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Exclusivo
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La guerra y san Josemaría Escrivá, según el director de cine Roland Joffé
Entrevista al autor de la película de próximo estreno "There Be Dragons"
ROMA, sábado 1 de enero de 2011 (ZENIT.org).- El mundo del cine y el mundo
católico están impacientes por ver la película que presentará en la
primavera de 2011 el director de cine Roland Joffé, "There Be Dragons"
("Encontrarás dragones", http://www.therebedragonsfilm.com), en la que
tiene un papel protagonista san Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del
Opus Dei.
Se trata de un drama épico, escrito y dirigido por el cineasta británico,
conocido por filmes como "La misión" y "Los gritos del silencio",
ambientado en la guerra civil española, en el que afronta cuestiones como
la santidad y la traición, el amor y el odio, el perdón y la violencia, así
como la búsqueda del sentido de la vida.
La trama entremezcla las historias de soldados revolucionarios, un
periodista, su padre y el mismo san Josemaría, llamado el santo de la vida
ordinaria, a quien éste conoce en el seminario.
Al inicio del año 2011, en el que se celebrarán los 75 años del estallido
de la guerra civil española, Joffé ha querido compartir con los lectores de
ZENIT las convicciones que compartirá con quien vea esta película. La
segunda parte de esta entrevista se publicará en el servicio del 6 de
enero.
--¿A qué alude el título de la película "There Be Dragons", "Encontrarás
dragones"? --Roland Joffé: Los mapas medievales calificaban los
territorios desconocidos con las palabras "Hic sunt dragones", "aquí hay
dragones". Cuando comencé a investigar sobre el tema y a escribir el guión,
dado que realmente no sabía lo que me esperaba ni cómo acabaría,
"Encontrarás dragones" me pareció un título apropiado. Era como si me
saliera de mi mapa y me adentrara en un territorio inexplorado al tocar
temas como qué es la santidad, temas de religión y de política del siglo
XX, el pasado de otro país. Me había golpeado la afirmación de Josemaría: a
Dios se le encuentra en "la vida ordinaria", y esa vida ordinaria, en su
caso, fue la guerra civil española. Me pregunté: ¿cómo es posible encontrar
lo divino en la guerra? Pero la misma pregunta puede hacerse sobre todos
los desafíos fundamentales de la vida, y sobre la manera en que los
afrontamos: cómo respondemos al odio y al rechazo, o al deseo de venganza y
justicia. Todos estos dilemas aumentan en tiempo de guerra. Estos dilemas
son, en cierto sentido, los "dragones" de la película, momentos de
inflexión en nuestras vidas en los que afrontamos opciones decisivas.
Opciones que afectarán a nuestro futuro. "Encontrarás dragones" habla de
las diferentes opciones que asume la gente en esos momentos de inflexión
--tentaciones, si usted quiere-- y de lo difícil que es --y necesario--
huir de los ciclos de odio, resentimiento y violencia.
--La película tiene lugar en el contexto de la guerra civil española, que
en cierto sentido es el paradigma de la violencia que genera violencia, la
violencia sin sentido. En este escenario de violencia fratricida, ¿hay
espacio a la esperanza?
--Roland Joffé: Sí, pero es sumamente difícil. Entre las personas hay
demasiados hechos abominables, horrendos, que parecen imposibles de
perdonar, de rescatar, imposibles de superar. ¡Pero el perdón es posible!
Los ciclos de violencia pueden detenerse, como lo demostró el presidente
Nelson Mandela en Sudáfrica. El perdón ha sido posible para muchos héroes
en Ruanda, y ha sido ofrecido y aceptado por muchos valerosos palestinos e
israelíes. Josemaría aseguró que las personas normales son capaces de ser
santas, y creo que se refería a esta clase de perdón heroico. La inagotable
posibilidad de perdonar deja espacio a la esperanza. Pero el precio es
alto: exige un profundo sentido de lo que es plenamente humano, un profundo
sentido de compasión, y una resolución firme, y sí, heroica, para no quedar
atrapado por los odios imperantes, sino luchar contra ellos con un amor
inquebrantable.
Buena parte de la trama de la película se desarrolla durante la guerra
civil española, pero se despliega entre ese telón de fondo y el año 1982.
Hay muchas generaciones involucradas en esta historia: el pasado proyecta
una sombra sobre el presente. Lo que las une es Robert, un periodista a
quien se le ha pedido que haga una investigación sobre Josemaría Escrivá en
tiempos de su beatificación. Poco a poco descubre que su padre, Manolo, fue
en la infancia amigo de Josemaría, y que estuvo en el seminario con él,
aunque luego sus vidas tomaron caminos totalmente diferentes. Robert y
Manolo se han alejado, pero la película les une según va revelando la
terrible verdad sobre el pasado. Por tanto, es también la historia de un
padre y un hijo, y la historia de la verdad que necesitan afrontar para
superar lo que les separa. Es sobre todo una película sobre el amor, sobre
la fuerza de su presencia y sobre el árido y aterrador mundo en el que
vivimos con su ausencia.
Las guerras civiles son mucho más atroces porque enfrentan a hermano
contra hermano, familia contra familia. Al final de la guerra civil
española, se contaba medio millón de muertos. Una guerra civil es una
poderosa metáfora de una familia. Al igual que en las guerras civiles, los
miembros de la familia toman partido y se desgarran; los antiguos
resentimientos se convierten en manantiales de odio. No le perdonamos a
nuestra tía lo que ha hecho, no nos hablamos con nuestro padre porque dejó
a nuestra madre, no nos hablamos con nuestra madre porque se fue con otro,
o no nos hablamos con nuestro hijo porque escogió una profesión diferente
de la que esperábamos. Estas son las guerras civiles de nuestra vida
ordinaria. "Encontrarás dragones" habla de estos dos tipos de guerra civil.
Fundamentalmente, todos tenemos que optar entre dejarnos vencer por
nuestros resentimientos o encontrar la manera de conquistarlos. Puede verse
la vida como una serie de injusticias, de rechazos y heridas, o como una
serie de oportunidades, de ocasiones, para vencer a esos dragones a través
del poderoso deseo de sustituir el odio por el amor y la unidad. Muchos
albergan en su interior ese amor para tomar esta heroica opción. Se dan
cuenta de que pueden tomar la opción de ser libres. Tienen la fuerza de
carácter para comprender que el odio es una prisión. Nadie que odia puede
ser libre. ¿No hemos visto acaso tantos ejemplos de esto en los años
transcurridos desde la primera guerra mundial? Por otro lado, cuando las
personas optan por el amor, el observador imparcial puede ver en ellas el
sentimiento de libertad, de compasión, de generosidad.
Al final, todos nos encontramos ante estas opciones. Incluso a Robert, el
agnóstico y el materialista, se le pide que elija entre el amor y el odio,
que en cierto sentido se enfrente al mundo con amor, o como dice Aline, que
"se enfrente a Dios con el amor".
Para mí la película habla de esto. El perdón deshiela lo que ha quedado
congelado. Toca lo humano en el interior de quien ha sido perdonado, así
como toca lo humano en el interior de quien perdona. El amor no siempre es
fácil, no puede serlo. No puede proceder de una actitud de superioridad,
sólo puede proceder de una actitud de humildad y de humanidad. Y, sin
embargo, su belleza es poderosa. Dice: "Sí, sal de ti mismo. ¿Crees que no
puedes perdonar?". Pues bien, no sabrás si puedes perdonar hasta que no
perdones. Y, ¿cómo puedes perdonar? Para perdonar necesitas identificarte
con el otro. Perdonas poniéndote en la piel del otro. Debes dejar de
demonizarlo, no puedes decir "Soy mejor que él, yo nunca podría hacer eso".
Por el contrario, tienes que mirar a la persona y decirte: "podría ser yo".
Por tanto, sí, hay espacio a la esperanza, incluso en las circunstancias
más dolorosas, trágicas y terribles, donde la esperanza parece imposible.
--¿La película se dirige a creyentes o a no creyentes?
--Roland Joffé: "Encontrarás dragones" se toma la fe en serio; se toma la
santidad en serio. Pero su interés va mucho más allá de un público
religioso. Su pregunta presupone una separación que, en realidad, es falsa.
Todos vivimos en un mundo perturbado, todos tenemos que afrontar el dolor y
la alegría de la vida ordinaria, y aunque recurramos a diferentes
interpretaciones de la realidad sobre esta experiencia, al final todos
moramos en el mismo mundo desgarrado y perturbado.
Es una película sobre creyentes y no creyentes. Quedé profundamente
impresionado por la convicción de Josemaría de que todos somos santos en
potencia, por su fe en que cada quien es en última instancia capaz de
acabar con sus propios dragones. Espero que la gente que vea la película lo
descubra en sus propias luchas con sus dragones y que comprenda que ningún
santo ha llegado a serlo sin haber luchado.
La película también habla de muchas formas de amor. El amor de Ildiko por
Oriol es una forma particular de amor. Su amor apasionado por edificar un
mundo mejor es otra forma de amor. El amor de Manolo por Ildiko es también
otra forma de amor, aunque esté atado por los celos y el resentimiento. El
amor que anhela Manolo y que acaba recibiendo es también otra forma
particular de amor. Estos diferentes tipos de amor se unen como en una tela
de araña, formada por hilos individuales: cada hilo parece estar separado,
pero luego la realización de la tela muestra que todos ellos forman parte
de un conjunto más grande, que están unidos a la misma realidad, orientada
hacia el mismo punto, hacia el mismo centro. Al final, todos estos hilos
diferentes de amor, que parecen tan diferentes, convergen en un punto
fundamental: "¿Este amor es más grande que el amor propio?". Esta es una
pregunta importante. Y a ella se dedicó buena parte de la política de los
inicios del siglo XX. De todos modos, plantea otra cuestión de una gran
complejidad. Si este amor apasionado se basa en un ideal, o en una
idealización, si consiste en la aceptación de un solo modelo de
comportamiento humano, ¿cómo puede evitar caer en el fanatismo o la
demonización? Desde tiempos de la Ilustración, esta ha sido una cuestión
fundamental. En nombre del amor de un bien más grande, cuántos actos
inhumanos se han cometido. Me parece que sólo si se comprende la trágica
falibilidad de todos los seres humanos y de todos los comportamientos
humanos podemos encontrar la senda del entendimiento y de esa profunda
empatía, ese sentido de identificación con el otro, que libera de la
demonización y de las espirales de violencia sin esperanza.
No se trata de una película católica, sino que trata de un tema clave en
la teología cristiana y en todas las iglesias cristianas, así como en
muchas otras religiones. Todas las religiones comprenden que los seres
humanos, en sus relaciones unos con otros, toman opciones divinas, opciones
que afectan profundamente a la vida de los demás y al mundo que les rodea.
Esta interconexión constituye el fundamento del amor: lo que hacemos a
favor o en contra de los demás nos afecta a nosotros y a ellos porque todos
estamos unidos los unos a los otros.
--¿Hasta qué punto su personaje de Josemaría Escrivá, que hoy es un santo
de la Iglesia católica, se basa en hechos o es un producto ficción?
--Roland Joffé: De todos los personajes de la película, Josemaría es el
único que ha existido históricamente, el único sobre el que abundan
testimonios y pruebas. Creo que la representación de Josemaría que
ofrecemos de su sensibilidad, su sentido del humor, que indudablemente
tenía, surge de los acontecimientos de su vida y es en realidad muy cercana
a lo que fue él en realidad. He querido encontrar un punto de vista honesto
al trazar su perfil, y tomar su fe en serio, como él lo hizo. Supongo que
en el caso de los santos es algo típico ver en ellos, en extraña oposición
con la pecadora de corazón de oro, a hombres con corazón de plomo; pero
esto no es más que un cómodo convencionalismo. De hecho, la historia de
Josemaría es la de un hombre que logra el éxito extraordinario de
simplificar su vida entorno a un amor a Dios auténtico y poderoso. Este
amor a Dios se convierte en un principio organizador que le da forma, así
como una especie de sencillez y fuerza.
Pero esto no hace que sea aburrido o soso, pues este amor se dio en el
mundo real, y el fruto de esta existencia en el mundo real, y con
frecuencia cruel, es en todo hombre honesto la duda. Dudar de Dios y dudar
de la bondad. Esta duda es sumamente fecunda. El amor no es algo caído del
cielo, como algo sine qua non. Hay que luchar por él. Es lo que, como seres
humanos, debemos llevar a la mesa. Tenemos que encontrar este amor profundo
en nosotros mismos, comprendiendo la belleza escondida de nuestra
fragilidad y de la fragilidad de los demás. En un sentido profundo que
ilustra, me parece, la historia de Cristo. Si somos creyentes, tenemos que
seguir buscando ese amor profundo en nosotros mismos y ofrecerlo a Dios y a
su creación. Si no somos creyentes, tenemos que seguir buscándolo y
ofreciéndolo a los demás, sin tener en cuenta su política, raza o religión.
Por Jesús Colina
Cómo y por qué Roland Joffé ha hecho una película sobre Josemaría Escrivá
Segunda parte de la entrevista con el cineasta británico
ROMA, jueves, 6 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Pocos esperaban que el autor
descubierto por el cine mundial en 1984 con "Los gritos del silencio" se
lanzara en la producción de una película sobre san Josemaría Escrivá de
Balaguer, que será presentada en la próxima primavera.
En la segunda parte de esta entrevista, Roland Joffé explica a ZENIT cómo
decidió aceptar la propuesta de producir"There Be Dragons" ("Encontrarás
dragones", http://www.therebedragonsfilm.com), filme ambientado en la
guerra civil española, en el que tiene un papel protagonista el fundador
del Opus Dei. Asimismo, confiesa la influencia que ha tenido esta
experiencia en su vida.
La primera parte de esta entrevista fue publicada por ZENIT en la edición
del 6 de enero de 2011.
--¿Tenía usted ideas sobre la manera de presentar la guerra civil española
o sobre algunos personajes, como san Josemaría Escrivá?
--Roland Joffé: No sabía mucho sobre Josemaría antes de que me pidieran
grabar la película. Esto es lo que sucedió: un día, uno de los productores
de la película vino a Holanda para convencerme e que hiciera la película.
Traía varios libros y materiales, incluido un DVD sobre Josemaría. Tuvimos
una comida muy, muy agradable y, regresando a casa, a pie, pensaba: "No
tengo ganas de hacer esta película. Tengo otro proyecto ambientando en la
India, y he trabajado mucho para lograrlo". En otras palabras, pensaba que
era un ofrecimiento muy, muy bueno, y había apreciado realmente la comida,
pero pensaba rechazarlo.
Era una noche de verano, de manera que salí al jardín, con una copa de
vino en la mano, puse el DVD en mi lector, y me senté ante el ordenador
para escribir una breve carta que decía: "Querido X, muchas gracias.
Aprecio el que haya emprendido todo este viaje, pero pienso que
verdaderamente usted debería buscar en otro lado".
Mientras tanto, el DVD seguía funcionando. Un momento de la narración
llamó mi atención: Josemaría se dirigía a una multitud, en Chile, quizá, o
en Argentina, no estoy seguro del lugar, y una joven levanta la mano y
dice: "Tengo una pregunta, soy judía".
Y Josemaría responde: "Sí, dime, por favor".
Ella añade: "Mi más ferviente deseo es convertirme al catolicismo".
Josemaría: "¿Sí?".
Ella sigue diciendo: "Pero soy menor de edad y mis padres no me lo
permiten".
Josemaría, sin pestañear, responde: "Te digo que seas muy buena con tus
papás. Que tengas paciencia, que reces. No muestres ningún gesto de
insurrección. ¿Está claro? Quiere mucho a tus papás [...] Y jamás una
palabra de crítica de tus papás. Has de amarlos con toda el alma. Y
mostrarlo con los hechos. ¿De acuerdo? Buena hija serás de Cristo si buena
hija eres de tus papás".
Al ver ese momento del vídeo, me decía: "¡Qué momento maravilloso! Qué
momento maravilloso, inesperado, y sobre todo viniendo de una organización
de la que todo el mundo se esperaría que dijera lo contrario". Estaba
mirando a mi ordenador y me decía: "Espera un momento". Apagué el DVD. Dejé
de escribir la carta. Me puse la gorra de director de cine y escribí una
escena en la que Josemaría aparece con un hombre, a punto de morir, a quien
ya conocía, que le dice que es judío y que su sueño es convertirse.
Escribí la escena de cabo a rabo, sin dejar de pensar: "tengo realmente
ganas de ver esto en una película. Pero, no lo veré nunca si no hago la
película, ¿verdad? ¿O enmarcaré esta escena en otra película?".
En lugar de la primera carta que me disponía a redactar, escribí: "Querido
X, estoy verdaderamente interesado en este proyecto, a condición de
disponer de toda la libertad de creación para hacerlo como quiero, y que
usted no cuente conmigo para seguir una línea de parte, y si usted acepta
el hecho de que no soy muy brillante y que lo haré lo mejor posible, pero
que tengo que seguir mi propia verdad. Si usted está de acuerdo, me
gustaría hacer verdaderamente este proyecto".
Esto es más o menos lo que sucedió. No tenía ninguna idea preconcebida
sobre Josemaría, había escuchado algo sobre él, pero sobre todo fue este
pasaje del DVD el que suscitó mi interés para realizar la película. Me
encontré ante la historia de un hombre, y al leerla tomé conciencia de que
realmente respetaba a este hombre. De hecho, más que un simple respeto,
sentía que encarnaba algo de su combate, que interpelaría a todos los seres
humanos de una manera maravillosa, y que esta historia que quería contar es
la que cuenta esta película.
La guerra civil española era también complicada de afrontar. Hubiera sido
fácil tomar partido, pero de este modo hubiera traicionado el eje central
de la actitud con que quería contar esta historia. La historia, como bien
se sabe, es partidista, escrita por los vencedores y reescrita por los
vencidos. Muchos creerán simplemente el rumor o la leyenda que les parecerá
más agradable y estoy seguro de que tendremos que afrontar ciertas
opiniones sobre lo que es o era el Opus Dei, sobre quién era Josemaría, y
sobre lo que realmente fue la guerra civil española.
Quise mostrar lo que sucedió en España durante la guerra civil sin
espíritu partidista. De hecho, España vivió, en un período de tiempo muy
condensado, lo que Gran Bretaña, por ejemplo, experimentó y absorbió
durante un centenar de años: revolución industrial, ideologías de lucha de
clases, sin contar que España había perdido su imperio y la estabilidad
económica. Para la sociedad española, era muy fácil fracturarse y, según la
mentalidad de la época, era muy fácil abrazar opiniones totalmente opuestas
y radicales sobre la justicia social, el papel de la Iglesia, etc. Al
final, según es propio de la naturaleza de estas tensiones sociales, las
posiciones más extremas comenzaron a marginar las demás. Con la
debilitación del centro, los dos polos opuestos comenzaron a hacerse más
fuertes.
En la guerra civil española, los dos bandos tenían ideales y su propio
sentido de la virtud. Como los movimientos políticos del resto de Europa,
las personas de los dos lados de la demarcación política comenzaron a
diabolizar al otro campo.
Pero las divisiones, que en Europa se convirtieron en divisiones
nacionales, en España fueron fratricidas y dejaron cicatrices psicológicas
profundas y difíciles de cicatrizar. Lo que sucedió en España fue una
herida que realmente desgarró a familias de la manera más dolorosa y atroz.
El hermano tomó una opción diferente a la de su hermano, ¿pero esto
significa que ya no eran hermanos? Si esto significa que ya no eran
hermanos, si queremos matar a nuestros hermanos a causa de aquello en lo
que creemos, entonces, ¿no tendremos que preguntarnos por el valor de
nuestras opciones?
--La realización de esta película, ¿ha influenciado en cierto sentido su
vida personal?
--Roland Joffé: Déjeme que se lo explique: no soy muy religioso, pero me
han pedido que escriba sobre un hombre que lo era. Tuve que tomar distancia
y decirme: "Cuando escribo sobre Josemaría, tengo que aceptar tal cual --de
manera total, honesta y sincera-- todo lo que Josemaría me dice sobre lo
que contó para él, aquello a lo que consagró su vida, su experiencia
religiosa. Tengo que informarme lo más posible sobre su experiencia
religiosa, sin prejuicios, honestamente, y dejarme interpelar.
He leído mucho sobre la experiencia religiosa. He experimentado emoción y
alegría al descubrir cuántos hombres de ciencia (en particular, físicos)
han vivido una experiencia profunda de Dios, y me ha conmovido el ver que
la separación entre la ciencia y la religión, que se ha convertido en el
pensamiento dominante de nuestra época, en realidad era falsa. He acabado
por comprender que el gran descubrimiento de la física moderna consiste en
que nuestra percepción de la realidad se basa en modelos fabricados por
nuestro cerebro y que, por tanto, existen numerosos modelos de realidad.
Muchos son insuficientes para explicarlo todo, aunque apropiados para
explicar algunas cosas; nos proponen una nueva manera de comprender lo que
debería ser la realidad o las realidades y esta comprensión no excluye la
idea de Dios o una dimensión espiritual del inmenso universo en el que
moramos, sino que más bien nos muestra que la manera en que la ciencia nos
ha llevado a redefinir y reinterpretar la realidad nos ofrece también una
oportunidad para reinterpretar y redefinir lo espiritual.
No sé muy bien en qué medida, en estos años, me ha afectado esta
experiencia. Creo que algo profundo necesita algo de tiempo para revelarse
por lo que realmente es. He experimentado una sensación muy particular al
grabar"Encontrarás dragones": más que una experiencia solitaria, como había
creído, se trata de una experiencia sumamente interesante, para nada
solitaria.
El poder pensar, de repente, "Deja a un lado mis respuestas fáciles y vive
simplemente con la pregunta", ha sido para mí maravillosamente convincente,
y me ha permitido sentirme muy, muy cerca de este proceso de vida de una
manera que no hubiera creído posible. Y ahora no sé muy bien a dónde todo
esto va a llevarme.
Por Jesús Colina
Universidad Catolica Sedes Sapientiae