Les comparto mis palabras como padrino de la promoción de los alumnos de Educación de la promoción “Mario Vargas Llosa” (2010-II)
Distinguidas autoridades, queridos alumnos, amigos todos:
El gozo de su graduación lo comparten con el que vive toda la comunidad UCSS al coronar sus 10 años de vida y con el que vive todo el Perú con su compatriota Mario Vargas Llosa del que la promoción toma su nombre. Y a todos nos gustaría rememorar alguna de sus brillantes palabras en la ceremonia del Nobel.
Sí, “me gustaría que mi madre estuviera aquí, ella que solía emocionarse y llorar leyendo los poemas… y también el abuelo Pedro, que celebraba mis versos, y el tío Lucho que tanto me animó a volcarme en cuerpo y alma a escribir Toda la vida he tenido a mi lado gentes así, que me querían y alentaban, y me contagiaban su fe cuando dudaba….Al Perú yo lo llevo en las entrañas porque en él nací, crecí, me formé, y viví aquellas experiencias de niñez y juventud que modelaron mi personalidad, fraguaron mi vocación, y porque allí amé…Un compatriota mío, José María Arguedas, llamó al Perú el país de “todas las sangres”. A mí me enorgullece sentirme heredero de las culturas prehispánicas que fabricaron los tejidos y mantos de plumas de Nazca y Paracas y los ceramios mochicas o incas que se exhiben en los mejores museos del mundo, de los constructores de Machu Picchu, el Gran Chimú, Chan Chan, Kuelap, Sipán, las huacas de La Bruja y del Sol y de la Luna, y de los españoles que, con sus alforjas, espadas y caballos, trajeron al Perú a Grecia, Roma, la tradición judeo-cristiana, el Renacimiento, Cervantes, Quevedo y Góngora, y la lengua recia de Castilla que los Andes dulcificaron. Y de que con España llegara también el África con su reciedumbre, su música y su efervescente imaginación a enriquecer la heterogeneidad peruana. Si escarbamos un poco descubrimos que el Perú, como el Aleph de Borges, es en pequeño formato el mundo entero. ¡Qué extraordinario privilegio el de un país que no tiene una identidad porque las tiene todas!…la nuestra será siempre, por fortuna, una historia inconclusa. Por eso tenemos que seguir soñando, leyendo y escribiendo, aliviar nuestra condición perecedera, de derrotar a la carcoma del tiempo y de convertir en posible lo imposible.
Anoche nuestra alma mater presentaba uno de los frutos de sus entrañas literarias de uno de sus docentes, Julio Picasso, la traducción de Plutarco. Cómo el joven debe leer los poemas y San Basilio. A los jóvenes sobre la manera de sacar provecho de la literatura griega. De ellos podemos aprender cómo leer, como estudiar y cómo actuar en nuestro tiempo, un tiempo de globalización. Entonces, se pregunta nuestro pedagogo Plutarco ¿taparemos con cera los oídos de nuestros jóvenes como Ulises ordenó a sus compañeros para evitar el canto seductor de las Sirenas? El educador, enseña nuestro moralista, debe lograr despertar en los jóvenes la admiración sobre los caracteres virtuosos y hacer el debido afeamiento de los viciosos. Loemos sin vacilación a los primeros, y hagamos el reproche valiente a los segundos (p. 68). El imperativo ético y estético de Plutarco es: Si lo agradable no contiene lo bueno, recházalo enérgicamente. S. Basilio el pasaje de Ulises a orillas de Ítaca, con justo y acertado criterio, pero lo aplica de modo opuesto. “Cuando el poeta narra palabras o acciones de hombres de bien, hay que esforzarse por imitarlos. Pero cuando imitan a personajes viciosos, hay que taparse los oídos como ante el canto de las Sirenas” (IV). Por tanto, como lo cortés no quita lo valiente, me atrevo a decirles: lean a Vargas Llosa y a todos los autores solo cuando les ayude a creer y a crecer.
Queridos alumnos: Les felicito a ustedes y a sus padres. Y les animo a seguir luchando. No digan “imposible”; digan “todavía no lo he hecho”. No se cansen nunca de estar empezando siempre. En estos diez años podemos decir que algunos de los nuestros, como el Ing. E. Fernández Condori, Ing. Andrés Tafur, y, especialmente (por ser a quien más traté), el Dr. Andrés Aziani, ya llegó a la Meta, es un ejemplo. Cuando dudemos, cuando no sepamos qué hacer: digamos, qué haría el Dr. Aziani en mi lugar. El gran polígrafo Víctor Andrés Belaunde, en un discurso pronunciado con ocasión del V Congreso Eucarístico y Mariano, el 8 de diciembre de 1954 en el Campo de Marte, decía: “una nación sólo existe cuando hay un grito espiritual, cuando existe una comunidad de valores que trasciendan del espacio y del tiempo y que dan al pueblo que comulga con ellos cierto sentido de eternidad. Fue la Iglesia Católica la que inspiró …valores espirituales. Solo cuando eso valores fueron difundidos apareció la verdadera alma nacional. Nicolás de Piérola, próximo a la muerte, al ser avisado que se le lleva la Sagrada Comunión, se levanta de su lecho de dolor, camina hasta la puesta y se hinca de rodillas para recibir a Jesús Sacramentado. Fue esa también la actitud de Grau y Bolognesi…Las figuras máximas del Perú estuvieron nimbadas por la luz de su fe religiosa. Hay, pues, un tesoro al que los peruanos nos debemos renunciar: una esencia que constituye la estructura de la nacionalidad; y esa estructura es la unidad espiritual que ha creado en nosotros la fe católica.
Quiero obsequiarles con el libro peruanos ejemplares porque ahí se nos habla de casi un centenar de peruanos que son modelo de peruanidad y de catolicidad, dos palabras que sintetizan la misión y la visión de nuestra alma mater. Si queremos ser auténticamente peruanos debemos proyectarnos a la universalidad con sentido católico; si realmente queremos ser católicos no podemos perder nuestra identidad peruana. Y más sencillo todavía: Mirar a la Sedes Sapientiae, EL TRONO DE LA SABIDURÍA pero sobre todo la Madre del Amor Hermoso. ¡Que así sea!