Con la presencia de don Florentino Gutiérrez, vicario general de la diócesis, que presidió la celebración eucarística, se celebró la pascua del enfermo en el Hospital Clínico de Salamanca el pasado domingo 13 de mayo. Fue acompañado en la celebración por don Santos González, capellán del hospital. Participaron del acto los pacientes, familiares, personal sanitario y los responsables de la pastoral de la salud, con la Hermana Elisa Manzano, Hija de la Caridad, a la cabeza.
La concurrida y solemne liturgia se vio realzada con el estupendo coro "San Agustín" dirigido por el P. Pedro Blanco.
Hay que realzar que la celebración ha sido un acontecimiento gozoso y festivo que venía a clausurar toda la Campaña del Enfermo iniciada el día del enfermo, festividad de la Virgen de Lourdes. En la misma se ha intentado crear en la comunidad del hospital una mayor sensibilidad hacia los miembros enfermos y un compromiso por la promoción de la salud.
El presidente celebrante, don Florentino, glosó en su homilía el mensaje de los obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral "El poder curativo de la fe" y lo sintetizó en cuatro puntos: 1) Una realidad: La salud humana es vulnerable. 2) Una pregunta: ¿Qué sentido tiene el dolor? 3) Una prueba: Nuestra fe. 4) Una respuesta: "Cuando la fe se vive de verdad, sana, cura, salva y se convierte en fuente de salud". Todo, en verdad, se reduce a amar, en gratuidad, sin esperar nada a cambio. "Cuando un enfermo se siente querido, amado, se abre a la esperanza, se salva".
Uno de los momentos más emotivos fue cuando se administró el sacramento de la Unción de Enfermos a ocho pacientes que, acompañados de sus familiares, participaron en la celebración.
La verdad es que se palpó en todo momento un ambiente entrañable y familiar en el que los enfermos fueron los protagonistas, gozosamente acompañados por sus familiares y el personal sanitario y los animadores de la pastoral sanitaria. Como escribieron los obispos en su mensaje: "la Pascua del Enfermo en este año de la fe" ha ayudado a "quienes sufren, a cuantos viven en situación de duelo, y a todas las personas que les atienden, a descubrir que la fe en el Señor Jesús, buen Samaritano, es la mejor aliada de nuestra vida". Por feliz coincidencia con la fiesta de la Virgen de Fátima, experimentamos el último deseo del mensaje: "María, la mujer creyente y solidaria, que por la vía de la adhesión inquebrantable a Dios, caminó hacia una privilegiada plenitud, nos acompaña en el camino de la fe".