Domingo 27 de diciembre, fiesta de la familia. En Madrid se han reunido por cientos de miles, más de un millón, para celebrar el don de la vida y de la familia. Un grupo de militantes de Lima lo hemos vivido en familia de modo muy sencillo pero entrañable. Salimos a las 8 de la mañana en la combi pilotada por Vicente y desde el primer momento repasamos villancicos de España y del Perú; el porrompompón lo ponía Vicente al volante y este aeroplano roedor (lo primero por la velocidad, lo segundo por el ruido a ras de tierra).
Nada más llegar a Pachacamac. Manolo nos puso a punto con sus “puntos” sobre la liturgia del día, un resumen de lo que propuso para la “oración del militante”, pero partiendo de la escucha, sensaciones conscientes; nos ayudó a saborear los diversos y bellos sonidos de la naturaleza. La Sagrada Familia es una Escuela de primer nivel en la que los mejores catedráticos, Jesús, José y María, nos dan lecciones para toda la vida: sencillez, humildad, alegría, generosidad. Y luego, unos avisos para andar y caminar por casa (para un militante la montaña es su casa): respirar bien, silencio, saber contemplar, con nuestra mira en la cumbre donde colocaríamos un Nacimiento y le cantaríamos a Jesús villancicos “de altura”.
Y así lo hicimos, paso a paso, respirando a pleno pulmón, contemplando los cerros, las lomas verdeantes, con flores bellísimas como la de la foto…¡Qué grande debe ser el Creador cuando tan bella es su creación! Y llegamos, no muy alto, pero más allá de donde llega la carretera y donde las nubes parecían detener ya nuestro paso. Allí dejamos un cartel de Nuestra Señora de la Evangelización y una tarjeta navideña firmada por los diez montañeros militantes, felicitando a Jesús y coreando lo que hace 2009 años cantasen los ángeles: ¡Gloria a Dios en los cielos y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad! Colocamos nuestro nacimiento, cantamos dos villancicos y nuestro himno: “¡Es ilusión, es sonreír, toda mi vida de juventud!” y lanzamos a los vientos nuestros gritos por los jóvenes del Perú, de América, por Cristo, por la Virgen, más, más y más. Nos tomamos unas ricas pastas con un poquito de agua y regresamos conversando y cantando.
Luego vino la Santa Misa en la Casa de Retiro de los Padres Agustinos Recoletos, comunión, acción de gracias, otro villancico y ángelus.
Y la mesa, tan surtida y compartida; alguno casi no llevó pero terminó ¡hasta la bandera! Eso de compartir es como la multiplicación de los panes pues siempre se llenan todos ¡Gracias, Padres, por vuestras mesas, sillas y tenedores! Nos supo a cielo y a hotel de cinco estrellas, pues íbamos a comer al descampado…
Y luego, peregrinos al Santuario de Nuestra Señora de la Consagración, con un rosario familiar donde metimos a todo el mundo, especialmente al juvenil. Todavía tuvimos tiempo para un partidito de fútbol de 20 minutos, con goles para la historia.
Y a las 5 de la tarde, de vuelta al hogar. Gracias, Señor, por este día tan sencillo, pero tan familiar. Todos quedamos en volvernos a ver y con un amigo más. Pues, quedamos para la vela del 31. Sí, la Nochevieja y el Año Nuevo lo pasaremos ante el Santísimo. ¡Qué mejor compañía! Estás invitado. Te esperamos, aunque estés en Canadá como Darío, o en Ilo como Jhony, o en Huaraz como Leo, o en Ica como Eder…Todos estarán con nosotros en el Hogar. Feliz año 2010, feliz Navidad a lo largo del año.