La Universidad Católica San José inaugura
"Convictorio 2021"
ENCUENTROS BICENTENARIO
Este miércoles 21 de febrero se inauguró el "café cultural" denominado Encuentros Bicentenario "Convictorio 2021". Se trata de un conversatorio acerca de la realidad del Perú desde la mirada humanista y cristiana de la identidad de la Universidad Católica San José (antes Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima), de modo interdisciplinar y considerando la religiosidad en el Perú como motor de desarrollo integral y plenitud en un mundo global.
El nombre viene dado por el momento histórico del Perú al que no puede estar ajeno la Iglesia, cual es el Bicentenario. "Convictorio" tiene que ver con el "Convictorio San Carlos", punto de encuentro, morada, palestra desde que hombres clarividentes como Toribio Rodríguez Mendoza y Bartolomé Herrera –entre otros- apostaron por un nuevo Perú, siendo fieles a lo esencial de su legado y abiertos a los nuevos desafíos de la Modernidad.
Dio la bienvenida el promotor de la iniciativa Dr. José Antonio Benito, docente de la UCSS y Director de Investigación de la Universidad Católica San José.
La inauguración corrió a cargo de dos expertos en la temática, el Mgr. Juan Carlos Huaraj Acuña, historiador y docente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Universidad Católica San José, quien disertó acerca de "El Convictorio de San Carlos de Lima: Educación, currículo y pensamiento educativo, 1776-1836", y el connatado historiador de la PUCP, Mrg. Rafael Sánchez Concha quien presentó la trayectoria biográfica y académica de "José Laso Mogrovejo, primer rector de San Carlos".
Tras un apetitoso y amical compartir, se mantuvo un interesante intercambio de ideas sobre lo expuesto, así como de nuevas investigaciones.
Los próximos encuentros serán los terceros miércoles de 6 p.m. a 8 p.m.
-------------------------
Les compartimos la sumilla y enlace de tesis de Mag. Juan Carlos Huaraj Acuña: Estado, Iglesia y currículo educativo en el Convictorio de San Carlos, 1795. 1836.http://cybertesis.unmsm.e
El Convictorio San Carlos cumplió el rol de una institución educativa superior de avanzada durante su tiempo tardío colonial. Su formación académica se realizó en función a la pertenencia de los estudiantes a una elite social y económica, sin embargo fueron sus egresados quienes configuraron y construyeron sobre sus hombros la condición de ciudadanía que se acreditó el nuevo Estado Republicano.
Durante el largo rectorado de Toribio Rodríguez, 32 años, surgió un especial interés por el predominio del raciocinio y el uso de compendios durante el proceso de aprendizaje; también surgieron discrepancias, como fue la negativa de los pensadores peruanos (Manuel Vidaurre y el mismo Rodríguez) de insistir en el destierro del pensamiento aristotélico en el currículo escolar; así como la implantación de cursos como inglés o francés – considerados más idóneos para afrontar los nuevos tiempos – en detrimento del latín y el griego. Fue un lugar de abierta ilustración tardía, sin dejar de lado el espacio para el debate y las confrontaciones políticas y educativas que allí surgían.
Rodríguez dejó su huella en muchas generaciones de estudiante. Por sus aulas, y bajo su dirección, pasaron célebres personajes como Mariano de Rivero y Araníbar, José Ignacio Moreno, Mariano Martínez, José Joaquín de Larriva, José Faustino Sánchez Carrión, los hermanos Carlos y José Pedemonte Talavera, entre otros que destacaron durante las primeras décadas del período republicano. En suma, fue el Convictorio de Rodríguez fue una institución que sirvió de eje y tránsito para la configuración de las nuevas direcciones ideológicas del Nuevo Estado.
Fue durante el citado rectorado que el Convictorio alcanzó su prestigio y apogeo académico, que no fue de la mano con el económico. Las rentas estuvieron desde su fundación en rojo y a la postre determinaron su cierre durante el virreinato de Pezuela y no otro. Bajo la batuta de Rodríguez se dieron nuevos impulsos a la enseñanza pública: el derecho patrio, el reemplazo de la prueba aristotélica por el examen de boletas, insistencia de materias como física y matemáticas, ésta última clausurada en la Universidad de San Marcos por falta de oyentes. Su legado curricular y pedagógico persistió al menos desde mi análisis, hasta los inicios de 1840, año en que se afianzó la presencia de Bartolomé Herrera en el Convictorio, y su posterior designación como rector del mismo.