Mons. Cabrejos Vidarte comentó durante su saludo que Francisco es el Papa de la misericordia, de la eclesialidad, de la sinodalidad y del ecumenismo. Con él han adquirido especial relevancia temas como la urgente renovación eclesial y la vocación misionera de la Iglesia, el diálogo interreligioso, el rol actual de los laicos y especialmente de la mujer en la sociedad y en la Iglesia, la sustentabilidad del desarrollo humano integral y con su permanente llamado al servicio de los pobres.
REAFIRMAMOS NUESTRA FE EN JESUCRISTO, NUESTRA FIDELIDAD A LA IGLESIA Y AL PEDRO DE HOY, EL PAPA FRANCISCO (29 de junio de 2023)
Hermanos y hermanas:
Agradezcamos a Dios por esta gran Celebración Eucarística, presidida por el Sr. Nuncio Apostólico, por las intenciones y salud del Santo Padre, el Papa Francisco en este día en que conmemoramos la Solemnidad litúrgica de San Pedro y San Pablo. En esta celebración también reafirmamos nuestra fe en Jesucristo, nuestra fidelidad a la Iglesia y al Pedro de hoy, el Papa Francisco.
Según los evangelios, la confesión de Pedro: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" sucedió en un momento decisivo de la vida de Jesús, cuando se dirigía a Jerusalén para someterse a la muerte en cruz, resucitar y ascender a los cielos, cumpliendo así, su misión salvífica. Después de la confesión de Pedro: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 15-16). Jesús pronuncia la declaración solemne que define, para siempre, el papel de Pedro en la Iglesia: "Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia (...). A ti te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos" (Mt 16, 18-19). La responsabilidad conferida por el Señor a Pedro está arraigada en la relación personal que el Jesús histórico tuvo con él. Esta posición de preeminencia que Jesús confirió a Pedro se constata también después de la resurrección, en muchos pasajes evangélicos: Apacienta mis ovejas, apacienta mis corderos (Jn 21, 15-19)
La piedra, las llaves, atar-desatar
Las palabras de Jesús se basan en tres símbolos con resonancias bíblicas: La Piedra, las llaves y el atar y desatar.
El primer símbolo: La piedra, también realzado por el juego verbal con el nombre de "Pedro". Muchas veces en el Antiguo Testamento se canta a Dios como la roca inquebrantable y segura, la fortaleza inexpugnable, el pico rocoso infranqueable por las fuerzas del mal. El Sal 18: 2-3 dice: "Te amo, Señor, mi roca, y fortaleza, mi refugio, mi Dios, Tú, mi roca, a quien me acojo, mi escudo y baluarte, mi poderosa salvación ".
En el Nuevo Testamento sólo Cristo y Pedro reciben este apelativo: "La piedra que desecharon los constructores se ha convertido en la piedra angular. Aferrándose a Cristo, una piedra viva, rechazada por los hombres, pero elegida y preciosa ante Dios; nosotros también somos considerados como piedras vivas para la construcción de un edificio espiritual" según Lc. 20,17-18 y 1Pe 2,4-5. Jesús constituye a Pedro en la misión que le era propia: lo hace signo visible de unidad y firmeza, haciéndolo participar de su función de piedra fundamental y decisiva ("nadie puede poner otro fundamento que el que ya existe, que es Jesucristo», 1 Co 3, 11).
El segundo símbolo: las llaves, hace referencia claramente a la responsabilidad de participación en la tarea y realidad de Cristo. Ahora bien, las llaves de una casa, de una ciudad, de un tesoro son el signo del poder confiado a una persona en el ámbito administrativo, jurídico. Pedro se convierte así en el camino a través del cual Cristo comunica visiblemente su palabra, sus dones de salvación y su presencia al interior de la historia
El tercer símbolo: atar y desatar, una terminología de origen legal que en el judaísmo indicaba el acto legal de prohibición y permiso y que refleja la responsabilidad encomendada a Pedro como guía en la moral y en el perdón de los pecados.
Se trata de una misión en la que participan todos los apóstoles, como recuerda el mismo Cristo resucitado: "Recibid el Espíritu Santo: a quienes les perdonen los pecados, les quedan perdonados; a quienes les retengan, les quedan retenidos". (Jn 20.22-23 También Jesús le dice a Pedro: "Yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca" (Lc 22, 32). La oración de Jesús, es el límite puesto al poder del maligno, es la protección a la Iglesia. Esta oración es a la vez promesa y Misión. Esta oración salvaguarda la fe de Pedro y en ella, la fe de la Iglesia, por ello el sensus fidei ecclesiae.
La tarea de Pedro consiste pues en no dejar que la fe en Jesús se debilite, sino que se fortalezca siempre, ante la cruz y ante todas las contradicciones del mundo, hasta que el Señor vuelva. El Señor no ruega sólo por la fe personal de Pedro, sino también por su fe como servicio a los demás. Y esto es exactamente lo que quiere decir con las palabras: "Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos" (Lc 22, 32).
Hermanos y hermanas, así lo entendió la Iglesia y así lo retrató san Jerónimo (S. V) cuando dice: "He decidido consultar la cátedra de Pedro, donde se encuentra la fe que la boca de un Apóstol exaltó; vengo ahora a pedir un alimento para mi alma donde un tiempo fui revestido de Cristo. Yo no sigo un primado diferente del de Cristo; por eso, me pongo en comunión con tu beatitud, es decir, con la cátedra de Pedro. Sé que sobre esta roca está edificada la Iglesia" (Cartas I, 15, 1-2). Por eso el Papa, el Pedro de hoy, sigue siendo la piedra de Cristo, sigue abriéndonos la puerta de la casa de Dios, sigue ofreciendo la alegría del perdón e indicando el camino de la salvación. Y su ministerio Petrino se derrama en la Iglesia, obra en el cuerpo visible e histórico de Cristo y nos guía hacia Cristo, piedra angular sobre la que se levantará la Jerusalén celestial.
LOS DIEZ AÑOS DEL PAPA FRANCISCO
Hermanos y hermanas: En este momento de la historia, lleno de expresiones de escepticismo y de dudas, pero también rico en el deseo de Dios, reconozcamos en el Pedro hoy, El Papa Francisco, nuestra misión común de testimoniar juntos a Cristo nuestro Señor y reconozcamos la gran labor pastoral que está haciendo el Santo Padre. Por eso me permito recordar:
El Papa Francisco, primer Pontífice latinoamericano en la historia de la Iglesia católica, nos ha entregado importantes Encíclicas, exhortaciones y otros documentos importantes para la Iglesia. Por eso, acompañar al Papa Francisco en su Magisterio es una tarea de principal importancia, dada la relevancia que ha adquirido la fuerza e identidad católica sobre todo en el continente latinoamericano y en la Iglesia Universal.
1. El Papa Francisco ha cumplido diez años como Pastor Universal. Un Papa que, a sus 86 años, ha conducido a la Iglesia con fortaleza y sabiduría, a pesar que han sido tiempos de incertidumbre y dolor, marcados por la pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania, la crisis económica mundial, y al interior de la Iglesia, la bofetada y el dolor de los abusos sexuales. El Pedro de hoy, Francisco, ha enfrentado los problemas con valentía, humildad, sabiduría y firmeza, buscando que la Iglesia sea cada vez más trasparente, misionera y anunciadora de vida nueva y esperanza.
2. En estos diez años han sucedido encuentros, viajes, escritos y gestos cargados de simbolismos realizados por un Gran Pastor, de renovación y reestructuración. Y han habido momentos de silencio para el debido discernimiento.
3. Ha celebrado Misas multitudinarias, como la de su viaje a Filipinas en que participaron cerca de 7 millones de personas, igual que en Brasil y Perú, y una Adoración Eucarística y Bendición Urbi et Orbi en aparente soledad, como aquella celebrada en medio de la lluvia en la plaza de San Pedro, en la que oró por las víctimas del coronavirus en el momento más duro de la pandemia.
4. El Papa Francisco ha escrito tres encíclicas: "Lumen Fidei", "Laudato si" y "Fratelli tutti". También ha escrito otros 11 documentos importantes, como constituciones y exhortaciones apostólicas, la más importante sin duda ha sido, Evangelii gaudium, su primera exhortación apostólica y una verdadera hoja de ruta sobre su pontificado; pero también Amoris Laetitia, Christus Vivit y Querida Amazonía, entre otras muy importantes.
5. Asimismo, llevó a cabo la reforma de la curia romana a través de la constitución apostólica Praedicate Evangelium y un nuevo enfoque del Sínodo y la Sinodalidad con Episcopalis Communio.
6. A pesar de tener dificultades en sus rodillas y necesitar un bastón para caminar y silla de ruedas para movilizarse, el Papa no ha frenado su actividad: trabaja intensamente en el Sínodo de la Sinodalidad y preparando el Jubileo de 2025 (Peregrinos de la Esperanza), y planifica algunos viajes que se sumarán a las ya 40 visitas internacionales que ha realizado en su pontificado, entre ellas, a 10 países africanos, a 18 países asiáticos, a 20 dentro de Europa y 12 al continente americano.
7. El Papa Francisco es el Papa de la misericordia, de la eclesialidad, de la sinodalidad y del ecumenismo. Con él han adquirido especial relevancia temas como la urgente renovación eclesial y la vocación misionera de la Iglesia, el diálogo interreligioso, el rol actual de los laicos y especialmente de la mujer en la sociedad y en la Iglesia, la sustentabilidad del desarrollo humano integral y con su permanente llamado al servicio de los pobres.
8. Hoy sus principales fuerzas las dirige a la construcción de la anhelada paz, no solo en Ucrania, sino también en otras regiones de los diferentes continentes.
9. Finalmente, una vez más recemos por el Papa Francisco y agradezcamos a Dios por su Ministerio Petrino.
+ Miguel Cabrejos Vidarte, OFM
Arzobispo de Trujillo
Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana