La Semana UCSS es como una noria de sorpresas y que puedes atrapar en parte. Entre las numerosas ofertas brindadas el martes 22 por la tarde, consciente de que no me podía bilocar acepté participar de la titulada “El juego y el juguete”; aparte del atractivo natural que me causa, por la invitación personal de uno de los ponentes.
La verdad es que me sentí muy a gusto, disfrutando al escuchar a tres de mis antiguos alumnos, convertidos en auténticos maestros. Lo mismo tengo que decir con las profesoras coordinadoras. Me encantó la disertación teórica acerca de la importancia del juego porque proporciona alegría, ocupa el tiempo, transmite cultura y desarrolla integralmente de modo comunitario (familiar, social). De igual modo me gustaron las investigaciones monográficas sobre las canicas (¡quién me iba a decir que se pudiese decir tanto de algo tan baladí!) o sobre los avioncitos.
Pero lo que quiero rescatar es que nos dieron la oportunidad de valorar a profesores y alumnos nuestros juegos y juguetes. Todos queríamos contar lo bien que nos había ido porque nuestros padres y nuestros maestros nos dejaron jugar, nos posibilitaron hacer juguetes.
Recordé lo que me impresionó en el libro de Joseph Ratzinger “El espíritu de la liturgia” que viene a decir que en ella jugamos, representamos roles, gozamos, y adelantamos la felicidad eterna.
Ya tendré más tiempo de escribir más. Tan sólo quiero agradecer por la actividad y quiero animarles a que sigan fomentando el juego para lograr un desarrollo más humano y solidario. También les invito a seguir investigando sobre los juegos y los juguetes tradicionales en Perú, en Lima Norte. Nos ayudará a ir forjando una identidad clara en este mundo global que nos ha tocado vivir.