Por vez primera -y en representación del CEPAC-UCSS- he participado en el popular homenaje que la Municipalidad de Carabayllo organiza en el aniversario histórico del encuentro entre el último virrey del Perú, La Serna y el General San Martín. Cientos de escolares de casi todos los colegios ha desfilado y recreado el evento del 2 de junio del 2016. En la tribuna de honor estuvo toda la Municipalidad con su Alcalde, representantes de las autoridades políticas, diplomáticas (Argentina) y militares. Les comparto el texto preparado para mi disertación.
PUNCHAUCA en vísperas del BICENTENARIO, 2 de junio del 2016, J A Benito
Respetadas autoridades, estimados amigos:
Muchas gracias por la invitación y por su presencia; especialmente a los organizadores de la Municipalidad de Carabayllo, con su alcalde a la cabeza, y a todos los profesores con sus alumnos, y pobladores del entorno.
¡Donde hay una voluntad, hay un camino! Y para tener voluntad hay que querer y luchar por conseguir el objetivo. Aquí lo tenemos todos muy claro. Nos jugamos el ser o no ser del Perú. De nada nos sirve llorar nuevamente por las ruinas del otrora monumento Punchauca si no buscamos poner un remedio.
Hoy, 2 de junio del 2016 puede ser un día histórico. Sí, lo puede ser. Si cada uno de nosotros se decide a empeñar su vida por la restauración y puesta en valor de Punchauca. El por qué no ha hecho hasta la fecha no nos compete
Si hoy hemos dejado nuestra actividad y estamos dedicando tiempo, pensamiento, corazón, vida por este monumento…no debe ser por las puras, ni un saludo vano a la bandera. Debe marcar un antes y un después.
A pesar de su belleza etimológica, Punchauca significa en quechua: "Punchau": "día con sol", "claridad del día, aquí" y lugar de adoración, hoy nos sobrecoge por sus ruinas (ciertamente muy adecentadas para el día por parte de la Municipalidad) y abandono; otrora, corazón patrio, en 1980 fue declarada Patrimonio Monumental de la Nación, y hoy digno de pena.
Hace casi 2000 años narra el Evangelio que "Pedro dijo: Hombre, no sé lo que dices. Y en seguida, mientras él todavía hablaba, el gallo cantó". (Lc 22, 60). A continuación el Evangelio narra que "Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente". Miren aquella cruz del camino, con su canta gallo como recordándonos. ¿Podemos traicionar nuestros principios, nuestros valores? Ojalá la imagen de este gallo como a Pedro nos ayude a despertar y tomar conciencia.
La historia no puede reducirse a mirar atrás y lamentarse. Dijo San Juan Pablo II que es un diálogo para mirar en tres tiempos:
. Pasado: Para agradecer
. Presente: Para valorar y comprometerse con pasión
. Futuro: Para afrontar los retos con esperanzas.
I. MIREMOS AGRADECIDOS EL PASADO DE PUNCHAUCA:
1. Una huaca, falta una investigación, pero su mismo nombre del que la profesora Mariana nos ilustrará nos habla del culto solar a Punchau. "la denominación Punchao como el culto solar incaico diferenciándolo de Inti que aludía al astro". Las huacas son centros ceremoniales, lugares sacros, testigos de humanidad y de cultura. En sintonía con la huaca comienzo con una cita de la reciente encíclica LUMEN FIDE del Papa Francisco I:
En el mundo pagano, hambriento de luz, se había desarrollado el culto al Sol, al Sol invictus, invocado a su salida. Pero, aunque renacía cada día, resultaba claro que no podía irradiar su luz sobre toda la existencia del hombre. Pues el sol no ilumina toda la realidad; sus rayos no pueden llegar hasta las sombras de la muerte, allí donde los ojos humanos se cierran a su luz. «No se ve que nadie estuviera dispuesto a morir por su fe en el sol»,1 decía san Justino mártir.
2. Una hacienda. La hacienda es una forma de organización económica típica del sistema virreinal español, que se mantuvo en Iberoamérica hasta las reformas agrarias de la segunda mitad del siglo XX. El término se utiliza para describir un latifundio de producción mixta agrícola-ganadera. Como modelo de organización agropecuaria y social, procede de la hacienda andaluza, cuyo modelo se empleó en América a partir de mediados del siglo XVII.
Eduardo M. Recoba Martínez escribió en el blog de Juan Luis Orrego: la casa hacienda limeña tiene referente en el antiguo cortijo español y éste encuentra su matriz histórica en las villa romanas coloniales de Hispania, las Galias y Britania. Austera nunca, lujosa siempre, la casa hacienda tuvo en Lima peculiaridades que la identifican como única en el Nuevo Continente. La construcción superpuesta en las huacas y adoratorios pre incas e incas, fue una de ellas: las doctrinas administradas por las órdenes religiosas, proto propietarias del campo limeño les dieron a las haciendas un patrón distinto al resto de América. Ejemplo de esta imposición lo podemos ver en Cueva o Barboncito. Luego están los "miradores" que albergaban las casas, sobre todo las que estaban adyacentes al camino real de La Legua o Callao como Maranga, prueba del espíritu comerciante de los hacendados limeños; muchos de los miradores pues, tenían una razón de ser: servían como atalayas para observar las naves que aproaban al Callao, muchas de ellas fletadas por los hacendados-comerciantes para el comercio de ultramar. Por lo demás, el conjunto arquitectónico era familiar: casa-hacienda de una o dos plantas, patio, salones, capilla familiar, patio de "homenaje", jardines interiores y exteriores (huertas), biblioteca, oficina, solarios, cocina y matadero; periferia con galpones para la cuadra de caballos, ya sea de tiro o de silla (caballar y mular) y ranchería de esclavos con mamparas, cepo y calabozo tratando de que estas rancherías den a contra viento para así evitar el "olor cutáneo" de los guineos o mandingos; galpones de acopio y descarga, así evitaban al hacendado o administrador ensillar e ir al campo en comisión de control; demás instalaciones como el cuarto del administrador, barbería y sangre ría, enfermería, escuelita (en pocos casos) y otras edificaciones (silos, bramadero para enfrenar y domar potros, picaderos, tentaderos de reses bravas, redondel de gallos, corrales de ganado menor y pozo séptico). El conjunto de la casa era pues un terraplén, con arquería que menospreciaba e intimidaba al visitante, peón o esclavo; por estar edificada en desnivel se accedía al recibidor a través de una doble puerta al recibidor, previamente unida por una doble escalera o rampa; este recibidor era un área bien ventilada e iluminada. El camino de acceso era no menos rústico y era por lo común una prolongación del camino real de la hacienda, flanqueado por una avenida de árboles rústicos; y por lo general compuesto por una espadaña, suerte de portal coronado con el escudo de armas de la casa familiar del hacendado, campanas que anunciaban el ángelus y efigies del santo o santa patrona de la hacienda. Del estilo se podría decir que primaba el barroco o neo clásico, el primero sobre todo en las haciendas jesuitas del valle limeño. De los materiales: quincha y barro; y en muy pocos casos el calicanto o ladrillo con argamasa de huevo y guano de patillo.
Algunas haciendas: Carabayllo, Bocanegra, Oquendo, Maranga, Pando, Cueva, Chacra Colorada, Chacra Ríos; por el Sur, Santa Beatriz, Lince, Lobatón, Risso, Barboncito, San Isidro, Orrantia, San Borja, Limatambo, Surquillo, Higuereta, La Calera, San Juan de Villa; por el Este, Camacho, Chacarilla del Estanque, Monterrico Grande, Monterrico Chico, La Molina, Mayorazgo, En la Lima metropolitana tenemos: San Isidro, Cueva, Monterrico Grande, Barboncito, Higuereta, y cerca del Bar Queirolo, en Pueblo Libre, Orbea…En Lima Norte, hay restos de varias: Oquendo, Chocas, Pro, Infantas, Aznapuquio, Infantas,
Al fundarse Lima, Francisco Pizarro establece las encomiendas coloniales y se inicia la entrega de tierras a los que habían participado en la conquista del Tahuantinsuyo. Posteriormente, el cabildo (Municipalidad) se encargó de entregar las tierras; así, en 1543, el cabildo le entregó tierras en Punchauca a Nicolás de Ribera (apodado El Viejo), quien fue el primer alcalde de Lima en 1535.
Esta huaca se inscribía en el señorío Colli y a la llegada de los españoles estaban bajo la autoridad del curaca Francisco Yauyi. A la muerte de Nicolás de Rivera, en 1593, su esposa Elvira Dávalos confirma la posesión de esta encomienda; sus descendientes la venden a Francisco Donoso, 1599.
1604, la hacienda es rematada y la adquiere Diego Pérez de Araus.
1634, muere Diego Pérez de Araus y los bienes pasan a su hija doña Catalina de Arrieta.
1634: Fin y muerte de Diego Pérez de Arauz y su esposa Doña María Magdalena de Velasco, heredan la hacienda sus hijas Doña Francisca de Arauz y Velasco y Doña Catalina de Arrieta. Estas partieron las tierras por mitad igualmente conforme, para Doña Catalina de Arrieta, Santiago Punchauca y para Doña Francisca de Arauz y Velasco, con la otra mitad denominada Huacoy. Punchauca queda reducida a 75 fanegadas.
1639 Se casa Doña Catalina de Arrieta con Don Manuel Ríos Salazar, a quien le otorga carta de dote de la chacra y tierras de Santiago de Punchauca.
1650 Venden la Hacienda a Diego Gonzales Terrones (las dos chacras, Punchauca y Huacoy) 5 de mayo.
Era el año de 1653 cuando la propiedad la adquiere Ana Ternero, Posteriormente su hija Francisca Solórzano la vende en 1693 a Pedro de la Daga y Vargas, quien la vende a Martín Joseph Muñoz Mudarra en 1694.
En el siglo XVIII, en concreto el 26 de febrero del año 1745 Don Martín Joshep Muños Mudarra Marqués de Santa María hace un inventario de todos los dueños, títulos y escrituras de la Casa Hacienda de Punchauca… Con el terremoto que sufrió Lima en 1746, dañó la infraestructura de la hacienda Punchauca. En 1796 se registra el primer dato descriptivo de la casa, donde aparece en 1797 la propiedad es de Tte. Coronel Lucas Vergara, en esa época se registra el primer dato descriptivo de la casa 1796, Lucas de Vergara, dueño de la hacienda, la arrienda a los hermanos Pablo y Carlos Guerra, y en el contrato les específica "la capilla la han de hacer en el sitio que les señalare". (AGN. Protocolo notarial Nº 697).
1808, Lucas Vergara vendió a Juan Antonio Jimeno, quien era adherente al Virrey La Serna.
Cabe destacar en este sentido, la comunicación a través del Facebook, de Rafael Flores Jimeno, residente en Santa Rosa , California USA, descendiente de Francisco de Jimeno Llave que vivió en Trujillo, Peru y fue hermano de Juan Antonio Jimeno y tío de Jacinto Jimeno y Herrán, quien recibió en la hacienda Punchauca a La Serna y San Martin.
1851, el propietario es Nicolás Olivera, quien la adquiere en remate público debido a que fue embargado a su propietario anterior, don Juan Antonio Jimeno.
Tiempo después, cobró notoriedad durante la guerra con Chile, cuando el presidente Nicolás de Piérola, en su huida al centro del país comunica desde Punchauca al coronel Belisario Suárez, jefe militar de la Plaza se retire de Lima sin oponer resistencia para que la capital sea respetada por los chilenos.
1960, los dueños fueron las familias Ovando y Nicolini, posteriormente en el gobierno militar del Gral. Juan Velazco Alvarado la propiedad de las haciendas pasa a ser de los trabajadores.
1974, se constituye la Cooperativa Agrícola y de Servicio Caudivilla-Huacoy- Punchauca Ltda. N°42.
En los 80's los parceleros empiezan a vender la tierra a terceros y gestiona los títulos de propiedad individual para cada agricultor. Así las tierras de Punchauca se van vendiendo paulatinamente y en la actualidad son pequeños predios independientes. El 23 de julio la casa hacienda fue declarada Monumento Histórico Nacional según RM N°0928-80-DE a fines del gobierno militar de Francisco Morales, por ser el lugar del Libertador Don José de San Martín en el preludio de la jura de la independencia.
Ya en el siglo XX, la hacienda tenía como propietario a la familia Nicolini y hacía los años 45 fue embargada para luego ser adquirida por la familia Dibós. Ellos fueron los últimos propietarios de este inmueble hasta que por la famosa Reforma Agraria del general Velasco Alvarado las tierras pasan a manos de los trabajadores que reciben sus títulos en 1974.
Cuenta Julie Freundt: "En 1986, pude comprobar en mis visitas al Monumento Arquitectónico de Punchauca, que el estado físico arquitectónico había sufrido un debilitamiento de sus estructuras y algunos muros y techos se habían venido al suelo, la Casa Capilla había sufrido la sustracción de casi todos sus bienes muebles, solo se conservaba el retablo y la escultura dañada de la imagen del Santo Santiago. Las puertas y ventanas de madera estaban carcomidas y muchas ya habían desaparecido. En la actualidad ¿1999? la situación física, del Monumento es precaria, debido al avanzado estado de deterioro y debilitamiento que presentan sus bases, muros y techos. No existen bienes en la Casa, muchos de ellos están en poder de algunos pobladores del lugar
El Maestro Porras Barrenechea, citando el diccionario de Stiglich, denunciaba ya en ese entonces (1950) su abandono:
"En 1932 realicé con mis alumnos de Historia del Perú del colegio Raimondi una visita a este lugar histórico abandonado. La casa Punchauca está hoy deshabitada, pero a la distancia de los que llegan a ella ofrece una noble prestancia antigua. Restaurada en parte, ha conservado su antañona disposición, sus viejos balaustres torneados y sus puertas amplias y talladas de clásica hidalguía hispana. Todavía la prestigia la escalera doble y acogedora adelantándose como en la mayor parte de las haciendas peruanas sobre el antemural del patio, con un gesto abierto y señorial; las vastas salas penumbrosas por donde pasean sombras ilustres, la capilla recogida y severa con su altar desierto coronado por una imagen del apóstol Santiago - símbolo de la conquista- y un campanario melancólico que en las tardes dialoga con la paz de los campos. La sala principal donde se realizó la Conferencia está ahora ocupada por fardos de algodón y en la parte posterior de la casa hay una amplia galería que mira a un huerto abandonado en el que una para se retuerce con un gesto añoso sobre la impasibilidad del muro destartalado y polvoriento".
3. CAPILLA:
Vimos el sentido cultural y religioso de la huaca. Completo la cita acerca del anhelo de los habitantes por la luz solar con un magistral texto del Papa Benedicto en Aparecida
La fe en Dios ha animado la vida y la cultura de estos pueblos durante más de cinco siglos. Del encuentro de esa fe con las etnias originarias ha nacido la rica cultura cristiana de este Continente... Pero, ¿qué ha significado la aceptación de la fe cristiana para los pueblos de América Latina y del Caribe? Para ellos ha significado conocer y acoger a Cristo, el Dios desconocido que sus antepasados, sin saberlo, buscaban en sus ricas tradiciones religiosas. Cristo era el Salvador que anhelaban silenciosamente. Ha significado también haber recibido, con las aguas del bautismo, la vida divina que los hizo hijos de Dios por adopción; haber recibido, además, el Espíritu Santo que ha venido a fecundar sus culturas, purificándolas y desarrollando los numerosos gérmenes y semillas que el Verbo encarnado había puesto en ellas, orientándolas así por los caminos del Evangelio. En efecto, el anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso, en ningún momento, una alienación de las culturas precolombinas, ni fue una imposición de una cultura extraña. Las auténticas culturas no están cerradas en sí mismas ni petrificadas en un determinado punto de la historia, sino que están abiertas, más aún, buscan el encuentro con otras culturas, esperan alcanzar la universalidad en el encuentro y el diálogo con otras formas de vida y con los elementos que puedan llevar a una nueva síntesis en la que se respete siempre la diversidad de las expresiones y de su realización cultural concreta. (n.1).
Al construir su casa hacienda lo hace sobre la huaca Punchauca, adicionalmente construye una capilla familiar donde el santo patrón será "Santiago", patrón de España, y de ahí que la hacienda se denominó "Santiago de Punchauca", además Ribera, pertenecía a la orden de los Caballeros de Santiago.
La religiosidad en la hacienda: En 1620, el propietario Diego Pérez de Araus, cumplidor de las costumbres religiosas de la época se quejaba de que los capellanes de la Orden de San Agustín no llegan a la hacienda para oficiar las misas dominicales. Manifestaba que tenía: "una chacra a cuatro leguas de esta ciudad y en ella una capilla decente donde se ha dicho misa de mucho tiempo de quince años a esta parte por los frailes de la orden de San Agustín y ha sido visitada muchas veces por el Reverendo Juan de Cepeda, presbítero y visitador de todo el valle. ...) y al presente no acuden (…) a decir la misa todos los domingos, fiestas y pascuas (...) yo tengo mucha gente de servicio así esclavos, como mayordomos españoles, no pueden acudir hasta la ciudad (...)".[1]
Para solucionar dicho inconveniente, Diego Pérez de Arauz solicita se le designe al mismo capellán de la hacienda de Sapan, que se hallaba a solo dos leguas de Punchauca. Al capellán, bachiller Francisco de Briones, le ofreció por sus servicios: "(...) cincuenta fanegas de trigo cada año puesto en la ciudad que equivale a ciento cincuenta pesos, además de un pedazo de tierra donde podía sembrar y un rancho con dos esclavos (...)". (Ídem)
En el mismo documento, el propio Padre afirma que tiene licencia para dos misas los domingos, una en la chacra de Zapa que es de Cosme de Molina Marrueta y Doña Clara de Arauz, su mujer y otra en la chacra de Punchauca que es de Diego Pérez de Arauz, hermano de la dicha Doña Clara y cuñado de Cosme Molina Barrueta. Esta era una forma extendida en las haciendas, principalmente las que estaban distantes a los pueblos y ciudades. La religión y el aprovechamiento de la tierra eran actividades cotidianas de la época.
El 16 de diciembre de 1816, Juan Antonio Jimeno, español, nuevo propietario de Punchauca, nos da una completa descripción:
"en dicha mi hacienda he fabricado una casa con su respectiva capilla desde los cimientos. En el día se halla referida capilla sumamente aseada, pues además de ser de arquería y cerchón está pintada del propio modo que su altar a todo gusto y costo; el cual se compone de dos cuerpos con sus columnas esmaltadas, de color aurora y perfiles dorados, en el primero existe Nuestra Señora del Rosario bendita con ochenta días de indulgencias concedidas por la piedad de Vuestra Excelencia Ilustrísima a todos los fieles que devotamente le rezaran una salve y a los lados San Antonio y Santo Domingo en bulto, y en el segundo un señor Santiago igualmente de bulto como Patrón de la indicada Hacienda.
Tiene también su barandilla alrededor del altar para que la gente no pase adelante, su confesonario, piedra de agua bendita, torre con sus dos campanas y por último unos cajones embutidos en la pared a manera de cómoda para que dentro de ellos se guarde con la debida separación y limpieza los ornamentos, albas, cíngulos, amitos, cálices, vinajeras de cristal, Misal y demás conducente a la celebración de la Misa. Concurre a ésta en los días de fiesta, el número de 150 almas a oírla por hallarse inmediata al Camino Real, verse los continuos transeúntes en la necesidad de no poder pasar al Pueblo que está retirado y vivir en la casa entre gente libre para el trabajo de la hacienda y esclavos es de 90 a 100 individuos que ocupan todo el espacio de la capilla, es de un corredor largo y ancho y parte de un cuarto de correspondencia.
El culto que se da a Dios en el tiempo de la celebración de los santos misterios de la Misa y en las noches de los sábados y días de fiesta con toda la gente que se reúne a son de campaña a rezar el Rosario de María Santísima es grande y se cela con el mayor cuidado. No se permite en la capilla ningún desorden ni el uso de otra cera en el altar que la rica de La Habana. Todos se empeñan en adornarlo con ramos de flores y en cantar a sus horas y alternativamente el sanctus, el sacris solemnis traducidos y el bendito. Esto se halla tan entablado que admira el fervor y devoción con que se practica. No menos la instrucción e inteligencia de mis domésticos y esclavos en la doctrina cristiana y demás principales dogmas de Nuestra Sagrada Religión por el Astete y el Ripalda sin otro fin que el de llenar mis deberes como Padre de familia y el de prop3ender a la mayor gloria, servicio y honra de Dios. Por los dichos objetivos he sacrificado días enteros, soy pronto a sufrir cualesquier incomodidades y dirijo a V.Ex.Y la presente representación para que a consecuencia de todo lo expuesto se digne por un efecto de su acostumbrada integridad elevar esta capilla que corre bajo el título de oratorio a la de verdadera Capilla, encomendándole el que corresponda, previas las debidas facilidades según su altar y superiores facultades y por serlo en realidad de verdad por su construcción, proporción y comodidad, y ya porque con las misas que puedan decirse diariamente no sólo se aumenta y conserva el culto a Dios sino también se auxilia a las benditas almas del Purgatorio con las oraciones de los que los oigan. Jacinto de Ximeno
El 3 de agosto de 1818 se concede celebrar misa pero se le advierte que pida licencia al virrey. El 8 de agosto de 1818, el doctrinero José Muñoz de Ribero informa positivamente. )"[2] La hacienda al estar ubicada al borde del camino real que iba a Pasco, permitía que muchos viajeros, que subían y bajaban por la ruta, se detuvieran a descansar y aprovechaban para escuchar misa los domingos. Ante esta situación Jimeno se dirigió al Arzobispado y le informa de la visita de hasta 150 almas y por ello solicito que su capilla familiar se convirtiera en capilla pública, lo cual fue aceptado.
El P. San Cristóbal describió magistralmente su estilo arquitectónico cuando todavía seguía en pie, en la revista Studium de la UCSS (Lima 2001):
Están incorporadas la capilla y su sacristía en el ángulo derecho de la fachada principal, a manera de un cuerpo autónomo, al que se ingresa por el lado derecho del corredor cobijo frontero. Los dos ambientes pertenecen a una sola crujía alargada, en la que se ha introducido un muro transversal para separar la capilla de la sacristía, dejando una puertecilla de comunicación entre ellas. Difieren estos dos espacios consecutivos porque cada uno se cubre con distinto tipo de cubierta. Destaca esta crujía capilla-sacristía por su mayor anchura respecto de todas las otras crujías de la casa-hacienda.
En lugar de construir una capilla independiente y separada de la casa-habitación, prefirieron adjuntar adosada a las habitaciones del primer conjunto. Fue acomodada esta nueva crujía sobre una parte del corredor cobijo antepuesto a la fachada principal y el ala lateral derecha. De este modo, el conjunto de capilla-sacristía rompió la unidad continua del corredor cobijo, que ahora aparece fragmentado en dos sectores independientes, distanciados y antepuestos a distintas fachadas.
Suponemos, pues, que la crujía de capilla-sacristía fue añadida a la casa-hacienda en una época posterior a la construcción del edificio de las habitaciones. Aunque sigue la alineación del eje frontal del corredor, sin embargo, esta crujía tiene mayor anchura que el mismo corredor, lo que se observa porque en el lado de la casa invade un espacio interno de la sala, como una franja longitudinal; y por el lado exterior sobresale fuera de la línea de las columnas sustentantes del corredor. Resulta además que la sacristía se prolonga más adelante del límite externo en el otro sector corto del corredor lateral localizado a la derecha de la casa.
La sacristía recibió la cubierta plana cuartones, tablas torta de barro comúnmente usada en los aposentos de las casas limeñas. La cubierta de la pequeña capilla es sumamente interesante por su originalidad. Consiste en una bóveda de medio cañón con una curvatura regular, pero menor que la de media circunferencia, aunque sin formar arco carpanel propiamente dicho, ni tampoco un arco rebajado. La peculiaridad de esta bovedilla no atañe a su tipología, que es la del medio cañón común a muchas otras bóvedas virreinales del período barroco; sino que radica en su original sistema constructivo. Notemos que solamente se pudo aplicar esta estructura constructiva debido a la reducida longitud de la navecilla en esta capilla.
Los carpinteros virreinales emplearon las cerchas para labrar las bóvedas de medio cañón armadas con madera, cañas y yeso. Consisten las cerchas en unos tablones aserrados que forman segmentos de círculo, con los cuales, amarrados unos con otros firmemente, se completa un arco de medio punto, o en algún caso un arco carpanel como el que presentan las bóvedas en las trinitarias y El Carmen Alto de Lima.
Una vez formadas las cerchas, se asientan paralelamente sobre muros laterales de la nave a cubrir, dejando cierta distancia de una cercha a otra… El caparazón de la cubierta carga en Punchauca sobre los cuartones rectos tendidos longitudinalmente y en sentido horizontal desde el muro testero al de los pies; Mientras que en las bóvedas comunes limeñas la cobertura pesa sobre las cerchas alineadas transversales a los muros longitudinales paralelos de la nave.
El pequeño retablo de la capilla muestra una estructura muy simple. Por encima la mesa del altar se alza un banco horizontal con una pequeña hornacina en el centro. El cuerpo único del retablo está conformado por pares de columnas jónicas a cada lado, entre las que se abre la gran hornacina central ahora vacía. Se corona el retablito con una especie informal de frontón de dos pilastrillas, unos roleos laterales y un recuadro arqueado central"
Punchauca es un modelo de arquitectura rural del s. XVIII, y fue construida sobre las bases de una huaca. La casona fue bautizada como Santiago de Punchauca, por su devoción al santo apóstol; para su culto se construyó una capilla interior, con una imagen en su honor de madera policromada. También se hallaba en este altar la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, aunque algunos hablan de La Merced y de un lienzo con la figura de Cristo.
- EL FAMOSO ENCUENTRO
Recordemos los hitos y los protagonistas:
1820 Enero 1 Golpe liberal en España encabezado por el general Rafael de Riego
Agosto 20 La Escuadra Libertadora zarpa de Valparaíso
Setiembre 8 San Martín y la escuadra Libertadora desembarcan en Paracas
24 Conversaciones de Miraflores
Noviembre 10 Desembarco de San Martín en Huacho
26 Primer "Grito de la Libertad" de san Martín en un balcón en Huacho
1821 Enero 29 Motín de Aznapuquio
Mayo-Junio Conversaciones de Punchauca
Julio 6 El virrey La Serna se retira de Lima
12 San Martín ingresa a Lima
15 El Cabildo Abierto en Lima declara la Independencia
28 San Martín proclama la Independencia en la Plaza de Armas
1824 Diciembre 9 Batalla de Ayacucho y Capitulación de Ayacucho
1826 Enero 22 Capitulación de Rodil e el Real Felipe (Callao)
San Martín llegó al Perú cuando era virrey Joaquín de la Pezuela. Venía desde Valparaíso (Chile) con un ejército formado por unos 4.500 hombres y esperaba levantar aquí otro de 15 mil patriotas. El jefe de su escuadra era el experimentado marino británico lord Thomas Cochrane. Desembarcó en Paracas el 20 de setiembre de 1820 y en Pisco hizo su primer llamado a los peruanos para unirse con él a la causa independentista. Venía como un verdadero libertador, no para conquistar por las armas el Perú sino para ganar una guerra de ideas. Por ello, alguna vez se preguntó: ¿Cuánto puede avanzar la causa de la independencia si me apodero de Lima, o incluso del país entero, militarmente?… Quisiera que todos los hombres pensaran conmigo, y no quisiera avanzar un paso más allá de la marcha gradual de la opinión pública. ¿Estaba en lo cierto? Lamentablemente, el tiempo no le daría la razón.
Por ese entonces, España había caído nuevamente en crisis. Desde Cádiz el general Riego había encabezado un golpe liberal contra Fernando VII que reimplantó la Constitución liberal de 1812. Para la aristocracia criolla, en su mayoría conservadora, esto era una pésima noticia. El liberalismo -con sus postulados de igualdad social, tolerancia de ideas y libertades políticas- era sinónimo de desgobierno y atentaba contra el orden y la estabilidad. España estaba cada vez más lejos y ya no podía garantizar o defender el sistema jerárquico que favorecía a la aristocracia criolla.
Mientras tanto, el virrey Pezuela había recibido órdenes de entrevistarse con San Martín. Se concertó la cita y la reunión se celebró en Miraflores, entonces un pueblo de indios al sur de Lima. Los delegados de ambos no pudieron llegar a ningún acuerdo importante salvo el de suspender temporalmente las hostilidades. Pero la sola presencia de San Martín afectaba el orden interno. La adhesión del marqués de Torre Tagle, intendente de Trujillo, le aseguraba a los patriotas el apoyo de todo el norte peruano. Al mismo tiempo, el general patriota Álvarez de Arenales en una incursión proselitista en la sierra central, que salió de Ica y siguió por Huamanga y Jauja, derrotaba al realista O'Reilly en Cerro de Pasco. Luego de hacer el primer diseño de nuestra bandera en Pisco, San Martín cambió su cuartel general y se trasladó al norte de Lima, Huaura, y desde allí lanzaba algunos decretos y continuaba llamando a los peruanos a su causa.
El 29 de enero de 1821, los militares españoles, cansados de la tolerancia de Pezuela decidieron destituirlo y le hicieron un golpe de estado: en el Motín de Aznapuquio, José de la Serna fue elegido nuevo virrey del Perú. España confirmó a La Serna como virrey y le obligó a negociar con San Martín. La nueva entrevista se realizó en la hacienda de Punchauca, al norte de Lima (hoy Carabayllo). Allí, el Libertador exigió proclamar la independencia instalando una monarquía en el Perú. El virrey no podía acceder a tal petición y se reanudaron las hostilidades
Ascensión Martínez Riaza disertó en la UCSS acerca de "El decisivo e histórico encuentro de Punchauca entre La Serna y San Martín" dejando bien claro que fue una iniciativa del gobierno español del Trienio Liberal, que dio a Laserna instrucciones concretas para negociar y cómo San Martín estaba dispuesto a ello. Se pensó primero en la hacienda Torreblanca pero el Virrey temió a los espías y lo pasó a la Casa Hacienda Santiago de Punchauca Entre los cabecillas del golpe de estado estaban los oficiales José de La Serna, José de Canterac y Jerónimo Valdez, simpatizantes de la reciente Revolución Liberal de Rafael de Riego en España. Pezuela aceptó dimitir y enrumbo a España; como nuevo Virrey del Perú fue proclamado el general José de la Serna Hinojosa, el mismo que fue ratificado pocos meses después por el rey Fernando VII.
Recordemos a uno de los protagonistas habitualmente soslayado pero que es fundamental: Manuel de Abreu y Orta. En 1821, con el grado de capitán de fragata fue enviado a América como comisionado regio por Real Orden del 20 de abril de 1820, con el objeto de acordar los términos de la pacificación con los jefes patriotas. Le acompañaba en la misión el brigadier de la Real Armada José Rodríguez de Arias. El 6 de febrero de 1821, encontrándose aún en Panamá, Abreu entabló correspondencia con el libertador José de San Martín, quien sitiaba Lima. Allí expresa su convencimiento de arribar a un acuerdo y que no se prolonguen "males que por su naturaleza deben desaparecer de las Españas". Para fortalecer el vínculo le informaba que había conocido en Málaga a la madre y a la hermana del general patriota. San Martín respondió el 23 de marzo desde Huara en similares términos, pero haciendo una distinción clara en lo que respecta a la emancipación. En su carta le manifiesta compartir su deseo de encontrar "un medio honroso de transgredir las diferencias entre España y América". En Perú, el 29 de enero de 1821 una sublevación había reemplazado al virrey Pezuela por el general José de La Serna. De la Serna concordaba con la política de iniciar nuevas negociaciones diplomáticas, pero difería en sus alcances. En Panamá murió Arias, por lo que Abreu continuó su misión solo. Desembarcó en Paita y camino a Lima pasó por el campamento patriota en Huaura. Allí fue recibido con honores por el libertador y sus tropas, escoltado por el sargento mayor José Caparrós y una guardia de honor del antiguo batallón Numancia. Tras continuar su viaje entró en Lima a comienzos de abril, alabando la conducta de sus enemigos: "El 25 de marzo llegó por la vía de Panamá al cuartel general de San Martín el capitán de fragata D. Manuel Abreu comisionado especial del Rey de España. El 29 marchó a Lima donde disgustó mucho a los ultra realistas el modo decoroso y respetuoso con que habló de los oficiales del ejército patriota".1 En carta del teniente coronel Antonio Plasencia del 8 de diciembre de 1821 desde Lima al brigadier realista José Canterac le criticaba que había sido "el primero que cuando llegó a Aznapuquio el comisionado regio don Manuel Abreu expone su voto sobre que debía ser éste asesinado por manifestación que hizo de que los americanos hacía diez años derramaban su sangre, y que era necesario, si se había de entrar en alguna composición, tener presente su valor para ceder parte de nuestro derecho."
En Lima se formó una "Junta pacificadora" encabezada por La Serna para iniciar las conversaciones. Como ayudantes de Abreu se nombró al mariscal de campo y subinspector de artillería Manuel de Llano y Nájera y al alcalde de 2° voto del cabildo de Lima José María Galdeano. Abreu, Llano y Galdeano se reunieron con los diputados de San Martín (Tomás Guido y García del Río) en Punchauca y sostuvieron veinte días de conferencias. El 23 de mayo se prorrogó el armisticio por otros veinte días y seguidamente por doce más. El 2 de junio San Martín se reunió con De la Serna y Abreu, acompañados por los altos mandos y los comisionados. No obstante el clima de cordialidad, mientras De la Serna mantenía como propuesta la jura de la Constitución, San Martín se mantenía irreductible en sostener la independencia del Perú, concediendo sólo la posibilidad de establecer para el país una monarquía constitucional con un príncipe español y la constitución de un gobierno provisional mixto hasta la llegada del nuevo gobernante formal.
La propuesta de San Martín fue apoyada por Abreu, y acompañada por Llano y Galdeano, a pesar de que contradecía sus instrucciones, las que si bien le daban carta blanca para poner fin al conflicto, le prohibían expresamente hacerlo sobre la base de la independencia. No obstante, La Serna de regreso en Lima rechazó la iniciativa y propuso una división provisoria del país hasta tanto el gobierno español resolviera al respecto, lo que fue rechazado por San Martín.
Abreu dejó constancia en su Diario del viaje que realizó al Perú en aquel año y de la amabilidad con que fue tratado por el ejército patriota, así como de la falta de cordialidad con que fue recibido por La Serna y los demás jefes españoles. Aporta también valiosas informaciones con respecto a los trámites realizados con San Martín y los jefes patriotas en Punchauca y Miraflores. Abreu volvió a su país y se dedicó a la actividad agropecuaria en su tierra. En 1835 integraba la "Sociedad Económica de Amigos del País de Tarifa", donde estaba registrado como "Manuel Abreu, capitán de fragata, labrador y hacendado".
Fue a las tres de la tarde del 2 de junio de 1821 cuando la Serna llegó a Punchauca donde lo esperaba el Libertador para exponer su propuesta monárquica. En este momento se decidió el destino del Perú. Tras días de espera finalmente el virrey la Serna después de haber estudiado el pensamiento y las pretensiones del libertador rechazó sus propuestas.
Pero La Serna no podía mantenerse con su ejército en Lima. Lord Cochrane había bloqueado el puerto del Callao y los guerrilleros habían cortado el acceso con la sierra central, una de las despensas de Lima. El Virrey se retiró al Cuzco y empezó a gobernar el Virreinato desde la antigua capital de los Incas. La decisión era pragmática: en la sierra sur se encontraba el grueso del ejército realista. San Martín aprovechó y entró a Lima. Convocó una junta de notables en el Cabildo limeño que juró la independencia el 15 de julio de 1821. Manuel Pérez de Tudela fue el encargado de redactar el Acta. La proclamación quedó para el sábado 28 de julio en la Plaza de Armas de Lima. El objetivo de San Martín era implantar el sentimiento de la independencia, al menos en la población limeña. De hecho os vecinos notables de Lima firmaron en el Cabildo el Acta de la Independencia, el 15 de julio, y 13 días después, el 28 de julio, San Martín en Lima proclamó la independencia del Perú. José Agustín de la Puente Candamo lo ha descrito magistralmente en su artículo "El encuentro de Punchauca y la Independencia del Perú", en la obra Pasado, presente y futuro de Lima Norte: construyendo una identidad Actas del I Congreso de Historia de Lima Norte «Memoria. Identidad. Proyección (UCSS, Lima, 2005).
De igual modo, se puede contemplar en el magnífico óleo del Museo Nacional de Pueblo Libre. En la Revista Mundial, nº 411, Lima 27 de abril de º928 hay un artículo titulado "Cinco telas de Leppiani" en el que se describe el célebre cuadro "La conferencia de Punchauca":
La prestancia de la figura de San Martín, la atenta actitud del Virrey y la forma en que se agrupan por separado los equitos de los grandes personajes centrales se hallan a tono con lo que podríamos llamar la idealización de la famosa entrevista. Desde el punto de mira técnico hay que destacar la factura del Virrey. La plasticidad el indumento, la fijeza y la intención del que escucha a un contrario de gran valía resaltan a primera vista. En San Martín ha puesto el pintor el fuego de los visionarios sublimes que son al mismo tiempo incontenibles conductores de muchedumbres. Leppiani ha sentido en toda su intensidad el soplo dramático de esa página de nuestra emancipación y la ha desarrollado con brío y soltura.
Parece que el General fue muy flexible pero Laserna tenía el plan de ir a Cusco y convertirla en capital; los altos oficiales militares españoles no respaldaban la negociación, eran partidarios de la guerra. San Martín entró en Huaura y Lima y proclama la Independencia. El encuentro fue una posibilidad de paz perdida y Punchauca un icono de esa negociación fallida.
II. MIREMOS ahora el PRESENTE, aquí y ahora, lo que queda del gran monumento. Gracias al convenio de la Municipalidad y el Ministerio de Cultura se cuenta con guardianía permanente; hoy mismo se ha engalanado con las banderas del Perú, Argentina y España, así como con la magnífica réplica del cuadro de Leppiani. Pero en el día a día, amigos, seamos francos, ¿para qué turistas? ¿para qué grabar películas sobre San Martín o la Independencia? ¿Para qué visitas? Seamos realistas, veamos nuestro organismo cadavérico, muerto… ¿Seguiremos como espectadores indiferentes? Compromiso con pasión.
- SOÑEMOS con esperanza, pongamos metas altas…Les cuento una anécdota, la de aquel loco que arrojaba piedras para llegar a la luna. Nunca alcanzó su objetivo pero fue medalla de oro de lanzamiento de peso en los juegos deportivos. Cierto que no podemos hacer todo, pero hay algo que a cada uno nos corresponde, que si no lo hacemos quedará por hacer…Hay numerosos ejemplos que nos demuestran que es posible; cito Caral, Sipán, la Huaca Pucllana…y cerca de aquí ya se va logrando con Paraíso y a punto de comenzar Garagay. Hay un proyecto de ley a punto de ser aprobado; conozcamos nuestra historia, no permitamos suciedad en los monumentos, en nuestras calles, apoyemos proyectos serios de investigación, promovamos campaña como la de firmas para restaurar…La unión hace la fuerza. Todos a una lo conseguiremos…
Como Monseñor Lino Panniza, obispo de Carabayllo y fundador de la UCSS, nos ha invitado siempre: Soñemos muy alto pero con los pies en el suelo; con valores de identidad, de solidaridad, para servir al Perú: "Si conocemos la grandeza de nuestra historia, si valoramos nuestro patrimonio respetaremos la identidad cultural abriéndonos a la globalización desde y ahora, Punchauca 2016, para hacer algo digno para el 202".
[1] AAL. Causas civiles. Log XXIX, Exp. 17, año 1624. Autos promovidos por Francisco Ruiz de Ucenda y Francisco de Aguilar pidiendo que se nombre a Francisco de Briones, presbítero, como capellán para que atienda a la población de las chacras de Zapan y Macas en Carabayllo.
[2] AAL. Capillas y oratorios. Leg 3, Exp. 135, año 1816.