Ya hay un cachimbito que quiere
vivir y a vivir empieza
entre una PUCP que muere
y otra PUCP que bosteza
Cachimbito que vienes
al mundo, te guarde Dios
una de las dos PUCPs
ha de helarte el corazón.
Seguramente lo has leído en el poeta Machado o lo han escuchado del propio Serrat en el magno auditorio de la PUCP. Como sabrás, en el original pone "españolito" en vez de cachimbito y "España" por PUCP. Y se refiere a las dos Españas que conoció el gran poeta andaluz.
La representación pictórica de la copla la inmortalizó genialmente Goya en su pintura "La riña a garrotazos"; los dos contendientes de la escena, cegados por el odio, se golpean con tal fuerza que ni siquiera se dan cuenta que se están hundiendo en el fango. Parecen la doble encarnación de Caín que quiere acabar con Abel.
Llevo 20 años en Perú, soy miembro del Instituto Riva Agüero, durante 5 años trabajé en la PUCP apoyando en el CAPU. He participado en numerosos eventos, sobre todo de tipo académico y religioso. He dedicado bastante tiempo a estudiar su historia, especialmente en los protagonistas "fundadores" como el P. Dintilhac, José de la Riva Agüero, Víctor Andrés Belaunde, Mons. José Dammert…
Valoro el haberse convertido en un gran centro del conocimiento que ha formado profesionales comprometidos con el Perú y con la sociedad. Ha sabido dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Y así durante 95 años, casi un siglo.
Este lunes 20 de agosto -al igual que cientos de "cachimbitos"- estrenarás tu alma máter, la PUCP. Por doquier te vas a encontrar con su lema "Et lux in tenebris lucet (Y la luz brilló en las tinieblas, Juan 1,5) que se refiere a Cristo, Camino, Verdad y Vida. El logotipo es muy elocuente: Una barca navegando sobre aguas turbulentas y que flota gracias a que tiene en el horizonte una estrella en forma de cruz. El simbolismo es bien claro como diría Tertuliano : "Esta barca representaba la Iglesia que sobre el mar, es decir en el mundo, es sacudida por las olas, es decir por las persecuciones y tentaciones…" .
El fundador de la PUCP, P. Jorge Dintilhac, –tras treinta años de fundación- dio razón de su obrar y de su ser en el escrito "Cómo nació y de desarrolló la Universidad Católica del Perú. 30 años de vida" (Lima 1946) . Constataba un hecho para el año 1916: "parecía que la fe católica estuviera a punto de desaparecer de las altas esferas sociales e intelectuales de Lima y del Perú". Ello se daba a pesar de los numerosos colegios religiosos, cuyos alumnos "al poco tiempo de haber abandonado las aulas escolares se declaraban ateos". El P. Jorge no necesitaba más diagnóstico que el frecuente trato con los jóvenes y la profunda inserción mantenida con la realidad. La urgente necesidad sólo podía ser colmada con "un remedio puesto en práctica en muchos países": fundar una Universidad Católica "que reuniese un grupo de jóvenes en torno de sus cátedras y pudiera inculcarles la Verdad acerca de la Historia y de la Filosofía, de la Ciencia y del Arte". Tales jóvenes, "debidamente instruidos y formados en un ambiente de fe y de religión, n o sólo podrían conservar sus creencias sino que también podrían convertirse en defensores, en apóstoles de la Religión en la sociedad, en su profesión, en todo el país". Esto es, lo que pretendía Dintilhac es forjar jóvenes profesionales que lleven su fe a la vida pública de modo coherente y operante.
En este momento, las aguas de la PUCP están en rugiente oleaje. La Iglesia, Madre y Maestra, la quiere como nació en 1917 y como ha venido siendo a lo largo de casi una centuria. Sin embargo, la ha invitado a conformar su ser y obrar con la legislación que le da cauce. Después de muchos dimes y diretes, encuentros y desencuentros ha emitido un definitivo decreto. "Roma locuta, causa finita".
Amigo, Cachimbo, si quieres ser PUCP debes obedecer a la autoridad que te guía por el rumbo correcto. El deportista olímpico, el marinero, el enfermo obedecen al entrenador, al capitán de la nave o al médico de cabecera sin sentirse esclavizado ni disminuido, lo mismo sucede con la mamá en el hogar.
Amigo, cachimbo, que a la PUCP llegas. Que no se te hiele el corazón por una PUCP sin la U (Universidad, que busca la verdad y la proyección social) y la P (Perú, comprometida con el Perú) y mucho menos sin la "otra" con la P(Pontificia, obediente al Papa) y la C(Católica, universal, fiel a la Iglesia).
Tú puedes hacer la diferencia. La Iglesia está a punto de estrenar el Año de la Fe, recordando los 50 años del Vaticano II, el mayor acontecimiento histórico de nuestro tiempo. Te invito a vivir el mensaje lanzado a los jóvenes: "Y edificad con entusiasmo un mundo mejor que el de vuestros mayores…La Iglesia os mira con confianza y amor". Basta de peleas –más de 250 conflictos en el Perú y miles en el mundo-, sigamos el consejo que con mucho sentido del humor nos dio Cantinflas: el Maestro de Galilea en su mandamiento nuevo no dijo "¡Armaos los unos contra los otros!" sino "¡amaos los unos a los otros".
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