martes, 15 de febrero de 2011

SAN VALENTÍN, PATRONO DE TRUJILLO Y EL TERREMOTO DE 1619

SAN VALENTÍN, PATRONO DE TRUJILLO Y EL TERREMOTO DE 1619

La etimología de “valere” es 'ser fuerte' y de ella surgen las palabras valiente y valor u otras como valioso o válido. Aunque hoy en día ya no se haga, los romanos tenían la costumbre de dar a sus hijos nombres relacionados con el tipo de carácter o de virtud que esperaban encontrar o inculcar en ellos. De ahí que usaran nombres como Valens o Valente que significa 'fuerza' que por ironías de la historia fue muy popular en los últimos días del Imperio, cuando Roma era débil. Es como si usaran nombres entusiastas para esconder una realidad catastrófica. Hubo un emperador romano llamado Valente, quien gobernó desde el 364 d.C. hasta el 378, pero su nombre no es que tuviera mucho que ver con lo que era. Luchó contra los godos en la batalla de Adrianópolis el 9 de agosto del año 378 y sus legiones sufrieron una derrota aplastante. Más bien se le podría haber llamado 'imprudente' pues en vez de aguardar a su sobrino Graciano que bajara del Norte para triturar al enemigo en una tenaza decidió atacar solo y acabaron con su ejercito. Él mismo, herido, fue quemado vivo en la cabaña donde le habían resguardado, aunque se supone que se quitó la vida antes.

El Martirologio Romano presenta dos santos con el nombre de Valentín:  Uno es Obispo de Interamna y el otro sacerdote de Roma. Es posible que se trate del mismo santo que fuera llevado desde su ciudad a Roma para el martirio.  Esto se sospecha porque, además de tener el mismo nombre, ambos fueron decapitados en la Vía Flaminia y tienen su fiesta el 14 de febrero. 

San Valentín de Roma. Con San Mario y su familia socorría a los presos que iban a ser martirizados durante la persecución de Claudio el Godo. Fue aprehendido y enviado por el emperador al prefecto de Roma, quien al ver que todas sus promesas para hacerlo renunciar a su fe eran ineficaces, mandó que lo golpearan con mazas y después lo decapitaran. Esto ocurrió el 14, de febrero, por el año 269. El historiador Tillemont sostiene la existencia del mártir romano según unas actas del siglo VI. En ellas se indica que este sacerdote romano fue detenido durante el gobierno de Claudio el Gótico; a dos días compareció ante el tribunal, confesó la fe y fue entregado al prefecto Calpurnio. El oficial encargado de su custodia tenía una hija adoptiva ciega que fue curada por Valentín por lo que el oficial y toda la familia se convirtió y se bautizaron. El sacerdote fue decapitado en la Vía Flaminia y en el campo de la familia Sabinilla fue sepultado. Parece que fue el Papa Julio I quien hizo construir una iglesia cerca de Ponte Mole en memoria del mártir, la cual por mucho tiempo dio el nombre a la puerta hoy llamada Porta del Popolo en Roma (Antes Porta Valentini). La mayor parte de sus reliquias están ahora en la iglesia de Santa Práxedes (cerca de la basílica de Sta. Maria la Mayor, Roma)  Se encuentra mencionado su nombre entre los mártires ilustres en el sacramentario de San Gregorio, en el Misal Romano de Tomasio y en los martirologios.

San Valentín de Terni. Nació en Interamna (hoy: Terni, unos 100km al norte de Roma), C. 175. Fue ordenado por San Felicio de Foligno. Consagrado obispo de Interamna por el papa Victor I c. 197. 189/199 San Víctor . Famoso por su  evangelización, milagros y curaciones. Fue arrestado, torturado y decapitado por Placido Furius durante la persecución de Aurelius. Lo mataron de noche y en secreto para evitar la reacción del pueblo de Terni donde era muy amado. Lo enterraron en la Vía Flaminia, entre Roma y Terni. Su restos mortales están hoy en la Catedral de Terni. Cuenta la tradición que fue consagrado obispo de la ciudad hacia el año 262 y que fue llamado a Roma por el filósofo Cratón para que viese a su hijo aquejado de un mal incurable; el obispo sanó al joven y el filósofo se convirtió, logrando además la conversión de su familia, de tres discípulos atenienses y de Abundio, el prefecto de la ciudad. Otro prefecto, Plácido, mandó decapitar a Valentín, cuyas reliquias (el cráneo) fueron llevadas al monasterio de Jumiéges, diócesis de Rouen. Los bolandistas sólo admiten a éste Valentín. En el “martirologio jeronimiano” no figura el mártir romano, sino sólo el segundo, rectificado por los bolandistas.

http://www.diocesi.terni.it/varie.asp?ID=157

El terremoto de Trujillo en 1619

Cumplía la ciudad de Trujillo 84 años de fundada, cuando todo era flamante, en especial sus maravillosas edificaciones de iglesias, conventos, lujosas casonas solariegas; el Obispado de la Diócesis el Ilmo., Don Francisco Díaz de Cabrera, la mano siniestra del destino agredió con violenta embestida a Trujillo y sus comarcas aledañas, el 14 de febrero de 1619, el primer terremoto de su historia. Era el día de San Valentín a las 12 y media del día.

De la “Monografía de la Diócesis de Trujillo” extraemos el siguiente párrafo: “Háblese del terremoto del 14 de Febrero de 1619, llamado San Valentín, que redujo a escombros la ciudad, sin dejar en pie edificio alguno que por la persistencia con que se sucedían los amagos nuevos temblores, se pensó en trasladar la ciudad a otro lugar emigrando muchos en las pampas de Santa Catalina, estableciéndose provisionalmente la Sede Episcopal en Lambayeque, por auto del 19 de Marzo del mismo año”.

El terremoto fue tan destructivo[1] que en menos de un minuto derribó todos sus hermosos edificios, dejando solamente algunas paredes y muros de iglesias. Como consecuencia perecieron 350 personas sin que se les pudiese brindar auxilio; sobrevinieron graves enfermedades y aperturas de tierras, tanto en el llano como en las serranías. Los vecinos se resignaron a vivir en las inclemencias de los campos.

Contamos con una descripción magnífica a cargo de Miguel Feijoo de Sosa en 1763 “Relación descriptiva de la ciudad y provincia de Trujillo” en la que se detalla el terremoto del 14 de febrero de 1619:

“A los 84 años de su fundación. Por el año de 1619, a 14 de febrero, día del glorioso San Valentín, experimentó este país y sus convencinos lugares, a las doce y media del día, tan fuerte y formidable temblor que en menos de un minuto derribó todos sus hermosos edificios, dejando únicamente algunas paredes y muros de las iglesias, que siendo conocido riesgo causaba un nuevo temor a sus habitantes. En los quince días subsiguientes, cada hora se conmovía la tierra, teniendo sólo ya por término del esfuerzo la misma ruina padecida. Corrió el movimiento del Norte a Sur, quinientas leguas y sesenta de Este al Oeste pero parece que donde se con vivió la violencia fue en las inmediaciones de esta ciudad y así primer objeto del estrago. Perecieron 350 personas de todas clases, sin que les pudiese ser auxilio en tal conflicto el espacioso ancho de las calles y patios. Se asegura por cierto en las relaciones que he visto de este suceso, que a ser a media noche, sepultaría a todos los vecinos, sin que hu8biese tiempo para que, despiertos los ánimos, solicitasen la fuga para salvar la vida. Esta desgracia la previno el cielo con algunos cometas y fósforos extraordinarios a la naturaleza. Suele dibujarse en la tabla de la Esfera como en sombras el terror, antes que se vea claramente la adversidad. La oculta disposición o enlace de estas aspiraciones extrañas son unos secretos reservados a la Providencia Divina cuya conexión no alcanza capacidad humana. A este infortunio, sobrevivieron agudas y graves enfermedades por haberse infectado el aire con las muchas aperturas de la tierra, así en los llanos como en las serranías contiguas, vomitando de su seno un material viscoso y pestilencial, envuelto en una agua gredosa, de que se foraron ríos que corrieron por las campañas, de suerte que el río de la Villa de Santa, el de la Barranca y los que hay en estos lugares, tiñeron sus corrientes de tan maligna inundación. Se redujeron los vecinos a vivir en la inclemencia de los campos, al mismo tiempo que faltaron los precisos mantenimientos, pero como no perdiese la tierra la fertilidad (que pudo suceder) con la diligencia y cultivo, se reparó la penuria, que por aquellos primeros meses se empezó a sentir, no obstante la multitud de sabandijas que parecieron en las campañas para destrucción de las mieses y plantas.

Con tan inexplicable fatalidad quedaron los moradores de la ciudad sumamente compungidos y vueltos los ánimos de aquel primer terror discurrieron que mudase de situación la ciudad, respecto de haber quedado del todo destruida, y así se llegó a mandar por decreto del real y superior gobierno de estos reinos, su fecha 22 de mayo de 1619 que se halla en los libros del Cabildo, siendo Virrey el Príncipe de Esquilache, pero contemplando después que en cualquiera parte de estas inmediaciones y aún en mayores distancias no se llevaba con semejante empeño la seguridad no tuvo efecto la referida resolución.

 

Trujillo lo elige por patrón y abogado

Por haber acaecido tan lamentablemente suceso el día 14 de febrero, la ciudad le juró por día de fiesta y por su patrón y abogado al glorioso San Valentín, asistiendo ambos cabildos a la misa y sermón en que se hace recuerdo de semejante sensible memoria, saliendo el santo en la tarde del mismo día en procesión, la que da vuelta por toda la plaza, venerándose de este modo al azote de la ira divina, cuya justicia se vale de estos efectos naturales o para castigo de nuestros delitos o para sacar copiosos frutos de arrepentimiento y resignación.

Desde entonces la ciudad se puso bajo la advocación del Patrono San Valentín en su condición de protector y abogado.

A partir de entonces por algunos años, anualmente el Cabildo ofrecía misa y sermón en el cual se hace recuerdo de tan sensible catástrofe. Salía el Santo Patrono en procesión y daba vuelta a todo el perímetro de la Plaza Mayor y se elevan rogativas y plegarias para que la ciudad no sufra de tan letal calamidad.

Por momentos se pensó trasladar el templo catedralicio a otro lugar más seguro. Así, el 5 de septiembre de 1620 se asignan 30 pies en redondo para el cementerio de la Iglesia; al ver que era reducido, se adquieren los solares de don Rafael Olivito y los del General Villavicencio para darle mayor amplitud. El 4 de mayo de 1621, en sesión plena del Cabildo se acordó la reconstrucción de la ciudad y su reedificación en el mismo lugar. En 1624 se inicia la nueva erección de la iglesia catedral a expensas de la Real Hacienda En nuevo Cabildo del 5 de setiembre de 1626 se confirma la reedificación de la ciudad en el mismo lugar. En 1627se concluyó la obra y el Cabildo acuerda declarar a San Valentín como patrono jurado de la ´Trujillo. En los “Anales del Cabildo de Trujillo”[2] se da cuenta que en la sesión del 12 de febrero de 1627 (ff.39v-40) el corregidor propuso que por haberse tratado que se jurase y tomase por patrón de la Ciudad a San Valentín por haber sido en su día “la ruina de esta Ciudad que fue el año de 1619, a catorce de febrero” se asentase y jurase en forma de guardar el día y hacer la fiesta al santo conforme se pudiese a cuenta de la ciudad y que se pidiese limosna para conseguir ayuda. “Y que para el buen ejemplo de la ciudad los capitulares de este Cabildo junto con Su Merced y asistiendo a las vísperas del dicho Santo con velas encendidas en las manos y otro día a la misa y comulguen; y que para la noche de víspera del glorioso Santo se mandase tuviesen todos los del lugar luminarias y fuegos encendidos y que cuando fuese servido de dar más posible los vecinos jugasen toros y cañas y todo lo que más fuese posible en demostración de gracias por el beneficio de haberlos guardado Nuestro Señor el día que sucedió el terremoto y que por ahora otro día después del Santo se corran toros en la plaza pública de esta Ciudad.

Firman, el maestre de campo don Juan de Losada, corregidor, Pablo de Mayolo, Juan Ramón de Esparza, Lázaro de Ayuso y Tovar, Diego Fernández de Guzmán, Íñigo de Espinosa, Francisco de Paz, escribano público (Libro de Cabildo, Actas de Sesiones, nº 6: 1, 626-37, pág.39v-40)”[3].

El juramento sigue cumpliéndose tal como se constata en 1645: “Luis Márquez de Escobar y Juan Martínez de Escobar regidores y diputados nombrados por el cabildo de esta ciudad dijeron que para la festividad del glorioso San Valentín es necesario prevenir los altares para mañana martes catorce de este presente mes y los vecinos y mercaderes como era costumbre todos los años, acordaron se haga cuatro altares en las esquinas”. (“San Valentín Patrón jurado de Trujillo” Edyl Mego Benites)

 

“Que se celebre fiesta en 1719”

El 12 de enero de 1719 se acuerda a propuesta del Procurador General “se haga demostración piadosa para que Su Divina Majestad aplaque su Divina Justicia por haber sido en este día la ruina general de esta ciudad que se haga novenario, se cante misa, se hagan pláticas piadosas todas las noches y que los vecinos confiesen y comulguen ese día y salgan procesiones de penitencia”

Tenemos algunos datos fehacientes de que la fiesta se celebró por todo lo alto. Así, en la Sección de Comunicaciones Eclesiásticas del AAT, Expediente L-1-11, fascículo 5, titulado “Razón de los gastos efectuados con el importe de 150 pesos que el cabildo, justicia y regimiento de Trujillo entregó para la celebración en la iglesia catedral de Trujillo de las siguientes fiestas: El Patrón San Valentín, Corpus Christi y de la patrona Santa Rosa”. Acerca de San Valentín, se detallan:

Fuegos

12 pesos

Dos pesos de leña y un real de charamusca para candeladas

2 p

Trece reales de velas de sebo para iluminarias

1 p, 5 r

Por 5 reales de papel para 100 luminarias

       5 r

Por encender las candeladas y luminarias

1 p

Por correr con el trabajo de la fiesta

6 p

Al cajero y clarinero

3

A los chirmoleros de Moche

4 p   4 r

Por adornar la Iglesias y desadornarla a los peones

6 p

Por cargar al santo en su procesión en sus andas, a los peones

4 p

Por un peso y cuatro reales para los dos sacristanes menores y campanero

1 p y 4 r

Por el alquiler de 2 arrobas y 4 libras, 4 onzas de cera a real libra

6 p 6 r

Por dos libras de merma a 12 reales libra

3

 

 

Según parece de las partidas montan

50 p 1 r

 

 

 

El diario “La Industria” el 14 de febrero de 1982 en el artículo “San Valentín: Patrón de Trujillo” de Freddy Gálvez Delgado se constata que a un costado del atrio de la catedral, en una de sus naves, la derecha, se mantuvo durante mucho tiempo la imagen de San Valentín. Al asociarlo con los enamorados, de vez en cuando recibía alguna visita de parejas d enamorados que colocaban en sus pies un cirio y la renovación de sus promesas de amor eterno.

El 31 de mayo de 1970, debido al triste terremoto que destruyó parte de la catedral, quedó seriamente dañado el patrón de la Ciudad.

Sin embargo por proposición de los alumnos del glorioso Colegio San Carlos y San Marcelo, el 14 de febrero de 1984, a horas 7:30 p.m. se revivió la tradición y la festividad en homenaje al Patrón San Valentín, como expresión de la más genuina esencia de trujillanidad.

En un artículo de Alicia Ponce da cuenta de que la iniciativa partió del arquitecto Raúl Joo Meléndez, entonces Presidente de la “Asociación de Ex Alumnos Seminaristas” de Trujillo. Quien comprometió a empresas, instituciones privadas, entidades de todo tipo y personas de buena voluntad, quienes conformaron la “Comisión Coordinadora”. Luego se añadieron el Ministerio de Industria, comercio, Turismo e Integración con su director el ingeniero Julio Garrido, el doctor Iván La Riva, el Arzobispado de Trujillo con su representante ingeniero Jorge Pinna, el Concejo Provincial de Trujillo con su representante Luis Llontop, el INC con Maruja Alemán, la Asociación de Comerciantes e Industriales de Trujillo con el economista Alfredo Vallebuona, el Colegio de Licenciados por Administración Pública con el Lic. Luis Valdivieso, la Asociación Cristiana Femenina A.C.F con Dina de Razetto, el Club Soroptimista Internacional con Laura de Alegría, las esposas de los jefes militares de turno, Alicia Ponce de León, autora del “Himno a San Valentín” cuya música confió a Teófilo Álvarez Dávila. Lo programado fue un triduo y la fiesta principal en la que se programó la retreta, fuegos artificiales, danzas, desfiles folclóricos...en las vísperas. El día central contó con la misa solemne presidida por el Ser. Arzobispo. En las sesiones solemnes del Concejo Provincial de Trujillo se leía el acta de la sesión del Cabildo Civil del se de febrero de 1627 para conmemorar la proclamación de San Vicente como Patrono de Trujillo.

 “La Industria” da cuenta para 1985 de la “verbena pro San Valentín” con música, folklor, patrocinados por el Concejo Provincial, la Dirección de Industria, Turismo e Integración y la asociación de ex alumnos seminaristas  de San Carlos y San Marcelo .En la procesión se hace presente su alcalde Luis Santa María Calderón y su cuerpo edilicio; presidió todos los actos religioso Monseñor Manuel Prado, arzobispo de Trujillo.

Formulamos fervientes votos porque la historia y gloriosa tradición religiosa de Trujillo retorne a nuestros altares y a la Plaza Cívica.

Pertenece a Alicia Ponce Cabanillas la siguiente reciente nota: “El Arzobispado de Trujillo, siempre preocupado por cultivar los valores religiosos propios de nuestra ciudad se ha propuesto recuperar la Festividad de San Valentín, reconocido Santo Patrono de la ciudad. El programa inició el domingo 11 de febrero y culminó 14, fecha con una misa solemne de homenaje al Patrono San Valentín, Santo tutelar y Protector de Trujillo. Formulamos nuestros votos porque la festividad retorne a su esencia e identidad colonial, sin blasfemias ni reniegos; sin regalos ni compras, porque esto huele a mercantilismo. Rechazar el bullicio, el desenfreno y las jaranas; insaciable codicia de fenicios. San Valentín se merece respeto y veneración”.

Esta misma trujillana compuso el himno al Santo:

¡Gloria y honor a San Valentín!,

Patrón insigne de la ciudad

Gloria y honor a San Valentín

¡Que nos ampara en la adversidad!

A raíz del fatal terremoto

Que en tu día Trujillo asoló

El Cabildo, en unánime voto,

Por Patrón tutelar le escogió

Con auténtica fe de cristianos

Con civismo sagrado y amor,

La ciudad fue confiada a tus manos,

Aclamándote su protector...

Si Trujillo está a tu cuidado

No le niegues jamás protección.

Dale San Valentín, venerado,

En el nombre de Dios bendición

 

En 1988 se acuerda extender la celebración a los distritos con el fin de valorar y fomentar las tradiciones y el fervor religioso de los pueblos liberteños y resaltar los valores culturales y artísticos así como las costumbres típicas de la región. Se eligió Moche para realizar la “Primera Feria Mochera” en honor al Santo. Danzas, estampas costumbristas, potajes típicos, trajes...

En el 2008 tuve la suerte de hablar en la catedral de Trujillo del santo y comprobar que la devoción de los trujillanos sigue viva. ¡Que viva san Valentín, patrono de Trujillo!

 

 



[1] P. Víctor M. Barriga, (1891-1991), el cual, entre sus numerosos trabajos históricos, dedicó uno a Los terremotos de Arequipa: 1582-1868: Documentos de los Archivos de Arequipa y de Sevilla, Sevilla 1940.

[2] Anales del Cabildo de Trujillo extractados por el Ing. Alberto Larco Herrera”

[3] Contamos con el acta íntegra y agradecemos la transcripción del Director del Archivo Departamental de la Libertad, Dr. Napoleón Cieza Burga.

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