El pasado 24 de noviembre del 2011 me tocó participar en el Estudiantado de San Alberto Magno de Lima como miembro del tribunal de una tesis en estudios dominicanos conferido por la Pontificia Facultad de Teología de San Esteban de Salamanca, España, de Fray Benjamín de la Torre Vignatti, OP, titulada "Aporte de la doctrina dominica a la fundación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos” Compartí mesa con Mariana Mould de Pease y el P. Jhon Leuridan, OP.
Agradezco la deferencia al invitarme a leer y evaluar tan interesante tesis, justo cuando estamos a punto de celebrar los 500 años del célebre “sermón de Montesinos”.
El autor estudia la benemérita labor de la Orden en el mundo cultural del virreinato peruano, más en concreto a través de la más importante institución docente superior del continente americano sur, UNMSM. La obra tiene parte de anuncio o descripción de cuanto ha representado San Marcos, pero como todo profeta presenta su parte de denuncia y reivindicación al reclamar para toda investigación la fidelidad al carisma primigenio. Me parece muy interesante su punto de partida y que se convierte en el eje de su trabajo: “dar a conocer el aporte de los frailes dominicos…desde la óptica dominicana” (p. 7).
Felicito al autor por su afán de rescatar el aporte que representa el genuino carisma dominicano a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Acabo de participar en un congreso sobre archivos en la Universidad Nacionaol Mayor de San Marcos y me encuentro con la imagen del dominico fundador de la Universidad y les comparto la foto y la lápida conmemorativa.
Fue el 12 de mayo de 1551 el día que la corona española promulgó la Real Cédula en Valladolid, después de las arduas gestiones del fraile dominico Tomás de San Martín.
Fue el Doctor Gustavo Delgado Matallana quien tuvo a su cargo el Discurso en ceremonia de inauguración del Monumento a Fray Tomás de San Martín en el 2007:
http://www.unmsm.edu.pe/Destacados/contenido.php?mver=60
Fray Tomás de San Martín fue un clérigo eminente que poseía sólida formación académica y tomó el hábito en el Convento de los Hermanos Predicadores de San pablo de Córdoba, España, en la época en que la Educación Superior era monacal y catedrática.
En su univérsitas ejerció como Maestro de Estudiantes y lector de la Cátedra de Teología y de la cátedra de artes, que según la división clásica helenística comprendía Gramática, Retórica, Filosofía, Aritmética, Música, Geometría y Astronomía. Sistema universitario básico, que preparaba para los estudios superiores.
Su brillante actuación académica lo llevó a Sevilla como Regente del ilustre Colegio de Santo Tomás.
Su presencia vital es un puente cronológico entre el período finisecular del siglo XV (1482) y la primera mitad del siglo XVI (1555), era el fin del Medioevo y los tiempos de la renovación literaria, artística y científica, cuando se plasma un modelo de humanismo renacentista, que si bien tuvo su fuente en la cultura clásica de predominio teológico y metafísico, el objetivo era buscar una realidad humana idealizada, que dentro de la corriente hispana tenía carácter cristiano.
Con esa riqueza de valores morales y culturales, con una visión predestinada, y con una edad biológica de madurez física e intelectual, Fray Tomás fue uno de los primeros religiosos que, obedeciendo las leyes de la observancia llegó América en 1527.
Residiendo en la Isla de Santo Domingo, decidió, por su propia determinación, participar en la tercera Expedición de Francisco Pizarro, hacia la conquista del Imperio Incaico llegando al Perú en 1532. Integró el grupo de clérigos dominicos formado por Reginaldo Pedraza, Alonso Burgalés, Pablo de la Cruz, Juan Yépez, Vicente Valverde, Tomás Toro y Domingo de Santo Tomás.
El arribo de esta comunidad dominica precisó su formalización por el Maestro general de la Orden Dominica. Fray Agustín Recuperati de Faenza, quien en 1540 dispuso fundar en el Nuevo reino, la Provincia Dominica “San Juan Bautista”, elegir un convento en la ciudad de los reyes bajo el título de Santa María del Rosario, nombrar a Fray Tomás de San Martín Provincial en el Perú de las casas y conventos de la provincia eclesiástica y designar Suplente del provincial a Fray Juan de Olías.
Fray Tomás de San Martín tuvo destacada intervención que es menester resaltar y valorar en acontecimientos decisivos y trascendentales en los primeros tiempos de la Conquista que comprometen nuestro recuerdo histórico.
Participó en la PACIFICACIÓN DEL PERÚ. Por su sagacidad y prestigio moral contribuyó a la reconciliación del país, colaborando con el Gobernador Cristóbal Vaca de Castro mitigando la subversión de Diego de Almagro de Mozo; y con el Pacificador Lic. Pedro de la Gasca, resolviendo la Rebelión de Gonzalo Pizarro, logrando que ambos bandos restringieran sus ambiciones y rindieran homenaje al Monarca.
Tuvo un COMETIDO EVANGELIZADOR Y APOSTÓLICO de su confesión. En el siglo misional se le identifica como misionero de la doctrina cristiana, traduciéndola a la lengua nativa para lograr la conversión de los naturales como factor cohesivo. A este afán de catequesis le sumó la intención de impartir educación general para lo cual fundó 60 escuelas donde hizo valer la condición humana de los naturales, la cual tuvo aprobación Real.
Fue un vehemente DEFENSOR DE LOS DERECHOS HUMANOS de los nativos, protegiéndoles de los abusos de los encomenderos, rindiéndose mediante la cultura. Desde el púlpito exclamaba con elocuencia convincente contra las iniquidades y despojos que sufrían los naturales, lo que motivó que el Cabildo de Lima pretendiera censurar sus homilías, lo que no aceptó nuestro reclamo dominico por estar convencido que su persuasión era coincidente con expresión de la verdad y la justicia.
Fue un valeroso y activo propulsor del ejercicio de las NUEVAS LEYES DE INDIAS promulgadas en 1542, por gestión del también dominico y Protector Universal de los Indios, Fray Bartolomé de las Casas, que prohibía la encomienda hereditaria, por lo tanto la esclavitud.
LA REALIZACIÓN CUMBRE que le cupo ejecutar es consecuente con su inclinación instructiva y de organizador, afrontando con convicción el desarrollo de un movimiento intelectual fundamental y que era de necesidad impostergable.
Los requerimientos de un reciente dominio de ultramar en un creciente nivel demográfico creaba necesidades que, debido a la lejanía de la Metrópoli y el difícil acceso a ella, era oneroso solucionarlas.
Desde esa época y en previsión de los problemas administrativos y eclesiásticos, Fray Tomás de San Martín estableció en el convento de la Virgen del rosario, las Cátedras de Teología, Artes y Segunda Escritura.
Era necesario que el convento de Santo Domingo, donde se generó esa actividad académica tuviera un modelo adecuado. En su inicio la edificación en 1535 fue rústica y con escasez de apoyo técnico y de materiales. Desde 1574, Fray Tomás, como Provincial de la Orden realizó la modernización de la iglesia y del convento con infraestructura ad hoc con la idea de contar con una estructura física que facilite el establecimiento de un centro de estudios superiores y crear un Estudio General en Lima.
El 6 de mayo de 1548 en el Capítulo Provincial de la Orden de Santo Domingo, convocado en el Cuzco Fray Tomás planteó con una brillante fundamentación la necesidad de formalizar los estudios que ya se venían realizando y construir un ente con carácter universitario, o sea, una corporación de maestros y estudiantes, que se denominaba Estudio General, para ubicarlo en la ciudad de Lima.
En esa oportunidad, participaron el dominico Fray Jerónimo de Loayza y Gonzáles que había ido a recibir el Patio Arzobispal de manos del Cabildo de Cuzco, y el Lic. D. Pedro de la Gasca que se encontraba en misión pacificadora.
Con unánime aprobación, el pedido pasó al Cabildo de Lima para seguir el trámite administrativo.
El 10 de Diciembre de 1549, el Cabildo de Lima lo elogió junto al Capitán D. Jerónimo de Aliaga como Procuradores; para que en la Corte de Madrid gestionaran, recogiendo la importante iniciativa de nuestro recordado dominico ante el Monarca la fundación del Estudio General que debía funcionar en el Monasterio de Santo domingo y de una Escuela para recoger y adoctrinar a los mestizos.
El 28 de enero de 1550, salieron del Callao los Procuradores en compañía del Lic. D. Pedro de la Gasca que regresaba a la Corte al término de su administración.
En Valladolid, el 10 de mayo de 1551, Fray Tomás obtiene un logro, reivindicatorio por Real Cédula se le concede un subsidio para el fomento de las 60 escuelas y doctrinas que había fundado en el Perú.
En Valladolid, el 12 de mayo de 1551, al crearse el Estudio General y Universidad, es una fecha significativa en el desarrollo intelectual de los pueblos de América y marca el inicio de la evolución cultural del continente, civilizando el saber con habilidad ecuménica para recibir y dar el conocimiento que señala el progreso de los hombres y las naciones.
Fray Tomás alcanza, por diligencia muy personal, la expedición de la Real Provisión firmada por Dona Juana, la Reina Madre, que creó nuestra primigenio Estudio General y Universidad de Lima, en el convento de Santo Domingo; y en uno de sus ítem se lee:
“[...] mientras se dé Órdenes como éste en otra parte donde más convenga con los privilegios y franquicias del Estudio General de Salamanca, con excepción del derecho de jurisdicción y del derecho de no pechar los graduados”.
En realidad y por propuesta inicial de Fray Tomás, el Estudio General ya funcionaba en Lima, la Real Provisión cumplió con legitimar esa verdad, recogiéndola, unificándola y dándole una categoría universitaria. Esto se confirma en la lectura de otro acápite de la Provisión: “... por lo que toca a su fundación se quede y esté como ahora está”.
Señor Rector:
Fray Tomás de San Martín aún no había recibido el homenaje patético que su polifacética personalidad merece y que la gratitud histórica obliga.
Este homenaje es continental porque reconoce el inicio del movimiento cultural en América.
Y para orgullo nacional, la inquietud e inspiración creadoras del insigne dominico, como paradigma constructivo las ejecutó en el Perú, desarrollando el Estudio General que, ininterrumpidamente, se prolonga en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que hoy en sus 456 años de creación luce con altivez como la DECANA DE AMÉRICA, y alcanza una dimensión continental dando origen directa o indirectamente a otras universidades: Chuquisaca (1552); Córdova (1609); Buenos Aires (1761); Santa Fe de Bogotá (1619); San Carlos de Guatemala (1676); Santa Rosa de Lima en Caracas (1721); Santo Tomás de los Padres Dominicos en Quito (1681); San Gregorio Magno de Quito (1622); San Felipe de Santiago de Chile (1738).
Sr. Dr. Luis Fernando Izquierdo Vásquez. Usted, con alta vocación sanmarquina, durante su presente administración rectoral, ha querido recoger sabiamente nuestra iniciativa, largamente deseada y promovida desde varios años, y que, por primer vez, en nuestro devenir universitario se hace realidad el justo enaltecimiento al personaje emblemático que simboliza el culto al estudio y la sabiduría humana y que constituye así sempiterna veneración a nuestro promotor y auspiciador para goce y beneficio de toda la comunidad sanmarquina. Esta decisión le agradecemos profundamente.
Vuestra Comisión Aniversario 2007, en este 456 aniversario; que me honro en presidir, ha cumplido entregando la efigie venerable del ilustre dominico en un importante monumento que engalanará esta hermosa plaza que desde hoy tendrá su denominación epónima: Plaza Fray Tomás de San Martín.
En esta solemne ocasión; S. R., le expresamos nuestra cálida felicitación extensiva a la comunidad sanmarquina existente en el Perú y el Mundo y le invitamos a develar la placa conmemorativa y declarar inaugurado los actos celebratorios.
Que Dios nos bendiga.
* Presidente de la Comisión del 456 Aniversario de la UNMSM