Amigos:
Les adelanto lo que saldrá en la radio para fiestas patrias, fruto de la entrevista del día 30 de junio del 2018 con el Dr. Jorge Capella, profesor emérito de la PUCP, donde fue Decano de Educación. Se emitirá en nuestro programa "Perú, Tierra Ensantada" de Radio María-Perú.
Me gustaría centrarme en un gran amigo suyo, el Padre Juan Serpa, del que estamos en su décimo aniversario de su sensible fallecimiento. ¿Qué destacaría de él?
Primero diré que conocí al Padre Juan al buscar al procurador para una anulación de un matrimonio no consumado de un amigo. Acudí a él pues sabía que tenía un doctorado en Derecho Canónico. Me comento que él no era esa persona pero me recomendó al Padre Jesuita que tenía su cargo esa labor. Ahí comenzó nuestra amistad.
Poco a poco me fue contando cómo nació en Callahuanca provincia de Huaochirí. Pasó su infancia en Huancavelica de donde eran oriundos sus padres. Con el fin de formarlo bien, sus padres le hicieron postular al Colegio Guadalupe de Lima, donde ingresó como alumno interno. Al terminar su primaria, con 15 años, decidió ser sacerdote para ayudar a los más pobres. Ingresó en el seminario de Huancavelica, de donde pasa a Ayacucho y concluyó los estudios de secundaria. Tras estudiar filosofía y teología en varios seminarios de Perú y Bolivia, fue ordenado sacerdote en 1959 en Huancavelica donde pasó sus primeros años como sacerdote. En 1964 pasó a ser Capellán militar y paracaidista en la frontera con Ecuador. En 1966 el nuncio del Papa en el Perú le invitó a seguir estudios en Roma donde estudió en la Universidad Lateranense, consiguiendo la licenciatura y el doctorado en Derecho Canónico y Civil. De igual manera, obtiene la licenciatura en Sagrada Teología.
En 1974, a sus 43 años se reincorporó al Perú y estuvo un año como Rector del seminario y en 1976 el Cardenal Juan Landázuri lo mandó a la parroquia de Montserrat, diciéndole que era una cuestión transitoria pero fue su destino definitivo por 32 años.
Luego cuando yo era decano de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica del Perú me visitó para preguntarme si había alguna posibilidad de seguir esa especialidad en nuestra universidad pues siendo director del Colegio Parroquial Nuestra Señora de Montserrat se sentía obligado a tener cierto dominio sobre la educación formal. Le di a conocer que teníamos el Programa de Complementación Pedagógica para quienes ya tenían un Bachillerato Universitario y como él tenía un doctorado lo podía seguir perfectamente. El Padre Juan se matriculó y siguió ejemplarmente el programa logrando la respectiva licenciatura.
En mi trabajo "El bendito y complejo mundo de Montserrat" al hablar la expansión de esta advocación escribí acerca de la antigua Parroquia de Monserrate y dije que en los últimos años fue muy acertada y recordada la labor del padre Juan Serpa Meneses como párroco. En 1987 creó el Colegio Parroquial de Ntra. Señora de Montserrat, que brinda servicios de nutrición, salud, educación y cultura de paz. Diez años más tarde se inauguró el Hogar Granja Escuela Experimental Nuestra Señora de Montserrat, con sede en Santa María de Huachipa, cuya oferta es: industria del vestido, biohuerto, granja de animales menores, panadería, cosmetología, industria alimentaria y defensa personal. Y en 1999 se inauguró el Instituto Parroquial Superior Nuestra Señora de Montserrat en el mismo lugar. En estos dos centros atendí a jóvenes señoritas procedentes sobre todo de Huancavelica. Las formaba para que fueran líderes en sus comunidades de origen.
El P. Serpa cerró su ciclo Magisterial publicando en el año 2000 el libro Reflexiones desde Montserrat en el que hizo gala de escritor, con la sencillez con que siempre actuó. El 22 de diciembre ocurrió su sensible fallecimiento pero la obra continúa pese a las dificultades.
Trabajé con él en todo lo concerniente al CEO y al Instituto de Huachipa. Y pude comprobar que era una persona extraordinaria, una persona muy buena pero firme. Cariñoso con los más necesitados sabía que estaba mal de salud pero eso no le arredraba en su trabajo.
Lamentablemente tuvo que ser internado el 21 de diciembre de 2008 en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Almenara tras tener problemas al corazón, y falleció al día siguiente. Una de sus últimas frases a su hermana Lucila revela su responsabilidad y celo sacerdotal: "Avisen que no podré llegar a celebrar la misa dominical de 8 de la mañana en San Sebastián".
Como Ud. mismo ha escrito "doy fe de cómo se recibe al que se da al cien por cien. En el velorio, en la parroquia Nuestra Señora de Montserrat, se agolparon niños, jóvenes, padres de familia, profesores de los colegios promovidos por él: el Instituto Superior Tecnológico "Nuestra Señora de Montserrat y San Sebastián" de Huachipa. Respeto, admiración, gratitud, cariño. No en vano más de dos mil niños reciben –junto a una educación de primer nivel- desayuno y comida gratis cada día y participan de diversas actividades complementarias como los retiros con el fin de proporcionarles una educación integral católica.
Desde el Sr. Cardenal, que dirigió el primer emotivo responso y presidió el funeral, hasta el máximo mandatario de la nación, el ministro de Defensa y el Sr. Alcalde de Lima, autoridades del mundo educativo; desde sacerdotes y religiosos hasta políticos y economistas..., los grandes, pero sobre todo los pequeños acudieron a dar el último adiós a este gigante de la caridad que ha sabido actualizar los milagros evangélicos de la pesca milagrosa y la multiplicación de los panes y los peces. La zona del Cercado en la que está el colegio Monserrat, así como la capilla del mismo nombre y la iglesia de San Sebastián fue un discurrir de personas que querían dar el último adiós a quien sembró el bien a manos llenas e hizo florecer aulas, capillas, casas en un terreno casi prohibido. En el funeral, el templo se abarrotó, sin poder dar cabida a otros muchos que tuvieron que quedarse en el atrio y hasta en el Jirón Ica.
La misa de cuerpo presente se celebró el martes 23 en San Sebastián y, tras la despedida en su Tecnológico de Huachipa, fue enterrado en el cementerio "Campo Fe" de Huachipa.
Tuvo el apoyo del diario El Comercio, gracias a la amistad que forjó con Francisco Miró Quesada. Asimismo, recibió el apoyo de diversos ministros de educación, entre ellos Mercedes Cabanillas, quienes le facilitaron los docentes para el colegio. Muchos empresarios privados y personas naturales contribuyeron con ésta obra realizada durante toda su vida, las cuales pudo hacer realidad en favor de los más pobres.
En 1974, fue el primer sacerdote en oficiar una misa en idioma quechua en la Catedral de Lima. También fue nombrado vicario de los quechuahablantes residentes en la capital por el Arzobispado de Lima.
Colaborador constante de los principales diarios de Lima, donde publicaba artículos de alto contenido moral.
Recibió gran número de reconocimientos y condecoraciones, tanto de Instituciones públicas como privadas. Entre ellas cabe destacar: las Palmas Magisteriales en el Grado de Amauta, la medalla cívica de la Ciudad de Lima y la Medalla de Honor del Congreso en el grado de Comendador.
Y quiero terminar con unas palabras del Padre Juan al profesor Teodoro Oliva que lo encuestó el 27 de julio del 2007: "Yo soy de esos que digo: a Dios rogando y con el mazo dando. Estoy convencido de que si no hay oración no se pueden hacer las cosas de Dios. Por ello, cuando me inicié en Montserrat establecí la hora santa los sábados, a las 10 am y se llenó la iglesia, yo mismo la dirigía. Ahora todos los domingos después de la misa de 8 am en San Sebastián tenemos exposición y bendición con el Santísimo. Todos los días al levantarme, lo primero que hago, aún en pijama es tirarme al suelo y de rodillas rezar, después el rezo del breviario y durante el aseo voy ofreciendo a Dios todo el día, todo lo que pueda pasar…. Esta es mi alma: la oración. Además vivo el amor a la Virgen María, lo hago todo en nombre de Ella. Yo sé que Ella va por delante, sin Ella no habría nada Amo a la Iglesia con fidelidad incondicional como me aconsejó el Papa Pablo VI. Siempre en comunión con el Papa y con mi obispo, pues si no estoy en comunión con ellos, tampoco puedo estarlo con Cristo.