Se organiza el Archivo de la provincia dominica de San Juan Bautista del Perú
Bastaría con saber que los dos primeros obispos Vicente Valverde y Jerónimo de Loayza son dominicos o que Santa Rosa y San Martín anduvieron por estos lares y están bien documentados en su vida y procesos de canonización. Pero no está de más recordar que la Universidad Nacional Mayor de San Marcos tiene su cuna aquí y que la también Universidad San Martín nació por obra del dominico Vicente Sánchez Valer y que todo está aquí bien documentado.
Y si consideramos sus conventos, parroquias, colegios, cofradías y hermandades, instituciones, publicaciones, prensa, radio, sermones,…veremos que este archivo es un auténtico tesoro de ciencia, humanidad, santidad, peruanidad.
Mucho sabe de esto el infatigable Padre Angulo o el P. Guillermo Álvarez, pero quien realmente conoce su potencialidad y todo lo que va apareciendo a medida que se va organizando es el infatigable archivero Melecio Tineo Morón, quien, por iniciativa del provincial P. Juan José Salaverry, va dando forma a este riquísimo archivo que, meses atrás era un almacén de trastos y poco a poco va luciendo como un archivo de primera. Deseamos que para el octavo centenario de la Orden, en el 2016, esté organizado, catalogado y pueda dar servicio al público como tienen programado.
Por mi parte, quiero agradecer la invitación a visitarlo y compartirle que la documentación es de primer nivel. Sean bulas, profesiones, testamentos, actas de capítulos, sermones manuscritos, novenas y panegíricos, escritos de religiosos de la Orden, fincas, misiones, procesos de beatificación…y mil y una sorpresa como una carta autógrafa del generalísimo José de San Martín en 1821 y que fue catalogada por el P. Angulo.
Da gusto mencionar la paciente labor que los
padres dominicos han mantenido en el cuidado de los documentos, especialmente
los padres Guillermo Alvarez, Felipe Huaypar
y Manuel Alvarez Perca, que en
la actualidad es el archivero y quien dio cuenta de sus fondos
en "Archivos Dominicos" en la Revista Peruana de Historia Eclesiástica
7, 2001, Cuzco, 221-227 que publicamos a continuación.