos "virtuosos, cultos, resueltos, intrépidos, verda­deros apóstoles". Por eso se acerca a los trabajado­res y empresarios, a los jóvenes universitarios, a los profesionales, a las familias... Podemos afirmar que es como un profeta del Concilio Vati­cano II en su visión sobre la promoción del laicado en la Iglesia y en el mundo".