Benito Rodríguez, José Antonio
P. William Morris, fundador de la Universidad Católica Santa María
(Ediciones Universidad Católica Santa María, Arequipa, 2011, 158 pp)
Éste es el nuevo libro que se presentará en la UCSM, Arequipa, el jueves 22 de marzo, a las 11 a.m. en el local central de la UCSM de Arequipa y del que les brindo como adelanto el índice y parte de la introducción. En el acto se regalará la obra a los presentes.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN: TODA UNA VIDA AL SERVICIO DE LA EDUCACIÓN
I. CONTEXTO MUNDIAL, AMERICANO Y PERUANO
II. LA AREQUIPA DEL P. MORRIS Y EL CONTEXTO UNIVERSITARIO PERUANO
III. RAÍCES: EL YANQUI IRLANDÉS
Un hogar a orillas de san Luis de Missouri (USA)
IV. TRONCO A: EL MARIANISTA
1. El hombre
2. Discípulo del Beato Chaminade, profeta en tiempos de cambio (1761-1850)
3. La trayectoria de un sacerdote marianista
- Comienza la misión
- Presencia marianista en el Perú
V. TRONCO B: EL FUNDADOR
1. Desconoce todo lo que Dios va a hacer con él.
2. Marcado por la cruz.
3. Atento a los signos de los tiempos.
4. Un hombre de Iglesia.
5. Sabe desaparecer
6. Entre la soledad y el silencio.
7. El hombre de los equilibrios.
8. Mariano y cristocéntrico.
9. Arequipeño.
10. Caritas in veritate.
VI. FRUTOS A. SUS OBRAS EN LIMA
1. Inicio: colegio San Antonio del Callao
2. Consolidación en el Colegio Santa María
VII. FRUTOS B: LA UNIVERSIDAD CATÓLICA SANTA MARÍA
1. La diócesis de Arequipa
2. La decisión de fundar una universidad católica
3. La casona de Santa Catalina
4. Primer día de clases en la UCSM
5. El Arzobispado de Arequipa estuvo desde el primer momento
6. Inauguración solemne
7. Traslado al fundo de Umacollo “los pobres de Characato”
8. LA UCSM crece. El Instituto Juan XXIII y la Escuela Normal de Mujeres
9. La Facultad de Odontología
10. Facultad de Enfermería
11. El rectorado del P. Morris
12. El respaldo marianista
13. Los problemas de 1973
14. Trayectoria de la UCSM a través de sus rectores
VIII. SIEMPRE DISPONIBLE
1. El Pilar
2. Colegio Prescott
4. MM. Esclavas
4. Sacerdote ambulante
5. Sin techo propio
IX EL DOCENTE
1. Profesor multifacético
2. Teólogo y capellán
3. La condecoración "Divino Maestro"
4. Rector honorario y vitalicio de la UCSM, 1981
5. Doctor "honoris causa" de la UCSM, 1966
X. DISCÍPULOS CON LA HUELLA DEL MAESTRO
1. Víctor Moisés Olguín Salazar, su biógrafo
2. Monseñor Óscar Alzamora, fruto de su siembra
3. Padre Jorge Roos, marianista, a quien le “enseñó desde niño”
4. Ramiro Valdivia Cano, memoria viva
5. Nancy Almonte fundó un colegio que lleva su nombre
6. Daniel Gamero, alumno de la primera promoción UCSM
XI. POR DENTRO. PERSONALIDAD. ¿Cómo se vio y cómo lo vieron?
1. PINTOR: Oswaldo López Galván Almonte
2. CARICATURISTA: Juan Velásquez Orrillo
3. PERIODISTAS: Freddy E. Rosas Abarca; Martín Rodríguez; Nexmi Daza Arenas
4. HERMANOS DE COMUNIDAD:P. Felipe Erbland, Hno. Roberto Wood
5. AMIGOS: Tom Garrity, Joe Farrel, P. E. Alarcón, José Domingo Choquehuanca
6. PROFESORES: Alfredo Castañeda, S.J., Eusebio Quiroz Paz-Soldán, Juan Luis Dávila Fernán-Zegarra, Manuel Vásquez, Edilberto Zegarra Ballón Ávalos, Ramón R. Abarca Fernández, ,
7. ALUMNOS: Daniel Gamero, Ruth Chávez, Brunilda Álvarez Adrián, Gaspar del Carpio
8. EMPLEADOS: Sabino Trinidad Álvarez, Gregorio Cruz Hualcuna, Leonor Retamoso Torres
9. DISCÍPULO: Ramiro de Valdivia Cano
10. SECRETARIA: Carmen Veramendi
XII. ENFERMEDAD Y MUERTE
1. “El día del último viaje”
2. “Ligero de equipaje”
CONCLUSIÓN
INTRODUCCIÓN: TODA UNA VIDA AL SERVICIO DE LA EDUCACIÓN
Toda historia tiene un protagonista, un comienzo, un relato, una vida, un acontecimiento, un sueño, una realidad. En nuestro caso está muy claro: El Padre Morris.
Si tomamos la imagen del árbol, y sin forzar mucho, veremos que sus raíces son las de un yanqui irlandés, su tronco formativo el de un sacerdote marianista, sus ramas con frutos sazonados son las de un educador en diversos colegios (San Antonio del Callao, Santa María de Lima) y una universidad (UCSM).
A la hora de dar con su perfil, nos encontramos con un gigante con alma de niño, un soldado de María, duro como el sillar y tierno como el yaraví, fogoso como el volcán pero sereno como el Chili. Músculos de acero pero ojos de cordero. Pies en la tierra, corazón en el cielo. Luchador incansable sin querer perder nunca, pero dadivoso hasta perder el último centavo. Fundador de colegios y universidades y fundido por los suyos. Siempre listo para servir pero sin perder su personalidad. Con voto de obediencia pero libre, con la libertad de los hijos de Dios y siendo siempre Bill, él mismo. Miembro de una comunidad, la Sociedad de María, pero todo un perfecto solitario, no “llanero” sino de altura, como la de la Blanca Ciudad.
Respetado y querido, tiene su sitio en la historia mistiana aunque la burocracia no termine de ubicárselo. Miles de jóvenes, alumnos de la UCSM, y miles de sus familias le deben mucho de sus vidas. Arequipa no sería la misma si el P. Morris no hubiera existido.
Claro está que no es tan fácil ofrecer un retrato completo. Que se lo pregunten al escultor que le ha inmortalizado en bronce pero que, según los más cercanos al Padre Morris, deja un tanto que desear. Lo mismo siento en la obra que ahora te ofrezco. He procurado beber de todas las fuentes, inquirir todos los testigos, pero queda mucho por hacer. Agradezco a Víctor M. Olguín, su dilecto alumno, que roturó el camino con una primera biografía; felicito a Ramiro Valdivia que le ha dedicado decenas de artículos; estoy en deuda con las decenas de personas que me han brindado su apoyo con su testimonio oral o escrito. Siento que hay que esperar que las fuentes como las aguas se asienten; para muchos el Padre Morris fue un santo a causa de los disgustos de sus hijos; todavía circulan versiones encontradas de los sucesos del 73. Algún catedrático –buen amigo pero un tanto socarrón- me dijo: “¿Quieres canonizar a Morris?” Otro buen amigo, clérigo para más señas, no da su brazo a torcer y no acepta que se le señale como el “Fundador” pues lo sería el clero arequipeño. De los sucesos del 73, alguno vio hasta un ataúd con el nombre del P. Morris, otros consideran el movimiento como la respuesta correctiva al deseo del fundador de una Universidad con valores, inclusiva, frente a la elitista y pragmática que comenzaba a pergeñarse.
Es el pionero, el fundador, el alma, el modelo, el paradigma, el padre y el amigo. Al P. W. Morris se le recuerda, se le respeta, se le admira, se le tiene en cuenta. Son muchos los miembros de la comunidad de la UCSM los que se preguntan en el desempeño de su misión docente y vital “¿qué haría el P. Morris si estuviese en mi lugar?”. Y sienten la presencia de su espíritu, iluminando, fortaleciendo, uniendo. Sin embargo, falta conocerlo a cabalidad, estudiarlo en profundidad.
Ojalá, este estudio sea un estímulo para seguir investigando en nuevos aspectos de la rica y poderosa personalidad de nuestro biografiado. Siguen pendientes testimonios y documentos, que –sin duda- nos ayudarán a completar su vida y obra. Agradezco de modo particular la confianza depositada en un foráneo como yo por la familia de la UCSM, con sus autoridades al frente, particularmente por parte del Dr. Ramiro Valvidia, auténtico albacea cultural y espiritual de nuestro protagonista. No puedo olvidar las inestimables sugerencias y la revisión del texto por parte de su biógrafo V. Olguín, así como de su Hermano marianista, Roberto Wood, y el Dr. Horacio Ramírez del Carpio, egresado de la primera promoción de la UCSM y Coordinador Académico de Estudios a Distancia.
Con la presente obra, me congratulo en aportar otro sillar más al gran monumento que Arequipa le debe a este educador que lo dio todo por la juventud de la Ciudad Blanca desde su recio talante humano, académico y espiritual.