Nos felicitamos por esta tesis de licenciatura titulada “Fray Gonzalo Díaz de Amarante en el contexto de la evangelización en el Perú virreinal”, obra del Lic. José María Gómez Fernández, dirigida por el Dr. Alfredo Rodríguez González, y presentada en el Instituto Superior de Estudios Teológicos San Ildefonso de Toledo, Toledo, 2009, pp.259
La base documental ha sido el Archivo Arzobispal de Lima. Causas de Procesos de Beatificación y de Canonización. Fray Gonzalo Díaz de Amaranto. 10 legajos
El aporte fundamental del estudio ha sido ubicar y organizar las bases documentales de la vida y obra de este ilustre mercedario, contemporáneo de los grandes santos peruanos, abriéndolo al contexto eclesial peruano, mercedario y mundial. Ojalá se convierta en tesis doctoral en un tiempo próximo.
De la trascendencia del personaje, habla muy claro el dato de 5 de septiembre de 1696, 78 años después de su muerte, día en que culmina el proceso jurídico de la beatificación, se celebra por todo lo alto una procesión solemne desde la catedral de Lima hasta el convento máximo de la Merced, con repique de campanas y fuegos artificiales.
Les comparto lo que se contiene en mi librito Peruanos ejemplares. (Valores de los santos, beatos y siervos de Dios en Perú) Catequesis Familiar. Lima 2005.
GUNDISALVO (FRAY GONZALVO) DÍAZ DE AMARANTE (1540- 1618)
Como indica su apellido, era natural de Amarante, norte de Portugal, cerca de Galicia. Peregrino en Compostela, experimenta una fuerte conversión que le lleva a decidirse a viajar a América. Tras varios avatares acaecidos por un naufragio en el Caribe arriba a Santo Domingo. Desde esta isla se dirige a Lima e ingresa en la Orden de la Merced.
La advocación de la Virgen de la Merced surgió en España, a comienzos del siglo XIII por iniciativa de san Pedro Nolasco, san Simón de Monfort y el rey de Aragón Pedro II, cuando la Virgen les inspiró la fundación de la orden de Santa María de la Misericordia, o de la Merced de los esclavos. Su fin principal era rescatar a los prisioneros cristianos que caían en manos de los musulmanes y turcos. Además de ofrecer dinero en rescate, se ofrecían personalmente y predicaban el Evangelio exponiendo su propia vida.
Destinado al convento del puerto del Callao, funge como portero y cocinero. Pronto se distingue por la puntual dedicación a sus labores de campanero, limpiar los altares, atender a los frailes enfermos y visitar a los pobres del puerto. Siempre que cura y consuela ora y hace orar. Su dedicación era tal que le llevaba a convertirse en criado del menesteroso. Tiene especial predilección por los niños, de modo particular los que eran atropellados por las ruedas de los carros de caballos.
Confiado en el poder de la providencia acometía con audacia misiones arriesgadas como la que le llevó a salvar la vida de una mujer juzgada como adúltera y a la que quería asesinar su esposo.
Con motivo de la temida visita al puerto del pirata Jorge Spilbergen, en 1615, sólo quedaron en el presidio los enfermos y ancianos. Fray Gonzalo salió a la calle y convenció a numerosos fieles para que acudiesen a la iglesia del convento mercedario para resistir al ataque con la oración. Nadie fue tocado por el corsario.
La humildad y vida de unión con Dios del chalaco portugués conquistó los corazones de sus vecinos que en el momento de su muerte, el 27 de enero de 1618, se congregaron de modo extraordinario.