María Rostworowski y Lima Norte, desde la UCSS
"Hoy recordamos el nacimiento de María Rostworowski, una de las más importantes historiadoras e investigadoras peruanas del siglo XX, autora de diversas publicaciones sobre las culturas prehispánicas y el Imperio Inca" Aprovecho esta emotiva nota por su natalicio, hoy 8 de agosto, del Fondo Editorial del Congreso del Perú, para compartirles su vinculación con Lima Norte.
José Antonio Benito Rodríguez, UCSS
La relación de María Rostworowski con la UCSS está vinculada desde los inicios de la Universidad. Incluso el profesor Igor Navarro –actual director de la Biblioteca- consiguió de ella una entrevista para la revista escolar del Colegio "El Buen Pastor", en 1998. Comienzo, por tanto, agradeciendo su permanente y generosa disponibilidad para brindar su tiempo y saber cuándo se la requería para educar históricamente a los jóvenes escolares. Su primera contribución para nuestra casa de estudios se dio con motivo de la celebración del Primer Congreso de Historia de Lima Norte (2005), en el que destacó su valioso aporte a la historia del Valle del Chillón y su participación en el documental "El legado del Chillón. La historia al norte de Lima", elaborado por Humberto Zárate y Omar Terrones, del departamento de producción audiovisual de la oficina de Promoción e Imagen Institucional de la universidad. que obtuvo el premio "Cardenal Landázuri Ricketts", de la Conferencia Episcopal Peruana); en el mismo, llama la atención sobre el patrimonio histórico enfatizando que "debemos terminar por entender el pasado y amar nuestro pasado andino y no tratarlo despectivamente. Tenemos infinidad de cosas preciosas, como un país bellísimo al que no apreciamos". En el histórico evento tuvo el privilegio de ser reconocida entre los "historiadores maestros del Perú" junto a los presentes Waldemar Espinoza Soriano, José Antonio del Busto, José Agustín de la Puente Candamo, P. Armando Nieto, SJ. y Monseñor Severo Aparicio, O.M. En la placa destacamos "además de su edad y su larga carrera como investigadores de nuestra historia peruana, sirven de ejemplo como compromiso humanístico y social".
Visitó la UCSS para una conferencia dentro del programa "Forjadores de la peruanidad", con la conferencia "Pachacutec, forjador del Perú"; y, en 2008, la visitamos para comentarle sobre el Programa Defensores del Patrimonio, creado e impulsado por el Centro de Estudios y Patrimonio Cultural (CEPAC), y en dicha ocasión se dirigió a los jóvenes alentando a que "vengan con nuevos entusiasmos porque el trabajo de investigación nunca se acaba".[1]
Con motivo de sus cien años, CAMPUS UCSS dirigido por Kristhian Ayala le dedicó un amplio reportaje titulado "La historiadora histórica" en el que se enfatizó su deferencia hacia nuestra Casa de Estudios y su pasión investigadora por Carabayllo:
Maria Rostworowski significa la pasión viva, vigente de un siglo entero dedicado a la revaloración del pasado prehispánico del Perú, a entender las señales cifradas en la propia historia y trazar el camino por el que muchos estudiantes e investigadores pueden transitar una y otra vez; descubrió un pasado y un conjunto de elementos que nos llevan a la riqueza interminable de un país que trasciende sus actuales fronteras y forma parte de la historia de la humanidad en esta parte del cosmos. Este 8 de agosto, la Dra. Rostworowski cumple 100 años y qué mejor regalo para el Perú que su propia existencia, nuestra "historiadora del siglo" es un patrimonio vivo de investigación y testimonio
Tres colegas del área de Historia manifestaron su aprecio por el magisterio ejercido. Pedro Soto Canales, coordinador del área, destacó que "como cualquier otra persona interesada en la historia autóctona de nuestro país, mi primer acercamiento a la Dra. María Rostworowski fue a partir de la lectura de sus obras, especialmente "Estructuras andinas del poder", que fue uno de los libros indispensables en mi elaboración de la tesis de maestría sobre las etnias de la sierra limeña. Y, en segundo lugar, el encuentro personal que tuve en la UCSS cuando la invitamos a esas charlas magistrales (Forjadores de la Identidad) que coordinaba el Dr. Benito para nuestros alumnos de los primeros ciclos. Para mí es muy significativa su labor de investigadora, pues, a partir de la etnohistoria, ella nos ha enseñado la importancia y la relevancia que tiene el conocer y promover la historia regional y local de los más diversos puntos de nuestro territorio patrio; así, por ejemplo, promovió el estudio de una sociedad prehispánica que se asentó en lo que actualmente es el norte limeño, los Colli. Sin duda, el mejor ejemplo profesional que puede dar la Dra. Rostworowski a las nuevas generaciones es la perseverancia en lo que se investiga, buscar los medios para obtener información y amar aquello que nos da identidad como peruanos"
Por su parte Santiago Tácunan Bonifacio, experto en la historia local de Lima Norte el hecho de cómo "se las ingenió para incursionar de manera libre en San Marcos. He ahí su secreto, asumir con personalidad y carácter su futuro y escuchar a los referentes intelectuales de su época, como Raúl Porras, Julio C. Tello, Luis Valcárcel y Luis Jaime Cisneros, entre otros, quienes, rompiendo con los paradigmas, la aceptaron como alumna libre. Pero esta concesión no fue gratuita, pues ella debía demostrar su valía con méritos propios, tal como lo hizo desde 1953, año en que publicó su primera obra y que fue el inicio de una larga lista, algunas de ellas premiadas, aunque en algunos casos nunca recibió el premio correspondiente. El libro que más recuerdo es "Señoríos indígenas de Lima y Canta (1978)", pues mi afición casi enfermiza por la historia del valle del Chillón me llevó a comprar todos los libros referentes a esta localidad. No invertí mucho, pues a finales del siglo XX, no había muchos, tan solo algunos artículos arqueológicos o, en el peor de los casos, tesis o catálogos arqueológicas pocos conocidos. Como un libro no permite por lo general escribir todo lo que uno sabe sobre un tema investigado, tuve el atrevimiento de buscarla para preguntarle algunas pistas documentales adicionales y grata fue mi sorpresa por su cálida recepción, cuya intensidad no ha variado aun con el paso de los años, tal como pude comprobarlo en una de las últimas entrevistas realizadas hace aproximadamente seis años con motivo de entregarle un reconocimiento de parte de la UCSS y la Municipalidad de Los Olivos, por su trayectoria académica".
César Cortez Mondragón marca un antes y un después en la enseñanza de la historia del Perú en la década del 70 gracias a su enseñanza: "Los historiadores como Fernando Braudel, y sus continuadores, como Bloch y Febvre, enfocaban, además del nivel episódico, el nivel coyuntural y estructural. Ya en nuestro medio se había indicado los inicios del cambio con los trabajos de historiadores como J.J. Vega, C. Guillen, V. Espinoza, M. Burga y Flores Galindo. Es en esos momentos cuando se inician las publicaciones de Maria Rostworowski. Sus obras tenían el matiz de la reacción frente a la historia tradicional y para nosotros era salirnos del relato, las fechas, los nombres y los hechos. Veíamos que podíamos sacar a nuestros alumnos del paporreteo para quedarnos con el sabor de la vivencia, la vida cotidiana y la dinámica social y espontánea. Las obras, como sobre Pachacutec e Inca Yupanqui, nos motiva el orgullo de nuestra identidad para hacer vivir su cultura a cualquier estudiante peruano. Por su parte, el libro sobre curacas y sucesiones en la costa norte, nos invita a conocer los valles costeños; así como comparar nuestra sociedad actual con los grupos sociales ancestrales, al punto de establecer virtudes y defectos que aún mantenemos. Con "Estructura andina del poder, ideología religiosa y política" podemos dialogar y discutir nuestra forma de ser como pueblo y cultura. "Historia del Tahuantinsuyo", por su parte, nos permite entender la trascendencia del Imperio Incaico en la historia de la humanidad... Mi deuda debida a esas clases en las que pude sentir con mis alumnos la alegría de pertenecer a la tierra de los incas. Las gracias eternas ante cuya labor podemos reafirmar que "Vale un Perú".
Por mi parte, le dediqué las siguientes palabras: "¡Que viva cien años y muchos más!". Sto lat (Cien años) es una canción polaca tradicional cantada para expresar buenos deseos, buena salud y una larga vida a una persona. Sto lat se canta tanto en reuniones informales (cumpleaños), como en eventos formales. Yo la canté con miles de jóvenes para recibir al Papa Juan Pablo II y hoy se la dedico a nuestra entrañable historiadora María Rostworowski. La canción cumple una función equivalente al "Cumpleaños feliz". Su letra en polaco es "Sto lat, sto lat, Niech żyje, żyje nam" y en español "Cien años, cien años, que vivas, vivas para nosotros". El anhelado deseo formulado por la canción se convierte en una hermosa realidad: Sto lat, María, querida Dra. Rostworowski.
Nunca olvidaré cuando tuve la suerte de acompañarle en el taxi de la UCSS a su casa y me hablaba de su vida familiar y profesional (de la mano de Raúl Porras, su viaje a Valladolid para participar en el congreso de americanistas con mi querido maestro, Don Demetrio Ramos y sus cientos de proyectos para la historia del Perú). Me sorprendió su espíritu libre, valiente, indomable para hacer lo que quería. Le recordé la visita al Perú de un "paisano" suyo, Juan Pablo II, y me compartió lo grato que fue el encuentro suyo con él, destacando su simpatía, amabilidad y respeto. Hace unos días, llamé a su casa para comunicarle que la Red Cultural de Lima Norte –en nombre de todas las universidades y municipalidades- quería tributarle un merecido homenaje por sus estudios históricos y muy en particular por los dedicados a la visita de Canta y el señorío Colli, y pude conversar con su hija Cristina, quien me manifestó su dolor al ver a su mamá inconsciente tras el derrame cerebral sufrido a comienzos de este año y el no poder celebrar el centenario como quisiera; yo agradecí su atención y celebré sus cien años al servicio de la historia del Perú, así como el gozo de tenerla viva entre nosotros.
Su vida y su obra son un estímulo a seguir su huella de inquieta y afanosa investigadora, su pasión por conocer de modo científico y profundo el Perú milenario, su generosa dedicación a difundir los trabajos históricos para ayudar a conformar una identidad clara y comprometida. Rescato una cita emblemática de su obra "Pachacámac y el Señor de los Milagros", (Lima 1992): "entre las apretadas filas de sus fieles todas las razas del Perú se hermanan y unen en una misma fe, en una misma oración. El Señor une en su culto a indios, negros y blancos. He ahí su verdadero milagro, la esencia de su fuerza y del respeto cada vez mayor que el pueblo le tributa". Ojalá, doctora María, que su vida y obra centenaria siga ayudándonos a profundizar en nuestras raíces identitarias y a comprometernos con lazos fraternos para caminar a pie firme y hacer grande nuestro Perú. Sto lat, ¡que viva cien años y muchos más![2]
EL LEGADO DEL CHILLON. LA HISTORIA AL NORTE DE LIMA
Sobre el valle del Chillón, en la vertiente occidental de la Cordillera de los Andes, descansa una historia poco conocida, pero con evidentes testimonios arqueológicos. El equipo de Imagen Institucional se encargó de recoger la cruda realidad de este rico patrimonio a punto de perderse si no se conoce, protege y defiende. Para ello se acudió a varios arqueólogos e historiadores que nos ofrecen interesantes testimonios acerca de la trascendencia histórica de los pueblos asentados a la vera del Valle del Chillón. María Rostworowski rescató parte de ella a través de sus intensas investigaciones. Escuchamos sus palabras:
"Encontré un documento muy interesante sobre el Chillón que era un juicio entre tres curacas, señores étnicos del lugar: Los Colli, los Canta y los Quivi, de Santa Rosa de Quives. Ellos peleaban por unas tierras de coca, una coca de la que no se tenía conocimiento que hubiera en todas estas pallas. Era tan preciada esta coca que en el territorio que no era muy grande donde daba esa coca, se podían matar por tener acceso porque para ellos, si no tenían acceso a esa coca especial -de la costa-, tenían que ir a la selva lejana con diversos señoríos, que era muy peligroso conseguir. Entonces era una cosa sumamente preciada y ese juicio es muy interesante, muy largo, porque era muy minucioso como eran los documentos del siglo XVI, repetitivos y espere 15 años para que la universidad de Michigan los publicara en entero. Entonces es por eso que yo estaba tan interesada en Collique y después busqué en los archivos de acá, de Lima, que hay diversos archivos muy buenos, y conseguí mucha más información y entonces se me ocurrió hacer la historia del valle del Chillón. Con toda esa información de archivos pude confirmar que el curacazgo o señorío de Collique, de Colli, que los españoles hicieron Collique, iba desde el mar hasta Santa Rosa de Quives -que se llamaba entonces Quivi- y bajo el poder de este señorío de este curaca, que lo llamaban Collicápac, había una serie de otros pequeños curacazgos, todos subordinados al señor de Colli, -que era muy poderoso- y que habitaban un palacio fortaleza que hasta ahora existe y envuelto sus tierras en una gran muralla -que hasta ahora queda un pedazo chico, cada vez más chico- una muralla muy alta, muy ancha que se podía caminar -un epimural como le llaman- y dentro de sus tierras había dos fuentes de agua, o sea que el Collique, si lo querían atacar los Canta, que varias veces lo intentaron, no podían subordinarlo porque estaba defendido por esta muralla, por su palacio fortaleza, tenía bastante tierras que podía regar, así le cortaran o desviaran el río, o sea que se reía de los asaltos que hacían los curacas de Canta.
Llegado el momento de la expansión inca, llegó Túpac Yupanqui -bastante joven entonces- conquistó ya Lima, Pachacámac y su siguiente meta era Colli. Y le ofreció la reciprocidad, que era un sistema andino, que, si él se sometía al Inca, pero recibía grandes regalos, establecían lazos de parentesco entre ellos, toda una ceremonia de festejos, arreglar sus problemas entre ellos dos, el señor de Colli no quiso, lo rechazó, prefería ir a las armas porque estaba tan seguro en su fortaleza. Pero no sé los detalles de la guerra, el hecho es que fue dominado por los incas y fue ejecutado, muerto.
Durante tres años recorrí con el Seminario de Arqueología de la Católica [PUCP] y la doctora Josefina Ramos de Cox. Íbamos los fines de semana a caminar por estos sitios y poco a poco fuimos conociendo lo que se podía a través de documentos. En nuestras andanzas encontramos tres huacas, tres montículos -que debían ser huacas por su estructura- y había una acequia y en la acequia encontramos pedazos de cerámica de Maranga, pedazos diversos, de Lima, muy interesante pero cuando yo me fui a España, como agregado cultural a Madrid, y regresé después de cuatros años y medio, ya no había rastros de la huaca: las habían arrasado para una ladrillera, sin haber estudiado pero ni siquiera lo que se llama Arqueología de Salvataje, nada se hizo, entonces es así como en el Perú se pierde para siempre toda la información de nuestro pasado, y es muy rico nuestro pasado y muy interesante.
No podemos darnos el lujo de no tener pasado. Por eso somos un país que no se ha integrado, que no tiene identidad. Porque queremos tener identidad ahora, o del virreynato cuando mucho, pero no tenemos más allá; entonces estamos en el aire, como hojas al viento, no tenemos identidad, no tenemos raíces, quién ama lo que no conoce. Ahora, por ejemplo, la gente de Collique tiene raíces, pueden sentir que tienen todo un pasado importante, pero si no lo conocen no pueden amar Collique, pueden amarlo por un sentimiento de una situación de belleza, de apego, pero sin profundizar.
Nosotros tenemos que terminar por entender el pasado y amar nuestro pasado andino, y no tratarlo despectivamente. Porque son nuestras raíces, como si escupiéramos a nuestros antepasados. Tenemos infinidad de cosas maravillosas como un país bellísimo, no lo apreciamos. No apreciamos porque tenemos un complejo de inferioridad.