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El misionero salesiano uruguayo Martín Lasarte, un misionero que vive hace 20 años en Angola, se define a sí mismo en una carta al The New York Times como «un simple sacerdote católico» que se siente «feliz y orgulloso» de su vocación. El diario norteamericano, que lideró la campaña contra La carta «Me da un grande dolor que personas que deberían de ser señales del amor de Dios hayan sido un puñal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que
Sin embargo, añade el misionero, «es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consuman por millones de niños, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo». «Pienso que a vuestro medio de información no le interese que yo haya tenido que transportar por caminos minados en «No es de interés -añade- que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban las alimentos del Gobierno y Seguidamente el salesiano relata una serie de acciones realizadas, muchas veces arriesgando la propia vida, por compañeros suyos que reciben ninguna atención de los medios.
«No es noticia que un sacerdote de 75 años, el padre Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que desintoxiquen de la gasolina, que alfabetice cientos de presos; que otros sacerdotes, como el padre Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violentados y buscan un refugio. Tampoco que Frei Maiato con sus 80 años pase casa por casa confortando a los enfermos y deseperados». «No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, religiosos hayan dejado su tierra, su familia para servir sus hermanos en leproserías, hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a seropositivos… o sobre todo en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar». Asesinados...tampoco Más adelante apunta que para ciertos medios «no es noticia acompañar la vida de un sacerdote "normal" en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve». «La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar Ni héroe ni neurótico...simplemente un hombre «Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del sacerdocio católico en las que me siento ofendido», afirma. Y concluye: «Sólo le pido amigo periodista, busque |
Universidad Catolica Sedes Sapientiae