Recordando y celebrando al P. Morales en Lima en su décimo séptimo aniversario
(Fotos del P. R. Castejón, conversatorio, exposición, compartir)
En Lima celebramos el décimo séptimo aniversario de la partida para el Cielo del P. Morales en un ambiente familiar, en nuestro Hogar. En varias mesas estaban todas las obras escritas por el Siervo de Dios así como las publicaciones (libros, artículos, folletos, dípticos, estampas, revistas) dedicadas a él.
La actividad central fue la Eucaristía, presidida por el P. Ramón Castejón, sacerdote jesuita natural de Asturias y residente en Lima, capellán de las Cruzadas de Santa María, y que conoció de cerca al Siervo de Dios P. Tomás Morales. Estuvo disponible para las confesiones, y, en la Santa Misa nos brindó una preciosa homilía al hilo de las lecturas del domingo y de la vida del P. Morales. Comenzó glosando la palabra de Dios y su llamada –tanto por parte de Isaías como de Jesús- a la fidelidad en vistas de comportamientos de ingratitud del Pueblo de Israel; al no obtener respuesta, el Señor abrirá las puertas a los gentiles que recibirán la Buena Nueva. San Pablo nos lo concreta en ochos valores: verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, virtud y mérito, que se resumen en la senda del amor de Dios.
El amor es lo que llevó a la cumbre a Teresita, que celebramos ayer, y cuyas reliquias están a Perú. Y el amor fue lo que llevó a la perfección al P. Morales. Era alumno en la escuela de Jesús y de María por eso puso todas las obras (Cruzada, Milicia, Hogares) bajo su protección. Y una idea fundamental fue la que el bautizado tenía la obligación de la santidad y el apostolado. Y por eso la palabra que más sale en los escritos del P. Morales es la del bautismo. Hermanaba la
espiritualidad ignaciana (como jesuita) y la carmelita, vida apostólica y de oración, activa y contemplativa. Sus obras, Forja de hombres, Laicos en marcha, Hora de los laicos, Tesoro escondido, Semblanzas, van encaminadas a despertar el potencial del bautizado.
A los 23 años, siendo doctor en Derecho, ingresa en la Compañía de Jesús, y se ordena de sacerdote en la fiesta de Fátima, 13 de mayo del 1942, en las bodas de plata del Papa Pío XII, el 1 de octubre –fiesta de Santa Teresita- de 1994 entra en la Vida Eterna.
Le conoció en 1956 como estudiante de filosofía a raíz de los cursillos de Comillas con los cruzados; luego, desde 1984, mucho más de cerca. Resaltó los grandes valores humanos (inteligencia, voluntad, energía, constancia) y sobrenaturales (confianza en Dios,
Como Santa Teresita podíamos decir lo que el P. Morales vivió: En la tarde de la vida compareceré delante Ti con las manos vacías”. Si hoy viviese el P. Morales nos diría cuatro cosas:
1. Ser sólido en un mundo líquido, movible, que no nos dejemos diluir para conservar la fe que tenemos y la fidelidad a la Iglesia.
2. Dirigir bien nuestra parabólica para en todo momento conocer bien lo que Dios nos pide y responder dócil y fielmente para el bien de Dios y de la Iglesia.
3. Nadar contra corriente como debe hacerse en el río Jordán pues si no te lleva a la muerte. Lo mismo en nuestro mundo, si nos dejamos llevar por la corriente nos lleva a la muerte.
4. Formarse para reformarse y transformarte en Cristo. Les recomiendo el Catecismo de la Iglesia Católica
Recordamos al Padre Morales, agradecemos al Señor, le pedimos por su eterno descanso y pedimos su pronta glorificación.
Culminamos con el rezo de la Salve, un momento de acción de gracias y la oración por su pronta beatificación.
Ya en el salón, tuvimos un conversatorio en torno a la vida y obra del P. Morales. Comenzamos enriqueciéndonos con un fruto del P. Morales, el militante Eduardo Rojas que –sirviéndose de diapositivas- nos compartió su vivencia de la pasada JMJ. Vimos después un documental de nuestro Fundador en el que aparece especialmente su voz y su talante. Posteriormente, contamos con los testimonios de Manuel Tomás Amorós, Vicente Guillén, José Antonio Benito e Iván Landa. Tras un intercambio de inquietudes y testimonios, finalizamos con un sustancioso ápage a base de bocaditos, arroz con leche, mazamorra y torta preparadas en el Hogar y por las mamás.
Como “avisos parroquiales”, Celestina, una de las mamás, invitó a la oración de los primeros miércoles de cada mes a las 4 de la tarde; Iván nos recordó la celebración en la catedral con motivo de la visita de las reliquias de Santa Teresita el domingo 9 de octubre, y la peregrinación al Señor de los Milagros por todos los militantes, amigos y familiares el último sábado de nuestro mes morado.